La
energía se va derramando de manera continua por todo tu ser, entrando por la
parte superior de tu cabeza y descendiendo por todo el cuerpo. Tú no eres un
sistema estático. Eres un ser dinámico de Luz que se ve informado a cada
momento por la energía que fluye a través de ti. Y esto lo haces con cada
pensamiento, con cada intención.
La Luz
que fluye por tu sistema consiste en energía universal. Es la Luz del Universo.
Tú das forma a aquella Luz. La manera en que sientes, lo que piensas, la forma
en que te comportas, lo que vales y cómo vives tu vida, todo ello refleja la
forma en que estás remodelando la Luz que discurre por tu cuerpo. Constituyen
las formas de pensamiento, de sentimiento y de acción que has entregado a la
Luz
.
Reflejan
la configuración de tu personalidad, de tu ser espacio-temporal. Al cambiar tu
conciencia cambias también la manera en que modelas la Luz que fluye por ti.
Haces esto, por ejemplo, cuando te enfrentas a una pauta negativa, como la
cólera, y eludes conscientemente sustituirla por la compasión, o cuando haces
frente a la impaciencia y conscientemente eliges comprender y apreciar las
necesidades de los demás. Esto crea diferentes formas de pensamiento, de
sentimiento y de acción, y así cambia tu experiencia, tu realidad.
Un
pensamiento es una forma. ¿De qué está hecho un pensamiento? ¿Qué es lo que lo
ha formado? Un pensamiento es energía, o Luz, al que la conciencia ha dado
forma. Sin conciencia no existe ninguna forma. Hay luz, y hay la remodelación
de la Luz por la conciencia. Esto es la creación.
Fuente: Internet
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