El 26 de Diciembre de este año que concluye, a las 2h 17m42 de Chile y Argentina ocurrirá un eclipse de Sol que será muy especial, dada la conjunción con Júpiter que se encuentra en Capricornio.
En la mitología Júpiter fue el último hijo de Saturno, los dos primeros fueron tragados por él ante el temor de que al crecer le quitaran su reino, ya que él había despojado a su padre Urano del reinado del cosmos.
Júpiter fue ocultado por Rea en Creta y amamantado por una cabra, al crecer sube al Olimpo y guerrea contra su padre Saturno y libera a sus hermanos.
Las fiestas que conocemos como navidad se realizan en las mismas fechas que las saturnalias, época en honor a Saturno que celebraban los Romanos.
Es curioso que el hijo que actúa como redentor, fruto de Cronos, quedara liberado y éste se convirtiera en la máxima divinidad.

El día 26 de Diciembre en Capricornio, el Reino de Saturno, Júpiter inicia su guerra de liberación espiritual sobre las condiciones impuestas por el Dios del tiempo.
El Sol a su vez saliendo de un eclipse apoyado por Saturno, avanza hacia adelante en la cúspide del mundo (Capricornio).
En ese contexto podemos decir que estás navidades y las 12 noches santas tendrán una connotación especial que no se ha producido en nuestro siglo.
Es una gran oportunidad para que el trabajo interior profundo, mediante la contemplación, evitando dejarse llevar por corrientes masivas que desarmonizan la vida y el alma, nos permita que las fuerzas del espíritu, las fuerzas de nuestro ser, la potencia espiritual que yace en lo más profundo, renazca con energía, venciendo las limitaciones que las condiciones externas nos han impuesto.
El Sol renace al igual que nace el Salvador y las fuerzas del corazón tienen la oportunidad de crear dicho renacer en nuestro interior.

Felix Guillermo Novella Koo.