El 9 de octubre, el primer plenilunio después del equinoccio de septiembre. Esta Luna llena, que activa la polaridad del eje Libra-Aries, pone de manifiesto la problemática humana de las relaciones, una cuestión que, con frecuencia, se agudiza durante el signo de Libra y que sus dos regentes lidian de forma distinta.
Por un lado, Venus, su regente tradicional, intenta mantener
el estado de armonía sin salir de su zona de confort, buscando siempre la
solución «más fácil».
Y por el otro, Urano, su regente esotérico, busca una valoración superior desde la autoconsciencia para así elegir la forma «más correcta», que no es otra que la que sea más acorde a los valores espirituales y materiales de cada uno.
Veamos el gráfico.
Solo una persona segura en su interior y consciente de sí
misma (Aries) puede presentarse de una forma auténtica y honesta ante los demás
y abrirse con total disposición (Libra), sin que su esencia quede perjudicada.
Una persona así es libre en sus relaciones y, al mismo tiempo,
actúa como factor de orden y de equilibrio en su entorno.
Pero, si domina la inseguridad, se busca estabilidad en el
otro, aunque la realidad es que el otro es siempre espejo de uno mismo y
refleja aquellas partes desconectadas propias que no queremos reconocer:
reconocerse en el otro, aceptar la imagen del espejo, ayudan a encontrar y
mantener el equilibrio interno.
La paz, la armonía y el equilibrio interno, así como la
creatividad y el sentido del humor, son condiciones indispensables para
conseguir un buen contacto con los demás.
Te recomendamos que, durante este plenilunio, cultives estas
cualidades de forma especial y busques el equilibrio: en ti y en tus
relaciones.
Hércules y el equilibrio
entre la personalidad y el alma.
En su libro Los trabajos de Hércules, Alice Bailey nos cuenta
que, para su séptima tarea, Hércules debe trasladarse hasta Erimanto y capturar
un jabalí que tiene a la población asolada.
A poco de iniciar el camino a las altas montañas, Hércules
coincide con Folo, su amigo centauro.
Para celebrar el reencuentro, Folo propone a Hércules abrir un
tonel de vino que pertenece al grupo de centauros y que únicamente podía
abrirse estando todos presentes, algo que no se cumplía en esa ocasión.
Desviándose de su tarea, Hércules acepta la invitación, a la
que también se suma Quirón, otro compañero centauro de Folo.
Los tres empiezan a beber de forma tan descontrolada que, del
bullicio que hacen, acaban despertando al resto de los centauros, que aparecen
ante ellos encolerizados.
Se entabla entonces una severa lucha entre unos; y Hércules,
fuera de sí, mata por error a sus dos amigos centauros.
Tras el trágico desenlace, nuestro protagonista escapa hacia
lo alto de las montañas, retomando también su búsqueda del jabalí.
Ingenia entonces una trampa y se oculta mientras espera su
llegada, que no sucede hasta la llegada del alba.
Hércules captura entonces el jabalí y lo domestica hasta que,
una vez amaestrado, desciende por la senda hasta el pueblo... feliz, cantando y
bailando, mientras la población de Erimato se suma a su alegría y queda
aliviada sabiendo que el jabalí ha dejado de ser una amenaza para ellos.
Veamos ahora qué enseñanza nos reserva la historia...
Simbólicamente, el jabalí es la personalidad cautiva del
deseo, guiada por la pasión de los sentidos y que devasta la vida de los
hombres.
Al deseo, a esa bestia salvaje, no se le puede domar desde el
mismo plano del deseo, como le sucede a Hércules al principio del relato.
Después de la tragedia, Hércules asciende a las montañas para
retomar su trabajo, que no deja de ser una alegoría de la necesaria elevación
del buscador para poder luego encontrarse con su parte más sabia.
El mito nos remite y recuerda claramente que únicamente a
través de nuestro «yo superior», es decir, desde el equilibrio, el silencio y
la paz, podemos, integrar nuestra personalidad, antesala de la iluminación (el
amanecer).
Una vez capturado el jabalí de la personalidad, Hércules lo
domestica. Es decir, no lo aniquila ni elimina, sino que lo integra a la
personalidad, que es nuestro vehículo de expresión del alma, nuestro «yo
superior».
El mito finaliza con la alegría de Hércules descendiendo con
el jabalí amaestrado por el sendero que descendía de lo alto, algo que también
celebran las gentes de la zona.
A diferencia de la alegría inicial fruto del deseo, esta
alegría última procede de una esencia imperecedera, armónica y equilibrada, que
además es amablemente contagiosa y fundamentalmente compartida, porque no se
obtiene a costa de nadie ni de nada.
Es esa alegría natural procedente de nuestro corazón, obtenida
del equilibrio del par de opuestos, que a todos abraza, guía e ilumina.
Y para ilustrar este trabajo compartimos contigo este grabado
de Antonio Tempesta.
El signo de Libra y la
casa Séptima
Los Signos del Zodíaco representan cualidades del Temperamento
en la Carta Astral y nos aportan información sobre el carácter de la persona
según el elemento y la modalidad a que pertenecen. Los Planetas que los ocupan
nos aportan información sobre los elementos y modalidades dominantes en la
conducta personal.
Las Casas astrológicos están relacionadas con el mundo externo
y los distintos ámbitos a través de los cuales expresamos nuestra
individualidad. Los Planetas expresan la energía a través de estos sectores y
son moduladas por la respuesta del entorno.
Aunque pertenecen a áreas de la carta distintas, a menudo se
relaciona el signo de Aries con la Casa Primera, y en diversos posts vamos a ir
explicando el significado del signo y de la Casa correspondiente. Son textos
adaptados del libro Psicoastrologia y Numerología Tántrica, de María Lapuente y
Rosa Solé, Ed. Alas 2019 y que se puede adquirir a través del siguiente ENLACE
Seguimos con Libra y la Casa Séptima:
Libra: (7º signo del zodiaco; Mes: 23 de septiembre – 21 de octubre
Números asociados: Nueve del 23/09 al 30/09 y Diez del 01/10
al 21/10
Libra es un signo de Aire y Cardinal. Está regido por Venus.
Es el signo de la
armonía y del buen equilibrio, son personas amables y demuestran mucha
paciencia, les disgusta la crítica debido a que siempre les gusta dar una
imagen positiva.
Libra es el símbolo del acuerdo y de la valoración y la
ponderación de puntos de vista distintos. Está relacionado con la evaluación de
las propias intenciones. Tiene un sentido de la justicia muy desarrollado y,
con su capacidad de establecer puentes entre opiniones opuestas, puede
restablecer la armonía y el equilibrio donde reina el conflicto. El querer ser siempre justo puede convertirse
en una carga, y el esfuerzo por ser objetivo conducir a la indecisión,
situación que se agrava por la búsqueda constante de la armonía.
Libra es un pensador; comprende la sociedad en la que vive e
intenta reconciliar a las personas, así como establecer un puente entre los opuestos.
Se le llama, concretamente, “el Pacificador”, pero no es pasivo. A menudo
simula estar de acuerdo, mientras que calladamente actúa como realmente desea.
Su espíritu de lucha puede despertarse con la injusticia. Es hábil sopesando
los elementos en conflicto y utilizando la persuasión para lograr acuerdos
entre los mismos.
A nivel personal le resulta difícil decir “no”, y suele prometer más de lo que puede cumplir, por lo que luego se lamenta de los compromisos adquiridos. Siempre consciente de los pros y los contras de una situación, puede aplazar o retrasar una decisión, y perder así oportunidades.
Encantador; amante de la armonía; de trato fácil; romántico;
diplomático; idealista; disfruta con unas condiciones de vida placenteras;
gusta de los rituales; necesidad de equilibrio. Indeciso; fácilmente
influenciable por otros; crédulo; desea ardientemente la aceptación.
La Casa Séptima: REINO DEL
EFECTO ESPEJO (Las relaciones)
Si en la Casa Sexta la experiencia del yo es la capacidad
práctica de encontrar nuestro espacio en la sociedad – a través de una
profesión y del servicio a la sociedad -, en la Casa Séptima el foco de
atención son las relaciones con uno mismo y con el entorno. Los contactos son
el espejo a través del cual el yo sigue su evolución. La persona se prepara
para el compromiso en asociaciones y relaciones vinculantes.
La Casa Séptima tiene que ver con la cooperación, el
entendimiento y los acuerdos, donde no se puede imponer el propio poder en
contra del de los semejantes. Cada cual aporta y contribuye en beneficio de la
cooperación consciente.
Actúa como una caja de resonancia de la primera Casa. El
sentido de identidad y la consciencia objetiva se ven reforzados por los
contactos íntimos del “tú a tú”. Se experimenta conflicto o armonía. Solemos
buscar la pareja que nos proporcione aquello que creemos que nos falta, o a
aquellas personas que nos proporcionan seguridad. Quienes más nos desagradan a
menudo reflejan también una parte de nosotros mismos, y se convierten así en
víctimas culpables de nuestros propios defectos. Dar y recibir dentro de una
relación, proporciona un medio de autoconocimiento. La felicidad es una
experiencia compartida.
Aquí la persona está dispuesta a negociar, aprende rápidamente
a diferenciar lo esencial de lo superfluo y cuida de actuar de una forma justa
con los demás. Normalmente existe la capacidad de diferenciación. Cuando hay
plena seguridad, se está abierto a los demás y se interrelaciona con ellos
reaccionando de manera sensitiva.
La búsqueda en esta Casa es encontrar el equilibrio entre las
necesidades propias y las del resto del grupo.
Esta casa es la que mejor entiende el “ponerse en el lugar del otro”, de
aquí que es un buen espejo para que los demás puedan sentirse valorados en su
justa medida y con la ayuda de este reflejo expresar lo mejor de ellos
mismos. Nos ayuda a reflexionar sobre
las consecuencias de nuestro comportamiento.
Por lo tanto, tal y como escribió Oscar Wilde: “Uno no puede
ser demasiado cuidadoso al elegir sus enemigos: nos ayudan a encontrar y
corregir aquellas debilidades que nuestros amigos, educadamente, ignoran”.
A nivel inconsciente existe una dependencia o adaptación
excesiva por la necesidad de armonía. A
nivel consciente está el sentido de la igualdad tú-yo / yo-tú, la relación
basada en una auténtica tolerancia, asumiendo las necesidades de ambas partes
tanto a nivel de negocios como emocionales o de cooperación para un mundo
mejor.
Para profundizar un poco
más
Queremos recomendarte dos artículos de Assagioli que pueden
ayudarte a comprender mejor el arquetipo de Libra:
El primero, muy afín a la energía de Libra, es sobre el
equilibrio de los opuestos.
El segundo, que sintoniza perfectamente con el mito del
trabajo de Hércules en este signo, está dedicado a la alegría.
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