Ya estoy harto

De verdad que ya estoy harto, que si el eclipse de penumbra, que si
Putin nos quiere tirar una bomba, que si Biden ha hecho el mayor negocio de USA, toda Europa “obligada” a gastarse en armamento el 2% del presupuesto nacional, y eso es una cantidad de millones descomunal, y además, que si los puertos butaneros están llenos de barcos cargados de gas para venderlo a un suculento precio aprovechando el cierre del gas ruso. -Tengo dudas sobre quienes habrá atentado contra los tubos de gas del Báltico. -Que si en Italia la ultraderecha asume el poder, que si Gran Bretaña está que naufraga. -Que si en España los socialistas están haciendo la campaña publicitaria más cara de la historia de Europa usando los fondos públicos sin disimular. -Por lo menos los conservadores de antaño le compraban el voto de los pobres y lo hacían con más claridad y les compraban el voto por un “duro”. Estos no, compran el voto a millares con el dinero de todos. Ahora se han comprado un autobús amarillo para publicitar a los de la SS con el engaño de salario del ingreso mínimo vital. Que si la ley más importante es la ley “Trans”, para que uno cambie de sexo cuando quiera a su gusto, lo que significa que no hay cosa más importante para legislar en este país. Harto estoy de verdad.

Me voy. ¿A dónde vas mi Lord? Me voy al futuro para alegrarme la vida.

-Hoy me han llamado “lord”, supongo que será cosa del traductor. Lord está muy chulo, a pesar de la manía que les tengo a los ingleses, que será cualquier cosa menos envidia.

-Oiga mi lord ¿a dónde nos va a llevar?

-Al futuro, vamos a viajar al futuro.

Abro la caja de los relojes mágicos, que van provistos de alfombra mágica voladora y me cojo el reloj de las “enhorasbuenas”, el reloj del ciclo de Venus y Júpiter en Piscis cuya función es dar las horas buenas, las “enhorasbuenas”.

-Estoy que me doy una “enhorabuena encima”, ya no me aguanto más.

Destapo la tapa del reloj de las horas buenas y lo programo para un tiempo y un lugar donde se superen las 60 astrodinas de horas buenas.

Se despliega la alfombra, súbase el que quiera. Menos ella, la que se cansa de leer, que es como los niños meones que cuando vas de viaje, a mitad de camino quieren hacer pipí y todo el mundo tiene que bajar del coche. Ella que se quede, por meona.

Y nos vamos al futuro, un futuro merecedor de enhorabuena. Tú sabes que gusto salir de este “pesadumbroso” presente y volar hacia un futuro mejor. Y todo gratis. Ale vámonos a ver donde nos lleva el reloj mágico del ciclo de Venus y Júpiter en Piscis.

En el reloj de bitácora de la alfombra se observa la carta del cielo del ciclo calculada para Buenos Aires, donde Júpiter y Venus son “angulares” en la cúspide de la Casa VI, donde salen a escena la noble clase trabajadora, al mismo tiempo el Sol y la Luna también son “angulares” en la cúspide de la Casa VII, donde salen a escena los enemigos declarados de un país, el Sol señala al gobernante actual y la Luna ya sabes tú a quien.

Agárrate que voy a poner el reloj a más de 60 astrodinas de “enhorasbuenas” volamos a una velocidad de más de mil kilómetros por nanosegundo, millones de veces más rápidos que la velocidad de la luz, a esa velocidad viaja la imaginación……. de los que la tienen, los que no, no.

Llegamos con nuestra alfombra mágica a finales del mes de octubre de 2023, sobrevolamos la Plaza de mayo, aire suave de la primavera cálida argentina nos sacude el rostro, alegría en las calles, enhorabuenas por aquí enhorabuenas por allá. ¿Qué pasará?

Vamos a mirar el reloj de bitácora de a bordo a ver qué se ve.

Están sonando más de 60 astrodinas, eso significa que después de estos últimos meses de 2023, ya nunca más serán las cosas como eran antes en Argentina.

Enhorabuena, que alegría por favor. Que gusto da viajar por el futuro cuando el futuro es bueno, sino, no.

-Pero ¿qué estás viendo “mi lord”?. Eso no te lo puedo detallar si no les haría la competencia desleal a los chicos de las prensa y son ellos los que lo tendrán que contar. Solo sé que aquí en Argentina, a la vuelta de un año se siente una alegría descomunal.

Tito Macia.