Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí.
Hay pocas cosas en la
vida que puedan aportarnos tanta alegría, satisfacción y apoyo como nuestras
relaciones románticas. Cada individuo merece una relación que crezca y provea
alegría infinita a lo largo de su vida. Cualquier relación puede ser una alianza
exitosa y satisfactoria, pero requiere tiempo, esfuerzo y trabajo.
He aquí cuatro consejos
para cultivar una relación duradera:
1. Comprométanse a crecer y cambiar juntos.
El cambio es una parte
necesaria para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. A veces nos
resistimos al cambio porque lo vemos como una conmoción o un disturbio en
nuestra vida, pero el cambio también es responsable de nuestras experiencias
más felices. La verdad es que estamos cambiando constantemente de formas que no
podemos percibir en su totalidad. La única opción que tenemos en la vida es
decidir hacia dónde queremos dirigir nuestro cambio. Acoge el cambio y busca
maneras de crecer con él.
Crecer y cambiar suena
como una labor difícil y dolorosa. Si bien es cierto que implica mucho
esfuerzo, no tiene que ser dolorosa sino consistente. Si quieres ser exitoso en
cualquier área, ya sea en tu profesión, tu estado físico o incluso como padre,
debes hacer un esfuerzo. Raras veces consideramos nuestras relaciones de la
misma manera. A fin de que nuestras relaciones prosperen, debemos desear el
cambio positivo y el crecimiento, y esforzarnos proactivamente en pos de ello.
Tu felicidad y la de tu
pareja depende de cuánta energía inviertan en cultivar, alimentar y desarrollar
la relación. La base de una relación debe ser que ambas personas deseen crecer
y cambiar, y que ambos estén dispuestos a cambiar con la ayuda del otro.
2. Entra en contacto
con tus propios pensamientos, emociones y desencadenantes, a fin de que puedas
compartirlos con tu pareja.
Ser emocionalmente
inteligente es un aspecto clave para desarrollar una relación sana. Requiere
entender y asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos y las situaciones
en las que nos encontramos, y trabajar para descubrir los orígenes de nuestra
tristeza, enojo o frustración.
Si no estás en contacto
con tus propios pensamientos, sentimientos, desencadenantes y traumas del
pasado, entonces no puedes comunicarlos a tu pareja. Quizá esperes que ella lea
tu mente, entienda cómo te sientes o que haga cosas por ti sin que tengas que
explicarte, lo cual impone una presión innecesaria en la relación.
Dedica tiempo a entrar
en contacto contigo mismo. Cuestiona tus propias ideas y sentimientos, y
profundiza para hallar dónde se originan. Esto no solo te ayudará a entenderte
mejor a ti mismo, sino que también permitirá que tu pareja te comprenda
claramente.
3. Creen un espacio
seguro para que ambos puedan abrirse.
Muchas relaciones
terminan porque las parejas olvidan cómo comunicarse, respetarse o tratarse con
gentileza. Si una persona siente que tiene que defenderse o protegerse
constantemente, podría cerrarse o alejarse, lo cual hace imposible que crezcan
o se eleven como pareja.
Creen un entorno donde
se permitan revelar mutuamente los aspectos más sensibles y privados de su ser,
sin miedo a la crítica. El simple hecho de saber que somos amados
incondicionalmente nos hace sentir seguros. Compartir tus miedos, traumas o
vergüenzas implica vulnerabilidad y apertura, pero cuando lo haces, creas un
espacio en el que ambos se sienten comprendidos y se fortalecen juntos.
Pregúntate: ¿Están
cómodos con el hecho de revelarse ante ustedes mismos? ¿Qué están haciendo para
aumentar el nivel de seguridad y confianza?
4. Mantén la curiosidad
por conocer a tu pareja.
En la etapa inicial de
una relación, generalmente queremos saberlo todo sobre la otra persona. Pero,
en algún punto, tendemos a dejar de hacer preguntas. La vida se colma tanto de
trabajo, familia o hijos que parece que no hay tiempo para profundizar en las
experiencias emocionales de cada uno o, peor todavía, podríamos asumir que
sabemos todo lo que hay que saber de la otra persona.
Emociónate por
descubrir algo nuevo sobre tu pareja, sin importar cuánto tiempo hayan estado
juntos. Dediquen tiempo a hacer preguntas y aprender sobre el mundo del otro en
mayor detalle, desde la infancia hasta las experiencias actuales. Conoce qué la
moldeó en la persona que es hoy en día y la persona de quien te enamoraste. Si
inviertes tiempo y esfuerzo, comenzarás a enamorarte de una versión todavía más
completa de la persona con la que estás.
Una relación espiritual
es una relación consciente en la que dedicamos nuestros pensamientos y nuestra
energía en fortalecerla. Tal vez no siempre lo logremos con éxito, pero lo
importante es que pensemos en estos conceptos y nos esforcemos por alcanzarlos.
Ten presente que puedes tener la vida y la relación que deseas. Sin importar
cómo te sientas por tu relación en este momento (en especial si está marchando
bien), reconoce que puede ser más fuerte, más profunda y mejor. ¡Ahora es el
momento de poner manos a la obra!
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