El 25 de octubre tendrá lugar la Luna Nueva en el grado 2 de Escorpio, con un eclipse parcial de Sol.
Visible en Europa, en España únicamente se
verá en la zona noreste y con muy baja magnitud, hacia el mediodía.
Muchas culturas antiguas asociaban los
eclipses a desastres relacionados con el miedo a la pérdida de la luz solar.
Pero en el siglo XXI, dentro de la corriente de la astrología humanista, se resalta la oportunidad del eclipse de Sol para que prestemos
especial atención a lo invisible, a aquello daimónico que envuelve la fuerza de nuestro ego solar.Por tanto, cuando ocurre un eclipse de Sol,
podemos aprovechar para examinarnos de una manera especial, identificando algo
que normalmente nos pasa desapercibido, para luego reflexionar sobre ello.
Veamos el gráfico.
Como podemos observar, Plutón confronta al
Sol, la Luna y Venus (juntos en el mismo grado), por lo que ideales y valores
superiores quieren ser vistos y escuchados.
Si a ellos les sumamos Marte en Géminis, se
configura un gran triángulo de aprendizaje, una figura de aspectos que busca
capacidades comunicaticas, nuevas enseñanzas y asertividad para expresarlas.
Escorpio y el aspecto de Plutón su regente,
estimulan el silencio interno para transformar antiguos patrones y así poder
escuchar la melodía de la Vida, la armonía venusiana.
Tenemos también una figura lineal.
La formada ente Nodo/Urano, Saturno y
Mercurio, que propicia cambios de actitud, cierre de etapas y nuevos comienzos
relacionados con la casa donde se encuentre el eclipse.
El símbolo sabiano del 2º de Escopio que
corresponde a este Novilunio dice así: «un delicado frasco de perfume yace
roto, liberando su fragancia».
Es interesante recordar que una nueva y mayor
conciencia exige el sacrificio de algo que ha traído belleza y fragancia a una
forma cómoda (zona de confort) de vivir y sentir.
Puede que los viejos sentimientos (Escorpio)
sean recordados con añoranza, incluso entrando en una esfera más amplia de
experiencia. Y es que el recuerdo de las viejas relaciones, a veces, puede
perdurar de forma intensa y nostálgica.
Este símbolo sabiano lo podemos relacionar
con la naturaleza accidental de oportunidades que empujan a romper con el
pasado, cuyo recuerdo quizá todavía permanece intenso.
Es el momento de preguntarte cómo honras tu
pasado y cómo puedes aprovechar todo lo aprendido para seguir hacia delante.
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