Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí.
Todos tenemos ocupantes que viven en nuestra cabeza sin pagar alquiler. Ocupan
espacio, agotan nuestros recursos y no nos aportan nada valioso a cambio. Estos
ocupantes son pensamientos negativos como dudas, rencores y miedos, que pueden
conducir a una gran ansiedad.
Si la mala noticia es que todos somos propensos a permitir que estos ocupantes tomen espacio en nuestra mente, la buena noticia es que todos tenemos el potencial de cambiar nuestros pensamientos, disminuirlos y, en definitiva, deshacernos de ellos, lo cual reduce la cantidad de estrés que sentimos.
He aquí
cinco consejos espirituales para ayudar a reducir los pensamientos ansiosos:
1. Comienza
con la creencia de que tienes el poder para deshacerte de tu ansiedad.
Superar la
ansiedad comienza con la creencia interior de que somos capaces de deshacernos
de los pensamientos negativos que nos atormentan. Es casi imposible realizar
algún progreso en eliminar estos pensamientos sin creer que es posible. Las
demás herramientas y trucos para manejar el estrés no pueden hacer mucho sin
esto.
Ten la
certeza de que es posible superar la ansiedad y confía en que tienes la capacidad
en tu interior para lograrlo. Sin importar cuán fuertes sean tus pensamientos
negativos, no son nada en comparación con el poder que tienes de elegir tu
mentalidad. Puedes reconsiderar, reiniciar y decidir hacer que tu día sea lo
que tú quieres que sea, libre de los ocupantes.
2. Determina
qué vale la pena tomarse en serio.
Nuestros
egos quieren que creamos que todo lo que nos ocurre es demasiado importante:
los comentarios hirientes que alguien dijo de nosotros, el hecho de que alguien
se nos atraviese en el tráfico o que estamos llegando tarde a una reunión. Pero
cuando hacemos un análisis, ¿cuántas de las cosas que nos alteran a lo largo
del día son lo suficientemente serias como para impactar de forma radical
nuestra calidad de vida?
Con mucha frecuencia,
perdemos de vista lo que de verdad importa y nos concentramos demasiado en los
pequeños obstáculos en el camino. Esto hace que nos sintamos desilusionados,
enojados o tristes a menudo por cosas triviales. Las ansiedades suelen ser una
acumulación de estos pensamientos negativos con el paso del tiempo.
Tómate tu
trabajo de vida con seriedad, pero practica vivir más ligeramente al
concentrarte en lo que es más importante. Pregúntate: ¿Dónde estoy
reaccionando? ¿Con qué rapidez reacciono a las cosas? ¿Las cosas a las que
reacciono son reales o ilusorias? Presta atención a algo que te altere esta
semana. ¿Fue algo por lo que valía la pena alterarse? Empieza a cambiar el
lente a través del cual miras tu experiencia de vida y después, en efecto, tu
experiencia cambiará.
3. Considera
la ansiedad como un llamado a cambiar algo en tu vida.
Cualquier
emoción negativa que experimentamos tiene el propósito de despertarnos,
mostrarnos dónde debemos hacer un ajuste en nuestra vida. Nuestra alma, la
parte más genuina de nuestro ser, quiere que invirtamos nuestro tiempo y
nuestros esfuerzos en revelar Luz y bondad en el mundo. Cuando perdemos esto de
vista, el alma se vuelve ansiosa; como una persona que despierta y no sabe
dónde se encuentra. Los pensamientos ansiosos son el alma diciéndonos que no
estamos en el lugar correcto o no estamos haciendo lo que deberíamos.
Cada emoción
se presenta para guiarnos. Cuando nos sentimos tristes o ansiosos, es natural
simplemente querer superarlo y seguir adelante. Pero, más importante aún,
deberíamos esforzarnos por cambiar gracias a esto a fin de que no tengamos que
experimentarlo con la misma intensidad nuevamente. A veces, algunas lecciones
son más fáciles que otras, pero ya sea que veamos la lección o no, el mensaje
es el mismo: debe haber un cambio.
4. Comprende
que tus emociones influyen a las personas que te rodean y viceversa.
¿Alguna vez
has notado que, cuando alguien está de mal humor, sus emociones comienzan a
afectarte? Somos influenciados por todo lo que nos rodea, incluyendo los
pensamientos y sentimientos de otras personas. Es por ello que es importante
ser conscientes de la compañía que tenemos, pero también ser conscientes del
efecto que tenemos en quienes nos rodean.
Tenemos la
responsabilidad de manejar nuestras emociones intensas porque estas irradian de
nosotros y las personas que nos rodean las sienten. Incluso si no lo demuestras
ni dices una palabra, tu esencia es percibida por amigos, familia y niños.
5. Confía en
ti mismo y en el Creador. Las dudas interrumpen el flujo natural de las
bendiciones.
La sabiduría
de la Kabbalah enseña que todos estamos destinados a experimentar dicha y
bendiciones. Pero cuando permitimos que entren las dudas, en realidad estamos
diciendo: “Quizá estoy completamente desconectado del Creador. Tal vez las
bendiciones nunca lleguen a mí”. Estos pensamientos se convierten en profecías
autocumplidas que interrumpen el flujo de la dicha que viene hacia nosotros.
Aprecia el
poder de la duda y cuán importante es combatir esa tendencia natural. Todo lo
que tu alma necesita está esperando entrar en tu vida. Toda la sabiduría, todas
las respuestas y toda la orientación están a tu disposición. Lo único que se
interpone en el camino es la duda.
Todos
sentimos ansiedad a veces, pero tenemos el poder en nuestro interior de cambiar
nuestra mentalidad en cualquier momento. Podemos reenfocarnos en lo que es
verdaderamente importante, encontrar las áreas de nuestra vida que necesitan un
cambio y desarrollar una certeza de que las bendiciones que necesitamos están a
la vuelta de la esquina. Somos seres poderosos que podemos echar a esos
ocupantes de nuestra cabeza y crear para nosotros una existencia más feliz y
más sana.
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