Esta semana exploraremos las cuatro prácticas del Camino del Visionario: La Maestría del Tiempo, Adueñarte de tus Proyecciones, la No-Mente y la Alquimia Indígena. Tómate un tiempo para reflexionar profundamente sobre cada práctica y sobre cómo podría cambiar tu vida.
Maestría del Tiempo. Para dominar el tiempo, debes abandonar la idea de que el efecto sigue a la causa y adentrarte en la corriente de la atemporalidad. En Occidente nos han enseñado que el tiempo fluye en una sola dirección, que el futuro siempre está delante de nosotros y el pasado siempre está detrás. Esto es el tiempo monocrónico, que fluye linealmente, a un ritmo mezquino de un día para otro. Pero el tiempo no sólo vuela como una flecha; también gira como una rueda. Por eso el
tiempo policrónico se considera sagrado. Aquí el futuro se filtra en el presente para convocarnos y podemos cambiar acontecimientos que ya han ocurrido. Los Laika creen que la casualidad de los acontecimientos, como el hecho de que dos personas se encuentren por casualidad, es tan importante como su causa, o por qué esas personas estaban en el mismo lugar al mismo tiempo. La sincronicidad permite la causalidad futura y se interesa más por el propósito y el significado de un acontecimiento que por su causa.Adueñarte de las proyecciones. Para ser dueño de tus proyecciones, debes descubrir y reconocer
las partes de ti mismo que te has negado a mirar. Resulta que todo lo que crees
que es cierto sobre las personas que te rodean o las situaciones en las que te
encuentras, refleja una historia que tienes sobre el funcionamiento del
universo. Cuando entiendas esto, podrás analizar detenidamente todas las
situaciones difíciles de tu vida y cambiarlas desde dentro. El psicólogo Carl
Jung llamó a estas partes ocultas la sombra. Nuestras sombras son aquellas
partes de nosotros mismos que nos hacen sentir que no somos lo bastante buenos,
que no nos quieren o que somos un fracaso y nunca seremos felices; y la
proyección es el mecanismo a través del cual arrojamos estas cualidades
indeseables sobre los demás. Por otro lado, también proyectamos sombras
positivas. Marianne Williamson dijo una vez que no es nuestra oscuridad lo que
más tememos, sino nuestra luz, lo que significa que tendemos a repudiar nuestra
propia belleza y nuestro tremendo talento, manteniéndonos pequeños y
disminuidos.
La No-Mente. Practicar la no-mente requiere que te liberes de tus pensamientos
y entres en contacto con el sabio interior, que está más allá de los
pensamientos. Para ello no es necesario pasar horas y horas meditando, aunque
la práctica puede ayudar a cualquiera que desee dominarla. Cuando seas
consciente de cómo tu mente salta tontamente de pensamiento en pensamiento,
puedes sentarte tranquilamente, divertido por su actividad. El desfile de
pensamientos continuará, pero no quedarás atrapado en él. Sólo existirá el
sabio. Pasas de identificarte con el parloteo a convertirte en el sabio haciéndote
preguntas como “¿quién está herido?”, “¿quién está enojado?” y “¿quién llega
tarde a la oficina?”. Lo que te lleva a casa del sabio es siempre esto: “¿quién
es el que hace la pregunta?”. En cuanto te preguntas esto, rompes el trance y
la mente se disuelve. Sólo queda el espíritu, porque el Espíritu es el sabio.
Alquimia Indígena. La alquimia indígena consta de cuatro pasos: identificación,
diferenciación, integración y trascendencia. La identificación es la cualidad
de la serpiente; la diferenciación, la del jaguar; la integración, la del
colibrí; y la trascendencia, la del águila. Cuando una Laika quiere resolver un
problema, practica la alquimia indígena y luego se abre camino hasta un nivel
superior de percepción, donde las soluciones están fácilmente disponibles.
Siempre estamos en proceso de identificación con algo, de diferenciación o
integración con otras y de trascendencia de otras. La forma de salir de la
identificación (hacia el jaguar) es adueñarse de la proyección. La manera de
salir de la diferenciación (hacia el colibrí) es convirtiéndola en una
declaración de viaje y preguntándote: “¿qué tengo que hacer para seguir
adelante?”. El camino más allá de la integración hacia la trascendencia (hacia
el águila) es ver oportunidades donde antes sólo veías problemas. La alquimia
indígena te permite aprender dentro de ti, en lugar de a través de tus hijos,
padres, pareja y compañeros de trabajo.
¿Qué has aprendido sobre el Camino del
Visionario?
Dr Alberto Villoldo, extracto del
libro “Las Cuatro Revelaciones: Sabiduría, Poder y Gracia de los Guardianes de
la Tierra”
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