El cuerpo necesita
diariamente 1000 mg de calcio. Un vaso de leche contiene 280 mg y 50 gramos de
brotes de alfalfa 875 mg. Pero el marketing y nuestras costumbres nos llevaron
a consumir leche vacuna para ingerir el calcio que nuestro organismo necesita.
Igualmente, ¿será verdad que necesitamos tanto calcio? ¿Las proteínas de la
leche vacuna son compatibles con nuestro organismo? :: Según la Asociación
Americana Gastroenterológica (AAG) la leche vacuna “es la principal causa de
alergias en niños y bebés”.
Esto se debe, entre otras
cosas, a que a partir de los 2 años el ser humano comienza a producir menos
renina y lactasa, enzimas que ayudan a digerir la lactosa presente en la leche
vacuna. Además, varios estudios indican que la gente que sufre de
palpitaciones, asma, jaquecas, fatiga y/o problemas digestivos, nota una pronta
mejoría al eliminar el consumo de productos lácteos.
Según el Doctor Gabriel
Cousens “Finlandia es el país con más alto consumo de leche en el mundo, y
también es la nación con la tasa más alta de diabetes insulino dependiente per
cápita”. Resulta al menos interesante comparar a Finlandia con Japón, ya que
este último tiene el menor consumo de leche y también la menor tasa de
diabéticos. Además, en Japón y China donde casi no consumen lácteos, poseen los
más bajos niveles de osteoporosis, además solo el 0,12% tiene cáncer de mama y
próstata, mientras que en los países occidentales la tasa supera el 12%.
La falta de calcio no es
una preocupación para quienes consumen alimentos de origen vegetal. De hecho,
como ya publicamos en varios artículos, las algas, los frutos secos, semillas,
hojas verdes, etc. constituyen una buena fuente de este mineral. Un
artículo publicado en el Postgraduate Medical Journal en 1976, reveló que “no
se ha verificado que la deficiencia de calcio en el organismo tenga que ver con
una dieta con bajos niveles del mismo”.
Entonces, por ejemplo, los
altos índices de osteoporosis en las personas que consumen y/o consumieron
grandes cantidades de leche vacuna, ¿a qué se deben?
Según varios especialistas,
las proteínas de origen animal producen un estado ácido y con alto contenido de
fósforo que extrae el calcio de los huesos.
En 1985 la American Journal
of Clinical Nutrition (AJCN) realizó un estudio demostrando que “los productos
lácteos pasterizados sin agregado de calcio sintético no brindan ninguna
protección contra la osteoporosis”. Sí, leíste bien, este estudio se realizó en
1985. Y la pregunta es, ¿por qué no se difunde esta información? ¿Será porque a
muchas industrias no les conviene?
Dato sumamente interesante
es que dos terceras partes de nuestro organismo están constituidas por agua y
el elemento que compone el 65% de nuestra estructura física es el oxígeno. Pero
el calcio solamente forma parte del organismo en un 1,4%. Por lo tanto, en el
día de hoy, ¿cuánto oxígeno consumiste? O sea, ¿cuánta fruta, verdura, semillas
activadas, brotes, etc. ingeriste? :: Ahora supongamos que este informe es una locura
mística que se me ocurrió escribir en este momento. Y que todos los datos
documentados que indiqué son mentiras. Simplemente te invito a que vayas a
cualquier jardín maternal y le preguntes a las maestras cuántas veces por mes
se enferman los bebes que toman leche materna y cuántas los que toman leche de
formula o vacuna. :: Espero que se siga difundiendo esta información así cada
uno la puede analizar y decidir qué hará con su alimentación y la de sus hijos.
¿Por qué tomar leche?
Somos mamíferos, nuestra
madre produce leche para nosotros, pero solamente por una etapa de la vida.
Nosotros hemos adoptado otra madre, la vaca, le robamos la leche a los becerros
y pretendemos tomarla toda la vida.
Cada día escuchamos más
acerca de los daños que la leche de vaca y sus derivados causan a la salud
humana. Especialmente los quesos crudos de rallar. A través de nuestras
investigaciones hemos podido constatar que la leche es un caldo ideal de
cultivo para los Estreptococos, unas bacterias que le dan sabor a los quesos,
pero que se asocia con infecciones de amígdalas (anginas o tonsilas) y la
peligrosísima fiebre reumática. También encontramos Estafilococos relacionados
con sinusitis, halitosis, diarreas y muchas otras enfermedades tales como
neumonías y meningitis.
La gente la consume,
principalmente porque cree que es la fuente natural ideal de calcio. Olvidan
que no sólo hace falta este mineral, sino también un fijador de calcio (el
fosfato) que debe llegar al organismo a través de unos aceites transportadores:
los fosfolípidos. Pero además se necesitan otros nutrientes, como el cobre y la
vitamina C, que ayudarán a formar bien la matriz donde se fijará el calcio: el
colágeno tipo I. De la misma manera se necesitarán aminoácidos, magnesio y
hormonas. Particularmente la calcitonina, hormona proveniente de la tiroides y
la hormona de crecimiento, proveniente de la hipófisis y – parcialmente – del
páncreas.
Sin los fosfolípidos
suficientes, no se fija el calcio. Es como hacer una columna, con arena,
piedras y cabillas, pero sin cemento.
Otra razón por la que la
gente consume leche y quesos es por el supuesto contenido en proteínas. La
leche de la vaca contiene el triple de proteínas que la leche humana, pero
carece de factores, como el DGLA derivado del ácido graso omega 6, que es
importante para el sistema inmunológico y el cerebro del recién nacido. Cuando
el becerro cumple un año, es destetado y aprende a comer hierbas y espigas con
semillas, ricas en proteínas y materiales como la celulosa y el almidón, que al
fermentarse, por acción de las bacterias lactoacidófilas de la panza del
animal, le aportará más proteínas y vitaminas.
Los seres humanos estamos
diseñados para depender de la leche humana hasta los tres años de edad. Pero
antes de esa edad, ya deberíamos estar consumiendo gran cantidad de frutas con
sus semillas, germinados y, particularmente semillas oleaginosas, a las cuales
nos adaptamos poco a poco, pero que constituyen un alimento ideal para el ser
humano pues aportan proteínas, mejor que la carne, leche, queso, huevos, aves y
pescado.
Muchos niños son alérgicos
a la leche de vaca, la mayoría de las veces por no poder digerir la lactosa,
después de los dos años de edad. A partir de los dos años de edad habrá
deficiencias de lactasa, la enzima que digiere al azúcar de leche. Por eso,
muchas personas sienten diarreas, pesadez, gases y otros malestares al consumir
leche.
Los descubrimientos
científicos poco a poco nos van indicando que la leche de vaca u otros
animales, no es un alimento adecuado para los seres humanos. He aquí un resumen
de algunos hallazgos asociados al consumo de leche y quesos:
Aterosclerosis
La crema de leche es un
factor determinante en el origen de aterosclerosis (placas de grasa en las
arterias) por su alto contenido en colesterol. El colesterol, junto con
triglicéridos oxidados y ácidos grasos trans, que provienen de los aceites
refinados y margarinas, forma parte de las lipoproteínas de baja densidad y,
especialmente de las “lipoproteínas APO”, cuyo objetivo es depositarse en
aquellas arterias que se encuentran debilitadas. El resultado es que tras
varios años de consumo diario de estas grasas, las arterias terminan
obstruyéndose. Tres vasos de leche completa contienen tanto colesterol como
veintiún (21) tajadas de tocino.
Algunos prefieren la leche
descremada, pero cuando se comen un helado de 200 gramos están consumiendo la
nata de la leche. ¡Y es como si se comieran 24 tajadas de tocino! Además de los
problemas ateroscleróticos se presenta un fenómeno de calcificación de las
arterias conocido como “calcicosis”, porque el calcio de la leche, los quesos y
las pastillas de calcio tiende a calcificar dichos ateromas o pegotes de cebo
de las arterias. Los consumidores de lácteos presentan mas probabilidades
de infarto, trombosis y hemorragias cerebrales que ninguna otra persona. Según
revelan las estadísticas la leche es el alimento que se vincula más
directamente a los infartos del miocardio, el calcio de la leche se deposita en
las arterias y las endurece.
Envejecimiento prematuro
Por la razón antes
expuesta, al obstruirse las arterias, disminuye la oxigenación tanto en el
cerebro como en las glándulas endocrinas. La hipoxia (escasez de oxígeno) va
destruyendo las neuronas. De la misma manera, las glándulas endocrinas se
calcifican, pierden funcionalidad, disminuyendo la producción de hormonas. La
pérdida de neuronas y de hormonas significa decrepitud: pérdida de memoria,
facultades, potencia sexual, energía y le abre las puertas a todas las
enfermedades degenerativas. Si al consumo de quesos y leche se le suma el
hábito de fumar y el consumo de “aguas negras” la degeneración arterial y el
envejecimiento y pérdida de la potencia sexual están garantizados.
Alergias
Además de la alergia a la
lactosa, debido a la presencia de 25 diferentes proteínas en la leche que
pueden inducir rechazo, la leche es considerada una de las principales
responsables tanto de las alergias cutáneas como de los bronquios. Es un
inductor del asma. Un 70% de niños llega a padecer erupciones cutáneas causadas
por la leche
Artritis Reumatoide
La leche, pero más aun los
quesos, y en especial los crudos, se asocian a la fiebre reumática. Pero aun
cuando se la trate con antibióticos y los estreptococos beta hemolíticos
desaparezcan, los linfocitos siguen atacando en las articulaciones y ahora el
diagnóstico cambia, pero la incapacitación continúa… La artritis está
invadiendo a los niños en forma epidémica y al parecer no se hace nada. Una de
las medidas salvadoras sería prohibir la producción y venta al público de quesos
crudos. En un queso puede haber microbios de tuberculosis, E-coli, y miles de
diferentes microorganismos más.
Asma
Los lácteos estimulan las
alergias respiratorias, adenoiditas, amigdalitis y el asma. Cuando a las
personas con estos padecimientos se les sugiere, casi se les ruega, que por una
temporada se abstengan de leche y sus derivados, el resultado es
sorprendente. Una enfermedad “incurable” como el asma, se puede curar definitivamente,
a veces con la ayuda de tratamientos inmunoterápicos naturales, como la
ortigoterapia, garantizan una curación rápida en un 100% de los casos ¡en unos
15 a 20 días!
Litiasis renal (Piedras en
los riñones)
La leche, al no contener
fosfolípidos que transportan al fosfato, que es el fijador natural de calcio en
nuestros huesos, no puede ayudar mayormente al crecimiento de huesos y dientes
en los humanos. Sin embargo, la creencia de que la leche y los quesos
fortalecen los huesos es un mito que cuesta dejar a un lado. Si hay alguna
dictadura sabrosa, es la del queso. Pero ¡cómo produce enfermedades! El calcio
de la leche se asocia a un enorme conjunto de enfermedades: artritis, artrosis,
cataratas, glaucoma, retinopatías, calcicosis de las arterias, cálculos
renales, calcificaciones en glándulas mamarias, tiroides, útero, próstata, etc.
Osteoporosis
La gente cree que para
combatir la osteoporosis necesitan tomar abundante cantidad de leche, quesos y,
por si fuera poco, pastillas de calcio. En los casos comprobados,además, les
agregan sustancias sintéticas peligrosas como el alendronato, el cual puede
afectar el funcionamiento normal de las mitocondrias en todas las células,
producir menos energía (ATP) y conducir a los infartos y al cáncer. Pero el
resultado más palpable del consumo de lácteos por los adultos y personas de la
tercera edad no es otro que el de la arteriosclerosis y calcinosis, como ya
hemos explicado. Las mujeres no dejan la osteoporosis, y los hombres tampoco,
aunque traguen toneladas de leche. Sólo en Estados Unidos, donde se bebe un
litro diario de leche en promedio, hay más de 30 millones de mujeres con
osteoporosis. Los países con mayor consumo de leche del mundo (USA, Inglaterra
y Suecia) son los que tienen una mayor incidencia de osteoporosis. Los países
con mayor consumo de leche son los que sufren más osteoporosis, pero en países
asiáticos donde no se consume leche no aparece esta enfermedad. En países como
China y Japón donde apenas se consumen lácteos la incidencia es escasa.
Anemia
Al producirse micro
hemorragias intestinales, provoca pérdidas de hemoglobina en bebés e infantes,
lo que genera una terrible anemia aguda. El otro problema de los bebés
alimentados con leche de vaca, es que llegan a sufrir de disbacteria, es decir,
carencia de las bacterias adecuadas, que contiene la leche humana. Al
desaparecer las bífidobacterias y los lactobacilos acidófilos fermentativos, no
pueden asimilar adecuadamente el hierro En la siguiente tabla podemos apreciar
las necesidades de hierro en niños y madres:
Niños 0 a 3 meses 1,7 mg
Niños, 4 a 12 meses 7,8 mg
Niños > 1 año 6,1 a 9 mg
Mujeres 15 mg
Embarazadas >20 mg
Infecciones bacterianas
La leche es un caldo de
cultivo ideal para las bacterias. No sólo las benéficas bífidobacterias y
lactobacilos acidófilos, que se pueden cultivar en otros sustratos vegetales,
sino el bacilo de Koch, productor de la tuberculosis, y clostridios productores
de gangrena, tétanos y otras enfermedades mortales, la E-coli, que puede
generar diarreas, si invade las vías urinarias puede producir Insuficiencia
Renal y hasta matar. También se pueden desarrollar virus, hongos y cualquier
otra clase de microorganismo. La pasteurización no destruye todas las bacterias
y pasado cierto tiempo, ya la leche está nuevamente cargada de microorganismos.
Las autoridades sanitarias permiten un máximo de 10,000 bacterias por gramo en
la leche en polvo. Una bacteria bastante rara está aumentando de año en año: Se
trata de Listeria monocytogenes Es tan resistente que ha sobrevivido a 11
pasteurizaciones seguidas de la leche. Estas bacterias también sobreviven a las
bajas temperaturas. Su hábitat es el suelo y el agua, pero los animales pueden
transportar la bacteria aparentemente sin enfermarse, pero al ser ordeñadas las
vacas, o sacrificados para consumir su carne, el público se expone enfermarse,
al consumir alimentos del origen animal tales como carnes y productos lácteos.
Los Estafilococos son una familia muy grande de bacterias que causan entre
otras enfermedades: acné, sinusitis, cistitis, meningitis, diarreas severas,
neumonías, etc. Se cultivan de maravilla en la leche y quesos.
Diabetes
Es una de las enfermedades
más fáciles de controlar con drogas, pero no sus secuelas:
retinopatía diabética y
cataratas; arteriopatía diabética, es decir, formación de ateromas (pegostes de
cebo en las arterias junto con placas de calcio, especialmente en los miembros
inferiores, lo cual conduce a gangrenas y amputación de las piernas
(generalmente los diabéticos se mueren “por cuotas”). Nefropatía diabética, es
simplemente una tendencia de los diabéticos a sufrir insuficiencia renal. El
consumo de leche y pollo está muy asociado a la creciente incidencia de
diabetes, tanto la tipo I, o insulinodependiente, como la tipo II, asociada a
deficiencia en los receptores de insulina en el hígado, músculos y células
adiposas. Se ha observado degeneración grasa del páncreas y del hígado en casi
todos los pacientes diabéticos.
Leucemias
Según se ha comprobado
oficialmente, entre un 40 y un 60 % de las vacas lecheras padece de leucemia.
Posiblemente las verdaderas cifras se aproximen al 80 o 90 %,importa cual sea
la cantidad verdadera de vacas enfermas, las autoridades, respaldando a la industria
ganadera, sostienen que no se ha comprobado que la leucemia bovina se transmita
a los humanos. Posiblemente no estén dispuestos a comprobarlo nunca. Como
siempre, un agente externo tiene la culpa, han acusado a un virus, de tal
problema. También se sospecha que las mezclas de antibióticos a las cuales
estos animales son sometidos son los verdaderos causantes. Posiblemente ambas
investigaciones están en lo cierto, las leucemias pueden deberse a diferentes
causas. Supongamos que una causa esta en algunos virus, como el “retrovirus de
la leucemia bovina” (VLB) el cual es, normalmente, inactivado por la
pasteurización pero no altera su estructura genética. Los defensores del
consumo de leche sostienen que la pasteurización destruye o inactiva al virus y
por lo tanto no hay riesgo para los humanos. Este virus y muchos otros, que se
transmiten a través de la leche, siguen invadiendo a los consumidores ya que
sobreviven a la pasteurización. Según las informaciones que hemos recibido, una
investigación independiente, realizada en cartones de leche comprados en varias
tiendas del Estado de California, USA., fueron llevados a laboratorios, también
independientes, donde la leche fue analizada. ¡Encontraron que 80% de la leche
contenida en los cartones tenían virus vivos de leucemia! ¡La pasteurización no
mató los virus! Las mayor incidencia de leucemia aparece en niños, jóvenes, y
ordeñadores. La tesis de que los antibióticos están relacionados al problema de
la leucemia no se invalida por los argumentos anteriores.
Para combatir las mastitis,
la vaca recibe hasta 80 antibióticos diferentes. (Newsweek, 28 Marzo, 1994,
p.48) Parte de esos antibióticos pasan a la leche; y a la larga crean una
resistencia bacteriana en el consumidor y un enorme desorden en el Sistema
Inmunológico. Cuando se ordeñan vacas con mastitis, lo cual ocurre muy a menudo
en las lecherías industriales, la leche sale contaminada con pus y sangre. ¡Esa
leche no se pierde con ellas se fabrica queso! Pude comprobarlo en una visita
que hice en el 2006 al Estado de Oregon en USA, donde había un establo con más
de 8.500 vacas y un obrero ordeñador a quien entrevisté, me informó que desde
que trabajaba en esa lechería no había llegado más leche a su casa, porque
ordeñaban vacas con mastitis y frecuentemente la leche salía mezclada con pus y
sangre y ¡Esa era la que usaban para fabricar queso!
Los quesos crudos de los
países latinoamericanos no se quedan atrás, sobre todo los de rallar. A pesar
de ser muy sabrosos, por lo salado, están cargados de microorganismos, la mayor
parte de ellos patógenos. Es como comer carne podrida.
Generalmente las
infecciones de amígdalas (amigdalitis o anginas) son ocasionadas por unos
microbios conocidos como ESTREPTOCOCOS y ESTAFILOCOCOS, los cuales se
transmiten, principalmente a través de los quesos crudos, viejos y salados,
tales como el llanero, de rallar y “queso de año” en Venezuela; el “costeño, en
Colombia; y así, en cada país cambian de nombre, pero estos microorganismos
pueden ocasionar enfermedades. Los estreptococos causan fiebre reumática, daños
a las válvulas del corazón y el sistema nervioso. Los estafilococos causan
sinusitis, diarreas, neumonías, meningitis, acné, etc. EVITE el consumo de
estos quesos y no se los dé jamás a los niños.
Si pudiéramos entender que
la leche no es un alimento para toda la vida estas enfermedades dejarían de ser
un problema de salud pública. Además, necesitamos sólo la leche humana,
diseñada para mejorar el cerebro y no leche de vaca, diseñada para desarrollar
la musculatura del becerro. Disminuirían las probabilidades de infartos e
hipertensión arterial.
Fuente:
http://www.taringa.net/post/salud-bienestar/15291317/La-otra-verdad-de-los-lacteos-que-nadie-nos-cuenta.html
SAIKU
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