Escuela Huber
El viernes 23 de diciembre, dos días después del Solsticio (de
invierno en el hemisferio norte y de verano en el hemisferio sur) tendrá lugar
la última Luna Nueva de este año, en el signo de Caprcornio.
El Solsticio de Capricornio se relaciona con la Luz interna,
la conciencia crística: la misma Luz interior de la que hablan los textos
sagrados, y que encuentra su expresión simbólica en el nacimiento de Cristo.
Al Novilunio le corresponde el grado 2 del Símbolo sabiano, que dicta así: «Tres rosetones en una iglesia gótica, uno de ellos dañado por la guerra»».
La máxima nos habla de la necesaria concienciación de
cualquier individuo y del uso inadecuado del poder del colectivo, un hecho que
conduce a la inevitable destrucción de algunos de los valores que aseguran la
integración del grupo.
Veamos el gráfico para esta lunación.
Contemplando la carta, observamos una estructura lineal y
triangular que intercomunica a todas las funciones planetarias y cuya fuerza
surge desde Capricornio, ocupado en esta ocasión por cinco planetas.
Por su parte, el regente de Capricornio, Saturno, se encuentra
en el signo de Acuario uniendo ambos arquetipos.
Este novilunio nos trae mucha energía concentrada, tenacidad y
ganas de trabajar, cualidades que permiten llevar a término tareas difíciles y
proyectos a largo plazo.
A nivel más práctico, nos brinda un nuevo ciclo para cuidar el
cuerpo y también para revisar esas áreas de nuestra vida dónde necesitamos
crear nuevas estructuras para optimizar nuestra satisfacción personal.
¿Dónde se ubican en tu carta Capricornio y Acuario? Los temas
de esas casas son los que requieren tu atención.
A nivel esotérico, las energías de
Capricornio representan el largo y arduo ascenso hasta la montaña de la
iluminación y la iniciación, un viaje hacia arriba, hasta la luz de la
revelación y verdad y lejos de los valles de tristeza y conflictos.
El viaje interior conduce a una visión ampliada, a una
revelación de la luz y a una completa libertad. No sólo la personalidad es
liberada de los enredos de los tres mundos, sino que el alma misma ahora queda
totalmente libre para manifestarse plenamente a través de la forma y ejercer su
influencia a través de su vehículo dispuesto.
Recuperando el símbolo sabiano para esta lunación, los tres
mundos o centros de la personalidad (físico, emocional y mental), serían los
tres rosetones de la catedral. El mensaje es que debemos cuidar y mantener la
integración de la personalidad para que la Luz pueda fluir armónicamente a
través de ellos.
Piénsalo así: cuando el alma y la personalidad ya no están en
guerra y se han unido a través de la luz, la visión desde la cima es clara y
sin obstrucciones y hay una visión ampliada a través de la luz del amor grupal,
que es la verdadera meta.
La
humanidad siempre ha sido atraída y fascinada por el misterio de las montañas.
Reconocemos su santidad innata y su impresionante belleza y poder. Queremos
subir a ellas, conquistarlas, pararnos en el punto más alto. Este impulso es la
reacción externa a la realidad interna que consiste en ascender a la montaña
verdadera que está dentro, el verdadero viaje espiritual que tiene lugar en la
soledad del corazón y en el silencio de la mente
Un «rosetón» no es esencial para una catedral, pero su
simbología es poderosa porque permite que «la luz del Espíritu» entre en el
edificio.
Se dice que el alma del hombre tiene tres partes. ¿Qué parte de
la trinidad de principios interna del hombre tiende a ser destruida por el uso
inadecuado del poder?
Evidentemente, el principio de amor y compasión.
Cuidémoslo, especialmente en un momento el que se nos requiere
un cambio de visión y protectos más afines a la conciencia evolutiva grupal.
Es un ciclo de retos, pero también de oportunidades,
comprométete contigo para encontrar la autoridad interna y dar lo mejor a la
sociedad
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