En estas conversaciones, realizadas en Mallorca el 19 de abril de 1981, Vicente nos habla sobre el discernimiento y la intuición. Nos indica cómo nos influye El Inconsciente Colectivo. Nos comenta como son las diferentes Jerarquías Humanas. Nos invita a reflexionar sobre el punto de tensión actual que enfrenta los Seres Humanos y sobre el miedo acumulado. Nos indica que vencer el miedo es la gran misión del Hombre de hoy en día. Nos habla sobre lamente concreta y la intuición, sobre el Santo Grial y su aspecto psicológico. Nos comenta sobre la importancia de la duda. Que es más importante Vivir que conocer. Así como la importancia de vivir Intensamente o atentamente y la importancia de afrontar directamente los problemas y su revolución interior. Vicente también nos invita a reflexionar en estas conversaciones sobre la vinculación mundial del individuo, la crisis y la iniciación. También nos invita a buscar la Armonía a través del Conflicto, ya que El Tiempo y El Espacio están unidos y no enfrentados.
Vicente. —… sus inquietudes verdaderas; entonces si sabemos de sus inquietudes podemos compartirlas y, si es posible, tratar de buscar soluciones. Porque evidentemente todos tenemos problemas, ¿verdad?, en uno u otro nivel todos tenemos problemas. Así que, lo que interesa es ver si entre todos podamos encontrar un punto de solución a alguno de los problemas al menos, que enfrenta la Humanidad.
Interlocutor. — Yo creo
que un poco de lo que está en la mente de todos en general es… ¿Para qué sirve
el conocimiento, en sí?... ¿El conocimiento es necesario o únicamente lo son
las vivencias? o ¿Se debe compartir el conocimiento y las vivencias? ¿Cuál de
los dos es más importante o sin son importantes los dos?
Vicente. — Bueno,
depende siempre de las fases del individuo. Hay personas que necesitan el
conocimiento y otras personas que pueden trascenderlo, como existe una
jerarquía en funciones psicológicas dentro de la Humanidad y esta jerarquía es
la que manda en ese aspecto.
Algunas personas
precisan del conocimiento, es decir, precisan integrar su intelecto en
razonamientos variados y conocimientos más profundos cada vez, pero también hay
personas que han penetrado en zonas de conciencia en donde el conocimiento
prácticamente ya no sirve. Ya lo discutíamos en Menorca ¿verdad? Solamente que
lo que existe aquí como real en relación con el problema del conocimiento –para
algunos es un problema- es saber exactamente si es necesario y por qué es
necesario, lo cual significa pasar de la simple imaginación al sentido de
discriminación, para pasar finalmente al discernimiento, porque el
discernimiento es la culminación del intelecto, pero después del
Pues la intuición es
aquel estado de conciencia, si podemos expresarlo así, en donde la mente
prácticamente ha desaparecido, no sirve como vehículo del conocimiento,
solamente sirve para adecuar la intuición a la altura del ambiente social en
donde cada cual desenvuelve sus actividades. Pero yo digo que para llegar al
conocimiento perfecto –y al conocimiento perfecto también se le puede llamar
intuición- es un conocimiento que viene por vía interior sin pasar por la
pantalla de la mente, y todos hemos tenido momentos de intuición dentro de los
cuales la mente razonadora, la mente lógica, la mente discernitiva ha dejado
prácticamente de ser útil. Esto sucede frecuentemente pero no lo registramos
conscientemente. Es decir, que, a veces somos intuitivos sin darnos cuenta, de
la misma manera que somos conscientes de que somos discernitivos, de que somos
lógicos y de que nuestros razonamientos son concretos, estables e
intelectuales. Es decir que, para mí la vida interior, la vida intuitiva carece
de proyección definida, pero la mente intelectual sí, son muchos puntos de
contacto; contactos sociales, contactos dentro de cualquier nivel psicológico,
contactos internos, contactos psíquicos –y aquí hay mucho que hablar- porque
todos establecemos contactos en muchos niveles. Lo que es muy importante es que
hay un nivel a partir del cual no sabemos prácticamente nada y dentro de sus
profundidades hay unas zonas inexploradas de las cuales prácticamente no
sabemos nada. Se nos ha hablado mucho de las zonas que están más allá de la
mente, pero es como aquella persona que tiene hambre y le enseñan la comida a
distancia, lo que interesa es que puedas comer, que puedas gozar si tienes
hambre de la comida necesaria.
Entonces, para mí el
problema actual, el de todos nosotros me parece, es ver qué pasará después de
que el intelecto ya no tenga nada que darnos, o que la mente concreta deja de
sernos útil, o que no responda a las necesidades psicológicas de nuestro ser.
Es un problema real, efectivo, porque he tenido siempre en consideración en mis
explicaciones esotéricas que si bien todas las épocas son distintivas y son
importantes dentro del plan social del mundo, no es menos cierto que cada época
es nueva completamente y diferente con respecto a la anterior, y el problema de
nuestra era –me parece a mí- es ver cómo enfrentar los hechos, cómo enfrentar
las circunstancias, cómo adaptarnos a los ambientes sociales sin sentirnos
heridos ni perjudicados, lo cual significa, evidentemente, que deberemos dejar
de luchar abiertamente a través de esta arma que es la mente y ver si hay algo
que escape a la percepción mental porque pertenezca a planos superiores o a
estados de conciencia de los cuales hemos oído simplemente hablar, son rumores
que vienen pero que nosotros no podemos adecuar perfectamente a nuestras
necesidades vitales y psicológicas de ahora, de aquí. ¿Me explico? Bien. Todos
estamos en este proceso, es un proceso yo diría de vinculación consciente con
el ambiente social, entendiendo por ambiente social la suma de todas las
reacciones psicológicas de la Humanidad, las cuales quedan condensadas en el
aspecto etérico del planeta como vivencias inconsumadas que están
constantemente tratando de introducirse en nuestro ánimo y vencer la resistencia
espiritual y volver a llevarnos al mundo de los sentidos o de las sensaciones.
También se le denomina, psicológicamente hablando, el inconsciente colectivo.
Estoy tratando de
expresar temas conocidos y palabras y términos que están a nuestro alcance
porque los hemos visto y oído en muchas partes y conversaciones; y para mí el
inconsciente colectivo, como decíamos ayer, o el subconsciente racial o el
subconsciente instintivo tiene todavía una parte muy importante sobre nuestro
ser. Es decir, que nosotros no somos realmente nosotros sino que existe una
pequeña partícula que se debate en el conflicto de los opuestos y una parte o
condensación de energía ambiental –podemos decir– que impide que este gran
recipiente pueda expresarse con toda la plenitud de sus poderes y facultades
latentes. Y, naturalmente, cuando una persona siente dentro de sí el inmenso
deseo de liberación -¿quién no lo tiene?- y trata de llevar este deseo de
liberación a la práctica siempre se encontrará con la barrera del inconsciente
colectivo o la subconsciencia racial o más concretamente todavía con aquel
depósito de memorias in consumadas que todos tenemos en el interior y que
impide la perfecta expresión del ser, la perfecta adecuación de sus características
a un ambiente en creciente actividad y con un número considerable de factores
psicológicos que desconocemos y que la ciencia psicológica todavía no conoce
porque pertenece al mundo de lo abstracto.
Bien, ¿podemos
distinguir entre lo que es concreto y lo que es abstracto en un plano
psicológico, no simplemente mental? Porque cuando hablamos de la mente lo
hacemos de una parte simplemente del ser, y cuando hablamos del aspecto
psicológico tenemos en cuenta no solo la mente sino también el sentimiento de
la persona, su sensibilidad y también su cuerpo físico, y todos sabemos que
tenemos tres cuerpos y los tres cuerpos tratan de integrarse constantemente
dentro de un cuadro de valores superiores constantes, y todas las personas que
están situadas en el campo de los sentidos o en el campo de las sensaciones más
groseras les llamamos personas instintivas, o sea, que están dentro del campo
de la subconsciencia racial o del inconsciente colectivo, pero cuando existe
una expresión dinámica dentro del ser, una potencia que surge espontánea pero
fuerte, dinámica en acción, buscando algo superior o no queriendo pactar más
con el inconsciente colectivo y con su grupo de recuerdos que lo están atando a
la acción primaria, razón instintiva, entonces se le abre al individuo –y esto
va para todos- unos terrenos difíciles de interpretar pero que cada cual tiene
que ir adecuando poco a poco hasta convertirse en un núcleo de perfecta
estabilidad psicológica desde la cual poder otear el porvenir con una sonrisa a
flor de labio; es decir, que pasar del aspecto meramente instintivo, gregario,
y si me apuran ustedes diría de rebaño, porque hay un gran sector de la
sociedad que está actuando dentro de la propia sociedad dentro de este instinto
atávico, tan ancestral de rebaño y no dentro de la particularidad consciente
del yo, existe una serie de factores innumerables que cada cual debe ir
absorbiendo y realizando para dar lugar a este punto al que hacíamos antes
referencia de una zona inexplorada dentro de la conciencia. Es decir, pasar de
la simple persona instintiva, dentro de un cuadro de valores psicológicos incipientes
a este punto de tensión espiritual tan extraordinaria dentro de la cual el yo
ve cómo se derrumban las estructuras creadas a través del tiempo y pueda otear,
avizorar el porvenir con esa seguridad, aun cuando ve que es algo que
prácticamente no tiene explicación, ésta es una tarea de gigantes, una tarea
que corresponde a las personas inteligentes y de buena voluntad de nuestras
días, dentro de las cuales yo creo podríamos ubicarnos nosotros, de otro modo
no estaríamos aquí, estaríamos en el cine o Dios sabe dónde. Me explico,
¿verdad? Porque todos tenemos conciencia de estas cosas y todos tratamos de
luchar. Ahora bien, me pregunto a veces si la forma que utilizamos para luchar
es adecuada, adaptable a las necesidades psicológicas o bien están atadas
todavía a la tradición, es decir, si no obedecemos sutilmente impulsos
primarios de salvaguarda ante una acción superior y utilizamos, por este
motivo, la línea de mínima resistencia, la que está constantemente atrayéndonos
dentro del inconsciente colectivo. He ahí el motivo de nuestra lucha: salir del
inconsciente colectivo y pasar a la etapa del ser consciente. Y dentro de la
etapa del ser consciente hay una serie infinita de gradaciones, de tipo
psicológico, dentro de la cual cada uno de nosotros ha de sentirse forzosamente
ubicado. Es decir, que existe una jerarquía dentro de la conciencia colectiva
de la Humanidad; hay personas inteligentes, y otras más inteligentes, y aún
otras supra inteligentes, si puedo utilizar esta expresión tan aparentemente inadecuada,
pero para mí existe una supraconciencia, y quizás esta supraconciencia es ese
terreno inexplorado dentro del cual deberemos forzosamente introducirnos un día
u otro y posponer el momento en que se realice el gran contacto sin aumentar el
sufrimiento individual y de la Humanidad, porque debido a la presión de los
tiempos y a las grandes corrientes astrológicas de carácter cósmico, la
Humanidad está entrando en una zona de alta tensión espiritual dentro de la
cual se debate, se
debate desesperadamente, y tanto se debatirá dejándose llevar por los impulsos
ultra racionales o aquellos que están más allá de la razón o de los que están
más debajo de la propia razón, que es cuando empezará a activar los gérmenes de
redención de la razón.
Porque si analizamos el
aspecto jerarquía y nos preguntamos al propio tiempo qué significa jerarquía y por
qué existe la jerarquía –la jerarquía en calidad de funciones psicológicas
dentro de las cuales todos tenemos nuestra pequeña o más grande participación-
sabremos de la responsabilidad de ser y de realizar. La persona que sea
consciente en alguna medida lo será debido a la cualidad de poner en acción
ciertas actividades de conciencia preestablecidas, preclaras, y bien
interpretadas. La persona que sea inteligente forzosamente tendrá que
demostrarlo de una u otra manera, no simplemente acumulando conocimientos. Para
mí los conocimientos no denotan inteligencia, quizás denoten cualidad memorial,
quizás denoten una gran calidad para interpretar, una gran cualidad para
absorber, pero esto también lo hace una computadora y no es un ser humano, y
para mí hay que pasar a la etapa de ser creadores, es decir, pasar más allá de
la barrera intelectual pero sin perder de vista que el intelecto es el arma
fundamental de nuestro siglo, porque la era dentro de la cual vamos penetrando,
técnicamente la Era de Acuario, es de tal virtualidad dinámica que opera
fundamentalmente sobre los aspectos activos de la mente. Es decir, no sé si
ustedes habrán oído hablar -quizás sí, pero si no se lo explicaré- sobre la
técnica de la interpretación consciente de los hechos, que es tratar de
adaptarse a los hechos, mirando a los hechos sin resistencia y tratando de
extraer el significado realmente fecundo para la propia conciencia, y no
simplemente resistir, resistir y resistir que es lo que hacemos siempre, porque
a la persona le es más fácil rehuir el problema que afrontarlo. Pues bien,
rehuir un problema es resistir el problema. En tanto exista resistencia no
puede haber ninguna solución posible. Es una forma de decir que somos
inteligentes para interpretar los hechos, pero no lo somos suficientemente como
para afrontar un hecho cualquiera, sin importancia aparente dentro de la vida
cotidiana, que es el mal de los esoteristas, de los pseudo esoteristas. Pero,
claro, cuando hablamos de los esoteristas no vamos a intentar separar o hacer
una segregación de personas que están introducidas en el campo esotérico dentro
de cualquier departamento sino simplemente personas que tratan de vivir perfectamente
de acuerdo con la ley, es decir, que el nombre no hay que tomarlo como un
señuelo o como un espejo donde hay que grabar todos los acontecimientos vitales
del ser sino como una simple incidencia, un simple punto de paso para cosas
superiores, que es como se marcha.
Pues bien, volviendo al
espíritu de resistencia -ese espíritu de resistencia acumulado en el tiempo a
través del miedo de la personalidad- está creando todos los conflictos
psicológicos del ser, es decir, que si analizamos la raíz de un problema –y hay
que hacerlo- nos encontramos que en su base substancial existe siempre un punto
de miedo vital. Estamos tan llenos de miedo que no tenemos capacidad para
afrontar directamente, frontalmente, cualquier acontecimiento vital de nuestra
vida. Y así vemos que la Humanidad se bate constantemente en el conflicto de
los opuestos, dicho de otra manera, entre el sentimiento del bien y del mal,
sin capacidad alguna para discernir completamente cuál es el camino que debe seguir.
Ayer decíamos que el camino de la persona espiritual o del aspirante de
nuestros días parte de una base muy ancha y va ascendiendo hacia arriba,
perdiendo constantemente densidad o peso –psicológicamente hablando- hasta converger
en un vértice que es como el lado de una pirámide o quizás como una pirámide si
tenemos en cuenta el cuaternario, hasta que llega a un punto, al pináculo de
todos los esfuerzos en que te das cuenta perfectamente de lo que tienes que
hacer, de lo que debes realizar, entonces se crea un camino luminoso
–esotéricamente definido como antakarana- que es la prolongación de toda la
base substancial de la Humanidad que surge del instinto, pasa por el intelecto
y llega a la intuición, y a partir de este momento empieza una vida que
desconocemos. A esta vida se la denomina el 5º Reino de la Naturaleza, el Reino
de Dios, el Reino de los Cielos, que tampoco nos dice gran cosa porque es un
camino que no hemos explorado, y como estamos en un punto en que el
conocimiento intelectual se ha sentido desvinculado de su base substancial que
era el instinto y la conciencia que se ha ido encaramando, por decirlo de
alguna manera, por esta gran pirámide hasta llegar a este punto crucial, este
punto de gran tensión creadora a partir de la cual sucede que el hecho
trascendente que llamamos liberación o iniciación, entonces existe una adecuación
constante de circunstancias tratando de resolverlas de acuerdo con aquellos
motivos superiores, y por primera vez en nuestra vida somos conscientes no del
intelecto, de la mente, sino del propósito que está más allá de la mente, que
es como cuando hablamos de meditación: hay una fase que empieza desde la base
de la pirámide que es la concentración; la concentración simple que poseen como
nosotros los animales. Un animal, fíjense bien, un gato cuando está tratando de
atrapar un ratón está concentrado, una concentración que ya quisiera tener para
sí el hombre intelectual de nuestros días, no solo éste sino cualquier animal
está atento a la acción. Pues bien, al ascender por esta línea progresiva
encontramos lo que llamamos técnicamente meditación reflexiva, meditación
discernitiva, meditación discriminativa, hasta llegar a un punto en el cual se
ha hecho tan estrecho, la luz tan débil, la luz del antakarana, que
prácticamente se ha difuminado en el espacio y ya no hay sitio a dónde
cogernos. Hemos quedado tan solos de todo cuanto poseíamos que forzosamente
llega un momento de supra tensión dentro de la cual debemos decidir si
continuamos sin antakarana –fíjense bien en esta palabra- sin camino, sin
fronteras, sin límites o bien continuaremos batiendo el tambor del tiempo,
volviendo a profundizar en la subconsciencia y recrearnos en los millones y
millones de recuerdos condensados a través de las edades. Es como si dijésemos
a la Humanidad como un todo que llegase a un punto de culminación dentro del
que se encuentra ante la oportunidad de conocer por vez primera qué o quién es
Dios o volver hacia atrás para recrearse ante lo que son los hombres, el tipo
humano como entidad psicológica.
Todos creo que tenemos
que llegar a este punto y como tenemos forzosamente que llegar a este punto
porque se trata de una ley de la naturaleza, es por lo que estoy hablando de
ello.
Cuanto más hablemos del
punto dentro del cual el intelecto ya no nos servirá para nada y que debemos
penetrar en una zona de quietud tan extraordinaria que nuestros vehículos
expresivos no son capaces de registrarla todavía, porque no existe ninguna
célula despierta todavía ni en el corazón ni en la mente y que, sin embargo,
con esta comprensión y siendo conscientes del propósito espiritual que siempre
está tras de la acción del individuo ver si es posible trasladarnos en
conciencia y penetrar en estas augustas soledades en las que aparentemente
existe algo tan distinto de lo que conocemos que forzosamente tiene que
causarnos miedo. Pues bien, vencer el miedo es, a mi entender, el leit motiv de
nuestra era presente, al menos desde el ángulo de vista del hombre espiritual,
no del hombre intelectual –hago la distinción- porque se puede ser muy
intelectual y no ser espiritual y viceversa, se puede ser muy espiritual y ser
muy simple en el razonamiento, y hasta cierto punto se nos dice que la
habilidad que tiene el Adepto es como la del ángel que puede hablar por medio
de símbolos geométricos porque ya no tiene necesidad del argumento sólido que
trae la mente concreta y que puede pasar más allá de estas augustas soledades,
penetrar en el destino de Dios, ser el propio Propósito de Dios manifestado
como es la ley, y entonces dejar que la ley se cumpla tal como está escrita en
las estrellas y no esperar que sea una era determinada la que penetre en
nosotros vía corriente astrológica y nos induzca a la acción sino que seamos
nosotros los que llenos del Propósito superior de la Divinidad sepamos
contrarrestar las corrientes negativas, adquirir las corrientes positivas y por
vez primera en la historia del hombre poder interpretar en su propia vida el
designio de Dios.
Y ahora espero que sean
ustedes… Es sólo una forma de entrar en contacto.
Interlocutor. —Es
curioso cómo una persona como tú, permíteme, que llevas aparte de un bagaje de
vivencias, el gran bagaje de conocimientos teóricos, sobre todo ese fenómeno
del ser y del no ser, de lo escatológico y lo mundanal, es curioso que llegues,
que se llegue a una conclusión por parte de otra persona que no tiene
absolutamente ningún tipo de conocimiento, que se llegue a coincidir en una
serie de puntos que son de vital importancia para el individuo, por ejemplo,
entre los muchos que has nombrado es el del miedo. Es evidente que la persona
por poco que haya pensado, creo yo, que en un momento determinado su gran
caballo de batalla es el del miedo; creo que la persona hoy día vive con
terror, tiene terror a todo, y como esto muchísimas otras cosas, pero a mí me
llamó la atención, yo he estado oyendo algunas charlas tuyas, bueno el primer
contacto que tuve contigo fue este verano pasado en nuestras vacaciones, cogí
un librito, estuve por una de las librerías que solemos visitar y estuve viendo
un tema muy curioso que me llamó la atención, no por el nombre que desconocía
porque llevo muy poco tiempo metido en esto, pero sí el título que era “Las
Fuerzas Ocultas de la Naturaleza”, interesantísimo, me gustó muchísimo,
enormemente complejo sobre todo para mi mente todavía en ese campo un poco
precaria, pero me interrogó mucho el libro, porque precisamente yo había escrito
otro, eso fue lo que me llenó de intrigas, entonces todo se quedó un poco así…
pero muy preocupado, entonces yo me acuerdo que hacía el viaje desde Soller a
Palma y cada vez que atravesaba … ¿tú conoces Mallorca? [Vicente: es la segunda
vez que vengo a Mallorca] Para atravesar de Soller a Palma hay que pasar por
toda una serie de cordilleras, de montañas… Es curioso que yo estaba
obsesionado contemplando la Naturaleza, es curioso, yo que escribí sobre todo
eso, quizás lo hice de una forma más espiritual, menos no sé influenciado, no
sé por qué, pero estaba viendo por todos lados y veía realmente, estaba dándome
cuenta de lo real de lo que tú estabas diciendo y vivía eso, muchos días lo
viví. Pero eso es una cosa que siempre me ha interrogado. El otro día lo
estábamos hablando, hay una especie de cosa confusa en mi mente, cómo es
posible que por la vía del intelecto se puede llegar a coincidir perfectamente
con otra persona por la vía de la intuición, digámoslo así. Entonces mi
interrogante queda ahí, y yo me decía: bueno, vamos a ver, es que posiblemente
sea solamente intuición lo que tiene uno o llamémosle como sea, o realmente
hubo anteriormente un conocimiento en otras vidas que cristaliza en esta como
una especie de intuición. Un día pues nos conocimos con Xavier y empezó a
hablarnos de ti, y claro todo aquello volvió a bullir más, y nos hicimos con
otros libros, pero lo curioso es en un cassette que oímos una de tus charlas en
la que estabas diciendo algo, y me dije cómo es posible que en un momento determinado
sin tener conocimientos en absoluto de ese tipo me viera obligado a escribir
unas cosas que tú estabas diciendo casi literalmente ¿te acuerdas? Yo salté
porque yo decía o yo lo he soñado o es que este hombre… y lo leímos y estaba
casi literalmente descrito lo que tú estabas diciendo. Otra cosa que iba a
sumarse a mis preguntas. Llega un momento en que el interrogante se hace tan
denso que necesitas alguna cosa, ya no te basta estar metido ahí, ¿a qué
obedece esto? Puede ser un fenómeno de tipo telepático, lo que es evidente es
que cuando uno se siente abocado a escribir algo y no sabe por qué ni como,
esto por lo menos te lo digo desde mi experiencia -no puedo hablar en nombre de
otra cosa que mi experiencia- es bastante doloroso. No por malo sino porque el
orgullo quizás propio del individuo queda herido. Luego te piden explicaciones
que no sabes dar, no soy el culpable de lo que estoy diciendo. Claro eso
molesta un poco a nivel de razón, uno tiene unos estudios, una carrera, un
título, soy esto y por tanto si hay un problema yo intento solucionarlo y si
con mayor o menor fortuna funciona estás satisfecho, es decir, aquí hay una
cosa de lógica; ahora, cuando la cosa funciona por otros niveles entonces uno
está un poco incómodo, es la incomodidad de que uno no puede enfrentarse con
una persona como contigo, esa inquietud interior surge.
Leonor. — Yo quería
hacer un inciso porque claro las palabras a veces confunden. Por ejemplo, la
mente, cuando hablamos de la mente, al decir el intelecto, es que la mente
fijaos bien en astrología mismo está regida por dos planetas: Mercurio es la
parte inferior de la mente y por Venus la parte superior, esto quiere decir que
la mente tiene dos aspectos, el intelecto corriente y la parte superior, la
octava superior de Mercurio que da la parte trascendente. En este caso aunque
la gramática española tiene tantas palabras, alguna vez falta la adecuada y en
este momento es cuando uno se pierde al empezar a escuchar esta clase de
palabras, piensa un día que el intelecto no sirve, otro día me dicen que
tenemos que estudiar, otro que tenemos que conocer, otro que no.
Creo que aquí está
muchas veces la confusión porque el intelecto quiere decir que es el vehículo
para la expresión y para aprender lo que sea y la intuición es cuando la
persona internamente ha llegado a un nivel en que puede ser una cosa espontánea,
pero es una cosa trabajada, algo que ha venido sino de unos determinados
estudios sí de un discernimiento, y este discernimiento puede empezar por el
intelecto, pero es que lo importante es la mente. Mente se puede escribir en
minúscula y en mayúscula. Aquí pasa que cuando la persona inspirada lanza una
explicación puede ser que produzca confusión a quien todavía no comprende
exactamente estas cosas. Y además puede ser uno mismo y esto puede ser fatal,
porque no podemos deshacernos de la mente, la mente es la mente, pero ya digo
en minúscula y mayúscula. Luego también sucede otra cosa, tenemos vivencias
algunas veces, y estas vivencias en un principio resulta que a veces nos marcan
un camino falso, porque sucede aquello de que una vez es así y otra vez no es
así, y si nos creemos porque hemos tenido algunas que cuajan ya nos podemos
guiar por aquello, entonces nos apartamos y vamos a caer en el aspecto
emocional, en el aspecto emocional de lo espiritual. Es decir, hay tantas
gradaciones y facetas que no siempre cuando uno está inspirado hablando puede
encontrar los términos adecuados y algunas veces puede parecer que decimos que
no a otra cosa que hemos dicho que sí. Por eso hay que tocar tierra y algunas
veces no se puede tocar cuando se está inspirado. Lo digo esto porque con las
vivencias hay que ir con mucho cuidado, con la intuición también porque de la
intuición se puede escribir con minúscula y con mayúscula. Y en este caso es
uno mismo. La discriminación es esto me ha sucedido, luego viene por qué me ha
sucedido, ahondando en el mundo de las causas, porque al decir de la mente no
podemos negar que un científico que sacrifica su vida en la investigación en
bien de la humanidad entonces si nos escuchan de una manera determinada con una
mente cerrada podrían decir es que este hombre no está siendo un verdadero
esotérico a través de su concentración y que sólo conoce a través de su
intelecto lo que está haciendo si llega a tener una concentración y llega a
pensar en la Humanidad es que se trata de algo más que intelecto ya aunque el
intelecto le ha servido para trabajar, para ser un profesional para servir a la
Humanidad. O sea, que no nos equivoquemos nunca, no vamos en contra del
intelecto, es algo que debemos utilizar sólo conscientemente para según qué
cosas, luego la evolución interna del hombre es muy distinta del ser humano y
precisamente cuidado con las vivencias porque no son ni verdad ni mentira,
pueden ser verdad, pueden ser mentira, pero pueden hacernos caer en el mundo
emocional, en el aspecto emocional quiero decir.
Interlocutor. — Pero
aquí la pregunta inmediata es: ¿el intelecto puede ser un lastre o puede ser un
motor? [Leonor: para según quién] Es decir para personas el intelecto puede ser
un motor y para otras puede ser un lastre. [Leonor: Cada uno tiene que saber
hasta qué punto y en qué momento y en qué circunstancia le puede ser útil] Por
lo tanto, un foco de luz no puede aconsejar o intelecto o intuición. [Leonor:
no, cada uno es su propio Maestro] Por ejemplo, basar a Dios o el estudio de
Dios en la teología puede ser un problema realmente en un momento determinado
para unos individuos que ven a Dios fuera de la teología, pero la pregunta es:
¿puede ser la teología un camino para llevar a Dios a otras personas? Quiero
decir, son cosas que uno ha pensado y ha dudado siempre, claro yo mismo…
Vicente. — Cuando Dios
no puede ser interpretado hay que utilizar la teología, un sistema de doctrinas
para tratar de definir algo indefinible. Cuando tratamos de resolver el
problema de la intuición y tenemos que valernos desgraciadamente del intelecto,
la intuición tampoco puede ser descrita, como el intelecto no puede describir
un color ni puede describir el sentimiento de la música. Es decir, que el
intelecto es un instrumento cuya calidad dependerá de la eficacia del pensador,
esto es un pensador cualificado, y para mí éste es el que está en contacto con
la intuición y la intuición, si ustedes me lo permiten, es un contacto del
plano búdico más allá del razonamiento, más allá de la estructura de las
palabras y de las ideas y que, por lo tanto, está dentro de una zona dentro de
la cual forzosamente el ser no puede interpretar y solamente debe limitarse –y
ahí está la gracia del problema- a vivir.
Ahora bien, nosotros,
ustedes y yo naturalmente, vamos a tratar de interpretar algo a través de un
instrumento inadecuado, porque el intelecto tampoco ha estado tan sutilmente
organizado como para poder expresar siquiera en una pequeña medida lo que es la
intuición. Pero hay algo muy importante, y es que si la persona vive
íntegramente en el mundo de la intuición, cuando es realmente un intuitivo de
la raza, el intelecto será su instrumento tal como el artesano precisa de un
instrumento, pero el mundo actual da una importancia preponderante al
intelecto, al instrumento, al medio en detrimento del fin. Es decir, que si el
intelecto es una estructura dentro de la cual ascendiendo por gradaciones
podemos utilizarlo hasta llegar a “un punto de nadencia” –si me permiten esta
expresión- no hay necesidad de expresar esta nadencia porque la nadencia
implicará un contacto en este caso o bien con el mundo abstracto de la mente,
sin formas, arrúpico por completo, o bien que ha captado algunas oleadas de
vida provenientes del plano búdico o del plano intuitivo, del plano del amor
universal. Entonces, si hay una vivencia no hay que preocuparse, lo malo y
preocupante es cuando sin haber tenido una vivencia utilizamos el intelecto
tratando de perseguir fantasmas y tratando de expresar algo que desconocemos
por completo, con lo cual adquirimos una gran responsabilidad. Pero es
interesante que la persona intelectual llegue a veces a conclusiones intuitivas
al igual que el hombre intuitivo llegue también a grandes razonamientos
intelectuales, porque allí donde termina la mente y empieza la intuición y allí
donde empieza la intuición y termina la mente hay un punto de contacto, en el
cual lo intelectual y lo intuitivo se dan la mano, de ahí que se lleguen a
conclusiones que son aparentemente paradójicas y a veces de carácter antagónico.
Es decir, que a mí no me extraña esto, es un fenómeno tan natural como que para
pasar de un color a otro dentro de la progresión de un haz de luz, de cualquier
color hasta llegar al color que le sigue, del rojo al anaranjado, hay una serie
de gradaciones pero llega un punto, digamos, de alta tensión, dentro del cual
no es ni un color ni el otro pero son los dos colores, y ese me parece que es
tu caso, y el mío naturalmente, porque estamos tratando de un triángulo que
desciende de arriba y que al cruzar se encuentra con un triángulo abajo. Y,
fijaos bien, que el triángulo que desciende y el de abajo constituyen el Santo
Grial, una copa; significa de hecho que el Santo Grial es un misterio tan
psicológico que parece mentira que estén dando el misterio a la copa del Grial
y a todas estas cuestiones. Para mí el Santo Grial se halla en el centro del
triángulo o del doble triángulo, que hay un centro de equilibrio entre un
factor y el otro, lo cual significa que no podemos ir contra el intelecto en
favor de la intuición y no podemos ir a favor de la intuición contra el
intelecto porque eso sería ilógico ya que forman parte de este Cáliz Supremo de
la creación. Se necesitan todos los factores. A lo que me refiero
fundamentalmente es cuando el hombre asciende de las bases instintivas de la
raza, de todos los complejos ancestrales, de todas las tradiciones y de todo
cuanto existe de in consumado en el seno profundo de la humanidad, trata de
afianzar su intelecto en aquellos valores y de extenderse en el tiempo, cuando
debería fundamentar su ley en el espacio. Fijaos bien, cuando el tiempo tiene
mayor importancia para el hombre es cuando está en la base, en el instinto; en
la intuición el tiempo prácticamente ha desaparecido, pero cuando el triángulo
de la intuición y el triángulo del intelecto se unen en un punto determinado
del espacio se produce un fenómeno de reconciliación entre el espacio y el
tiempo. Entonces, a medida que progresa hacia arriba, dentro de esta expresión
psicológica, el tiempo tiende a perder su valor cuantitativo y a crecer en
intensidad el valor cualitativo del espacio. Es decir, en términos de
velocidad: a medida que aumenta la velocidad disminuye la sensación de tiempo,
cuando la velocidad ha llegado a un punto máximo de tensión el tiempo
prácticamente desaparece y solamente queda espacio. ¿Se dan cuenta de la
analogía entre el espacio y la mente intuitiva, y la relación que existe
también entre el intelecto y el tiempo? Pero, si existe el Universo es porque
hay un inteligente equilibrio entre el tiempo y el espacio y en el centro del
tiempo y del espacio está un sistema solar, un planeta, una galaxia o un ser
humano. Solamente se trata de que cada cual sea responsable del uso que hace
del tiempo dentro de la inmensidad del espacio, porque a medida que el espacio
va siendo más grande el concepto intelectual o figurativo o conceptual deja de
tener importancia, para tener más importancia los valores dinámicos del aspecto
superior del Propósito. Entonces, no se niega el intelecto, sino que la oleada
de vida aprovecha el intelecto o la técnica para profundizar dentro de los
mares del espacio cogiendo aquellas partículas del tiempo in consumado que
constituye la Humanidad y constituyéndose el individuo en un Salvador, en un
Redentor, en un Mesías, en un Avatar, que es lo que han hecho a través del
tiempo todos los grandes precursores del Reino de Dios: Cristo, Buda, Confucio
y Lao Tse.
Todos los grandes
Maestros del pasado fueron personas que dieron testimonio de un espacio sin
tiempo, pero dense cuenta de la dificultad para cada época, que tuvieron que
hablar de tiempo cuando ellos vivían dentro del espacio o dentro de conceptos
que no eran de la Tierra. Lo que mejor describe el proceso es la parábola de
Jesús que habla del Reino de Dios con palabras sencillas para los niños, para
los hombres y mujeres de buena voluntad. Estamos hoy como en los tiempos de
Cristo, sólo que ahora el sistema intelectivo ha tenido tanto valor para las
masas y para la gente inteligente también que se ha creado una especie de
barrera, de frontera entre el espacio y el tiempo, y unas veces, siguiendo la
ley de polaridad se sienten atraídos por la sensación de espacio y otras por la
sensación de tiempo, y dense cuenta de que cuando la mente, cuando el corazón
del ser humano está tranquilo el tiempo no tiene importancia porque se ha
llenado de espacio, cuando estamos impacientes, cuando tenemos algo que nos
acucia profundamente la sensación de tiempo es extremadamente larga y poderosa,
en cambio el espacio prácticamente no existe. ¿Verdad que comprenden esto?
Ustedes se hayan,
quizás, ahora, en este momento, creando en el seno de su mente y de su corazón,
donde hay más espacio que tiempo, simplemente por algo muy natural, porque
todos ustedes están tratando de sentir estas cosas interiores, de vivir más
allá de los problemas llamados humanos. Sin embargo, la liberación de un
problema humano de la categoría, de la calidad que sea, siempre viene provocado
o estimulado por un sentido de propósito interior, una motivación que no es
meramente intelectiva sino que mueve no solamente el intelecto sino todos los
aspectos sustanciales del ser, desde las sensaciones físicas hasta las más
altas expresiones de tipo espiritual. Lo que ocurre en este ser privilegiado
que llamamos investigador esotérico o discípulo es que acoge cada una de las
circunstancias o hechos de la vida tal como surgen del espacio y los va
gobernado de una manera tan sutil y armoniosa que el tiempo pasa por sí sin
dejar huella, lo cual significa que al pasar el tiempo por su mente se
convierte en espacio y por lo tanto desaparece la sensación de yo que es la
vinculación de nuestro ser con el tiempo. Entonces, podemos hablar con cierto
rigor o con cierta justicia del Reino de Dios, y se puede hablar también de los
ángeles a los cuales tú te has referido, porque son factores para mí de una
naturaleza tan real como nosotros, porque naturalmente cuando se habla de algo
que es típicamente abstracto o de naturaleza intuitiva la mente siempre suele
caer en la equivocación o bien de adherirse completamente o de categóricamente
rechazarlo.
Cuando, si nos atenemos
a lo que hemos dicho anteriormente, tendría que cogerse el centro de una duda
inteligente, porque la duda es la que transforma el tiempo en espacio, porque
está en el centro de los opuestos y solamente en el centro de los opuestos la
persona puede distinguir perfectamente lo que realmente debe hacer, no lo que
quisiera hacer sino lo que debe hacer, porque lo que distingue al discípulo no
es tanto comprender una cosa sino realizarla, si la comprende hasta un cierto
límite, dentro de la extensión de este límite trabajará, actuará y realizará,
lo cual significa que aún dentro de su concepto del espacio hay una gran y
considerable cantidad de tiempo. Pero, a medida que el individuo trabaja, se
esfuerza, que lucha, pero sin estridencias, sin espectacularidad, sencillamente,
como son todas las cosas en la vida, porque una tormenta es algo sencillo y se
puede explicar muy racionalmente, o el misterio del crecimiento de una planta a
la cual apenas científicamente se le da importancia, pero que desde el punto de
vista subjetivo tiene una importancia trascendente, o el misterio de la lluvia
o del aire, nos preguntamos constantemente ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?,
hasta que dentro del corazón surge una voz que te da una respuesta realmente
positiva, dinámica e incluyente para todas las preguntas de nuestra vida. Es
mucho más interesante tratar de vivir que de conocer, porque solamente cuando
el conocimiento pasa por la mente es cuando se transforma en sabiduría, no
basta con conocer, hay que saber, pero se puede pasar del intelecto, del
conocimiento a la sabiduría, que es el Reino de Dios, sin pasar por el
ejercicio de la mente discriminativa y mente discernitiva, y hay que aceptarlo
como una estructura necesaria hasta aquel momento en que deja de ser
prácticamente necesaria, pero con una cualidad extraordinaria que posee la
mente, que es de contraerse y dilatarse a voluntad por efecto de los estímulos
que provienen de motivaciones internas. De ahí la capacidad de un Avatar o de
un Instructor del Mundo que poseyendo la mente de Dios, una mente sin espacio
ni tiempo, es capaz de contraerla hasta el punto de poder hablar a un niño que
no tiene mente intelectual pero también puede hablarle al filósofo, al
científico y al investigador, porque posee toda la gama de sonidos de la creación,
desde el ángulo oculto posee todas las cualidades despiertas, y no desdeña el
intelecto sino que es su aliado eficaz. Es decir, dense cuenta como un
acordeón, que a medida que el espacio es más dilatado las mentes son más
sutiles, las mentales expresiones son más sutiles, hasta que llega un momento
en que se confunde con el propio espacio y entonces el individuo, el
investigador, llega a darse cuenta de que hasta aquel momento había separado
algo que es igual: el espacio y el tiempo, porque el espacio y el tiempo son la
misma cosa, porque es la mente de Dios. Pero llegado a este punto se precisa de
mucha experiencia y, si ustedes aceptan la reencarnación, de muchas vidas, de
mucha experiencia, de mucha lucha, de mucho sufrimiento, pero debe llegar el momento
en que nos demos cuenta de que el sufrimiento también es innecesario, como el
arrepentimiento es innecesario, porque de qué sirve el arrepentimiento si no
podemos ya arreglar nada. Pero, ¿qué pasa con esto, psicológicamente? Si hay
una eficaz intravisualización y hay arrepentimiento hay algo que se produce
internamente, pero aparte del intelecto que está reflexionando sobre el bien
que se ha hecho o sobre el bien que se ha dejado de hacer, queda un estado de
tensión creadora dentro de la cual se produce un fenómeno descrito como
iniciación, porque la iniciación –sea cual sea la aceptación que pueda tener
para los investigadores- siempre es un estado superior de conciencia. Es decir,
que si hoy tenemos un conocimiento superior podemos decir que hemos sido
iniciados dentro de un conocimiento superior, y que si tenemos la ventaja de
vivir internamente una experiencia trascendente podemos decir con justicia que
hemos sido iniciados dentro de una experiencia trascendente, no tiene más valor
esta palabra que explicar el significado de algo superior, de algo que no
conocemos prácticamente o que no podemos todavía vivir. Entonces, la vivencia y
la experiencia del conocimiento y todo es una gran masa de materia constructiva
y creadora que hay que utilizar hasta el fin, hasta que el individuo se
convierta en parte del propio Dios conscientemente, y no hasta aquí como un ser
separado, como una entidad aislada en el centro de un gran conflicto mundial.
¿No tienes nada que
decir tú?, estás sonriendo mucho eh…
Interlocutor. —
Demasiadas cosas, cuando hay demasiadas cosas para decir resulta que no hay
ninguna. Es que el mundo es tan complejo, tan tremendamente complejo que cuando
intentamos analizar el problema se centra en todo…, tantas cosas hay que
arreglar, que interpretar.
Vicente. — Bueno,
empecemos aquí y ahora. Lo malo es que empezamos mañana y después, prolongamos
la cosa en el tiempo.
Interlocutor. — Habida
cuenta de que tenemos mucho camino que recorrer, muchas vidas que vivir para
llegar donde queremos, a la unión, al Absoluto, a mí me gustaría encontrar una
paz porque verdaderamente me da mucha pereza estar por aquí, arriba y abajo,
durante muchos miles de años, si de una iniciación a otra ha de pasar tiempo,
ese atajo me interesa; no quiero ser egoísta y decir que quiero ir muy deprisa,
pero me gustaría matar dos pájaros de un tiro, ir deprisa y sirviendo. ¿Hay
algún método más corto? ¿Hay algún camino más corto aprovechando las influencias
que nos vienen ahora? ¿Hay un camino para dar los pasos más largos y ser más
útiles?
Vicente. — Bueno, existe
una forma de afrontar la vida directamente. Como decía antes, siempre abordamos
la vida por los flancos, nunca afrontamos directamente un problema, solemos adaptar
nuestra mente a los conceptos antiguos, basándonos en la tradición, en la
religión, en las creencias, en nuestros propios puntos de vista, entonces
creamos una barrera entre aquello nuevo y nosotros que provenimos del pasado.
Claro, tú me preguntas por una técnica… Yo diría que la única técnica es vivir
intensamente. Me preguntas: ¿qué quiero decir con vivir intensamente? Es algo
que todos podemos hacer, es vivir muy atentamente pues, no desperdiciar un solo
minuto y dejar que la acción se vaya produciendo dentro de nosotros sin que la
mente intervenga demasiado, porque la mente suele ser como la imaginación, la
loca de la casa, siempre está tratando de resolver problemas que están en sí
resueltos, que se resuelven por el propio proceso de vivir, pero el problema
que existe individualmente -y este es un problema del cual todos tenemos algo
que ver y participar- es que el problema lo enfrentamos siempre desde un punto
de vista muy diferente a como se presenta en la realidad psicológica. Si el
problema es una enfermedad, acudimos forzosamente a los métodos terapéuticos
del presente, lo que conocemos ¿verdad? Pero, hay poca gente que se preocupe
por ver las causas de las enfermedades –esto es un pequeño botón de muestra-
porque no existe enfermedad alguna, salvo las derivadas de virus y bacterias
provenientes de las razas ancestrales, dentro de las cuales se produce un
fenómeno muy particular que la ciencia médica no puede resolver, el caso del
cáncer por ejemplo. Es un problema que no se enfrenta directamente sino de
flanco, y se están produciendo grandes trabajos e investigaciones por parte de
minorías selectivas pero aisladas. No sé hasta qué punto los gobiernos del
mundo están interesados en descubrir la enormidad de este problema que tantas vidas
se está llevando cada día en el planeta, y no buscar ya más donde no existe
aparente solución y tratar de ser humildes y volver a las prácticas antiguas
que realizaban los taumaturgos. Un taumaturgo, ustedes lo saben, es aquella
persona cualificada para curar por radiación magnética, y se sabe muy poco de
los taumaturgos, Cristo era un taumaturgo, Apolonio de Tiana también, y muchos
sabios del pasado, Pitágoras y Platón eran taumaturgos, pero, ¿por qué lo
eran?, porque habían logrado introducir en su campo magnético las energías de
aquel reino que llamamos el plano búdico, y al penetrar en sus vehículos
quedaban de una manera tan cristalina, tan pura, tan inmaculada que al
proyectarse sobre el aura etérica producían una expansión de magnetismo superior
y se producía una curación espontánea por donde pasaban. La curación sería
espontánea para todo el mundo si existiese el número suficiente de personas
radioactivas –empleando un término muy descriptivo de la ciencia actual- para
poder proyectar a distancia y por donde fueren esta energía magnética de
curación. Es decir, ya atacaremos después el problema directo, pero es que
vamos buscando muchas cosas que suceden en el mundo pero a las cuales no se da
soluciones prácticamente. Se está tratando de una manera muy superficial, muy
académica, muy intelectual, pero la ciencia no ha puesto corazón en estas
cosas, y si vemos los médicos, cuán pocos tienen vocación de médico, porque no
tienen compasión, la compasión es la base psicológica donde opera el taumaturgo.
Un taumaturgo opera sobre la compasión universal, la Ley de Dios y el Plan
universal del Amor universal, entonces, esta parte potencial de energía
dinámica produce la curación de enfermedades o produce una tensión ambiental
tal que obliga a los investigadores a encauzar sus energías por los campos
adecuados para hallar soluciones sólidas, de tipo físico, para poder abarcar de
una vez para siempre el problema de la enfermedad, el cáncer o cualquier
enfermedad de tipo prácticamente incurable en nuestros días. Pero, cuando el
problema es psicológico, lo cual significa que no solamente se da la enfermedad
sino la preocupación por la enfermedad o la preocupación por la sensibilidad
que surge de la propia enfermedad, entonces habrá que buscar el remedio directo
por el espíritu y la persona deberá polarizarse a niveles superiores para poder
comprender el alcance de su acción y la manera de remediar sus necesidades, y
ahí es donde surge aquel estado de conciencia que yo denomino de expectación
profunda ante el devenir de los hechos y circunstancias que crean el problema.
Bueno, hablamos de la enfermedad,
pero puede ser aplicado a cualquier tipo de problema, y todos nosotros tenemos
problemas. Por lo tanto, lo que dice el amigo va para todos, porque todos
tenemos problemas en uno u otro nivel, pero me pregunto también si realmente
enfrentamos el problema frontalmente, es decir, sin miedo, o bien el miedo nos
inhabilita al extremo de que incapaces de esta decisión de base busquemos el
remedio ancestral o lo que nos ha gestado la tradición a través del tiempo. Y
para hallar el remedio adecuado existe una atención que no es lucha, que no es
resistencia sino que es una observación serena de todo cuanto va surgiendo,
porque bien mirado ahora estáis observando atentamente, estáis atentamente
enfocados hacia una dirección definida y la calidad de vuestra intención hace
que sintáis que la mente va desapareciendo y que por efecto de que la mente va
desapareciendo el problema prácticamente ya no existe.
Hay que observar este
fenómeno, cuando estáis muy atentos la mente conceptual que no produce arreglo
alguno deja de existir, es decir, dicho más lacónica y concretamente, deja de
rehuir, deja de resistir, el problema pasa sin dejar huella porque no se hace
resistencia, como ofrece resistencia la bencina al paso del fuego. Un problema
con lucha intensifica el problema, como la esencia intensifica al fuego una vez
declarado, pero, ¿qué pasará cuando la mente no participe activamente del
problema sino que lo observe simplemente? Considerará el problema como algo que
no es de su incumbencia pero al propio tiempo observándolo atentamente, pues se
producirá una revolución interior, se producirán situaciones desconocidas y
entraremos dentro de unos dominios dentro de los cuales toda curación será
posible. Y esto no aquí y ahora sino en cualquier momento del tiempo y del
espacio, solo hace falta que seamos conscientes de este punto. Cuando estamos
muy atentos la mente que nos hace sufrir, la mente separativa, esta gran
separativa de todas las cosas existentes, deja de actuar. No me refiero al
intelecto, a la capacidad de conocer y de discernir, me refiero a algo sutil
que subyace en la estructura del conocimiento y del intelecto, que reacciona
porque en su base se aferra a su instinto de conservación, lo cual si lo
analizamos es miedo, el sentido de conservación es miedo, el hombre que ve un
problema y no lo afronta es miedo, pero si la persona deja de tener miedo y se
arma de valor y observa los acontecimientos con entera impersonalidad, lo cual significa
que lo hará con una sostenida y profundísima atención, se dará cuenta de que el
problema no existe, y es porque el tiempo que prácticamente causa todos los
problemas ha dejado de actuar, existe solamente un gran espacio que se va
agrandando hasta adquirir el contexto de lo infinito, y entonces dentro de este
infinito existe una participación activa dentro de los planes del propio Dios.
Somos ya algo más que seres humanos, participamos activamente dentro de un gran
propósito divino y somos conscientemente los que realizamos el Plan de Dios
aquí en la Tierra.
Interlocutora. — ¿Cómo
participamos: a nivel grupal de Humanidad o individual?
Vicente. — Es que la
Humanidad es un compuesto de individuos. No podemos coger a la Humanidad,
purificarla y decir ahora tenemos a un individuo puro, esto pertenece al
gregarismo o a las almas-grupo de la Naturaleza. Cuando hablamos de la persona
que enfrenta la realidad suponemos que del gran contexto social de la Humanidad
una persona se ha liberado del grupo, y en virtud de que esta persona se ha
liberado del tiempo una considerable cantidad de tiempo perteneciendo a la
propia Humanidad también se ha liberado, porque un ser humano no está sólo,
viene vinculado a la familia, al grupo profesional, al grupo local, con grupos
de amigos y luego con el contexto nacional y si seguimos más hacia arriba con
el internacional. Entonces, si el individuo -que es el motor de la sociedad,
porque la sociedad es un compuesto de individuos- se libera hasta el punto de
crear en su mente una gran transformación de tipo creativo, toda la Humanidad
se siente estimulada por este trabajo, de ahí que cuando desciende un
Instructor del Mundo, un Salvador, un Avatar, una considerable cantidad de
elementos humanos se quedan inundados de esta fuerza, de esta energía y
comprenden mejor las cosas de la vida, después de que ha desparecido el Avatar
ha quedado una impronta en la conciencia de los hombres. Pues bien, cada uno de
nosotros puede crear un impacto social, pero ha de partir de una lógica razonable
de hechos, de las bases de la acción creadora, y respondiendo muy directamente
al amigo, enfrentando los hechos sin resistencia, con toda la atención posible,
sin rehuirlo, sin buscar sustitutivos que es lo que hacemos, porque cuando un
problema individual es muy profundo y muy agudo tememos enfrentarlo y buscamos
el amparo de una persona que consideramos superior o bien la estructura
religiosa de cualquier tipo que nos ayude a soportar aquel misterio
impenetrable que se va adueñando de nuestro ser.
Cuando llegamos a este
punto dentro del cual hay una distensión porque hay una gran profundidad de
observación se produce una crisis dentro del corazón y de la mente cuyas
consecuencias vitales son la liberación, la iniciación, así que no vamos a
hablar de técnicas específicas estandarizadas de yoga, de meditación, sino que
vamos a hablar de una cosa que es constante: el mejor yoga es enfrentar la
vida, no una forma de vida, no un cuerpo determinado, no siendo específico
sobre algún punto sino siendo universales en todos los puntos. Cuando se llega
a este estadio entramos prácticamente dentro de la gran carrera o corriente
iniciática de la cual ya no podemos retroceder. Es como un minero que tuviese
que atravesar un gran túnel tirando todo detrás, llega un momento en que ya no
puede retroceder, la misma escoria que ha ido destilando le impide volver al
pasado y solamente ve la luz allá a lo lejos y va progresando hacia ella. Ahora
bien, a esta luz llamémosla Dios, llamémosle liberación, iniciación, paz,
profundidad o plenitud, el nombre no tiene mucha importancia ¿verdad? El hecho
sí que tiene importancia porque como sabemos hablamos de Dios por lo que de
Dios se nos ha dicho, pero prácticamente el término ha dejado de ser creativo,
se ha convertido en una simple palabra hueca y sin sentido, porque nadie obra
como Dios hubiese obrado o como Dios obra a través de la Naturaleza. Y como hay
un conflicto tan grande entre el hombre y Dios forzosamente hay dolor, es el
mismo dolor que se produce cuando enfrentamos un problema de soslayo o bien de
flanco, porque el miedo nos ha incapacitado hasta el punto de no poder ver el
problema de acción constante, enfrentándolo con toda sencillez, humildad y
naturalidad, y entonces sabremos lo que es la paz, sabremos de algo que
desconocemos, de algo que quizás no podemos explicar ni interpretar
adecuadamente, pero que constituye la base de la acción del futuro para todo
ser humano, para que sea un perfecto exponente de la vida de Dios aquí en la
Tierra.
Se trata simplemente de
esto, sin pasar nada más ni nada menos que por nuestra mente y corazón,
intérpretes de esta voluntad.
Leonor. — Hemos de
recordar que la nota clave de esta era es buscar la armonía dentro del
conflicto, y esto también es una técnica, a nuestro alrededor, en la casa, en
el trabajo, en todas partes seguramente tendremos ocasión de buscar la armonía
dentro del conflicto, y esto es la técnica que cada uno debe de encontrar
dentro de sí mismo para poder encontrar esta armonía dentro del conflicto,
conflictos que no faltan.
Interlocutora. — A eso
es a lo que te refieres Vicente cuando dices que tienes que estar en atención
permanente [Sí] o sea, esa es la acción de la atención [Sí], porque yo entiendo
bien la idea pero no se luego como pasarla a la práctica.
Vicente. — Bueno, tú no
te preocupes ¿estabas atenta ahora, verdad?
Interlocutora. — Sí,
[Pues ya está], pero ahora mismo es fácil, pero quiero decir en la actuación
diaria, en lo que está haciendo cada día.
Vicente. — Es que lo
haces, cuando tu está educando a tu nene, cuando estás dándole la comida estás
atenta.
Interlocutora. — A eso
te refieres, a estar haciendo bien cada una de las cosas que tienes que hacer.
Vicente. — Cuando tú
haces la comida está atenta, lo que pasa es que cuando haces una cosa estás en
mil cosas a la vez… Fijaos bien, esto es muy sutil, y hay que ser muy
específico sobre este punto, en una conversación que dure una hora -o menos
dependiendo de la atención de los observadores- ¿cuántas veces la mente ha
estado atenta? Hay muchas maneras de soslayar la atención; primero, lo que este
señor me dice ya lo sé, no hay que escuchar demasiado, es una conclusión a la
que se llega bien intelectualmente; bien, lo que este señor me dice no está de
acuerdo con lo que yo pienso, lo que este señor dice quizá no sea adecuado a mi
modo de ser y para los demás, o pensemos que quizá mañana tenemos algo que
hacer y estamos pensando en lo que haremos mañana y por lo tanto no hay
atención. Pues bien, cuando una persona está muy atenta la mente prácticamente
ha desaparecido, pero ¿qué es lo que subsiste de importante en la atención?
El propósito de base, la
motivación suprema, porque después de un rato de atención profunda el ser se
siente más libre y más desapegado. Hay soledad, lo cual significa que hay un
misterio que se está resolviendo, no hay miedo porque en la atención el
problema y el hombre se han reducido a términos no de tiempo sino de espacio;
en tanto que enfrentando un problema sin atención, el que sea, no un problema
trascendente sino un problema cotidiano, lo enfrentamos atentamente se
resolverá porque no ofrecemos resistencia, pero cuando estamos con un problema
enfrente y estamos con la mente en otra dirección no hay solución, no puede
haber solución para aquello, lo haremos mecánicamente y lo que hay que hacer es
dejar de ser mecánicos en la acción, porque siendo mecánicos en la acción
caemos en el vicio de las razas instintivas del pasado, que no fueron vicios
para ellos pero sí lo son para nosotros, para ellos fueron un motivo esencial
de la evolución. Es decir, que si todo cuanto hacemos lo hacemos con amor, y
para mi amor es atención, porque no hay resistencia, y en el amor no hay
resistencia, entonces hay una paz perpetua en nuestra vida. ¿Es posible esto?,
¿es posible que esté atento las 24 horas o las que esté levantado? Yo digo que
es posible estar atento, que es posible organizar la vida en términos
superiores de conciencia, en términos de comprensión continuada, en términos
simplemente de vivencia.
Desde el momento en que
vivimos intensamente un problema, el problema se disuelve, pero como no vivimos
intensamente el problema, ningún problema que exista en nuestra vida sino que
lo miramos de lado para que no nos afecte mucho, que es la manera más efectiva
para que nos afecte más el problema, entonces nos damos cuenta de que existe
una música suave en el interior, una música que se va expresando en forma de
silencio cada vez más profundo, hasta que ese silencio más profundo nos hace
llegar a las alturas superiores de la iniciación, lo cual quiere decir que
tampoco será necesario el conocimiento para llegar a la intuición sino que
bastará el propósito de base de hacer las cosas perfectamente, como es la ley,
y dejar entonces que la ley te mueva pero sabiendo hacia donde te mueves,
porque no es tanto la impresión humana oteando el gran universo Divino o
buceando en las profundidades del misterio de Dios, el último peligro o el
último miedo porque el hombre piensa que va a quedar aniquilado dentro de esta
gran potencia inductiva de la Divinidad, como la potencia inductiva de la
Divinidad y su alta trascendencia con toda su gloria y magnitud penetre en
nuestra conciencia y la libere y entonces participamos de la conciencia de Dios
omnipresente y de la conciencia del hombre dentro de su inmanencia, tiempo y
espacio están unidos, reconciliados, no hay lucha, no hay problema, hay una paz
en el ánimo. Si podemos resolver el pequeño problema cotidiano, con o sin
meditaciones, habida cuenta que la meditación es esta fuerza potente de la
mente observando los acontecimientos con mucha atención y con mucha
expectación, con mucha intención espiritual en cada uno de los átomos de
nuestro ser, veremos cómo la vida llega un momento en que carece de problemas,
volviendo al principio que el tiempo se va haciendo cada vez tan pequeño, tan pequeño
que solamente queda plenitud en nuestra mente, todo es espacio, pero el espacio
de la mente queda dinamizado por algo superior, que es el Propósito de la
propia Divinidad, por el fuego místico del Propósito o por la Paz de los altos
lugares.
Y esto podemos hacerlo
ahora, aquí, y no esperar a mañana o después, o a la próxima vida, porque es lo
que hacemos siempre, hay tiempo…, hay tiempo… claro el tiempo existirá mientras
hagamos conciencia de él, y el tiempo es necesario hasta que deja de serlo,
como el juguete para el niño que cuando crece deja los juguetes y busca cosas
más de acuerdo con su edad. Pues así es el tiempo para nosotros, adultos,
personas inteligentes y de buena voluntad, hay que dejar ciertos juguetes de la
mente, y tal como decía Pablo de Tarso hay que dejar la leche para los niños y
la carne para los hombres, y creo que todavía es muy difícil digerir la carne
en el sentido simbólico del término, pero es la ley de nuestra época, y hoy se
da una gran importancia al propósito y no tanto a la emoción, porque la emoción
siempre ha sido el gran problema del hombre, el problema humano siempre es
astral nunca es mental, y para comprender de raíz el problema hay que estar muy
atento, porque entonces surge a flor de mente no solamente que no hay una
reacción contra los hechos, no hay resistencia, sino que al propio tiempo
existe un destilar de acontecimientos interiores que se van revelando, surge a
flor de conciencia todo aquello que debe ser resuelto por vía interior, hacemos
el trabajo científico de la confesión, nos estamos confesando de todo cuanto
hicimos mal o que pudiendo hacer bien lo hicimos mal. Es decir, que estamos
llegando a un punto dentro del cual no hay crisis pero existe una tensión
extraordinaria que mueve nuestra mente y corazón a un impulso superior y
trascendente.
Interlocutor. — No
entiendo mucho, pero hay una cosa que me pica mucho, que es cuando no soy
responsable, cuando no cumplo bien mi obligación de cada momento, esto me
desarma, en cambio cuando cumplo conscientemente con cada acto me queda una
tranquilidad enorme, y sé que esto me exige pero me da después una gran
tranquilidad. Esto no sé si responde a lo que Dios o este Ser que llamamos me
pide a mí, y si esto también es útil no solamente para mí sino para el bien del
mundo.
Vicente. — Si la persona
realiza algo perfectamente este acto perfecto por ser creador no deja huellas
en la mente, no hay sensación de arrepentimiento. Esto lo sabemos todos
¿verdad? Si cumplimos algo inadecuadamente o de una manera muy solapada quizá,
muy profundamente egoísta, lo realizamos imperfectamente, existe una acción de
desaprobación interna, técnicamente definida como la voz de la conciencia, pero
entre el acto perfecto y el acto imperfecto existe siempre una frontera. ¿Qué
ocurrirá cuando nos situemos en el centro del bien y del mal? De lo que hacemos
bien, y todos hacemos cosas buenas y cosas malas, cuando nos situamos en el
centro de la cuestión y tratamos de hacer lo mejor posible desde el centro,
porque lo más difícil es mantenerse en el centro del equilibrio. Es muy fácil
hacer el bien o bien hacer el mal, porque esto pertenece al libre albedrío. El
libre albedrío que poseemos nos indica: “haz esto o haz lo otro”, pero si
situamos la conciencia –dejamos la mente aparte- en el centro de esta oposición
entre el bien y el mal, y esto sucede cuando estamos atentos, entonces se
produce un milagro... (Fin de la grabación)
Conferencia
de Vicente Beltrán Anglada
En Mallorca,
19 de abril de 1981
Distribuida
por el Grupo de Transcripción de Conferencias (G.T.C)
13 de
febrero de 2010
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