La porción de Mikets comienza con la palabra vayejí, la cual representa algo negativo, lo cual es extraño porque esta porción habla de un suceso positivo: la salida de Yosef de la prisión. Entonces, ¿qué hay de negativo en esto? El Arí, Rav Yitsjak Luria, explica que el Faraón representa el Lado Negativo, y en la porción de Mikets el Faraón recibe un nivel de profecía. La profecía es un nivel elevado de conexión con la Luz del Creador, pero dado que el Faraón representa el Lado Negativo, ¿cómo obtuvo el mérito de tener semejante profecía?
"Una chispa de Luz puede acabar con toda la
oscuridad en un instante".
Para responder a esto, tenemos que comenzar con una enseñanza
que mi padre, Rav Berg, mencionaba a menudo. En hebreo, la palabra averá es
traducida erróneamente como “pecado” o “transgresión”. Sin embargo, averá proviene
de la palabra “entregar”, como en “él/ella ‘entrega’ su Luz al Lado Negativo”;
cada vez que actuamos de forma negativa, estamos entregando nuestra Luz al Lado
Negativo. Y cada carencia, cada dolor, cada tristeza que experimentamos en
nuestra vida proviene de esa energía que hemos entregado.
La forma en la que el Lado Negativo tiene control sobre
nosotros es a través de la Luz y la energía que le hemos entregado; a través de
la averá, la transferencia de nuestra energía, el Lado Negativo
puede controlarnos y darnos oscuridad, carencia, dolor y tristeza. Por ende, si
una persona puede quitarle al Lado Negativo toda esa Luz que le ha entregado,
entonces no habrá más carencia, tristeza o dolor, nunca más. Y en el grado en
que podamos recuperar toda esa energía que le hemos entregado al Lado negativo,
en ese mismo grado podremos eliminar toda la oscuridad de nuestra vida.
Pero ¿cómo recuperamos esa Luz? Los kabbalistas usan una parábola para
explicar el proceso:
Había un herrero que vio unos camellos que llevaban una
cantidad ilimitada de lino hacia donde estaba él. El herrero tenía una tienda
muy pequeña y no sabía qué iba a hacer porque no podía acomodar todo el lino
dentro de ella. Pero entonces un sabio le dijo al herrero que solo una pequeña
chispa de su martillar podría encender todo el lino y lo destruiría todo en un
instante.
"La oscuridad proviene de la Luz que hemos
entregado".
Para eliminar la oscuridad y recuperar lo que hemos entregado,
hay un proceso que es mucho más sencillo de lo que pensamos: como la parábola
dice, una chispa de Luz puede acabar con toda la oscuridad en un instante. Todo
tiene que ver con nuestra conciencia; si pensamos que tenemos que batallar para
recuperar cada chispa que hemos entregado, nunca lograremos recuperar nada.
Pero tenemos que recordar, como la parábola, que una chispa acabará con todo el
lino. Una chispa recuperará toda la Luz que hemos entregado al Lado Negativo.
Ése es el secreto de la porción de Mikets y es también el secreto de Janucá,
que cae durante esta porción.
Yosef cayó un poco tanto cuando la esposa de Potifar trató de
seducirlo como cuando puso su certeza en el copero del Faraón. Entregar su
energía al Lado Negativo es lo que lo mantuvo en la prisión y lo que le dio al
Faraón el poder de la profecía. Por ende, la razón por la cual la porción de
esta semana comienza con la palabra vayejí, la cual representa
oscuridad o negatividad, es porque está hablando acerca de un momento en el
tiempo cuando Yosef estaba en prisión; no en una prisión física, sino en una
prisión espiritual. Y por consiguiente, el Faraón tenía el dominio porque Yosef
le había entregado su poder. Sin embargo, el momento en que el Faraón recibió
la profecía debido a la entrega de Yosef de las averot al Lado
negativo fue también el momento en que Yosef recuperó su poder; el
Faraón dijo: “Te he dado el control de todo Egipto”. Egipto representa el
Lado Negativo y, por lo tanto, Yosef tomó de nuevo toda la negatividad y toda
la energía que le había dado al Faraón, al Lado Negativo.
Uno de los más grandes regalos de Shabat Mikets y de Janucá es
la capacidad de recuperar el control. Para conectarnos con esto, tenemos que
comenzar con entender que la oscuridad proviene de la Luz que hemos entregado.
Luego, tenemos que entender que para recuperarla solo necesitamos una chispa.
Si Yosef hubiese tenido que luchar por todas las chispas que había entregado,
le habría tomado una eternidad. En lugar de ello, Yosef entendió que solo
necesitamos una chispa de Luz para quemar todas las fuerzas de la Negatividad y
recuperar toda la energía que hemos entregado. Una vez que Yosef obtuvo esa
conciencia y entendimiento, recobró el control.
Uno de los grandes secretos de esta porción y de Janucá es que
necesitamos muy poco. Por supuesto, primero tenemos que comenzar con la
claridad de que la única razón por la cual no tenemos control en nuestra vida,
la única razón por la que tenemos oscuridad o carencia no es por culpa de
alguien más, o por culpa del Creador. Es debido a nuestras averot,
la Luz y la energía que hemos entregado al Lado Negativo. Si no tenemos esa
claridad, entonces el siguiente paso, el cual es entender que todo lo que
necesitamos es una pequeña chispa para quemar todo el Lado Negativo, no puede
venir.
A través del encendido de la Janukiyá durante Janucá, podemos
recobrar toda la Luz que hemos entregado al Lado Negativo. Por ende, ésta tiene
que ser nuestra conciencia y meditación durante este período; si tuviéramos que
pelear para recuperarlo todo, si tuviéramos que ganarnos de nuevo las cosas,
nos tomaría una infinidad de vidas. Pero en Shabat Mikets, y a lo largo de
Janucá, se nos da el poder para hacerlo. Podemos retomar el control y recuperar
nuestra Luz, y ni siquiera se trata de un trabajo que tengamos que hacer; más
bien es un regalo increíble que nos dan.
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