Por
Sarah Varcas
http://astro-awakenings.co.uk/
30 Diciembre 2015
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30 Diciembre 2015
Traducción: Fara González
El 2016 puede comenzar
lentamente. ¡Puede que hasta sintamos la tentación de descartar enero
antes de darle una oportunidad! De ser así, ¡no lo hagan! Es cierto que no es
el inicio más inspirador para comenzar un nuevo año, pero el sentimiento
general en este mes, de comenzar bien nuestras vidas, resolviendo asuntos
pendientes nos pone en buen camino para febrero, cuando comience una estación
de eclipses (con dos eclipses luego en marzo) y las cosas comiencen a tomar
impulso. Este es un mes de hacer cosas prácticas ya sea limpiar los estantes,
pagar cuentas atrasadas, ponernos al día con la correspondencia, o decidir de
una vez por todas ¡a que partes de nuestra vida vamos a darle solución en este
año! No subestimen el poder de estas actividades aparentemente sin
consecuencia. En este mes ellas forman el fertilizante para el crecimiento que
vendrá en su momento.
En esencia, el mensaje clave para enero es exactamente eso: no dividan
la vida en espiritual y mundana, especial y ordinaria. Todo es especial y todo
es mundano. Todo lo
que hacemos tiene poder. Cada palabra, acción, pensamiento,
sentimiento e intención lleva consigo un peso en este universo. Si enfrentamos
el mundo cotidiano de trabajo, transportación, compras, limpieza, ganar lo
suficiente para mantenernos a flote, como algo menos importante que cuando
“somos espirituales”, negamos la presencia de lo sagrado en el núcleo de
nuestra vida. Hacer esto conlleva un sentimiento de que tenemos que ir a algún
sitio extraordinario para “ser espirituales”, comportarnos de cierta forma,
mirar de una cierta forma o vivir un tipo de vida en particular. Los adornos
aparentes de una persona espiritual se convierten por tanto en el factor
decisivo de nuestra valía y la de todos los demás. Se formulan juicios basados
en las apariencias superficiales y no en la cualidad de ser. El logro de un
objetivo espiritual se convierte en algo que nos hace especiales y por tanto
una herramienta del ego y no del espíritu. Este es un fenómeno frecuente por
estos días cuando el “mercado espiritual” está en su apogeo y pleno de
materialismo sagrado, despojado de la única cosa que nadie puede comprar:
presencia. La presencia clara y no adulterada: la conexión fundamental con la
Fuente, disponible para todos en todas partes.
El 2016 es un año de explosión vía la pretensión y la personalidad para
revelar lo que subyace en el fondo. Nada escapará de esta penetración de la
realidad que expone la verdad en el corazón de cada uno. Los que reclaman el
logro espiritual tendrán que responder ante su reclamo. Los que presentan una
cierta cara serán desafiados para hacer de esa cara una realidad a través de
sus vidas y si no, descartarla para revelar lo que subyace. Habrá momentos de
dolorosa exposición, las decepciones serán resaltadas, las mentiras reveladas y
las pretensiones expuestas, pero a lo largo de todo esto corre el hilo dorado,
claro de la verdad que ilumina todo lo que es auténticamente real. Ya no
podemos dividir el mundo en pedazos, con algunas partes más valiosas que otras.
Debemos vivirlo todo, abrazarlo todo y serlo todo. Nosotros mismos, plenamente
vividos en toda nuestra gloria, no conformados y configurados para presentar
una cara favorecida al mundo.
Igualmente, si pensamos que el despertar facilita las cosas, ¡este año
puede hacernos pensar de nuevo! El despertar no significa que la vida se
desarrolle a nuestro ritmo, sino sintonizarnos con la vida para que nosotros y
ella seamos uno y el mismo, fluyendo de conjunto a lo largo de toda la
eternidad. Esto no es fácil para nosotros seres humanos tan concentrados en
controlar los eventos, en hacer que se cumplan nuestros deseos y en buscar la
proclamación de lo que somos y quienes somos. La humildad es la clave, como lo
es una disposición a creer que no sabemos nada para poder lograr que la vida
nos sorprenda una y otra vez. Lo que sucederá si lo permitimos. No
siempre en formas que apreciemos, pero siempre en formas que nos despierten
cada vez más a las profundas corrientes de convertirnos en ese flujo a través y
alrededor de nuestro ser.
La entrada de Marte en Escorpio el 3 de enero crea las condiciones para
dos meses de una actividad poderosa que penetra profundamente hasta las raíces
más obstinadas que necesitan ser eliminadas. A veces podemos facilitar cambios
superficiales que lucen buenos pero no pueden penetrar los aspectos ocultos,
más profundos de nuestra psiquis donde luchamos contra el cambio real. Marte en
Escorpio resiste el cambio y lo fuerza a la vez, sabiendo que en su propia
resistencia yace la energía necesaria para disolver los obstáculos y los viejos
patrones que mantienen atrapada nuestra energía y limitan nuestra perspectiva.
Durante este tiempo podemos sentirnos desesperados por cambiar, temiendo ese
propio cambio a la vez, creando ambivalencia y una energía acorralada que
afectará nuestra experiencia cotidiana hasta que podamos enfrentar lo que está
sucediendo realmente. El renacimiento que yace en la base de Escorpio no se
asegura con un pequeño gesto de fe sino con una inmensa demostración de nuestra
resistencia y resolución para quemar estas cosas que nos atan. Marte está feliz
de aportar el combustible y abanicar las llamas, ¡aun cuando quisiésemos darnos
por vencidos y dejar de señalar esas verdades que hemos puesto tanto empeño en
ocultar!
Pero la verdad saldrá en este mes, precisamente con Mercurio retrógrado
entre el 5 y el 25, mayormente en Capricornio, aunque con unos pocos días en
Acuario. Este retrógrado de Mercurio en particular es especialmente poderoso y
está lleno de sorpresas. Si estamos tratando de manera directa o indirecta de
tapar el sol con un dedo (incluyéndonos a nosotros mismos) esta combinación
¡ahogará nuestros esfuerzos! El retrógrado de Mercurio en Capricornio expone
los hechos fríos y duros nos guste o no, pero al hacerlo revelará a la vez la
libertad que viene de decir simplemente la verdad estando preparados para vivir
con las consecuencias. Esta es una buena práctica para el resto del año, cuando
las verdades puedan ser cortantes y a la vez profundamente necesarias para
recalibrar nuestra relación con los demás, con el mundo en su conjunto y con
nuestro hermoso hogar planetario. Si queremos las verdades envueltas en papel
de regalo, este año será una desilusión. Si queremos que este se nos deletree
de manera innegable y clara, ¡estamos a tono con un viaje fructífero!
La Luna Nueva en Capricornio el 10 de enero en cuadratura con Urano en
Aries, nos recuerda que el fuego ardiente del divino interior no es igual al
calor emitido por el ego que se cree a sí mismo ser la fuente de todo poder.
Está volviéndose cada vez más difícil forzar algo a voluntad y los esfuerzos
pueden ser nulos si no nos alineamos con la corriente superior de la evolución
consciente que requiere devoción a un proceso más allá de nuestro
entendimiento. Esta Luna Nueva nos recuerda que cualquier cosa que creamos que
sea el despertar, no lo es. ¡Si podemos pensarlo, estamos equivocados! Los
conceptos no se acercan ni tampoco las palabras. Simplemente tenemos que
convertirnos en ello y ver lo que sucede a cada momento, despertando al pulso
de la creación que conforma nuestros días.
El sentido general de que no podemos lograr el ritmo necesario puede
sorprendernos si estamos demasiado enfocados en lo que creemos que debía estar
ocurriendo en este mes, versus lo que está ocurriendo realmente. Una alineación
que involucra a Júpiter, Eris y el Sol y que cubre el cielo entre el 11 y 16 de
enero, pone el acento en cómo nuestra relación con el mundo material refleja
nuestra sabiduría interior. No tiene sentido buscar la verdad si no
estamos preparados para vivirla y dejar la sabiduría a un lado no hace más que
limitar nuestra efectividad. Esto disminuye nuestro propio ser al descartar la
nutrición divina que alimenta nuestra percepción. No podemos tomar solamente
pedacitos de la verdad que nos hacen sentirnos bien. Debemos consumirla y
digerirla toda, permitiendo que nos nutra y alimente aún más nuestra percepción
y libertad más profunda.
La Luna Llena en Leo el día 25 nos ofrece un impulso si necesitamos
algún tipo de estímulo. Está bien si comenzamos a ver a través de una nueva
perspectiva aquello que una vez parecía obvio, haciéndonos cuestionar qué y
quienes somos. Esta Luna nos recuerda que solamente experimentando nuestras
perspectivas y viviendo nuestros sueños podremos descubrir la verdad o no. No
podemos evaluarlo todo de antemano y decidir por anticipado que caminos son
merecedores del esfuerzo y cuales nos llevarán a la deriva. Tenemos que abrazar
la vida desde el interior para encontrarlo todo, revelado en nuestro encuentro
con el momento presente y nacido de decisiones pasadas y realidades actuales.
Esta Luna ofrece la confianza para avanzar por el sendero sin importar cuán
incierto se sienta este, porque únicamente haciéndolo descubriremos el próximo
paso y el siguiente, cada uno coreografiado desde el interior y el exterior al
prestarle atención a las verdades que surjan por el camino.
Mercurio se estaciona directo el día después de la Luna Llena,
proclamando un cambio gradual del ritmo y la oportunidad de avance. Si vivimos
este retrógrado de Mercurio bien estaremos preparados en este punto para
comenzar a avanzar comprometiéndonos a largo plazo por difícil que parezca. Sea
que esperemos que este sea un año de cambios personales o de logros públicos,
de despertar espiritual, riquezas financieras o todo lo que venga, la semana
final de enero nos invita a comenzar, después de tres semanas atando cabos
sueltos y asuntos pendientes que de no hacerlo harían imposibles los nuevos
comienzos.
Al terminar enero la energía está por todo lo alto así como la
inspiración acompañante, ¡aunque sería sabio mantener nuestros pies bien
anclados a tierra! Una secuencia de pequeñas alineaciones para terminar el mes
nos recuerda que la energía es información y nuestra tarea es interpretar las
claves y seguir el rastro. Si algo no funciona la energía está bloqueada o muy
difusa. El discernimiento de la diferencia es una habilidad importante que
debemos desarrollar en este año, ¡así que mejor comenzamos desde ahora! La
primera clave se encuentra en nuestra actitud: estamos chirriando los dientes y
forzando el avance por encima de todo o soltando con demasiada rapidez y
“confiando en que el universo” ¡haga lo que de hecho es nuestro trabajo!
Encontrar el equilibrio entre la rendición y el esfuerzo, la dedicación y la
flexibilidad, nos aportará dividendos ahora a medida que apreciamos los matices
internos que conforman nuestra experiencia y que por tanto diseñan el futuro de
cómo vivimos nuestra vida cotidiana.
Sarah Varcas
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