por
Prem Rawat
¿Has
oído alguna vez decir a alguien: “No vas a creer lo que me acaba de pasar”?
Cuando oímos eso pensamos: “Me va a decir que le ha pasado algo, pero ¿por qué
dice: ‘No vas a creer lo que me acaba de pasar’?”. La palabra clave es creer,
porque si hubieras estado allí lo sabrías y no tendrías que creerlo.
Creer
está bien, pero se le da mucha más importancia de la que merece. Lo que merece
la importancia que se le da a creer es saber. Saber es certeza, es
claridad. Ahí no hay ambigüedades, ni hipótesis. Esto es lo que sucedió.
Pero cuando no sabes, ¿basta con creer?