Por Jennifer
Hoffman
http://enlighteninglife.com
Traducción:
Rosa García
Al finalizar
otro mes de desafíos, podríamos estar preguntándonos cuándo terminará todo
esto. No es la mejor pregunta en este momento, porque supondría que ocupamos el
asiento del pasajero en este viaje y que no tenemos ningún control sobre lo que
va ocurrir. Pero no es así. Nosotros somos el conductor y tenemos el control en
nuestras manos, como podremos comprobar en Noviembre. La energía del número 1
de Octubre cambia a la energía del número 2 de Noviembre, pero se trata de un 2
a partir del 11 (Noviembre es el mes 11), que significa la integración del
espíritu con la materia, de lo humano con lo divino. ¿Estamos listos para
disfrutar de las recompensas a nuestros esfuerzos o esperamos permiso para
poder sentarnos en el banquete de la vida? Depende de nosotros. En Noviembre
descubriremos que las recompensas están a nuestro alcance, pero tendremos que
subirnos al podio y reclamarlas como propias. Noviembre puede ser un “viaje de
alegría” si estamos dispuestos a soltar, a despegar y seguir brillando.
Noviembre
comienza con los ecos de la Luna Nueva que tuvo lugar a finales de octubre. Su
energía todavía resonará en nosotros, ya que era una Luna bastante intensa. El
Sol, la Luna y Mercurio hacen trígono (120°) con Neptuno en Piscis, poniendo de
manifiesto el tema de Noviembre: la integración espiritual. Las dos
luminarias (el Sol y la Luna) y Mercurio, el planeta del karma, interactúan con
Neptuno en Piscis, la última casa del Zodíaco. Su mensaje es que debemos
madurar espiritualmente y aceptarnos como poderosos maestros espirituales. Es
momento de dejar atrás cualquier pensamiento o creencia que nos haga creer que
no somos “lo bastante buenos” o que no merecemos.
La cercanía de
Júpiter (el regente tradicional de Piscis) amplifica la energía espiritual que
podemos utilizar para nuestra transformación y para la transición hacia la
vibración de Ascensión. Júpiter continúa con el efecto que empezó a ejercer
desde Septiembre de 2015, mientras avanzamos hacia la segunda fase del ciclo de
despertar espiritual que comenzó entonces.
También se da
una complicada conjunción de Venus y Saturno. ¿Qué ocurre cuando el planeta de
la belleza, del amor y las asociaciones se encuentra con Saturno, el maestro
del Zodíaco de la disciplina y del sentido de la realidad? Pueden producirse
acaloradas discusiones o fríos silencios. La energía de esta unión supone un
chequeo de la realidad de nuestras relaciones, tanto con los demás como con
nosotros mismos.
¿Estamos siendo
“reales” con nosotros mismos, proporcionándonos el cuidado, la compasión y la
consideración que otorgamos a los demás?
¿Dónde estamos
enfocando nuestra energía? ¿Qué deseamos crear en nuestras vidas al distinguir
entre nuestras necesidades y deseos y las necesidades y deseos de los demás?
Venus quiere
tenerlo todo, y no siempre de forma realista o equilibrada. Saturno nos ayuda a
centrar nuestro entusiasmo en lo que queremos realmente y elimina las limitaciones,
las distracciones, preocupaciones y miedos que nos impiden alcanzar nuestros
sueños. Venus es como un niño de 3 años que quiere una galleta, y Saturno es su
madre diciéndole: “Antes de cenar, no”. La madre lo hace en beneficio del niño,
pero él no siempre lo verá así. Nuestra respuesta aquí es importante. ¿Nos
rebelamos contra el “no”, o averiguamos su sentido y nos abrimos a cambiar de
planes? ¿Estamos negando algo, o estamos dispuestos a quitarnos las “gafas de
color rosa” (y empezar hacer lo que queremos y necesitamos para ser felices)?
¿Te has sentido
menos motivado últimamente y un poco lento? ¿Has estado observando tu vida con
detenimiento, incluso en detalle? Puedes culpar a Marte por ello, ya que los
últimos meses ha estado aspectando a los pesos pesados: a Saturno en Septiembre
y a Plutón en Noviembre, y la semana pasada formó una cuadratura con la
conjunción Urano/Eris. Estamos acostumbrados a experimentar la energía de Marte
como una aceleración que nos impulsa a saltar obstáculos (excepto cuando se
encontraba retrógrado y volvía a ponerse directo en su paso por Escorpio, de
Enero a Agosto de este año). Pero en el 2016 hemos tenido que adaptarnos a una
energía nueva y más madura de Marte; una energía que se toma su
tiempo, excava en profundidad, considera, reconsidera y evalúa el terreno antes
de avanzar. Aunque se trata de una energía de Marte más reflexiva, lo
cierto es que preferimos el movimiento acelerado de Marte, que no llegará hasta
el 2017.
La acción de
Marte/Plutón finaliza la primera semana de Noviembre, una energía que
últimamente ha resultado bastante deprimente. Marte, el regente de la primera
casa del zodíaco, Aries, se encuentra junto Plutón, que es (supuestamente) el
último planeta de nuestro sistema solar (ignoremos los descensos de categoría y
los juegos astronómicos). La conjunción
Marte/Plutón es como lo que le ocurre a un niño que pasa algún tiempo con su
abuelo; el niño aminora la marcha para acomodarse a la edad del abuelo, y el abuelo
ajusta su conversación a la edad del niño. Comparten lo mejor de ambos mundos, la
desaceleración les ayuda a reflexionar, considerar, evaluar y conectar al mismo
nivel.
Pero cuando
sucede en nuestra vida personal y necesitamos resolver ciertos asuntos (y no
tenemos tiempo para “mirarnos el ombligo” a nivel esotérico, porque tenemos que
solucionar algo ahora), puede parecernos frustrante. Sin embargo, forma parte
de nuestro nuevo curso de acción. Debemos acostumbrarnos a alinearnos
energéticamente antes de penetrar en un territorio desconocido. Y
también asegurarnos de que ese paso es adecuado y es lo mejor para nosotros,
algo que deseamos integrar e incluir en nuestra realidad.
Toda esta
actividad en Octubre, el mes “1”, tiene como objetivo conducirnos hasta el
número “2” de Noviembre. No estoy hablando de relaciones, romances y fiestas,
aunque también habrá ocasiones para ello. Se trata sobre todo de nuestra
principal relación: la relación con nosotros mismos. O bien estamos solos en
nuestra humanidad o nos asociamos con nuestra divinidad. De esta manera, el
humano “1” se convierte en el “2”, el humano divino.
¿Qué
necesitamos abrazar en nosotros mismos para que esta asociación pueda tener
lugar? ¿Tal vez debamos abrazar nuestra belleza, nuestra perfección, nuestra
sabiduría y nuestro potencial?
¿Qué
necesitamos soltar y dejar atrás? ¿De qué necesitamos desprendernos? ¿Quizá de
nuestra necesidad de aprobación y validación, de nuestras creencias de no ser
valiosos, del miedo al futuro o de nuestra incapacidad de creer en nuestro
poder para poder dar paso a nuestra divinidad?
Lo contrario de
la divinidad no es la maldad, sino la ausencia de divinidad. Una realidad
profana es la que no deja espacio a lo divino. Por tanto, siempre nos parecerá
incompleta, porque lo divino nos hace totales y congruentes en nuestra energía
individual y nos acerca as a un estado de congruencia también en lo colectivo.
Durante los
últimos meses, muchas cosas (incluyendo las ridículas payasadas de las
elecciones presidenciales de Estados Unidos) han puesto en evidencia qué
significa vivir en un mundo “profano”. Este hecho ha empujado a muchas personas
en la dirección opuesta, motivándolas en su búsqueda de sabiduría y del poder
de la divinidad. “Todo potencial oscuro encierra un propósito de luz”, cuando
recordamos que la luz siempre está presente y que la oscuridad siempre le abre
paso. Si los acontecimientos de este año nos han revelado lo profano, tomemos
la decisión consciente de integrar el poder de lo divino en nuestras vidas.
Éste es el mes adecuado para ello.
Transformar lo
profano de la 3D en la energía divina de la 5D nos obligará a entrar en acción
en Noviembre. En primer lugar, debemos hacerlo a nivel energético. El proceso
comienza con la intención de permitir que nuevas creencias, nuevas perspectivas
y nuevas alineaciones se conviertan en nuestros compañeros energéticos.
¿Queremos energías de frecuencia elevada en nuestras vidas, como la alegría?
Esas energías se crean cuando nos alineamos con las energías de 5D.
Durante la Luna
Llena del 14 de Noviembre, el Sol y la Luna estarán en el eje Tauro/Escorpio, a
22 grados, haciendo eco del grado en que ocurrió el eclipse del 13 de noviembre
de 2013 (justo después de que Saturno entrara en Escorpio por primera vez). Es
posible que tengamos la sensación de que la molesta energía de Escorpio no se
desvanece, ya que permanecerá activa hasta finales de año. Forma parte de la
profunda transformación que está teniendo lugar y que nos empuja a vencer las
últimas resistencias a nuestra Ascensión. En 2017 tendremos un recordatorio
ocasional de Escorpio (después de todo, es uno de los signos zodiacales), pero
no con la misma intensidad que venimos experimentando desde el 2012.
Se trata de una
Luna Llena especial, ya que la Luna estará más cerca de la Tierra de lo que ha
estado desde 1948 y podría ejercer un mayor impacto sobre nosotros. Si tenemos
que desplazarnos, sería conveniente que prestemos más atención al volante, ya
que otros conductores podrían estar más emocionales y distraídos.
Durante este
mes también tendremos las energías habituales de la actual cuadratura de
Urano/Eris y de Quirón, el sanador herido. Pero, esta vez, su enfoque será
diferente. ¿Cómo vamos a crear los nuevos paradigmas con los que deseamos
alinearnos y que deseamos integrar? Hemos perdido mucho tiempo dejando ciertas
cosas de lado este año. Ahora es momento de volver a retomarlas (no de la misma
manera que quizá nos gustaría, sino de forma que sirvan a nuestro propósito de
crear alegría, paz, amor, abundancia, plenitud y armonía congruente -nuestro
tema de 2016). Noviembre es un mes de madurez espiritual. Tendremos que dejar
de lado las lamentaciones acerca del pasado y empezar a mirar hacia adelante
para pasar a la acción. Es momento de adoptar nuevas direcciones y abrazar
plenamente nuestro poder para crear un mundo en donde el espíritu y lo humano
puedan trabajar juntos y colaborar (sólo así conseguiremos que las energías de
5D se asienten). Si centramos nuestra atención en la integración de la 5D,
empezaremos a ver progresos durante este mes. La 3D no va desaparecer ni va a
marcharse; la Ascensión consiste en la integración de ambas, no en la imposición
de una sobre la otra.
Pero Noviembre
tampoco será exclusivamente un mes de trabajo sin diversión alguna. También
podremos experimentar alegría. Puede incluso llegar a convertirse en un “viaje
de alegría”, si dejamos de trabajar tan duro y nos permitimos el descanso que
necesita nuestra parte humana para alinearse con las energías de Ascensión y
para divertirnos un poco.
Ésa será una de nuestras misiones en el 2017: dirigirnos
hacia una energía más ligera y hacia la frecuencia de la alegría. Ser un poco
menos “trabajadores” de Luz, para ser más “rayos” de luz. Disfrutar
de nuestro viaje mientras llevamos a cabo nuestras misiones individuales y
colectivas de transformación y Ascensión.
Debemos
recordar que ya nos encontramos en la energía del 2017; el cambio empezó en
Septiembre. Por consiguiente, no tenemos que esperar hasta Enero para que
puedan darse nuevos comienzos. Podemos ponerlos en marcha ahora mismo.
Preparados, listos… y lancémonos a nuestros nuevos paradigmas de 5D. Todo está
a punto. Además, ser el conductor significa que podemos controlar la velocidad
con que queremos llegar a nuestro destino. Es tiempo de “pisar a fondo el
acelerador” y poner en práctica todo lo que hemos aprendido. Que tengan un mes
maravilloso.
Jennifer Hoffman
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autor reservados © 2016 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir,
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