por
Cristina Laird
Ya
casi terminando el año y llega la Luna Nueva en Sagitario, que como cada una de
ellas tiene muchas cosas especiales y diferente a todas las otras lunaciones.
Lo
que más resalta de esta lunación es, primero: que el asteroide Juno/Hera, se
encuentra en conjunción prácticamente exacta al Sol y la Luna a casi 8º de
Sagitario y segundo: que estos tres forman lo que llamamos una T-cuadrante es
decir ángulos de 90º a los Nodos Lunares que siempre están opuestos a si mismos
y tercero: que como los nodos están alineados con Neptuno en Piscis, que está a
9º, esta es una T-cuadrada especial, que no ocurre cada Luna Nueva. Así que
vamos a hacer sentido de todo esto.
Juno
o Hera, era la mujer de Zeus, el Supremo Dios de los Dioses y como ya escrito
en varias ocasiones, el símbolo de la Esposa, se le relaciona con Libra y Escorpio, signos que realmente nos
hablan de las relaciones personales, aunque no del enamoramiento que es otro
proceso que puede llevar o no a formar pareja. A su vez Júpiter o Zeus, su
marido, se encuentra en este momento en el signo de Libra. Además de marido y
mujer, Juno y Zeus son hermanos y las guerras de poder entre ellos llenan
libros tanto de Mitología como de Psicología, en nuestro empeño de poder
dilucidar de donde emergen nuestros problemas con nuestra pareja.
El
Sol, la Luna y Juno en Sagitario, nos hablan de un tipo de relación más
ideológica que emocional. Nos confronta con el dilema de la idea que tenemos de
lo que una relación debe ser, debido a nuestro acondicionamiento familiar y
cultural, y la relación que actualmente estamos viviendo. El hecho que estos
tres planetas estén en alineamiento con los Nodos Lunares, y Neptuno, afirman
este hecho. Cómo encontrar el puente entre lo que nos gustaría tener como
relación y la relación real en la que nos encontramos. La mayoría de los
problemas en las relaciones personales nacen de este dilema, que nos lleva una
y otra vez a la desilusión, el desencanto y la tristeza y a menudo a la
infidelidad. Esa idea que: "a lo mejor "allí afuera" hay alguien
mejor para mi". El efecto de Neptuno en esta ecuación es la dificultad en aceptar nuestra parte mortal
y por ende la del otro. Aceptar nuestra mortalidad significa hacer las paces
con la idea de que nos vamos a morir y el otro/a también. Venus ha estado
alineada con Plutón en Capricornio y nos empuja la mirada hacia el hecho, que todo llega a un final. Parece
obvio que la solución a todo esto sería vivir el presente en todo momento, sin
distraernos añorando el pasado o preocupados por el futuro. Pero el verdadero
puente en este dilema, es la toma de consciencia, que lo que a menudo reclamamos
en el otro, es lo que nos reclamamos a nosotros mismos.
En
el proceso de individuación debemos poder liberarnos de los mandatos familiares
y culturales para poder mirar nuestra pareja desde otro punto de vista. Si la
pareja comenzó con un enamoramiento, entonces la pregunta sería, ¿qué me
enamoró (de él o de ella)? ¿Eso que previamente me encandiló ha desaparecido? ¿Es
que antes valoraba eso y ahora no o es que simplemente el motivo por cual nos
sentimos atraídos el uno al otro, ya cumplió su función, que casi siempre es la
toma de consciencia de algún aspecto de nuestra propia psiquis?
El
hecho que Urano, ahora viajando junto a Eris y Ceres, sigue a sólo 5º de la
cuadratura menguante a Plutón, nos recuerda que todavía estamos evaluando qué
es lo que vale la pena guardar en nuestras vidas y qué es lo que debemos perder
en el camino. El proceso de desprendimiento en la vida es continuo, sólo el
verdadero Amor, aquel que poco tiene que ver con el enamoramiento, y mucho con
el arduo trabajo diario entre dos personas que realmente se quieren, es lo que
jamás muere. Y ciertamente ese tipo de Amor, sobrevive la muerte.
Marte
en Acuario forma un trígono a Júpiter en Libra, por tanto el establecer un
diálogo con el otro/a desde un punto menos emocional y con mucha adultez es
imperativo, si queremos encontrar
soluciones a nuestros problemas de pareja. Lo que no se puede manejar es el
grado de neurosis y la fuerza del acondicionamiento familiar o cultural, del
otro/a. Eso sólo lo podemos hacer con nuestra propia psiquis. Por tanto, quizás
el mensaje de esta Luna Nueva sea que el Amor, no es suficiente, para convertir
al otro/a en lo que nos gustaría que fuera, y sobre todo aceptar que ninguno de
nosotros tenemos el poder para cambiar a nadie.
Esta
Luna Nueva también marca el comienzo de la T-cuadrada entre Júpiter en Libra,
Plutón en Capricornio y Urano-Eris en Aries que nos acompañará casi todo el año
próximo, del que escribiré en otro
artículo más tarde.
El
1 de Diciembre Quirón se estaciona directo, preparándose para avanzar por
Piscis en su cuadratura a Saturno y Folo. Los temas personales y sociales que
debemos descubrir, aquellos que como sociedad nos siguen frustrando y
personalmente, limitando, son los que podremos mirar con templanza y
tranquilidad, hacer algo acerca de lo que podemos modificar y aceptar lo que no
podemos cambiar.
La
Luna Nueva en Sagitario, nos conecta con la aventura y la expansión mental.
Déjate llevar por tu naturaleza curiosa y mira hacia otros barrios y otros
territorios, físicos y mentales, sin crítica, simplemente contemplando, y
aprende de lo que ves. Nuestra "pequeña" diaria realidad, nos es más
que una gota, en el extraordinario océano de todo lo que somos.
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