Muchos amigos y
estudiantes me han dicho en los últimos años que cada vez se hace más difícil
involucrarse en la espiritualidad. La atmósfera energética parece estar “más
pesada” que hace una década. Hay una cortina que cubre la vasta importancia de
algo tan simple como una meditación matutina o una oración nocturna. Estamos
viviendo en una era paradójica, en la que esto que llamamos espiritualidad es
más necesaria que nunca antes en la historia y a su vez más difícil. ¿Por qué
es más necesaria que nunca? ¿Por qué es tan difícil?
Pues bien, sólo
mira a tu alrededor. Con tan sólo ojear un periódico vemos el caos que nos
rodea. Diariamente escuchamos sobre nuevos desastres, estamos plagados por el
terror y nos desconsuela la pérdida de almas.
Parece lógico
que con toda la negatividad que hay en el mundo actualmente sintamos una
intensa necesidad de espiritualidad. No obstante, al mismo tiempo, nuestros
esfuerzos tanto en estudio como en acción se han vuelto cada vez más difíciles.
La gente suele
preguntar: ¿Cómo podemos creer que en estos tiempos podemos tener una
influencia positiva en el mundo? Después de todo, hubo almas mucho más elevadas
y justas que existieron antes de nosotros. ¿Quieres decirme que Moshé y Rav
Shimón no pudieron traer redención, pero que nosotros sí lo haremos?
La respuesta
es: sólo nosotros podemos hacerlo.
Como sabrás,
una de las enseñanzas principales del Centro de Kabbalah es la idea de
que de la oscuridad más grande podemos revelar la mayor cantidad de
Luz. ¿A qué me refiero exactamente con esto? Pues, por ejemplo, los
kabbalistas enseñan que un alma elevada y justa como la de Moshé pudo realizar
la acción espiritual más grande del mundo y no acercarse a revelar tanta Luz
como si la persona más egoísta diera algo de sí para compartir con alguien más.
Estamos
viviendo en un tiempo en el que no es fácil tener certeza. Por lo tanto, cada
segundo que logremos tener certeza revela más bondad en el mundo de la que
podemos imaginar.
Estamos
viviendo en un tiempo en el que no es fácil tender una mano y compartir con los
demás, por eso, cuando compartimos al menos una sonrisa con un desconocido en
la calle, en efecto estamos creando una apertura a través de la cual la
abundancia de Dios puede ser vertida en nuestra vida.
Mientras más
difícil sea estudiar espiritualidad, recorrer visualmente el Zóhar, ser
amables, decir palabras positivas, ver lo bueno en la gente, más Luz podremos
revelar al hacer exactamente eso.
Esta semana es
la porción de Jukat, la porción de la quema de la vaca roja que
sirve para limpiarnos de nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo: un
deseo más prevalente en nuestro tiempo que nunca antes. En los momentos en los
que transformamos nuestro Deseo de Recibir en Deseo de
Compartir creamos el Cielo en la Tierra. Esta semana es especial. Es
una semana que puede ayudarnos a no sólo recordar transformar el Deseo de
Recibir en Deseo de Compartir, sino también actuar de acuerdo a eso:
esforzarnos en estudiar un poco más, compartir más y actuar con más dignidad
humana y bondad con nuestro prójimo.
Estamos
viviendo en una generación en la que tenemos una oportunidad más grande de la
que tuvieron nuestros antepasados, porque desde las profundidades de la
oscuridad podemos revelar la Luz más brillante.
Nunca lo
olvides.
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