Por José L. Stevens
(advertencia: este artículo es un poco más largo de lo
habitual, es un gran tema)
Los chamanes saben que todo en esta realidad virtual
colectiva no es nada más que conceptos o ideas manifestadas que nacieron de la
curiosidad a lo largo de los siglos. Incluso podríamos ir tan lejos como para
decir que la curiosidad es una propiedad del Espíritu, nuestro ser más
esencial. El Espíritu tiene curiosidad. Es por eso que nos encontramos aquí y
vivos y teniendo
todas estas aventuras, desafíos y experiencias. Artistas,
inventores y místicos siempre han entendido esto también. Cuando la gente hace
un brainstorm (lluvia de ideas), las ideas nacen, se bromea sobre ellas, se
discuten, hasta que o son derrotadas y descartadas o son adoptadas. Alguien
ofrece una idea y varias personas dicen "es una gran idea, hagamos
eso". Algunos no están tan seguros, pero el entusiasmo del grupo toma las
riendas y la idea se pone en acción y forma. Quizás nazca un nuevo tipo de
automóvil o un nuevo tipo de dispositivo de comunicación, o una forma de
aprovechar la energía, u otra pieza de tecnología. Como todos sabemos, a veces
funciona y tiene una influencia beneficiosa duradera en la vida de las personas
y, a veces, resulta que fue una idea terrible y probablemente no debería
haberse implementado.
Así es como funciona el mundo y así es como
aprendemos. Todo lo que vemos, tocamos, sentimos, experimentamos, nació como
una idea, un concepto en alguna mente histórica distante, ya sea humana o no.
El coronavirus no es más que esto, una idea implementada en la forma a través
de la naturaleza, manifestada para despertarnos de nuestro sueño, para sacarnos
de nuestras zonas de confort donde el crecimiento llega a un punto muerto,
ayudándonos a descubrir quiénes somos, qué somos, cómo estamos destinados a
servir. ¿Cuál es nuestra medicina? La enfermedad revela la medicina para cada
uno de nosotros, en caso de que no nos hayamos dado cuenta. “Maldición, podría
morir. ¿Qué estoy haciendo? ¿Estoy viviendo mi vida o solo estoy siguiendo los
movimientos automáticamente? ¿Cuál es mi contribución medicinal real para esta
Tierra? Tal vez es hora de que llegue a ello o redoble mi enfoque en cómo poder
hacerlo aún mejor ".
El contagio es otra idea interesante. El contagio
existe en muchos niveles. En el nivel más básico en la vibración más baja,
podemos captar algo físico, como un virus. En niveles superiores podemos captar
emociones o actitudes de otras personas. Las modas son contagios, la moda se
basa en el contagio, las teorías conspirativas son contagiosas, las leyendas
urbanas son contagiosas, y así sucesivamente. A veces lo que captamos es
instructivo y positivo, y otras no. Incluso a niveles más altos podemos captar
entusiasmo, emoción o inspiración. Finalmente, podemos captar la conciencia
consciente. Esta es la razón por la cual a la gente le gusta andar con gente
altamente evolucionada, con la esperanza de alcanzar su dicha. En los niveles
más altos de conciencia, ya no somos vulnerables a contraer enfermedades o
negatividad porque la vibración de ese tipo de contagio no existe allí. Sin
embargo, si permitimos que el estrés y el miedo tomen el control, estamos
listos para el contagio en los niveles más bajos. El contagio no es bueno ni
malo, solamente se muestra de manera diferente en diferentes niveles y tiene
diferentes consecuencias.
Tengan en cuenta que en el planeta de hoy, toda
persona está sujeta al estrés y al miedo colectivos que impregnan todo nuestro
pensamiento. Sólo las almas más evolucionadas son capaces de evitar por
completo la negatividad contagiosa. Incluso las almas mayores pueden captar
cosas como el miedo al coronavirus y, en un nivel inferior, pueden contraer la
enfermedad, así que no se vuelvan espiritualmente arrogantes y se descuiden.
Infectar a otros por falta de cuidado también puede ser bastante kármico.
Como humanos, nos gusta tomar ideas y encadenarlas en
narrativas que luego adoptamos y creemos por un tiempo de todo corazón y luego
descartamos repentinamente, cuando una nueva narrativa toma su lugar. Un
ejemplo de esto podría ser "el mundo es plano" que finalmente dio
paso a la narrativa de "el mundo es redondo". En este momento hay
muchas narrativas sobre el coronavirus y cómo se propaga y cómo puede tratarse.
Hay narrativas oficiales principales y narrativas de secundarias que no ganan
tracción por muchas razones, aunque una narrativa secundaria pueda probarse con
el tiempo que era la más precisa. Entonces, tenemos creencias sobre los virus y
el contagio y lo que significan esas ideas y tenemos creencias sobre las
vacunas y lo que significan, y así sucesivamente.
A veces las narraciones oficiales terminan matando a
mucha gente. Este suele ser el caso cuando las ganancias se mezclan con los
productos y hay una inversión en ciertas narrativas que son oficiales. Esto se
puede ver fácilmente cuando se cree que ciertos alimentos son buenos para ti o
que debes tomar ciertos medicamentos para salvar tu vida cuando, de hecho,
ambos pueden ser completamente inseguros o mortales a largo plazo. ¿Qué
narrativas se están manipulando en este momento sobre el coronavirus que en el
futuro pueden resultar completamente falsas y bastante perjudiciales? Por lo
tanto, quizás sea bueno cuestionarse si todo lo que se promociona sobre el
coronavirus es realmente cierto o sólo una idea popular momentánea. Aquí me
gusta el enfoque budista que responde a todo con, "Oh, ¿eso es así?",
un enfoque de mente abierta que mantiene una mentalidad de "No sé".
Considera algunas de estas narrativas que puedes
encontrar fácilmente en Internet. ¿Realmente se inventó el coronavirus en un
laboratorio y se está utilizando para manipular y obligar al mundo a tomar sus
vacunas?¿No deberíamos simplemente ignorar toda la pandemia y volver a la vida
como de costumbre porque es un engaño demócrata para desacreditar al presidente
actual?¿No es todo una gran manipulación generada por gobiernos, corporaciones
o manipuladores del estado profundo para controlarnos? Para los basados en el
miedo, todo esto puede sonar plausible, pero ¿es real? Por otro lado, ¿estamos
realmente a merced de esta pandemia y no tenemos nada que decir si nos
enfermamos o no? Para los basados en el miedo puede parecer obvio. Deberíamos
acostarnos en un baño de desinfectante para manos y nunca más salir de casa.
¿Son los virus tan poderosos y contagiosos que estamos condenados o no hay nada
que podamos hacer para evitar los peores escenarios? Más consideraciones
basadas en el miedo. ¿Qué tiene sentido? ¿Qué no lo tiene? La respuesta viene
al dejar atrás el miedo y mirar de manera más neutral. El miedo siempre va a
distorsionar y destrozar la verdad. La verdad es que la verdad puede estar
cambiando mientras hablamos, mientras aprendemos, mientras abrimos los ojos a
la experiencia.
Así de poderosas son las narrativas. Pueden llevarnos
a tomar decisiones que son extremadamente imprudentes y pueden perpetuarse
durante muchas generaciones y extenderse por todo el mundo, independientemente
de si son precisas o no. ¿Eso no suena como un virus? Algunas creencias han
estado con nosotros durante miles de años a pesar de que no hay evidencia de
que sean ciertas. La idea misma de que una persona podría ser condenada para
siempre a los fuegos del infierno o perder su alma si tiene relaciones sexuales
con la "pareja equivocada", tiene un aborto, o la idea de que si no
tienes un gurú nunca te iluminarás, o docenas de otras creencias, son pura
locura pero siguen vivas y coleando por todo el mundo. ¿Qué pasa con estos
virus mentales con los que hemos estado viviendo durante quién sabe cuánto
tiempo? ¿Cuándo los vamos a dejar atrás?
Penetrar más profundamente y cuestionar estos
programas y narrativas condicionantes está profundamente mal visto y es
resistido por la cultura local. La presión social para mantenerlos es fuerte y
está diseñada para hacernos sentir extremadamente incómodos y es por eso que es
tan efectiva. Cuestionar va en contra del status quo y podría terminar en el
ostracismo o peor, en una ejecución al estilo de la inquisición. La curiosidad
y el cuestionamiento son nuestros únicos métodos para progresar en este mundo.
De lo contrario, la tradición sería propietaria de todo y estaríamos estáticos,
y aún así tendríamos miedo de nuestras propias sombras.
Las anomalías son muy interesantes de observar y
estudiar, ya que son excepciones a la regla, porque son destructoras de la
narrativa. Siempre hay eventos y fenómenos que desconciertan a las personas y
esa es nuestra gracia salvadora. ¿Por qué esa persona maldijo y no fue golpeada
por un rayo? ¿Por qué esa persona se recuperó repentinamente de un cáncer en
etapa cuatro? ¿Cómo esa persona levantó un automóvil de dos toneladas que
estaba sobre ese niño? ¿Cómo bailó esa persona en furiosas brasas descalzas y no
se quemó? No se supone que estas cosas sucedan, pero suceden, todos los días.
Una de mis anomalías favoritas es el famoso caso de un hombre con trastorno de
personalidad múltiple. Tenía dos personalidades prominentes y distintas. Una
era diabética y la otra no. Cuando el que tenía diabetes estaba presente,
mostraba todos los síntomas fisiológicos de la diabetes y tuvo que tomar
insulina. Si no lo hacía, moriría. Cuando la otra personalidad estaba presente,
no mostraba absolutamente ningún síntoma de diabetes y si tomaba insulina, lo
mataría. Esto enloqueció a sus médicos al tratar de averiguar quién estaba
presente a qué horas para asegurarse de regular o no su consumo de insulina.
Ahora, ¿cómo es posible que el mismo cuerpo pueda
mostrar todos los síntomas de algo instantáneamente o desvanecerlos
instantáneamente dependiendo de lo que cree la personalidad a cargo? ¿Esta
anomalía apunta a una verdad oculta de que todos somos así en un nivel más
profundo, que podemos fabricar cualquier cosa si lo creemos lo suficiente? ¿Es
posible que podamos fabricar los síntomas de un virus que realmente puede
matarnos si lo creemos implícitamente o, en algunos casos, la noción opuesta de
que no nos tocará? Quizás las personas sólo se enferman cuando creen que pueden
enfermarse mientras que otros no. ¿Quizás las personas contraen el virus cuando
creen en el contagio mientras que otros no lo hacen o el contagio es real e
independiente de la creencia? Claramente, la creencia tiene algo que ver, pero
¿cuánta influencia tiene? Mucha, dependiendo de en qué nivel estás vibrando.
¿Explica esto por qué algunas personas mueren por el
coronavirus y muchas no? Esto ahora plantea más preguntas importantes. ¿Puedes
simplemente cambiar de opinión y estar a salvo o todavía estás en peligro? ¿Realmente
podemos escapar de los sistemas de creencias y narrativas colectivas? Hay
muchos ejemplos de personas que pensaron que podrían volar con tan solo creelo
posible y cayeron muertos de todos modos, aunque hay mucha evidencia histórica
de que las personas pueden levitar y lo hacen. Conozco personas con
diagnósticos de cáncer que no creían en la quimioterapia y la radiación,
probaron terapias alternativas y murieron rápidamente por sus síntomas. Quizás
decenas de miles han muerto de esta manera. ¿Cuántas personas han muerto por
tratamientos de quimioterapia o radioterapia? Nunca lo sabremos, porque los
médicos nunca ponen esto en el certificado de defunción. Pueden apostar que
decenas de miles han muerto debido a tratamientos de quimioterapia mal aplicados,
y no a causa de su cáncer. Entonces, ¿qué debemos creer? Mi conclusión aquí es
que la creencia colectiva en ciertas narrativas no es algo fácil de superar.
Personalmente, yo creo que individuos avanzados pueden levitar espontáneamente,
pero no voy a probarlo saltando de un puente en el corto plazo. El mundo
todavía no está allí, con su creencia colectiva aún en la imposibilidad de
hacerlo. A veces tenemos que reconocer que, aunque teóricamente creemos algo,
en un nivel subconsciente retenemos el temor de que algo más sea cierto. Si no
somos honestos con nosotros mismos sobre esto, podemos morir fácilmente. Hay
muchas cosas que sé que serán ciertas en el futuro, pero como especie todavía
no estamos listos para creer estas cosas y yo todavía estoy influenciado por
las creencias de hoy, como la mayoría de nosotros. Me estaría tomando el pelo a
mi mismo si pensara que no. Hay tantas personas que creen en el contagio que es
difícil romper esa tendencia.
Estamos viviendo en una época cúspide, una época de
cambios radicales. Ha habido otros momentos en la historia en que la gente tuvo
que zanjar los sistemas de creencias. Después de la revolución francesa hubo un
cambio radical en la creencia por los descubrimientos científicos sobre las
opiniones profundamente conservadoras y limitadas de la religión. De alguna
manera esto fue una gran liberación. En otros sentidos, nos fuimos por la borda
a la polaridad opuesta. Cuando estamos atrapados en un momento cúspide, hay
mucha confusión y estrés al determinar qué creer. A veces tenemos que darle un
toque de gracia a lo viejo, aunque sentimos que lo nuevo es más correcto. Por
ejemplo, yo tengo la sensación de que los cuerpos que tenemos son completamente
renovables y pueden existir sin enfermedades, malestares y dolencias de ningún
tipo. He hecho algunos progresos en este sentido, pero sigo experimentando
limitaciones físicas y de envejecimiento como alergias porque estoy en la sopa
de la vieja narración. Esto me molesta pero lo acepto por ahora. No hay
necesidad de obligar a este organismo a aceptar nuevas ideas radicales porque
tiene su status quo. Mi cuerpo responderá gradualmente a la nueva narrativa,
pero, en la práctica, necesitaré un cuerpo nuevo que tenga un condicionamiento
diferente y mejor. Chamánicamente hablando, es posible borrar la vieja
narrativa y no tener ninguna historia. Me gusta este aspecto del chamanismo,
pero no es algo que sucede de la noche a la mañana. Es un proceso más gradual.
En los próximos cincuenta años, los cambios en
nuestros sistemas de creencias y narrativas serán tan radicales que harán que
nuestro mundo sea irreconocible. Literalmente estamos cambiando octavas y, lo
creamos o no, el coronavirus está jugando un papel en la aceleración de este
proceso. Nos está obligando a aceptar nuestras narrativas. El proceso es muy
incómodo y desestabilizador para muchos. Antes de que la estabilidad vuelva,
debemos enfrentar lo desconocido, una perspectiva aterradora y emocionante. Lo
desconocido se convierte en lo conocido a medida que sucede. Al elegir lo que
sucede, nos mantenemos fuera de la resistencia y permanecemos neutrales, un
lugar equilibrado para estar. Esto requiere que estemos presentes en cada
momento, una tarea que no es simple.
Los riesgos son altos en este empeño. Si elegimos
acabar con una polaridad, corremos el riesgo de alienar a muchas en la otra
polaridad y podemos tomar malas decisiones. Por otro lado, si cuestionamos
gentilmente y seguimos buscando la verdad, podemos progresar mucho sin dañarnos
a nosotros mismos ni a los demás en el proceso. Podemos ser amables y
compasivos con personas de diferentes puntos de vista. Las personas deberían
tener el derecho de elegir lo que quieren creer sin obligar a todos los demás a
creerlo. Un buen ejemplo de ello serían las creencias pro-elección o pro-vida.
Estaría bien que las personas simplemente siguieran sus propias creencias en
este asunto y no trataran de obligar a todos los demás a ajustarse a su propio
lado. Creo que si no asumimos la responsabilidad de administrar nuestros
propios números, la naturaleza lo hará por nosotros, y tal vez no de una manera
muy agradable. Cuando aprendamos que los cuerpos son sólo vehículos y no la
esencia en sí, gran parte de este problema desaparecerá al igual que la mayoría
de los problemas desaparecerán con el cambio radical que está sucediendo. Como
les gusta decir en Islandia: “Aguanta ahí. Si no te gusta el clima actual, tan
solo espera unos minutos ".
Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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