La Luna llena en Escorpio 2020 tendrá lugar el 7 de
mayo
Cada
plenilunio nos ofrece una nueva oportunidad de observar con más claridad y
experimentar con mayor intensidad nuestro mundo interior.
Es allí, en
el misterioso territorio del alma donde discurre una gran cantidad de contenido
psíquico y emocional que es importante saber procesar y gestionar de forma
adecuada.
Cuando la
Luna florece plena de luz en el signo de Escorpio, se abre ante nosotros un
portal a nuestras emociones más profundas y viscerales, emociones que hemos ido
reprimiendo a lo largo del tiempo y que ahora se muestran desnudas ante
nosotros para ofrecernos su oculto tesoro de sabiduría, el cual sólo podremos
disfrutar si somos capaces de observarlas sin juzgamiento, permitiéndonos
sentir profundamente toda su fuerza, tomando consciencia de hasta que punto han
llegado a dominarnos y limitarnos, e indagando en la raíz de las mismas para
poder realmente transmutarlas e integrar todo su potencial creativo a la luz de
consciencia.
Si
observamos nuestro miedo, apegos y todas aquellas emociones densas como la
envidia, los celos, el odio, el rencor, etc., y llegamos al origen de las
mismas, descubriremos que no son más que fruto de la ignorancia, de nuestra
visión limitada y errónea de la realidad.
Seguramente,
cuando nos percatemos de estas emociones tan intensas bullendo en nuestro
interior como un volcán a punto de hacer erupción, nuestra primera reacción
será juzgarnos, máxime cuando Plutón, regente moderno de Escorpio se encuentra
aún transitando por el rígido signo de Capricornio. No obstante, es posible
encontrar una forma más sutil, sana y elevada de canalizar esa energía si, en
lugar de juzgarnos y reprimirnos, optamos por la estricta y respetuosa
observancia de nuestro fuero interno y por el maduro reconocimiento, aceptación
y gestión de esas emociones, haciéndonos cargo de las mismas y adquiriendo una
disciplina basada en un sano ejercicio de transmutación interior.
Es a través
de este hábito de responsable transformación que conseguiremos sublimar aquello
que tanto sufrimiento nos causa.
Por otro
lado, Marte, también dispositor de esta Luna, al ser el regente moderno del
signo de Escorpio, nos impulsará a reconocer las diversas formas en que nos
hemos identificado con nuestras emociones y a desapegarnos de ellas de
forma decidida y valiente, haciendo uso de la voluntad, de lo contrario, si no
atendemos a esta urgencia, tales emociones podrían llevarnos, al descontrol, a
actuar de forma arrebatada y errática, como un torbellino que arrasa con todo a
su paso.
La
actividad y el ejercicio pueden ser una forma excelente de canalizar y liberar
ese caudal de fuerza emocional, así como algún emprendimiento creativo en el
que podamos encauzar todo esa intensidad, dándole así una salida productiva, no olvidemos que Urano, dispositor de Marte por
su regencia sobre el signo de Acuario, se encuentra transitando el signo de
Tauro, mientras que Saturno, regente tradicional de Acuario y, por lo tanto,
también dispositor de Marte, se encuentra en el propio signo de Acuario,
demandando una salida práctica a la par que creativa y novedosa para todo ese
torrente de energía emocional proveniente de la Luna en Escorpio.
Así que,
todo es cuestión de utilizar eficientemente las energías de los dispositores de
esta Luna y de los dispositores de estos para hacernos más fácil el trabajo de
gestionar sana y creativamente toda la densidad e intensidad energética de esta
poderosa Luna, la cual nos invita a transformarnos, a morir
simbólicamente para, posteriormente, renacer como aves fénix de nuestras
propias cenizas, y una vez ya purificados por el fuego abrasador de nuestra
propia alma, ser capaces de volar más alto y experimentarnos más fuertes,
sabios, empoderados y presentes.
Tal es
el trabajo interno a realizar durante esta potente Luna, no en vano llamada
Luna llena del Buda, ya que coincide con la celebración de su iluminación, y es
que, sólo aquel que enfoca ese valioso recurso que es la Luz de la
consciencia sobre su oscuridad y, de esta manera, la reconoce, acepta y
abraza, es capaz de iluminarse.
Es por
ello, una gran oportunidad la que nos brinda el eje de la actual oposición
solilunar, en el que el Sol ilumina a la intensa y transmutadora Luna
escorpiana desde el fértil, sensorial y pacífico signo se Tauro.
Estos se
encontrarán además aspectando al planeta Neptuno que aún se encuentra
domiciliado, es decir, en su signo de regencia, el mágico, místico y soñador
signo de Piscis, formando una figura cósmica denominada Triángulo de
ambivalencia, compuesta, en este caso, por el trígono Luna/Neptuno, el sextil
Sol/Neptuno y la propia oposición solilunar.
El papel de
Neptuno aquí será aliviar el conflicto generado por la oposición solilunar,
actuando como foco de distensión y facilitando la posibilidad de conciliación
de las energías que la conforman a través de su vibración inspiradora y
espiritual.
Esto se
traduce en la posibilidad de aliviar el conflicto entre la acción segura,
estabilizadora, práctica y pacífica del Sol en Tauro y la transformadora,
turbulenta y profunda emocionalidad de la Luna en Escorpio, por medio de la
sutil, inspiradora y trascendente energía neptuniana.
Ese
foco energético representado por Neptuno, puede expresarse a través de la
espiritualidad, la inspiración artística y la imaginación, así como también de
la empatía, el amor incondicional, el perdón, la entrega, etc., sirviendo para
distendernos e integrar más fácilmente la polaridad Tauro Escorpio activada por
el Sol y la Luna respectivamente.
Será de
gran ayuda entonces, para trascender toda la intensidad emocional de esta
potente Luna, meditar, danzar, escuchar o interpretar música, hacer catarsis a
través de la poesía, descansar, disfrutando de un sueño reparador que a la vez
nos permita liberar contenido de las profundidades de nuestra psique,
entregarse a alguna buena causa que toque nuestra fibra y a la que podamos
aportar algo desde nuestras posibilidades, etc.
También es
posible que algunas personas enfoquen esta energía neptuniana de forma evasiva,
a través de algún vicio o distracción. Todo dependerá de que tan alto o bajo
estemos vibrando.
Otra
forma de vivenciar esta configuración energética es a través del tantra,
del disfrute de nuestros sentidos, aunado a la profunda conexión con nuestros
instintos y emociones y su sublimación hacia estados de autotrascendencia,
comunión y plenitud.
Por si
fuera poco, el Sol estará acompañado por Mercurio en el signo de Tauro, el cual
también se encontrará opuesto por la Luna y en sextil a Neptuno, formando parte
así de un segundo triángulo de ambivalencia, al que brindará su energía mental
fértil y sosegada, labrando junto al Sol esa mente iluminada, pacífica, serena
y estable, sin embargo, la energía mental puede verse en cierta forma
debilitada al encontrarse Mercurio combusto por su cercanía al astro rey.
Quizá es
momento de que la mente se rinda a la luz de la consciencia y deje que esta
brille naturalmente y se exprese a través de los sentidos, mientras ella
simplemente es observada y experimentada en calma, irradiando así toda esa
fuerza serena pero contundente sobre el alma, representada por la Luna,
propiciando de esta manera ese proceso alquímico que el signo de Escorpio
propone.
A nivel
colectivo, la Luna llena en Escorpio puede sacar a la luz temas sórdidos
relacionados con el sexo, el poder y el dinero, que removerán nuestra fibra y
nuestra compasión hacia aquellas personas que, de alguna u otra forma, padecen
abusos, engaño y/o manipulación.
Será
importante, así mismo, estar prevenido ante timos, montajes y engaños, que
abundan cuando Neptuno se encuentra implicado en la dinámica energética
reinante.
En este
sentido, es momento de apelar a la suspicacia propia de Escorpio, así como a su
aguda intuición para no caer en la trampa de aquellos que sólo ven por su
propio beneficio en detrimento del bienestar de otros.
Durante
esta lunación veremos, además, salir a la luz verdades ocultas y muchas veces
comprometedoras.
Por otra
parte, no será raro que nos sintamos más atraídos de lo normal por cuestiones
metafísicas, paranormales y esotéricas.
Sea
como sea, aprovechemos esta poderosa y transmutadora Luna para la tan necesaria
autoindagación profunda y la alquimia interior, sepamos morir a nuestros miedos, limitaciones y
condicionamientos y renacer más fuertes, sabios y maduros, esto será
contundentemente liberador para el alma y nos abrirá las puertas a nuevas
posibilidades que quizá jamás llegamos a imaginar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario