Recuérdate a ti mismo que estás protegido, que no te encuentras solo sobre la Tierra. Permanece en compañía de tus Maestros y guías situados más allá del mundo físico. No te sientas discriminado en términos de qué puedes preguntar, qué deberías preguntar y sobre qué deberías hablar. Simplemente asume y vive en medio de la belleza de ese vínculo. No tengas miedo a sufrir una dependencia. ¿Qué es lo que tiene de malo ser dependiente del Universo, tanto si se trata de tus Maestros como de la Inteligencia Cósmica?Haz lo que debes hacer por ti mismo (responsabilidad) y por el Universo, y tus guías y Maestros situados más allá del mundo físico estarán ahí para asistirte. Ellos no lo harán nunca por ti. Es imposible que Ellos puedan hacerlo por ti. Disfruta esa sana dependencia. Concede a tus guías y Maestros el permiso de acercarse aún más. Cuando pides guía y asistencia, asume simplemente que, de manera inmediata, ésta comienza a derramarse.
Puedes necesitar trabajar durante algún tiempo para descansar
tu mente con el objeto de hacerla más receptiva, o quizá tengas necesidad de
comer, de conducir hasta la ciudad o de hacer cualquier otra cosa necesaria
para descansar tu mente y prepararla a oír o a sentir, pero vive en la completa
seguridad de que, en el momento en que pides una ayuda, ésta se derrama
inmediatamente.
Trata de contemplar la vida como si se tratara de una dinámica
perfectamente bien organizada. Confía en el Universo. Con*fiar” significa que
la circunstancia en la que te encuentras se halla trabajando con el objetivo de
alcanzar su mejor y más adecuado final. No existe el y sí... Simplemente Es.
Abandona tus instrucciones y dile al Universo: “Búscame el lugar donde sabes
que debo estar”. Déjalas que se marchen y confía en que el Universo provee, y así
será. Deja que tu Yo Superior complete Su tarea.
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