Estimado, cuando eliges la
energía de tu alma -cuando eliges crear con intenciones amorosas, de perdón, de
modestia y de claridad-, estás ganando poder. Cuando decides aprender a través
de la sabiduría, ganas poder. Cuando eliges crear con la energía de tu
personalidad, con ira, celos o miedo -cuando decides aprender por medio del
miedo y de la duda-, pierdes poder.
Por tanto, pierdes o ganas
poder, según las decisiones que tomas. La personalidad se halla interesada en
ella misma. Podríamos decir algo así como que le agradan los escalofríos. No
tiene por qué ser necesariamente responsable o cuidadosa o armoniosa. El alma
se halla interesada en el servicio. El alma es la energía del amor, de la
sabiduría y la conmiseración universales. Crea a partir de esas energías.
La personalidad entiende el
poder como algo externo; percibe en términos de competencias, amenazas y
beneficios o pérdidas, que se miden contrastándolos con los de los demás.
Cuando te alineas con tu personalidad, estás ofreciendo poder al reino de los
cinco sentidos (a la 3ra dimensión), a circunstancias y objetos externos. Te
empobreces a ti mismo. Cuando creces sabedor de tu yo y de tu origen
espirituales, de tu inmortalidad, de la multidimensionalidad y decides vivir
primero de acuerdo con ello (con la 5ta dimensión) y, en segundo lugar, con lo
físico, cierras el abismo que existe entre la personalidad y el alma (la 4ta
dimensión). Comienzas a experimentar el auténtico poder.
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