A partir de la percepción de la personalidad no es
posible comprobar con claridad si aquellos seres humanos, que desde el exterior
parecen tomar decisiones descabelladas, o que son desconocedores de su medio,
en realidad no están bebiendo del néctar más fino de su entorno y se hallan
plenos de satisfacción al permitir que la ilusión desempeñe su papel.
Cuando realizas interacciones en términos de las
percepciones de tu personalidad, en términos de tus cinco sentidos, existe una
ilusión que no ves. Por ejemplo, un desacuerdo entre dos amigos, no es tanto un
desacuerdo como la afloración en superficie de aspectos de uno y otro, con la
finalidad de ser purificados.
Si no se tratara de almas que están de acuerdo la una
con la otra, no estarían ni mucho menos juntas.
A medida que la personalidad se convierte en una
totalidad y se va enriqueciendo, se alegra de dejar intervenir a la
ilusión. Ésta es la creación de la dinámica del alma a partir de la cual,
y sin importar cuál sea la situación, crea lo mejor de todos los mundos a partir
de la fuerza que extrae de la propia situación.
La personalidad fragmentada no está satisfecha. La
satisfacción que siente en un determinado momento se ve sustituida un instante
después por la cólera, el miedo o la envidia, desde el momento mismo en que los
aspectos conflictivos que coexisten en él entran en lucha unos con otros.
Tus respuestas a las luchas entre los aspectos
conflictivos de ti mismo determinan el camino que seguirá tu evolución, consciente o
inconscientemente, a través de la experiencia del karma negativo o del karma
positivo, por medio del miedo, o de la duda o de la sabiduría. Por sí mismas,
esas luchas ni crean karma ni determinan el camino a seguir por tu evolución;
son las respuestas que das a esos conflictos quienes realizan esas funciones.
Si la lucha que mantienes con tus partes en conflicto
es consciente, eres entonces capaz de elegir conscientemente las respuestas que
creará el karma deseado por ti. Serás capaz de contribuir con tu decisión y con
el conocimiento de lo que se esconde detrás de cada elección, así como las
consecuencias de cada una de las elecciones, y obrar en consecuencia.
Cuando entras en tu decisión realizando
conscientemente una determinada dinámica, insertas conscientemente tu voluntad
en el ciclo creativo en el que evoluciona tu alma, y entras así conscientemente
en tu propia evolución.
Fuente: Escuela Claridad
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