«Si
se puede imaginar, se puede
realizar.»
Walt Disney
INTRODUCCIÓN
La
primera vez que visité Disneylandia fue en el año 1998. Quedé completamente
impresionado. Contaba con 27 años de edad pero disfruté como un niño, sobre
todo del desfile y de la magia de los fuegos artificiales nocturnos sobre el
Castillo de la Bella Durmiente. Fue toda una experiencia elevadora1. Esa vez
visité el primer parque —digamos, “el original”— en Anaheim, California,
construido en 1955, prácticamente al comienzo de la Nueva Era o Era de Acuario
(1954), según nos dicen los Maestros Ascendidos. Aquí, el genio Walt Disney2
diseñó absolutamente todo. Y en muchos casos, como en el del famoso trenecito
que recorre todo el recinto, lo construyó y manejó él mismo, ya que en su
juventud había sido maquinista de ferrocarriles junto con su hermano Roy.
(1) Ver el libro Metafísica de Estados
Unidos del mismo autor.
(2) Walter Elías Disney nació en Chicago,
U.S.A., en 1901. Fue animador, productor de cine, guionista y empresario. Tiene
el récord de la persona con más premios Oscar de la historia; un total de 26,
además de contar con 59 nominaciones y varios premios honoríficos. Fue
galardonado también con siete premios Emmy por sus innovadoras producciones.
Desarrolló enormemente el cine de animación realizando avances nunca antes
vistos. Al parecer, perteneció a una Orden Masónica. Desencarna en Caliornia,
en 1966.
Crecí
escuchando a amigos y familiares que viajaban desde muy lejos para visitar este
lugar de sus sueños y regresaban encantados. Creía que a mí no me iba a ocurrir
porque ya se me había pasado la niñez cuando al fin lo visité, pero no fue así.
Mas al contrario —ya como estudiante de Metafísica—, pude percatarme aún más de
la verdadera “Magia” que alimenta y sostiene estos parques por todo el mundo.
Disney dijo que él no sólo quería hacer estos parques sino ciudades enteras
donde la gente fuera siempre feliz. Desde el punto de vista metafísico eso es
justo el Deseo de la Jerarquía Espiritual del planeta, que la humanidad sea
Feliz y alcance la Perfección finalmente en la Ascensión. Así que, sin temor a
equivocarnos, y no siendo los únicos en decirlo, podemos afirmar que Walt
Disney fue un verdadero Iniciado. Muchos que conocen su vida y que convivieron
con él quizás no puedan asegurar esto fehacientemente, pero nadie ha dicho
nunca que los Iniciados sean perfectos, sino que son individuos de Buena
Voluntad que buscan decididamente la Perfección. A un Iniciado se le reconoce
no por sus pensamientos elevados, ni siquiera por sus actos nobles, sino más
bien por el “rastro” luminoso que dejan tras su paso por el mundo. Y, tomando
esto al pie de la letra, Walt Disney ha legado a toda la humanidad unos lugares
físicos realmente como si fueran Templos Etéricos de los Maestros Ascendidos,
esto sin contar la larga lista de filmes llenos de mensajes elevadores y
positivos, y personajes entrañables que con sus moralejas y consejos nos
enseñan a vivir mejor y a seguir el camino del Bien a pesar de las
dificultades. Sólo con esto basta para clasificarlo como un ser humano
excepcional que, pese a sus problemas personales (como los pueda tener todo el
mundo), pudo plasmar en el plano físico su pensamiento más elevado de tal manera
que millones de personas visitan cada año estos pensamientos materializados en
el mundo de la forma y son más felices por ello.
A lo
largo de los años visitando estos parques, cada vez que traigo a un grupo de
estudiantes metafísicos conmigo de viaje y les digo que incluiremos en el
itinerario una visita a Disneylandia, algunos me miran asombrados pensando que
es cosa de niños y que ya no están para esos “juegos”, pero luego de la
experiencia real y de la inmersión en sus mágicos espacios se dan cuenta de que
esta puede llegar a ser una vivencia verdaderamente transformadora de sus
conciencias, eso si están abiertos a ello y saben apreciarlo. Es justo por esta
razón que me animo a escribir unas pocas letras sobre este lugar que ya he
perdido la cuenta de las veces que lo he visitado, tanto en América como en
Europa. En ninguno de mis viajes por el mundo he encontrado un sólo sitio tan
cargado de tanta magia, belleza, cultura, amor y felicidad como éste. ¡Que me
perdonen los amantes del Monte Ávila en Venezuela, del Monte Shasta y el Royal
Teton en los Estados Unidos, de las Pirámides de Giza y del Monte Horeb en
Egipto, de Stonehenge y Glastonbury en Inglaterra, del Santo Sepulcro y el
Huerto de Getsemaní en Israel, de los Cárpatos en Hungría, de Asís y Krotona en
Italia, de la Sirenita del puerto de Copenhague en Dinamarca, de Innsbruck en
Austria, del Castillo Neuschwastein de Baviera, del Lago Constanza en Suiza, de
Fátima en Portugal, de Lourdes en Francia, de Beauraing y Banneaux en Bélgica,
de Garabandal y Candelaria en España, y de tantos otros sitios que la Vida me
ha permitido el privilegio de visitar!
DISNEYLANDIA, UN REFLEJO DE NUESTRO
INTERIOR
Desde
que se abrió el primero de los parques en California, Estados Unidos, como ya
dijimos, se han venido abriendo otros más en diferentes ciudades del mundo.
Existe uno en Orlando, Florida, otro cerca de París, Francia, otro en Tokio,
Japón, y otro en Hong Kong, China. A simple vista vemos que no hay barreras de
raza, religión o cultura para acceder a estos espacios mágicos; son territorios
universales. Más o menos la distribución de cada uno de ellos es como sigue:
MAIN
STREET (Calle Principal)
DISCOVERYLAND
(Tierra de los Descubrimientos)
FRONTIERLAND
(Tierra de las Fronteras)
ADVENTURELAND
(Tierra de Aventuras)
FANTASYLAND
Y SU CASTILLO (Tierra de Fantasía)
Es
evidente que Walt Disney diseñó estos espacios para que fueran un reflejo
externo de su mundo interior, pero sólo de los aspectos constructivos y positivos
—como buen Iniciado que era—, dejando atrás (aunque no completamente
abandonados) otros aspectos negativos en fase de disolución, como pueden ser
los personajes “malvados” de sus películas.
Al
tiempo que hizo esto se aseguró de que todo ser humano que visitase este lugar
algún día se sintiera identificado con algo, ya que tarde o temprano,
ineludiblemente toda persona recorrerá el Sendero Espiritual y se convertirá en
un Iniciado como lo era él. Por eso, estos parques llaman tanto la atención de grandes
y pequeños de todo el mundo, debido a que encierran de cierta manera el pasado,
el presente y el futuro de la humanidad. Así que, de ahora en adelante nuestra
descripción de estos peculiares espacios será como una descripción de nosotros
mismos, o por lo menos de lo que seremos en el futuro no muy lejano. La
disposición de las diferentes zonas o “tierras” es radial, dejando en el Centro
a la joya más preciada, lo más importante y el corazón del recinto: el
Castillo, normalmente dedicado a la Bella Durmiente. Es como el diseño de una
flor con sus pétalos alrededor del pistilo central. C.W. Leadbeater, el autor
más prolífico de la Sociedad Teosófica, comenta que este es realmente el diseño
de los Esquemas de Evolución del Logos Cósmico. Pero vamos a ir por partes
explicando un poco el aspecto metafísico de cada una de estas zonas. Para ello
usaremos la distribución de Disneyland París, abierto al público en 1992, que
es el que más he visitado. De todos los parques Disney del mundo este es el más
grande hasta el momento.
MAIN STREET (Calle Principal) Se trata de una amplia
avenida inspirada en una ciudad donde Walt Disney vivió de niño (Marceline,
Missouri) y que sige a la entrada del recinto. Si se continúa hasta el final de
la misma nos encontramos con el Castillo directamente. Disney no quería poner
obstáculos para este fin. Una vez que se entra en este parque, siempre se tiene
que poder ver
el
Castillo desde cualquier punto. Así, no sólo nos va a servir para situarnos
sino que, por su altura, marca además el eje o centro corazón de todo el lugar.
Esta Calle Principal suele estar llena de peatones, automóviles antiguos, una
estación de ferrocarril, un departamento de bomberos, etc, y sobre todo de
música. Main Street representa al mundo tal y como lo conocemos y también
simboliza el Camino o Sendero Medio propuesto por Gautama Buda, y que nos
acerca directamente a nuestro verdadero Ser (la Bella Durmiente del Castillo),
que se encuentra en Fantasyland.
DISCOVERYLAND (Tierra de los Descubrimientos) Representa
el Cuerpo Físico. Esta tierra se llamaba antes “Tomorrowland” (Tierra del
Mañana). Aquí se nos proyecta hacia el FUTURO, a través de una serie de
especiales atracciones como la de Star Wars (Star Tours), Space Mountain,
los misterios del Nautilus y muchas otras,
junto a varios salones donde se exponen avances e invenciones de la humanidad.
Esta área representa la capacidad que tenemos todos los seres humanos de
proyectarnos hacia el futuro y poder crear cosas nuevas, para con ello ayudar
al progreso de la humanidad y de su consecuente entrada al Sendero Espiritual.
FRONTIERLAND (Tierra de las Fronteras) Representa el
Cuerpo Etérico. Esta área temática está orientada al oeste americano de los
años 1800s, pero la idea es que aquí se contactara con nuestro PASADO. Es el
subconsciente, donde habitan todas nuestras ideas acerca de las cosas. Por eso
está plagada de minas, montañas rusas, pueblos fantasmas, etc. Dicen los
Maestros que es aquí, en el subconsciente, donde tenemos que hacer más uso del
Fuego Sagrado Violeta para disolver desde su causa toda
cosa
que no sea igual a la Perfección Divina. De esta manera no se manifestará más
que Belleza y Perfección en la vida del Iniciado.
ADVENTURELAND (Tierra de Aventuras) Representa el Cuerpo
Emocional. Esta parte del parque, repleta de atracciones de aventura, fue
diseñada por Walt Disney para transportarnos a lugares lejanos con la
imaginación, que es el poder más grande que tiene todo Iniciado. Aquí abundan
las referencias a África y el lejano oriente. Sitúan al visitante —o en este
caso al estudiante espiritual— en un punto más allá de su área de confort para
que avance en el Sendero y pueda Iniciarse. Es una tierra de movimiento y
acción, los necesarios para cumplir el Plan Divino al menos. Por eso, su tiempo
es el PRESENTE CONTÍNUO, siempre en constante cambio, como el Cuerpo Emocional.
FANTASYLAND (Tierra de Fantasía) Representa el Cuerpo
Mental con sus dos subplanos: el inferior o Concreto y el Superior o Abstracto.
El tiempo de esta área temática es el ETERNO PRESENTE, el aquí y el ahora, sin
cambio, el tiempo de la Divinidad. En palabras del propio Walt Disney: «« «« «
Fantasyland está dedicado a la gente de corazón joven y a aquéllos que creen
que cuando piden un deseo a una estrella, sus sueños se hacen realidad»» »» » .
Toda esta área está dedicada a los cuentos de hadas, que es bien sabido que
contienen grandes lecciones de Sabiduría Divina. Pinocho, Dumbo, Alicia en el
País de las Maravillas, Peter Pan, la Espada en la Piedra, etc., son algunos
cuentos clásicos que han encontrado su lugar en esta zona donde reina sobre
todo su imponente Castillo de la Bella Durmiente.
El
esfuerzo que hace el Iniciado por comprender el simbolismo encerrado en estos
cuentos, y en tantos otros, es equivalente al realizado cuando estudia la
Enseñanza Espiritual. Todo este ejercicio va construyendo poco a poco el
llamado Antahkarana 3 o puente de unión entre lo humano y lo Divino, descrito
tantas veces en la filosofía metafísica. Por ello, vemos que delante del
Castillo hay un puente sobre el foso. Éste nos transporta suavemente desde el
adoquinado de la calle hasta el mismísimo interior del Castillo, simbolizando
que hemos pasado del plano Mental inferior al Superior. Hay una atracción en
esta tierra que es la favorita de muchos estudiantes metafísicos. Se llama It´s
a small world (Es un mundo pequeño). Aquí una infinidad de pequeños muñecos animados
de niños vestidos con los atuendos de todas las latitudes del mundo cantan al
unísono en varios idiomas una de las canciones más positivas que se hayan
compuesto, mientras una barca te va llevando en un recorrido “mundial”.
Realmente aquí se puede sentir una Radiación muy potente del Señor del Mundo y
del Buddha Maitreya Quienes se encargan, junto a otros Maestros Ascendidos como
el Ángel Micah, de que la humanidad tenga cada vez una mayor conciencia de
Unidad. Es fascinante ver cómo Walt Disney lo dejó todo tan bien ubicado como
para que no hubiera equívoco y, aunque las personas que vienen aquí no estén
todas conscientes de ello, sin embargo puedan sus almas ser nutridas en el
silencio de la mente. Nos damos cuenta de que toda esta zona de cuentos y
atracciones la podemos ubicar en el Cuerpo Mental Inferior, pero el de alguien
purificado, que anhela algo superior y Divino.
(3) Antahkarana o Antaskarana es una
palabra sánscrita que significa “entendimiento”. Según Helena P. Blavatsky, en
su Glosario Teosófico, «los ocultistas lo definen como el sendero o puente entre el Manas [Mente] superior y el
inferior, el Ego divino y el Alma personal del hombre. Sirve como medio de
comunicación entre ambos, y transmite desde el Ego inferior al superior todas
aquellas impresiones personales y aquellos pensamientos de los hombres que
pueden, por su naturaleza, ser asimilados o retenidos por la Entidad
imperecedera y ser hechos así inmortales con ella, siendo ellos los únicos
elementos de la pasajera Personalidad que sobreviven a la muerte y al tiempo.»
EL CASTILLO DE LA BELLA DURMIENTE
Para
adentrarnos en el profundo simbolismo de este Castillo, logotipo eterno de la
propia empresa de Disney y que aparece siempre al comienzo de todas sus
películas, hará falta un poco de introducción. Empezaremos por la película que
realizara Walt Disney en 1959 y que llevara por título La Bella Durmiente,
basada en los cuentos de tradición oral europea y también en las narraciones de
Charles Perrault y de los hermanos Grimm. Disney recogió todo este valioso
material y lo transformó en una de sus películas más inolvidables, y que ya
forma parte del inconsciente colectivo de la humanidad. A continuación, la
correspondencia metafísica de los personajes más importantes de este filme:
Princesa Aurora (Bella Durmiente): También llamada Princesa Rosa,
en honor a esa flor catalogada como la más espiritual de occidente. Representa
al Cristo Interno. El nombre de Aurora significa Luz, Amanecer, Calidez,
Belleza. Una peculiaridad de este nombre es que prácticamente en la totalidad
de los idiomas del mundo se dice igual: Aurora.
Príncipe Felipe: También llamado Príncipe Azul. Representa
al discípulo espiritual que con su poder de Voluntad atraviesa todos los
obstáculos (bosque de espinas) para llegar hasta el Castillo impulsado por el
Amor a Aurora a quien ya conocía con anterioridad en su «sueño ideal», como
afirma su canción. El nombre Felipe se deriva del griego Philos-hippos y
significa “el jinete a caballo” o “el que ama a los caballos”,
otra
razón más de que estamos frente a la voluntad o “jinete” (conciencia de
discípulo) que domina por Amor a la personalidad o “caballo” (conciencia de lo
humano).
El Castillo: Representa el Corazón. Es “hueco” por dentro como lo es este órgano para ejercer bien su
función de impulsar la Sangre de la Vida a todo su reino. Es el “templo no
fabricado por manos humanas”, el Santo Grial individual. De hecho, a una de las
partes de la flor —justo la que sustenta a los pétalos, los estambres y el
pistilo— se le llama “Cáliz”.
Las Tres Hadas. Representan la Llama Triple con
sus Cualidades Divinas de Voluntad, Sabiduría y Amor. En el cuento se llaman
Flora, Fauna y Primavera. Protegen y dan cobijo a la Princesa. Esto es el
Cristo Interno arropado por la Llama Triple: Azul, Dorada y Rosa.
Padres de la Princesa. Representan la conciencia
antigua que comete errores, pero que de todas formas está bien encaminada.
Maléfica. Representa la fuerza siniestra, la
conciencia de limitación que obstaculizará y generará adversidades para impedir
que la personalidad de una al Cristo.
El dragón. Representa la naturaleza inferior
egoísta (la personalidad). Es la personificación de lo siniestro. Por ello
Maléfica se convierte en dragón, para ejercer su mayor poder en el último y más
crucial momento.
La rueca. Representa la curiosidad banal que
deviene más tarde en Karma. Se trata de una reminiscencia del árbol del bien y
del mal del Paraíso, en el mito cristiano del Génesis. Una rueca con su
puntiagudo huso sirve para confeccionar hilo a mano y luego tejer con él. Aquí
tenemos un simbolismo importante del destino o Karma, que en el fondo es un
“tejido” hecho por nuestra conciencia humana tras La Caída. En la mitología griega
hay muchas referencias a las tejedoras y sus hilos de la vida. Una de ellas es
el mito de Ariadna4, hija del rey Minos de Creta. Ariadna era tejedora y
proporcionó al héroe Teseo un ovillo de hilo para entrar en el famoso laberinto
del Minotauro y luego salir con vida de él sin perderse.
EL DISEÑO DEL CASTILLO Y SU SIMBOLISMO
Antes
dijimos que todo el parque sigue más o menos el diseño de una gigantesca flor
cuyo pistilo central sería el propio Castillo. Viene a mi mente el diseño de
Fantasia del libro de Michael Ende titulado La Historia Interminable, donde la
Emperatriz Infantil vivía en el centro de dicho reino dentro de una gran “Torre
de Marfil” con forma de pistilo, aquejada por una extraña enfermedad (¿el
sueño?) y a la espera de Bastian, el salvador proveniente del mundo externo. No
es casual el simbolismo empleado tanto por Ende como por Disney, ya que al ser
el pistilo el órgano reproductor femenino de la flor, lleva consigo —en sus
óvulos— la promesa de la perpetuación de la especie, además de la capacidad de
dar vida. En su interior yacen “dormidas” todas las posibilidades a la espera
el “agente polinizador” externo, que en nuestra película sería el Príncipe
Azul. Hay que hacer notar que en el caso de una flor ya la Naturaleza ha previsto
que tanto el órgano masculino (estambre) como el femenino (pistilo) estén
presentes en ella, a la espera del elemento exterior que produzca la tan
esperada polinización. Esto es muy simbólico, ya que nuestra Bella Durmiente
(el Cristo Interno) se encuentra completamente equipada y a la espera de ese
agente externo que es la personalidad, y que viene a “despertarla”. Cuando esta
última se presenta en el gineceo del Castillo es cuando ocurre dicho
“despertar” gracias a un beso de Amor verdadero. El Cristo Interno, según las
antiguas tradiciones orientales, se despierta de su profunda meditación y se
manifiesta. En el Castillo de la Bella Durmiente de Disneylandia vemos un
diseño realmente ensoñador y de un estilo único en el mundo. Desde afuera el
edificio mide sólo 45 metros de altura, aunque se ha construido de tal manera
usando la técnica de perspectiva forzada para que parezca mucho más alto. Las
torres fueron manufacturadas en Italia y traídas hasta aquí. Sólo una de ellas,
la más alta, pesaba quince toneladas. Todo el Castillo se encuentra entronizado
en un montículo y se halla un lago a su alrededor. También vemos salpicados
aquí y allá algunos árboles con el follaje cuadrado como los que se vieran en
la película, símbolo esto último de que estamos entrando en la zona
correspondiente al Plano Mental Superior o Abstracto.
(4) Ver el libro Viajes Metafísicos por
Grecia del mismo autor.
Su
diseño original está inspirado en el Castillo de Neuschwanstein en Baviera, ya
que el propio Disney lo visitara en un viaje y quedara prendado de él, tal y
como nos ha pasado a todos los que lo hemos podido visitar. Sus colores, como
no podría ser menos, son los de la Llama Triple: Azul, Dorado y Rosa. Mucha
gente suele decir que el interior está hueco, pero esto es incierto. En la
parte inferior podemos encontrar dos establecimientos emblemáticos; uno
navideño abierto durante todo el año y el otro una pequeña fragua de cristal
llamada Merlín el Encantador (reconocida encarnación del Maestro Saint Germain)
con un artesano haciendo gala de la realización in situ de las más hermosas
figuras. La presencia de esta tiendecilla justo aquí es un reflejo de lo que
emana del interior, ya que siempre se ha relacionado al Cristo Interno con el
Cristal. Además, los dos términos sin duda tienen un origen común Cristo –
Cristal. Por otro lado, la tienda navideña es un enclave del Espíritu de la
Navidad y de Su especial Radiación de pequeñas estrellas doradas de nueve
puntas que descienden a la Tierra en enormes cantidades en la época navideña.
El rosetón de la entrada al Castillo por el lado del puente sobre el foso
contiene la imagen de la famosa Estrella Azul de Pinocho y de otras tantas
películas. En el primer piso, al cual se accede subiendo unas hermosas
escaleras de piedra y madera, se encuentra La Galerie de la Belle su Bois
Dormant (La Galería de la Bella Durmiente). La balaustrada de piedra contiene
cenefas con motivos de corazones, símbolo éste presente por doquier en el
interior, y que nuevamente nos recuerda que estamos en nuestro propio Corazón.
En esta especial galería se hallan los manuscritos e ilustraciones del cuento,
las vidrieras con imágenes de las tres Hadas realizadas en Londres por Peter
Chapman, arquitecto que trabajara en la restauración de la Catedral de Notre
Dame de París. También hay colgados famosos tapices d’Aubusson (provenientes
Creuce, Francia) en las paredes. Además, está la rueca con la que se pinchara
Aurora y otros objetos del cuento. Las columnas son de un estilo único porque
parecen robustos árboles de piedra que sostienen la impresionante bóveda y que
además destellan pequeños brillos. En este primer piso también hay un mirador
exterior desde donde se divisa todo Fantasyland. Es el lugar más elevado de
todo Disneyandia, el Centro Corazón de este parque. Es como si estuviéramos
situados en el Sancta Sanctorum de nuestro Cristo Interno, el lugar más
sagrado. Saliendo del Castillo y bajando por un lateral se halla La Tanière du
Dragon (La Cueva del Dragón). Se trata de una reproducción de las mazmorras del
castillo donde descansa el dragón dominado, el cual mide 27 metros de longitud,
el animatronic más grande del mundo para cuando se abrió este parque. Escupe
fuego de verdad, gruñe y también sale humo de sus narices cuando se despierta.
Menos mal que está encadenado. Nuevamente vemos la correspondencia metafísica
aquí. El dragón encadenado en los bajos del Castillo simboliza a la
personalidad dominada y al servicio del Bien personificado en el Cristo
Interno. Esta imagen del dragón dominado la podemos ver repetida en muchos
sitios, por ejemplo en la Abadía de Mont Saint-Michel5 donde el Arcángel Miguel
pisa al dragón para que no prevalezca, pero no lo mata. Todo verdadero Iniciado
tiene una naturaleza inferior, pero esta ya no predomina, está por completo
dominada y redimida, y es puesta al Servicio de su Yo Superior. Justo a la
salida posterior del Castillo se encuentra una reproducción de la famosa espada
Excálibur6, aquélla que sacara el Rey Arturo de la piedra. Esta historia se
aúna al grupo de narraciones con sentido profundamente metafísico. Aquí, el
visitante puede intentar sacar por sí mismo la espada de la piedra, lo que
nuevamente confirma que Disney quería que nos identificáramos con todas estas
historias.
CONCLUSIÓN
Para
aquel que lo sabe hacer, visitar Disneyland puede representar toda una
Ceremonia Iniciática como aquellas antiguas en las que se le hacía pasar al
neófito por intrincados laberintos plagados de pruebas y dificultades, como el
que conducía desde la Esfinge hasta la Gran Pirámide de Egipto, o el del
Minotauro que se hallaba en la Isla de Creta, o el de la Tor en Glastonbury.
Todos tenían el mismo fin: hacer que el estudiante espiritual contacte con su
verdadero Ser, su Presencia “YO SOY”, y de esta manera pueda llegar a unirse
definitivamente con Ella y ser Uno con la Perfección que siempre ha habitado en
su Castillo Interior —como diría Santa Teresa de Ávila—, tal y como es el Plan
Divino original para todo ser humano. En esta Nueva Era del Perdón y la
Misericordia ya no son necesarias las temibles pruebas por las que pasaba el
Iniciado. Ahora se transita el Sendero y se adquieren Iniciaciones en la
“comodidad” de nuestros propios hogares y ciudades —según dice le propio
Maestro Serapis Bey—, o incluso visitando estos nuevos “Centros Iniciáticos”
que, aparentando ser “cosa de niños”, nos pueden conducir directamente a un
mayor entendimiento y realización de nuestro verdadero Ser. Ya lo decía el
Maestro Jesús: «De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como los
niños, de ningún modo entraréis en el Reino de los Cielos.» (Mateo 18:3)
(5) Ver el libro Viajes Metafísicos por
Francia del mismo autor. (6) Ver el libro Viajes Metafísicos por Inglaterra del
mismo autor.
JUAN CARLOS GARCÍA — Nació en las Islas Canarias,
España. Muy joven viaja a Venezuela, y desde los diecisiete años de edad ha
escrito y publicado un total de catorce obras literarias, que van desde cuentos
para niños y novelas cortas, hasta tratados de Metafísica avanzada. Estos
libros se encuentran en numerosas bibliotecas e instituciones internacionales,
tales como Las Naciones Unidas, el Instituto Cervantes y la Biblioteca de
Alejandría, y siendo solicitadas, además, por las universidades americanas de
Yale y Harvard, entre otras.
Es
técnico en sistemas electrónicos y digitales, programador informático, editor y
diseñador gráfico. También se ha desempeñado como pintor aerografista. Fue
miembro de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela. Cursó estudios
universitarios de Ingeniería de Sistemas en Venezuela y de Geografía e Historia
en España. En Caracas estudió locución, y fue coordinador y articulista de la
revista El Nuevo Pensamiento con difusión para toda Latinoamérica y Estados
Unidos. Ha dirigido la revista Aditi en España, y diseña desde hace más de
veinte años la portada de la revista Sophia para la Sociedad Teosófica
española.
Viajero
incansable por toda Europa, América y Medio Oriente. Estudioso e investigador
de las grandes religiones y filosofías del mundo. Se ha desempeñado como guía
de la iconología metafísica del arte por diversos museos y lugares de interés
en España, Portugal, Francia, Suiza, Holanda, Alemania, Bélgica, Dinamarca,
Italia, Austria, Hungría, Israel, Grecia, Egipto, Inglaterra, Venezuela y
Estados Unidos.
Su
interés por las nuevas músicas le ha llevado a componer y publicar más de
treinta álbumes musicales en veinte años como compositor, incluidos tres
álbumes recopilatorios, y a participar con su música en numerosos festivales
internacionales. Se le ha llegado a llamar «el Kítaro Europeo», y el escritor
madrileño Ramón Galí le ha llamado «el Vangelis del siglo XXI». En 2004 visita
Assisi, en Italia, y pone música a la escultura «María» de Guido Dettoni della
Grazia. En 2011 estrena su Lámina de la Presencia «YO SOY» en el castillo Le
Clos Lucé, en el Valle del Loira, Francia, donde viviera Leonardo Da Vinci. En
2015 musicaliza las salas del Museo Casa de Colón en Gran Canaria y compone
ocho piezas para su álbum Suite Roerich en colaboración con el Roerich Museum
de Nueva York y el Roerichs Center de Moscú. En 2016 estrena su álbum Suite
Tesla dedicado a la vida y obra del inventor Nikola Tesla con el apoyo del
Nikola Tesla Museum, en Belgrado y el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología
en Gran Canaria, musicalizando al mismo tiempo sus salas de visita con música
original. En 2017 compone otra suite dedicada a Helena P. Blavatsky que es
utilizada en el 38 Congreso Europero de Teosofía, celebrado en Barcelona, en la
Blavatsky Trust inglesa y en la 100th Conferencia Anual Blavatsky celebrada en
Birmighan.
Lleva
treinta años dando clases de Metafísica a cientos de alumnos, y ha dictado más
de dos mil talleres, conferencias y cursos gratuitos sobre esta apasionante
temática. Actualmente dedica la mayor parte de su tiempo a viajar, escribir,
componer y dictar conferencias y seminarios a lo largo de toda España y otros
países. Algunas de sus obras escritas se están traduciendo a otros idiomas.
Más
información en:
www.JuanCarlosGarciaWeb.com
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