POR JOSÉ VERDU
La palabra
*Babilonia* quiere decir confusión. Esto se refiere al lugar y origen de la
confusión del idioma o donde se tiene diferente alocución que causa que la
confusión iniciara. Confusión o Babilonia adicionalmente quería decir no ser
capaz de decidir, determinar, o pensar y entender según un idioma o
interpretación.
Al momento de esta *confusión* en Babilonia entre la simiente de Nimrod y su culto místico, encontramos una pequeña, casi no detectada declaración que en los días de Peleg, el mundo estaba dividido. Peleg fue un Rey justo de la antigua fe patriarcal y linaje de Jesús. Había entonces una división entre el misterio de Babilonia y la Fe Mesiánica que llegó a Abraham. Con una nueva interpretación religiosa elaborada por Nimrod y su esposa Semiramis, una nueva interpretación religiosa se inició y este sistema gnóstico místico estuvo detrás de la edificación de la torre de Babel. La confusión que Dios hizo de esta antigua malévola religión trajo caos a Babilonia.
El
capitulo diez de génesis nos relata el comienzo de la repoblación de la
tierra a partir de los sobrevivientes del diluvio, o sea, a partir de los
descendientes de Noe: sus tres hijos Shem, Jam y Yafet. Cada uno de ellos
simboliza una mentalidad diferente: Jam, los placeres corporales; Yafet, el
deleite con el arte y la estética; y Shem, el perfeccionamiento del espíritu.
Los seres humanos tienen sentimientos, emociones, cualidades, características
similares, pero algunos se esfuerzan más que otros por conservar en su
conformación los valores humanos.
En su comienzo,
los descendientes de Diluvio habitaron en la parte oriental de la llamada
“Media luna fértil” de la antigüedad; vivían alrededor de la zona llamada
antiguamente Shinar (Sumeria) que es la parte sur de la Mesopotamia Asiática.
Todos hablaban una única lengua.
Un dirigente de
la raza de Cam, cuyo nombre era Nimrod, consiguió dominar a todos estos pueblos
e introducirlos en la idolatría y el paganismo bajo su reinado. Así fue que
dirigió e impulsó la construcción de la gran Torre de Babel que simbolizaba la
rebelión del hombre contra el Supremo Hacedor. En castigo a esta rebelión cada
pueblo comenzó a hablar en un lenguaje diferente, creándose repentinamente una
gran confusión, discordia y lucha entre ellos. Las obras de la Torre se
interrumpieron y los sobrevivientes se dispersaron paulatinamente a los
confines de la tierra. Nimrod permaneció en Babel con su pueblo, donde continuó
con su perversidad.
El Rey Nimrod inicia la construcción de la Torre de Babel un relato del
midrash.
Midrash (מדרש;
“explicación”, plural midrashim) es un término hebreo que designa
un método de exégesis de un texto bíblico, dirigido al estudio o investigación
que facilite la comprensión de las escrituras. El término midrash también
puede referirse a una compilación de enseñanzas midráshicas en forma de
comentarios legales, exegéticos u homiléticos del Tanaj (Biblia hebrea). Toma
elementos actuales para ejemplificar de modo comprensible textos antiguos.
Proviene etimológicamente del verbo hebreo darâs, que significa
«buscar, investigar, estudiar».
Cita este
relato:
“Kush, el hijo
de Jam, engendró un hijo que más tarde se hizo famoso como el infame Nimrod.
En realidad, a Nimrod se le conocen tres nombres. Lo llamaban Kush. También lo
llamaban “Amrafel”, como Nimrod, simbólicamente por su caracter “el que incitó
a todos a rebelarse contra Dios”.
Nimrod era muy suelto de lengua para convencer a la gente a servir a los
ídolos. Era astuto y un asesino a sangre fría.
Cuando Nimrod tenía cuarenta años, estalló una guerra entre sus parientes, los
descendientes de Jam y los de Iefet. Nimrod reunió a la familia de Kush,
organizó un gran ejército y con él a la cabeza ganó la batalla tomando a los
prisioneros como esclavos.
A su regreso, sus amigos y hermanos se congregaron y lo proclamaron rey.
En este punto Nimrod afirmó ser un poder divino y ordenó a sus súbditos
postrarse ante su presencia.
La generación de Nimrod sabía la historia del diluvio y estaban atemorizados
que un evento similar volviera a ocurrir. En consecuencia buscaron un lugar
seguro donde se pudieran reunir todos juntos y encontraron un valle en la
tierra de Babel lo suficientemente grande como para vivir todos. Dios les había
dado un valle tan inmenso, precisamente para que luego no afirmen: “Si
hubiésemos podido vivir todos juntos en un solo lugar, Dios no habría sido
capaz de desplegar su poder contra nosotros. Todos coronaron a Nimrod como rey,
y como todos se habían establecido en Babel, era el amo de toda la población de
la tierra.
Nimrod sugirió
a la gente: “Construyamos una ciudad en la que podamos vivir todos juntos.
Levantemos allí una torre muy alta”. La idea fue recibida con gran entusiasmo
por todas las naciones. Mitzraim le dijo a Kush y Kush a Put y Put a Canaan,
“Construyamos una torre tan alta que llegue a los Cielos y nos pondremos un
nombre por si otra inundación nos desparrama por el globo”.
¿Cómo podían pensar realmente que una torre los salvaría de otro diluvio; si
sabían de generaciones anteriores que todos los intentos de escapar del castigo
de Dios fueron en vano, como lo demostró claramente el diluvio?
“No sabían ni entendían, porque estaban cerrados sus ojos para no ver y su
corazón para no entender” (Ieshaiahu 44:18).
Fin de la Torre
y Dispersión de la Generación
Dios descendió
junto a setenta ángeles y juzgó a la generación.
Dios decidió -Les daré una última oportunidad para hacer teshuvá. Si la
aprovechan, los perdonaré aunque no lo merezcan, porque por lo menos reina la
paz y la amistad entre ellos.
Dado que la generación no hizo teshuvá, recibió su merecido. Cada segmento de
la problación recibió un castigo proporcional a la gravedad del pecado
cometido.
El grupo que
dijo -Subamos a lo alto de la torre para estar a salvo de otro Diluvio- fue
dispersado por todo el globo. Cada uno fue devuelto a la región a la que había
pertenecido antes de establecerse en el valle de Babel.
– Aquellos
que dijeron: -Construyamos la torre para hacerle la guerra a Dios- se
transformaron en monos, espíritus y demonios.
– Aquellos que
quisieron que la torre fuera un centro de idolatría, fueron castigados a través
de la confusión de idiomas. Dios dijo -Este proyecto perverso pudo ser
diagramado únicamente por gente que hablaba un mismo idioma. De ahora en
adelante estarán divididos porque carecerán de un idioma común.
En vez de comunicarse como antes en Lashon Hakodesh (hebreo),
la gente se encontró de repente hablando setenta idiomas diferentes. La
confusión fue inmediata. Cuando uno se dirigía a sus amigos, sus palabras eran
ininteligibles para los demás.
Uno decía -Dame agua. El otro en vez de agua le tiraba tierra encima. Uno decía
-Dame una soga. El otro tomaba un serrucho y le pegaba matándolo. Se armó una
pelea y un tumulto infernal.
Tomaron sus espadas y comenzaron a matar a sus amigos. La mitad de la humanidad
pereció bajo la espada.
¿Cuál fue el final de la torre?
Al tercio más bajo se lo tragó la tierra, el tercio más alto se incendió y el
tercio del medio permaneció en el suelo.
Para tener una noción de la enorme altura de esta torre, debemos mencionar que
aún la parte que quedó después de la destrucción era tan alta, que si alguien
ascendía veía las palmeras de abajo como minúsculas langostas, tan pequeñas
parecían desde arriba.”.
Extraído de “El
midrash dice” Editorial Bnei Sholem
Su nombre era
Nimrod.
La Biblia nos
dice:
“Y Cus engendró
a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. Este fue vigoroso
cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso
cazador delante de Jehová” (Génesis 10: 8, 9).
Este “poderoso”
cazador cautivó las mentes de aquellas gentes. Según “La Historia
antigua a la luz de la Biblia”, p. 54, “Nimrod era tan poderoso y era tan
grande la impresión que causó en la mente de los hombres, que el oriente está
lleno actualmente de tradiciones de sus extraordinarias proezas”.
Nimrod tenia
muchas habilidades, y era un hábil estratega. Organizó la protección de las
ciudades a base de murallas, y así fue estableciendo su propio reino.
Entendamos que justo después del Diluvio, la maldad no quedo destruida, por lo
tanto cuando los hombres empezaron de nuevo a multiplicarse sobre la tierra de
Sinar, la maldad volvió a tomar lugar de nuevo. El exponente máximo de esa
maldad en ese momento lo protagonizó Nimrod.
La Biblia
certifica estas palabras: “Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec,
Acad y Calne, en la tierra de Sinar” (Génesis 10: 10). Este fue el
primer reino que hubo después del Diluvio.
Nimrod no fue
un hombre en nada temeroso de Dios. La palabra que emplea la Biblia en el
hebreo original para “poderoso”, se traduce realmente por “tirano”; así como la
misma palabra Nimrod significa rebeldía. Nimrod enseñó a las
gentes a rebelarse contra Dios. Cuando la Biblia dice de Nimrod: “Este
fue vigoroso cazador delante de Jehová” (Génesis 10: 9), este “delante
de”, en realidad habría de traducirlo mejor por: contra, es
decir: “contra Jehová”.
Nimrod, seguro
de su poder sobre todos, levantó, satánicamente inspirado, un nuevo culto
religioso. Fue un rey-sacerdote, levantando idolatría, cometiendo abusos y
atrocidades de la peor clase. El inició todo el culto idolátrico del Oriente.
Bajo Nimrod, la astrología se desarrolló y se sentaron las bases para la
magia negra y blanca. El desarrolló el culto a Moloc, tan difundido entre los
cananitas y desgraciadamente, entre Israel en un tiempo.
Finalmente,
Nimrod murió asesinado, y el pueblo lo lloró. Pero su culto religioso que había
iniciado, la religión babilónica, prosiguió. Su mujer, Semiramis (o Istar,
Astarté), fue la gran sacerdotisa en tiempos de Nimrod y después de él. Esta
dijo que Nimrod era el “dios-Sol”, o Baal (Señor). Semiramis era una
bruja, físicamente bella y poderosa, el cual la usó para sus fines de
destrucción de la humanidad. Más tarde, quedó embarazada, aunque decía que era
virgen; y dio a luz un hijo ilegítimo, le llamó Tammuz, y declaró que ese hijo
era en realidad el mismo Nimrod renacido.
Tamuz (תַּמּוּז;
del acadio du-muzu, nombre de la deidad babilonia de Tammuz, dios
de la floración de primavera), es el décimo mes del calendario hebreo moderno,
que comienza su cómputo a partir del mes de Tishrei con la Creación del mundo,
y el cuarto mes según el ordenamiento de los meses en la Biblia, que comienza
por Nisán, en conmemoración de la salida de los hebreos de la esclavitud en
Egipto.
El nombre
otorgado al mes de Tamuz en la Biblia es simplemente “el cuarto mes”, siguiendo
la numeración ordinal, al igual que el resto de los meses del año hebreo en la
Torá: “El mes cuarto, el nueve del mes, cuando arreció el hambre en la
ciudad y no había pan para la gente del pueblo” (2Reyes 25:3).
Su nombre actual, Tamuz, tiene sus orígenes en los nombres de los meses de la
antigua Babilonia, provenientes del idioma acadio, y de aquí fueron adoptados
por los judíos allí desterrados entre 586 a. C. y
536 a. C., luego de haber sido llevados al exilio por el rey
Nabucodonosor II. Tamuz no es recordado en la Biblia como nombre de este mes,
sino al nombrar a la deidad homónima, el dios de la primavera y el
florecimiento, que según la mitología babilónica, reinaba durante los tres
meses de primavera -Nisán, Iyar y Siván- mientras que en Tamuz, al llegar el
verano, Tammuz moría: “Me llevó a la entrada del pórtico de la Casa de
Yahveh que mira al norte, y vi que allí estaban sentadas las mujeres, llorando
a Tammuz” (Ezequiel 8:14). El nombre babilonio del mes de
Tamuz se conservó no sólo en hebreo, sino también en otros idiomas de la zona
de influencia, como el turco moderno, en el que el mes de julio se llama “Temmuz”.
El Pastor David
L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages, escribe:
“Según antiguos
escritos, Semíramis fue la esposa de Nemrod. Llegó a ser la sumo sacerdotisa de
la religión babilónica, y fue llamada la Reina del Cielo. Conforme a la antigua
leyenda, Nimrod murió, y vino a ser el dios sol. Su mujer Semíramis fue
impregnada por un rayo del sol, y dio a luz a Tammuz (un falso nacimiento
virginal). Más tarde Tammuz fue muerto por un jabalí. No obstante, después del
clamor de Semíramis por 40 días, Tammuz vuelve a la vida, lo cual es una
falsificación de la resurrección. De hecho, este fue el origen del falso
sistema religioso que envuelve la adoración a la madre y al hijo. De hecho,
durante la cautividad de Babilonia, en Jeremías vemos que esa fue la adoración
de Israel, la abocada a Semiramis como “Reina del Cielo” (Jer. 7; 18, 19; 44:
15-30). En el templo de Jerusalén, adoraban a Tammuz, el hijo de Semiramis (Ez.
8: 14, 15) Esa diabólica adoración se extendió a lo largo del mundo”
Acordémonos que
la Palabra nos habla de Tamuz en Ezequiel:
“Y me llevó a
la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí
mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. (Ezequiel 8:
14)
No contenta con
ser suma sacerdotisa, Semiramis, se proclamó a sí misma diosa y demandó que se
le sacrificaran niños. Semiramis capitalizó la rebelión del hombre contra las
leyes de Dios sobre el matrimonio. Promovió el celibato, una cubierta
religiosa para luego cometer adulterio, fornicación, homosexualidad, sodomía y
lesbianismo. Este celibato, supuestamente separaba a los sacerdotes y los hacía
“santos”; les hacía como superiores al resto de los hombres y mujeres que
contraían matrimonio y tenían hijos.
Después de
Babel
Una vez los
hombres fueron dispersados por toda la tierra a raíz del suceso de la torre de
Babel (Génesis 11), sus cultos idolátricos fueron con ellos a todas partes. ¡En
todas las religiones de la tierra se encuentran evidencias del culto
babilónico! Babilonia fue la madre, o la precursora de todas las
falsas religiones que se desparramaron por toda la tierra. El mismo Herodoto en
su “Historia”, cuenta que la idolatría se originó en el área de
Babilonia.
Escribe
el Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages:
“El propósito
de la existencia de la ciudad de Babel, fue el centralizar el poder en un solo
reino. Fue el empecinado esfuerzo de la unidad humanista para un Gobierno
Mundial (Gn. 11: 4-6) cuando Dios estaba dando orden a la raza humana a que se
extendiera por toda la tierra (Gn. 9: 1). Pero hay más; Babel y su torre, es la
madre de todas las falsas religiones. La torre fue levantada para la práctica
de la astrología y para adorar el sol”
La religión de
Nimrod y Semiramis se extendió por doquier y también llegó a Egipto. Pronto el
culto al sol se convirtió en la religión del imperio y otras culturas.
Y me llevó en
el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata
llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos”
(Apocalipsis 17: 3)
Nótese que esa
Gran Ramera lleva en su frente el siguiente nombre:
“BABILONIA LA
GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Ap. 17:5)
Por tanto, la
Gran Ramera, está sujeta al sistema babilónico, llamado “BABILONIA LA
GRANDE”, que es la suma de todas las falsas religiones (rameras) y de todas
las abominaciones de la historia del hombre. Al estar ese nombre justo en la
frente de esa mujer, significa que ésta es dominada y controlada por BABILONIA
LA GRANDE. Todo este sistema religiosos empieza con la generación de Cam
establecido por su decendencia y permanece hasta el dia de hoy
presentándose en diversos sistemas heredados y posible que de aquí es
que saliera la figura delanticristo o falso Mesías.
El famoso
médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, Carl Gustav Jung fue
una figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente,
fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de
los complejos y psicología profunda. La teoría de Jung establece que existe un
lenguaje común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo,
constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la
psique que está más allá de la razón es lo que llamo el inconsciente colectivo.
Quizá todo esta
latente dentro del corazón del ser humano y por eso hay que limpiarlo por
eso Jesús decía:
Y decía: Lo que
sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de adentro, del
corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos,
homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños,
sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de
adentro salen, y contaminan al hombre. (Marcos 7:20 al 23)
La tendencia a
la idolatría al mal esta en nuestros genes es lo que llamamos pecado que
no desvia de la voluntad de Dios pero con la ayuda de Cristo el Mesías podemos
vencer en un proceso que nos llevara a l redención final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario