Mes de Virgo 2021
La belleza de
Dios Madre se manifiesta en la exuberante naturaleza y su infinita variedad de
formas. Toda la creación es un juego de fuerzas entre el Espíritu y la Materia
o entre el Padre Celestial y la Madre Divina. En la tradición Védica la Madre
es la Naturaleza y también es el Fuego o la Conciencia que la anima. En
Occidente lo concebimos como una Trinidad y entonces el Padre es el Espíritu,
la Conciencia es el Hijo y la Sustancia, la Madre.
Lamentablemente en nuestra tradición espiritual al principio materno de la creación se le llamó Espíritu Santo y de alguna forma se hizo masculino en la psiquis humana. Cuando veo que algunos espiritualistas no pueden reconocer a Dios en la materia pienso que es consecuencia
de ese gran pensamiento forma que ha moldeado la psiquis occidental haciéndonos creer que todo lo que tiene que ver con Dios es masculino y solo pertenece al reino del Espíritu. Tanto lo femenino como la sustancia quedan relegadas a un nivel inferior porque no reconocemos que, sin un contenedor, sin la sustancia, el espíritu no se puede manifestar. No reconocemos que Dios es Padre y es Madre, que es Espíritu y es Materia. Precisamente la palabra clave desde el ángulo del alma del signo de Virgo dice así: “Soy la Madre y el Hijo, soy Dios, soy Materia”Cuando
reconocemos a la Madre, que es la sustancia primordial del universo se nos
devela todo un Cosmos de infinitas variedades en donde podemos encontrar lo
divino en una estrella al igual que en una piedra o en una gota de
rocío. Todo depende del estado de nuestra conciencia y la
transparencia o pureza de nuestra percepción que nos deja ver a Dios en todo lo
creado.
La creación
es masculina y femenina. Dios tiene los dos principios al igual que la
Creación. Estos principios se expresan en el dar y el recibir, o en el soporte
y la acción. Estos principios, que son la danza eterna de la creación, se
manifiestan en todos los planos y al expresarse a través de la humanidad lo hacen
como hombre o como mujer. Cada hombre en su interior tiene una parte femenina y
cada mujer, una parte masculina. Porque todos damos y recibimos, apoyamos y
actuamos.
En la
historia de Adán y Eva, como todas las historias que nos hablan del génesis que
son simbólicas y no literales, Eva surge de la costilla de Adán. Adán
representa a la humanidad y Eva es parte de Adán. Es el humano que tiene los
dos principios en su naturaleza y cuando se manifiesta por medio de un cuerpo
de carne y hueso lo hace como hombre o como mujer.
Cuando las
escrituras son mal interpretadas ocasionan mucho sufrimiento y creo que la
interpretación literal de esta historia es la que más daño le ha hecho a la
mujer. Nos echan la culpa de una caída que era parte del Plan de la Creación,
que simbolizó la entrada del espíritu humano a la materia más densa al
adquirir, por medio de la fruta del árbol del bien y del mal el
poder de discernir, la mente y de esta manera, dar inicio al sendero de
evolución del alma humana en la Tierra.
Venerar la
Naturaleza es tan importante como venerar al Padre. Si condenamos la naturaleza
quedamos prisioneros de ella. La tradición dice que primero hay que venerar a
la Madre y entonces ella te permite atravesar cada uno de los planos, te lleva
de la mano y te entrega al Padre. A nivel humano es la madre que prepara al
niño en su infancia; ella es la que puede, en las etapas más tiernas, sembrar
en él las tendencias futuras. Eso fue lo que hizo la Madre de Jesús, preparó al
Hijo y se lo entregó a la Humanidad. Y cuando el Hijo fue a partir, allí en la
cruz se la entregó a Juan, su discípulo amado, diciéndole. “Madre, he
ahí a tu hijo; Hijo, he ahí a tu Madre”; uno de los grandes símbolos
que nos dejó la historia del Calvario.
El Maestro
Kumar dice que aquel que se olvida de su madre no puede esperar nada en
términos de expansión de conciencia.
“La
injusticia hecha a la mujer es una injusticia hecha a la Naturaleza que se nos
devuelve y nos ata. La injusticia hecha a la naturaleza del planeta nos ata al
planeta. La Naturaleza está en funcionamiento dentro y fuera de nosotros y
tenemos que aprender a respetarla. Lo femenino en el plano físico es simbólico
de esa Naturaleza. Y si esta humanidad tiene que elevarse, solo puede ocurrir
mediante la mujer. Es la pureza de la mujer la que dará pie a la encarnación de
almas elevadas. Y si los Maestros tienen que nacer en el plano físico,
necesitan mujeres de elevada pureza.” (Un Entendimiento Claro del Hombre y la
Mujer”, K.P. Kumar)
Ella, La
Madre que es Dios en la Materia, que es la Sustancia Primordial, es la que nos
permite la gran oportunidad de la experiencia que es la llave que abre las
puertas a los planos más sublimes de la creación. La mente nos marca el
sendero, pero la experiencia nos permite transitarlo.
La materia
cambia de forma, pero es eterna. A veces es energía, a veces materia sólida,
pero es indestructible. Si te conectas con esa fuerza sutil que impregna todo,
con esa vida que está detrás de todo lo creado puedes beber la esencia inmortal
y embriagarte con su divino elixir. Una vez me conecté con una brillante
estrella y sentí que la vida del espacio estaba en mí con tanta fuerza que
aquella estrella era la luz de uno de mis átomos. La miré y dejé que
su luz y mi luz se hicieran una. De la misma manera lo puedes hacer con todos
los elementos que la Naturaleza te ofrece. Con el sol puedes descubrir el fuego
que habita en ti, con el mar sentir las infinitas corrientes de vida que
circulan en tu interior, con el viento puedes volar por tus espacios internos que
son cósmicos.
La Madre
Divina siempre te acompaña en cada una de sus manifestaciones. Que puedas
percibir su sagrada presencia y vivir bajo su protección, es mi más ferviente
deseo.
Con el amor
de siempre, Carmen Santiago – fdnpcaracas@yahoo.es
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