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20 de agosto de 2020

El Reino Dévico Los Señores del Karma 1º Parte

Conferencia Vicente Beltrán -
Barcelona, septiembre 1980. 
LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SÓLO PUEDE 
REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZÓN
 
El Reino Dévico 

Vicente.— En nuestra conversación del mes de Julio analizamos un tema profundamente esotérico, que hasta hace unos cincuenta años constituía un secreto iniciático: se trata del misterio del Ángel Solar, el cual tiene que ver con la leyenda de Prometeo. La leyenda mítica de Prometeo tiene que ver con el Hijo de los Dioses, que, apiadado de la oscuridad en la cual vivían los seres humanos, asciende al Olimpo y arrebata a Júpiter la luz de la mente, que la trae a la humanidad, es decir, atrae al tercer reino de la naturaleza, que estaba capacitado para poder adquirir la iniciación de la individualización.

En aquel momento, Prometeo, que realiza el sacrificio de dar la luz que corresponde al Olimpo a los seres humanos, cae en la desgracia de Júpiter, el cual lo mantiene atado sobre una peña del Olimpo, condenado eternamente a que los buitres devoren sus entrañas. Esto, naturalmente, es meramente simbólico, pero se trata del sacrificio de los Ángeles Solares: aquellos que, en la Doctrina Secreta, Madame Blavatsky denomina los Dyanes del Fuego, es decir, los hijos de la mente, aquellos que son perfectos desde un universo anterior y que traen, por la misma razón, la luz conquistada en aquel universo. Y el castigo al cual se somete voluntariamente, Prometeo, el Hijo de los Dioses, el Hijo de la Mente, es permanecer en el plano causal durante los millones de años que dure la evolución del ser humano, desde que adquiere la luz de la autoconciencia, hasta que se convierte en un maestro de compasión y de sabiduría. Naturalmente, la leyenda de Prometeo, y el trabajo que han realizado los Ángeles Solares a través del tiempo y, sobre todas las humanidades de nuestro sistema solar, ¿qué significa?, y es a través de los grandes intermediarios cósmicos que la luz de la mente de los hombres va fructificando hasta adquirir la inspiración necesaria para gobernar sabiamente su destino y convertirse en unos testimonios de la luz y en unos servidores del plan.

Dijimos también para que se vea claro el proceso que el plano causal, esotéricamente comprendido, corresponde a los tres subplanos superiores del plano de la mente, y que la mente humana, tal como la conocemos en su aspecto concreto e individualizado, está trabajando, actuando activamente en los cuatro subplanos inferiores del plano mental. Entonces, la relación que existe, la vinculación a través de una serie infinita de meditaciones y de trabajos internos de Prometeo en Géminis, que es el ser humano y será estudiado en próximas conversaciones, tiene que ver con el sentido íntimo de la meditación superior: la transportación de Prometeo hacia el plano causal venciendo la inercia de los vehículos inferiores y de la mente cualificada, es evidente en todos los aspirantes espirituales y en todos lo discípulos de esta nueva era. Y, seguramente, que muchos de los que estamos aquí estamos trabajando ya en tal sentido, estamos acercándonos progresivamente al plano causal, estamos encendiendo la hoguera de la luz en nuestro corazón en virtud de la inspiración causal, y, por tal motivo, nos estamos aproximando al Prometeo cósmico. Estamos convirtiéndonos por obra y gracia del espíritu de vinculación cósmica con el propio Ángel Solar, y todas las conversaciones que tengamos ahora y siempre, tendrán que ver sutilmente de una u otra manera con el contacto del yo inferior, el conocido, con el Yo Superior o el Ángel Solar que encarna Prometeo constantemente, siguiendo el libro de la leyenda y también el poder de los mitos a través de los símbolos.

En nuestra conversación de hoy, vamos a apartarnos aparentemente un poco de todo cuanto hemos dicho hasta aquí, en un sentido puramente metafísico, y vamos a ver si, cuando hablamos de estos grandes señores que llamamos los Señores del Karma, que será el tema de nuestra conversación de hoy, podamos tener una idea muy ajustada de lo que realmente representan los Señores del Karma en la vida del universo, en la vida del planeta, y naturalmente, en la vida psicológica del ser humano.

Los Señores del Karma han constituido desde el principio de los tiempos la culminación de una serie de esfuerzos por parte del investigador esotérico, el cual debe hurgar en las oquedades de lo cósmico para extraer la sabiduría necesaria para adueñarse de su destino, porque no podemos hablar de los Señores del Karma sin hablar del destino. Ahora bien, ¿qué es el destino? Hay que hacer una distinción: hay el destino de los Dioses, o de los Logos Creadores, hay el destino de los Ángeles, hay el destino de los planos del universo, hay el destino de los reinos de la naturaleza, hay el destino de las razas, hay el destino de las especies, y hay el destino de los seres humanos. El destino de los seres humanos, filosóficamente, podríamos definirlo como la incapacidad que tiene el hombre de ver más allá de la esfera de sí mismo. Está limitado constantemente, dentro de una esfera que él mismo se ha creado a través de los hechos contraídos en cualquier época del tiempo. Está condicionado por sus pensamientos, por sus emociones, por sus deseos. Y el movimiento que realiza el hombre, invariablemente, dentro de esta esfera que le sigue y le condiciona y constantemente limita, es el destino. Se echará de ver muy luego, que el destino del hombre, sigue fatalmente un curso, ¿cuál es este curso? El curso que marca la ley, el curso que marcan los actos contraídos en el pasado, teniendo presente que un pensamiento desde el ángulo esotérico es un acto y que un deseo es un acto, y que los actos no son solamente físicos sino que son cualificadores de cualquier actividad que realiza el ser humano en el ambiente donde vive, se mueve y tiene el ser. Por tanto, el destino del hombre está uncido invariablemente al destino que le marcan las estrellas, tal como astrológicamente se dice, sin aparentemente tener otra opción que seguir ciegamente este destino sin poder variarlo, y que lo que está escrito en las estrellas forzosamente tendrá que cumplirse en el destino o en el corazón del ser humano. ¿Es justo esto?, es la ley, simplemente. El hombre ha creado aquella esfera, el hombre se ha encerrado dentro de una capa de egoísmo, dentro de una capa de limitaciones, y no puede hacer otra cosa que luchar contra las limitaciones que él mismo se ha creado a través del tiempo; es decir, que cuando dices, la obra de los Señores del Karma quizás sería mejor que dijese, los Karmas, interpretando mis limitaciones, me ofrecen el destino que yo mismo me he creado. Entonces, los Señores del Karma son la justicia infinita del Cosmos y, naturalmente, si queremos empezar husmeando algo el destino de los Dioses podemos empezar estudiando la Cruz, porque la imagen simbólica de la cruz simboliza a los Señores del Karma. Los cuatro Señores del Karma constituyen el principio y el fin de cualquier tipo de universo, no importa cuán elevado, cuán perfecto sea el Logos que dará vida a aquel sistema. Y aquí tendremos seguramente, aquí lo verán ustedes (muestra sobre una pizarra), una Cruz. Antes de la creación de cualquier universo, los Señores del Karma, tal como dicen los libros védicos, tienen sobre el espacio la Cruz Kármica que pertenece a aquel Logos y crean lo que esotéricamente se denomina “el círculo no se pasa“, el círculo infranqueable, a partir del cual el Logos está imposibilitado de seguir adelante porque corresponde a su propia e íntima evolución. Entonces, fíjense bien, una vez que el Logos, los Grandes Ángeles del Karma, han tendido la Cruz que les corresponde por ley con sus cuatro brazos bien estratificados, bien concretos, bien definidos, tal como ustedes verán, están presentes en toda actividad logoica desde el principio de los tiempos. La primera actividad está en el centro de la Cruz: allí está, de una manera misteriosa, el Corazón del Logos. Teniendo en cuenta lo que significa nuestro universo y de acuerdo con lo que hemos dicho en anteriores conversaciones, que hoy quedan ampliadas con la adición de estos grandes Señores del Karma, veremos que en el centro místico de la Cruz, una vez ha sido establecido en los marcos del espacio queda situado el átomo permanente físico del Logos. ¿Cómo se realiza esto? Fíjense bien, uno de los Ángeles tiene el cuidado, que es el Ángel de la Liberación que da el alumbramiento a todas las cosas de la vida, de recoger el átomo permanente físico del Logos, situado en el centro de la Cruz, y activado en nosotros y entonces el corazón empieza a latir. Y como todo corazón tiene dos movimientos principales: La sístole y la diástole. La sístole es hacia adentro, la diástole es hacia fuera. Este movimiento de sístoles y diástoles dan como consecuencia la ley o este principio de gravedad cuando es de contracción hacia dentro: la fuerza centrípeta del universo. También da aquello que esotéricamente llamamos el egoísmo de la materia: el sentido de gravedad está en el centro de todo vínculo de sustancia, y el Logos no escapa de la realidad, porque él mismo se ha abastado en este sentido. Se ha limitado a tener el movimiento de contracción y dilatación creando un corazón que empieza latir y creando aquella espiral que más tarde se convertirá en una nebulosa, de la cual científicamente se habla y se puede incluso fotografiar, es la forma de caracol, es el principio de las formas suaves de los Devas, es el principio de las leyes áuricas, el principio de la medida áurea que está siempre en el centro de la Cruz de los Señores del Karma. Y en el movimiento de diástole, de alejamiento del centro, se crea el altruismo universal de las leyes del Servicio Creador.  

Hacia dentro, la fuerza centrípeta acumulando materia y haciendo sustancial esta nebulosa, convierte aquel pequeño punto que era el Corazón Solar en un universo manifestado. Los diferentes puntos, que serán los planetas, serán también cruces kármicas porque, de la misma manera que el universo tiene su propio karma, cada planeta, a través de su Logos regente, también tiene su propio karma. Y todo es karma en el universo, y el destino de los hombres, y el destino de los astros, y el destino de cualquier estrella en el universo viene precedido siempre por la actividad de los Señores del Karma.

Algunas de sus analogías, fíjense bien: el destino de nuestra Tierra está ligado estrechamente a la inclinación que tiene su eje aparente sobre la eclíptica o movimiento alrededor del Sol. Si fuese un astro perfecto los movimientos de la Tierra serían absolutamente circulares y no elipsoides. Dense cuenta que la inclinación da como karma que las regiones situadas hacia el Polo Norte o hacia el Polo Sur son casi inhabitables y el karma es duro con las personas que tienen que vivir allí; es decir, que si el astro fuese perpendicular realmente al plano de la eclíptica, es decir, que estuviese en el mismo nivel que están los paralelos y los meridianos, porque el meridiano siempre es perpendicular al ecuador o a las líneas de los paralelos, entonces la Tierra tendría los días y las noches exactamente iguales, y no tendría frío ni calor, sino una atmósfera templada, no habría las dificultades que existen todavía aquí, en la Tierra, y quizá muchos de los problemas sociales, políticos y económicos se reducirían simplemente a efecto, también porque para habitar un planeta sagrado los seres humanos tienen que tener algo de sagrado en su corazón, y me pregunto si es que tenemos algo de sagrado en el corazón ahora, en el siglo XX, donde todavía hay tantas matanzas por doquier, y todos somos todavía egoístas y no nos matamos con lanzas ni con armas sino que utilizamos la bomba atómica, así la destrucción es más rápida. Pero los movimientos que realiza este eje, digamos cósmico, dan lugar en cualquier tipo de universo a aquello que técnicamente definimos como los cuatro puntos cardinales. Cada uno de los Señores del Karma, se dice esotéricamente, ocupa una porción del universo o una porción del planeta o una porción psicológica del ser humano que le condiciona, que le vigila, que lo está dirigiendo constantemente, que lo está limitando también para que comprenda el destino que le aguarda. En todo éste misterio vemos las cuatro entidades cósmicas, que después analizaremos, pero es interesante saber, en este aspecto, las relaciones, fíjense bien, los cuatro puntos cardinales, que son los que marcan el destino de la Tierra o de cualquier planeta en un momento cíclico o determinado del tiempo. Allí vimos, por ejemplo, que una conjunción magnética establecida hace muchos Manvántaras a través de las edades, algo que está fuera de la razón humana, una conjunción establecida entre el Logos septenario de la constelación de la Osa Mayor con el Logos de la constelación de las Pléyades, septenario también, dio origen a un llamado “proveniente de la estrella Sirio”. Y la estrella Sirio, según se nos dice ofreció a uno de sus exaltados Adeptos, el cual se ofreció para encarnar en este universo, le ofreció su átomo permanente y todo el sentido de lo que había experimentado a través de las edades para crear este universo en el cual vivimos, nos movemos y tenemos el ser.

Interesante la analogía porque se puede aplicar al planeta. Una conjunción entre Mercurio y Venus, con la sanción de Júpiter, dio origen al establecimiento de la Jerarquía aquí en la Tierra. Anteriormente, una gran conjunción magnética producida por planetas desconocidos, no vamos a interesarnos ahora por aquello que desconocemos, trajo como fundamento el nacimiento o la encarnación del Logos Terrestre, es decir, que lo que llamamos el Fuego de Kundalini está en relación directa con el átomo permanente del Logos Cósmico, que está dirigiendo nuestra evolución terrestre.

Bien, enlazando también con la obra de los Señores del Karma, tenemos las Cuatro Edades. Las Cuatro Edades no solamente existen en la vida de los seres humanos, que, como ustedes saben, son: la niñez, la juventud, la edad madura y la vejez, sino que Las Cuatro Edades también corresponden al planeta y también al universo. Las Cuatro Edades que convirtieron el planeta se llaman Yugas, y son como ustedes saben: la Edad de Hierro, la Edad de Bronce, la Edad de Plata y la Edad de Oro. Técnicamente es, por ejemplo, lo que en sánscrito se dice el Kali Yuga, el Dwapara Yuga, el Treta Yuga y el Satya o Krita) Yuga. Estos cuatro Yugas constituyen Las Cuatro Edades del Planeta. Están regidos por los Señores del Karma. Bien, no solamente esto, sino que tenemos también los cuatro éteres. Cada uno de los Señores del Karma tiene relación con uno de los cuatro éteres que constituyen el aspecto superior del plano físico. Es decir, a partir del subplano gaseoso, los éteres van sucediéndose y son una representación, en tiempo y espacio, de la actividad de los devas que están en relación con los Señores del Karma. Tenemos, también, los cuatro elementos de la naturaleza: la tierra, el agua, el fuego, y el aire. Más adelante conoceremos el misterio del éter, que compenetra todos los elementos pero los (elementos) que están gobernados directamente por los devas que están en relación con los Señores del Karma son aquellos que conocemos y que podemos catalogar, pesar y medir, con nuestro entendimiento y hasta con nuestras manos, es decir: la tierra, el agua, el fuego, y el aire.

Tenemos también relación con Los Puntos Cardinales, lo que se llama fases. Las fases de la Tierra regidas por los cuatro Señores del Karma son los movimientos que dan lugar: de rotación que da lugar a día y noche; pero entre día y noche hay un misterio, que son los intervalos, y es la aurora y el crepúsculo. Y cuando en los estudios avanzados del Yoga se concede la iniciación al aspirante es porque domina íntegramente las cuatro fases respiratorias que están directamente relacionadas con los movimientos de rotación de la Tierra, es decir, que hay un movimiento de inhalación, una pausa, un movimiento de exhalación, y otra pausa. Son cuatro movimientos que están regidos también misteriosamente por las Huestes, por las Jerarquías que están bajo la dirección experta de los Señores del Karma.

Existe también el cuaternario inferior, el cuaternario que es el cuerpo físico, y esto lo he dicho muchas veces, el cuerpo etérico, el cuerpo astral o emocional y el cuerpo mental, que son los que condicionan a la humanidad. Es decir, que activamente sobre los cuatro éteres, sobre los cuatro elementos y sobre el cuaternario, se apoya la espada de Justicia de los Señores del Karma. Y nosotros estamos siguiendo el impulso tremendo de estas cuatro actividades cósmicas, y también, para terminar estas relaciones, hay muchas más, naturalmente. Vamos a referirnos al karma del hombre en el sentido del fuego. Con la primera expresión del fuego en la vida del hombre se halla en el chacra Muladhara, el chacra Muladhara tiene cuatro pétalos, es decir, que ustedes lo verán allí, tal como aparece ante la vista del observador esotérico con clarividencia mental, es decir, se verá la cruz de los Señores del Karma y los cuatro pétalos que pertenecen a la evolución del cuarto reino de la naturaleza, el cuarto reino de la naturaleza o la raza de los hombres, o la humanidad, el cuarto planeta, que es nuestra Tierra, dentro de una cuarta ronda de planetas de una cadena de planetas que constituyen nuestro esquema terrestre, están centralizados en el chacra Muladhara. Es decir, que la vida del hombre que es superior se inicia en el corazón pero debe contar que para tener vida física o material tiene que contar con el chacra Muladhara, porque es el que recibe el impacto del fuego proveniente del átomo permanente del esquema terrestre. Y así empieza la vida del planeta. Es así también como empieza la vida del ser humano.

Bien, hemos dicho rápidamente y les advierto a ustedes que hablar de los Señores del Karma es tratar de descubrir el misterio de las edades. Es tratar de ver el principio y el fin, el Alfa y el Omega de la creación, no solamente del universo sino de cualquier galaxia, de cualquier constelación, de cualquier grupo de galaxias dentro del cosmos absoluto; es tratar de ver con mirada altiva y audaz remontándonos como águilas por el firmamento del conocimiento, sin miedo a perdernos por las inmensas oquedades cósmicas, y tratar, al igual que Prometeo, de arrebatarles a los Dioses del Olimpo, el fuego de la inspiración. Me pregunto si tenemos miedo de afrontar las realidades cósmicas porque la única manera de que se salve la humanidad es que el individuo, en sus relaciones sociales, se convierta en un Prometeo, se convierta en un testimonio de la Luz y en un servidor del Plan; y, para realizar, esto debe despersonalizar tan completamente su vida, debe ascender tan raudamente por el círculo infranqueable de su propio yo que debe quebrantar, al igual que el Señor del Universo cuando tiene que recibir alguna iniciación cósmica quebrantando todo el Sistema Universal, para trasladarse a los ambientes siderales de otros más elevados universos. Es decir, que los movimientos de rotación que dan la sensación de Yo, de afirmación psicológica, y de egoísmo también, porque están relacionados con la sustanciación de la materia, y el movimiento de expansión, que trae por consecuencia la Liberación, están todos de acuerdo con la Ley, que está regida por los Señores del Karma. Es decir, vamos a llegar a una consecuencia cósmica: antes de que exista el universo existen los Señores del

Karma, entonces, cualquier universo será inferior a la actividad de los Señores del Karma. Los Logos deben acatar la Ley de los Señores del Karma. Entonces los Señores del Karma son entidades cósmicas que están de acuerdo con su evolución, con la evolución del universo que precede, tal como hemos visto cuando se creó nuestro propio universo.

Bien, ahora brevemente, porque se trata de misterios, vamos a analizar cada uno de los Señores del Karma, y veremos como todos tendremos en nuestro haber un sentimiento más profundo de agradecimiento, y no de terror, y no de reserva hacia estas poderosas entidades cósmicas. Debo decir ante todo, que los Señores del Karma son entidades angélicas superiores a los ángeles que están de acuerdo con el sentido de la divinidad, es decir, con aquél que representa su voluntad en el universo, están por encima de esta voluntad, están por encima de la Mónada, si podemos decirlo así, del Logos Solar, porque ellos le preparan el camino y ellos dirigen sus actividades, dirigen su destino.

Vamos a ver, tenemos ante todo el Ángel de la Muerte. Toda expresión de muerte en la vida del universo, sea cual sea el plano en donde se realice, está bajo la dirección, y hasta bajo la invocación, del Señor de la Muerte, el primero de los Señores del Karma. Porque, dense cuenta, que la evolución trae como consecuencia una renovación incesante de las formas, no solamente de las formas físicas, sino también de los estados de conciencia de las personas y de todos los seres de la naturaleza, y no puede haber renovación si no existe una destrucción sistemática de las formas que han quedado cristalizadas, y no pueden seguir el impulso creador y dinámico de la vida del Señor. Entonces, el Señor de la Muerte, que nos estanca tanto, es el que prepara el camino para la renovación de las formas, el que prepara el camino para la iniciación, para adquirir los superiores estados de conciencia. Es la Ley de la fortaleza, del templo de los hombres aguerridos, y es el primero actuando, en conjunción con el Señor del Universo, para destruir dentro de su propio ser corporal todo sedimento de cristalización que impida que (se realice) el propósito de la divinidad encarnado por el Señor de la Justicia. El Señor de la Justicia es el que trae como consecuencia la perfección del Sistema Solar. Trae como consecuencia el esclarecimiento, dentro de las mentes y corazones de todas las humanidades del Cosmos y de todos los seres de cualquier punto dentro del Universo, del espíritu de Justicia, del espíritu de la Ley. Y la Ley, como muy acertadamente han simbolizado los seres humanos en la justicia, lleva en la mano diestra la espada, y en la izquierda la balanza de la justicia. La espada para el cumplimiento de la ley, en conjunción con el Señor de la Muerte. Cuando el Señor de la Justicia dice “cúmplase la Ley“, el Señor de la Muerte aplica la Ley. Están siempre juntos los Señores del Karma. Yo los he dividido para que se vea mejor su funcionamiento particular, pero son movimientos, por así decirlo, interdependientes, supremamente unidos en la acción porque constituyen la voluntad del Logos Cósmico, que está más allá de las interpretaciones de los sabios, que ya es decir mucho porque cuando decimos sabios nos referimos a los grandes Rishis de los Sistemas Estelares.

Entonces, cuando las almas —nos referiríamos prácticamente al ser humano— han dejado el cuerpo, el Señor de la Justicia besa su corazón. Y el corazón palpitante del Alma, es simbólico todo, es la famosa Balanza de Osiris en la cual pesa las almas de aquellos que dejaron el cuerpo. La mitología egipcia es muy rica en significado oculto y esotérico, cuando el Señor de la Justicia ve el peso y ajusta la medida, pasa entonces su cuenta al Señor de los Archivos. El Ángel de los Archivos, esotéricamente definido como Memoria Cósmica, contiene en éste libro simbólico todas las cosas que sucedieron, todas las cosas que suceden y todas las cosas que ocurrirán desde el principio hasta el fin del universo. Porque el Alfa y el Omega están dentro de la nebulosa y cuando la nebulosa se ha convertido en sistema solar va dejando en los éteres la impronta de un círculo infranqueable, un círculo no se pasa, que el Logos no puede franquear porque está limitado también, porque los Dioses también están limitados por el Karma.

Entonces, todo el proceso de la Justicia, todo el proceso de la Ley, está escrito en las páginas de la historia cósmica, está en el éter. Y todas las personas que a través del tiempo, y por la purificación de sus almas, lograron adueñarse del secreto del tiempo pudieron leer en los Registros del Señor de los Archivos, de este Ángel Supremo, que recoge hasta el más leve aleteo del ave que pasa rozando la frente con el vuelo. Todo está dentro del sistema universal y el Señor de los Archivos lleva a través de Manvántaras y Pralayas la Memoria Cósmica. Dense cuenta que cuando nosotros estamos viviendo no nos preocupamos de lo que estamos realizando y, no obstante, aquello queda registrado en el éter y nosotros podemos recordar en virtud del Señor de los Registros. Es totalmente inconsciente la obra de memorización, de archivo de hechos, todo está en virtud de los Ángeles Archivadores en contacto con el Señor de la Memoria Cósmica. Y cualquier persona que tenga la suficiente pureza de espíritu podrá ponerse en contacto con el Gran Señor y al propio tiempo poder leer lo que pasó en el pasado y lo que sucederá en el futuro, porque, tal como decíamos, aparentemente hasta donde nuestra pequeña mente puede alcanzar, el Logos también está siguiendo su destino. Y cuando decimos su destino, le pasa lo mismo que al ser humano: que está limitado por su propio libre albedrío, porque el libre albedrío, lo hemos discutido muchas veces, es la incapacidad que tiene el hombre hacia las cosas que él considera perfectas, siempre se preguntará: ¿está bien?, ¿está mal? Siempre está en la duda y en la incertidumbre porque posee libre albedrío. Y, hasta que el libre albedrío no haya sido acogido por el Señor de la Justicia y le sancione con la Ley para que vea en los Registros Akásicos, la vida del hombre será constantemente seguir su propio destino, sin posibilidad alguna de liberación. En tanto que el hombre que ha salido del ruedo de sí mismo, merced a la obra de la Iniciación, (se comporta) igual que el Logos porque el Logos una vez trabaja dentro de su universo. Y al decir universo hasta aquí nos hemos referido única y exclusivamente al universo físico, a aquél que podemos pesar y medir con nuestros aparatos científicos, pero existen también los planos astrales o cuerpo astral del Logos, el plano mental del Logos, o el cuerpo mental del Logos. Existe también la relación del Logos con otros Logos y existe así una hermandad social de Logos. Y, cuando hablamos de fraternidad, ¿qué estamos diciendo? Quizá estamos encubriendo nuestra falta de amor hacia los demás, pero cuando hablamos de Ángeles y de Logos sabemos que existe una relación de simpatía, una relación fraternal, un servicio creador, no sólo a un sólo universo sino a todos los universos que constituyen la gran familia cósmica y de la cual nosotros, dentro de la pequeña humildad de nuestra vida formamos parte. Más: según se nos dice, si nosotros dejásemos de ser automáticamente el Logos dejaría de ser. Somos creadores, estamos dentro de su voluntad, estamos dentro de la Ley. Sólo falta que justifiquemos el conocimiento que tenemos de la Ley y surjamos triunfantes, como Prometeo, como Ave Fénix que renace de sus propias cenizas, para convertir la Tierra en un Paraíso, en una bendición para todos los seres.

Vemos, finalmente, el Ángel de la Liberación. ¿Cómo puede existir liberación, si no existe la muerte o la destrucción de las limitaciones? Dense cuenta que hay una espada, otra espada, una muerte, una destrucción. Aquí se está matando a las pasiones de los seres humanos. Podemos suponer, dentro de la limitación mental de nuestra pequeña esfera, que los Logos también están sufriendo las consecuencias de la ley del Karma, que también tienen que nacer, crecer, modificar sensiblemente su conciencia y trabajar arduamente para luchar contra cualquier limitación de dentro y fuera del sistema solar para salir triunfantes. Y también, ¡cómo no!, (podemos) suponer que los Logos están sujetos a iniciaciones cósmicas que hacen de ellos ora Logos Planetarios, más tarde Logos Solares, después Logos Cósmicos, después Logos de Constelaciones y de Galaxias hasta puntos inconcretos constantemente, porque no existe perfección, es decir, que la perfección no es una meta, es un movimiento ascendente constantemente y dentro de éste movimiento constante, y esto iremos viéndolo ya en otras conferencias, los Cuatro Señores son los colaboradores del Señor del Universo, los colaboradores del Señor Planeta, los colaboradores de la raza humana, los colaboradores de los seres humanos. Entonces, no temamos la muerte. No temamos la justicia. No temamos la memoria. La memoria que, a veces, está hurgando en la conciencia y te hace sufrir. Antes bien, apliquemos la espada, apliquemos el juicio, y no temamos morir. Porque solamente muere una pequeña fracción del tiempo. Lo demás todo es Espíritu. Y ahora ustedes preguntarán, si algo ha quedado poco claro en sus mentes.

¿No están conformes? Es que hablar de los Señores del Karma es hablar de secretos iniciáticos que están latiendo dentro del propio corazón. Constituyen parte de nuestra vida. Pero, de lo poco que hemos dicho, hemos dicho lo principal, lo más importante. Lo que resalta más a los ojos de una persona limitada, como somos nosotros, ante la Ley no ante nosotros mismos podemos decir, naturalmente. Pero (sí) ante el destino de la Ley de los Logos. Dense cuenta que hasta aquí se consideraba al Señor del Karma como algo abstracto constantemente, a los Señores del Karma, y los Señores del Karma no es un símbolo cristiano, es un símbolo cósmico. Es el símbolo de Los Cuatro Señores del Karma, que están más allá de los universos, es decir, que preceden a todo universo. La Cruz, que también consideramos una imagen de dolor, y hoy día al Cristo se le representa todavía desdichadamente como un hombre clavado en la Cruz, y no como la mística Flor dentro de la Cruz, es decir, de aquél que triunfó de la Cruz. No que triunfó de los Señores del Karma. Triunfó de la propia Cruz, en la cual estaba agonizando. Todo este proceso es mágico. Constituye, como digo, un secreto que cada cual tendrá que descubrir en el fondo del corazón dándose cuenta que el Señor de la Muerte, el Señor de la Justicia, el Señor de los Registros Akásicos y el Señor de la Liberación forman parte íntima de nuestra vida. Que forman parte de cada uno de nuestros pensamientos, sentimientos y actos, y que, naturalmente, todo cuanto estamos diciendo, está en latencia dentro del corazón porque dentro del corazón es donde está la Cruz de los Señores del Karma. Y siempre que hablamos en un sentido de gran devoción, el corazón así, (señala mano en el pecho) siempre estamos con la mano en el corazón, el corazón tiene una importancia capital. Una importancia superior a aquél que constituye el centro Muladhara, porque el centro Muladhara demuestra que la Cruz del hombre todavía no ha sido santificada. Pero cuando los doce pétalos del chacra Cardíaco del ser humano se han puesto en sintonía perfecta con el chacra Muladhara a través del centro de la garganta, entonces existe una posibilidad de redención. Y, según se nos dice esotéricamente, la Cruz que estaba situada en el centro Muladhara en aquel momento actuará a partir del centro del corazón. Y, entonces, se desarrollará otra espirilla dentro del átomo permanente del ser humano, y el hombre se convertirá en un Maestro de Compasión y de Sabiduría.

Pregunta.— El símbolo de la Cruz, que es la vertical y la horizontal, entonces es el trabajo de la materia y el espíritu. O sea, que si el trabajo de la materia y el espíritu es el corazón, si en el corazón se desarrolla el amor, tal como dices, entonces se va desarrollando el Muladhara. Entonces, en el trabajo has de comprender estos grandes seres. Qué es la muerte. Que tenemos que ir matando las imperfecciones. Por decirlo más claro: la justicia, obrar con justicia.

Vicente.— Dense cuenta de una cosa, estas representaciones no son realmente simbólicas (escribe sobre una pizarra), es decir, que estas representaciones no son meramente simbólicas, son cuatro entidades reales. Quizá no tengan exactamente estas formas pero sí muy parecidas aunque en unas proporciones, en unos colores, en unas cualidades que están más allá de nuestro entendimiento. Otra de las limitaciones a la que nos vemos expuestos todos, es que cosas que pertenecen a una quinta dimensión, por no decir otras más arriba, debemos manifestarlas en un espacio de dos dimensiones. Es decir, que el cerebro concibe esto en relieve pero nosotros al aplicar un dibujo debemos basarnos en dos dimensiones. Es decir, que no podemos ver lo que hay detrás, la limitación. Entonces, estas limitaciones obligan a la mente a profundizar hacia dentro de sí misma ya que no puede abarcar el sentido de las dimensiones que tiene a su alcance; y, entonces, es cuando nace la inspiración interna, que carece de dimensión porque lo ve todo. Lo ve dentro de una quinta o sexta dimensión y, por más que luego lo haya visto al personificarlo, presentará esto. Pero me parece que basta. Y agradezco al Sr. Gumí que ha hecho esto porque realmente expresa lo que yo hubiera querido decir, porque realmente es el sentido que tiene cada uno de los Ángeles del Karma. Y los símbolos son perfectos, y parte de los símbolos están en el Derecho Romano, y están en el Derecho de la Ley Orgánica también. Están la Espada y la Justicia, (pero) no se aplican correctamente: se aplica el cumplimiento sin pasar por la Justicia. Pero los símbolos existen. Demuestra, por tanto, que en la conciencia íntima de la humanidad existe la verdad, representativa de todo cuanto sea cósmico porque el hombre es cósmico en su corazón. Y, solamente (por) las dificultades, (por) la mente limitada digamos por tres dimensiones, (por) el contacto con las gentes, el temor al futuro, no tenemos la audacia de ponernos en contacto con el Señor de los Registros porque el Señor de los Registros, como decíamos antes, abarca el pasado, el presente y el futuro. ¿Cómo abarcar, en todo caso, todo este sistema representativo del tiempo? Bien, lo hemos dicho muchas veces, ¿por qué no vivir este eterno ahora? Porque el que vive el eterno ahora está viviendo proporcionalmente el pasado y el futuro, el pasado más lejano, y el más lejano futuro. ¿Qué es lo que ocurría con los profetas? ¿Por qué hombres aparentemente como nosotros lograban profetizar lo que pasaría en miles de años de devenir?, ¿lo que ocurriría más allá del tiempo conocido? Y, ¿por qué hay personas que tienen la facultad de ver la extraordinaria extensión del pasado? Bien, porque han logrado leer en éste libro. Este libro es cósmico, está abierto por doquier.

Entonces, como decíamos en cierta ocasión, a medida que ascendemos por el Antakarana y nos ponemos en contacto con el Yo Superior se crea un cono de luz, desde el centro de la estela, remontación de nuestra vida, o de la ascensión de nuestro espíritu, que abarca por igual (tanto) al pasado como el futuro dentro de este círculo del cono de luz. Y, entonces, es consciente de una parte proporcional del pasado con una parte proporcional del futuro. Y a unos los llaman videntes y a otros profetas, ¿verdad? Pues todo está, porque hay un contacto, dense cuenta: ¿qué sería de nosotros si no tuviésemos memoria? Automáticamente careceríamos de conciencia porque la conciencia es la capacidad que tiene el individuo para vivir de sus recuerdos. Es decir, que el recuerdo, el saquito de los recuerdos (que) nos acompaña siempre, es el Karma. Entonces, ¿cómo podemos librarnos de los Señores del Karma? No librándonos en un sentido “ahí te quedas“. (Esto) Es imposible, sino (en un sentido de) alcanzar la bendición de otros Señores del Karma pertenecientes a otras esferas superiores. Pues bien, abandonando el saquito de los recuerdos, dejando de ser posesivos, dejando de actuar en nosotros la Ley Centrípeta de Gravedad que trae como consecuencia el egoísmo y siendo altruistas en toda la extensión de nuestra vida, con sólo hacer esto, con sólo vivir atentamente todo el proceso experimental psicológico de nuestra vida a partir de ahora, de aquí, esos Señores serán nuestros más amados guardianes. Y sabemos todos que tenemos nuestro Ángel Guardián, que es el Prometeo Cósmico, que está enlazado por nosotros por unos lazos más fuertes que el más fuerte diamante; y a través de la comprensión del Ángel Solar, se nos demuestra la existencia particularizada de los Señores del Karma. Y aquí, a mi entender, empieza la obra realmente esotérica. Empezamos aquí, ahora, a tratar de no temer a la muerte sabiendo que la muerte es la liberación de ciertos estados de conciencia negativos, cristalizados, que han demostrado incapacidad de seguir el ritmo dinámico de la vida y, por lo tanto, el Señor de la Muerte, que busca la liberación de todas las cosas, quebranta los moldes, destruye las formas y quema todas las escorias dentro del crisol de la vida. Y viene el Señor de la Justicia que aplica la Ley de acuerdo con el saquito de los recuerdos y, de acuerdo con la voluntad del ser de liberarse, del propósito divino de ser y de realizar, se realiza la justicia y el cumplimiento. Después, adquirimos una noción completa de lo que es la memoria cósmica. Empezamos a seleccionar memorias, de la misma manera que seleccionamos los pensamientos para que expresen nuestra voluntad, nuestro propósito espiritual. Para llegar un momento en que dentro del corazón se afirmará una fortaleza que será la espada de la liberación con la cual venceremos las últimas limitaciones que están enlazando, que están enlazándonos a las redes quiméricas de espacio y tiempo.

Pregunta.— Estoy pensando, que en el tema de los Ángeles Solares, que ha tratado, está el Espíritu Santo, ¿no? Posiblemente es Dios, el Espíritu que hablan las escrituras anteriormente, ¿está por encima de los Ángeles Solares?

Vicente.— En la Ley del Universo hay jerarquías. Precisamente, la Ley de Justicia obliga a una jerarquización de la vida. Nadie está en el mismo nivel espiritual, como no hay hoja igual en cualquier árbol, entonces, la diferenciación, no la calidad (inaudible) la gente, pero cuando hablamos de los Señores, del Ángel Solar, yo tengo mucha predisposición a hablar de Logos, porque sé que existen, y porque sé que nos envían su fuerza y su gracia espiritual, cuando hablamos de esas Jerarquías, lógicamente hemos de admitir que existen personas que están más allá de los confines de la mente, más allá del cuerpo Búdico, más allá del cuerpo Átmico, más allá del cuerpo Monádico, más allá del cuerpo Ádico de la Divinidad. Porque la Ley de Jerarquía es la Ley de la Justicia, precisamente, y por la Ley de Justicia, cada cual está representado según un peso y medida espiritual que lo limita y al propio tiempo es un peldaño para ascender a otras metas gloriosas. Y aquí mismo estamos representando una Jerarquía, sin darnos cuenta estamos todos dando una Ley de la Justicia, experimentando la Justicia y representando esta Ley de la Justicia. Por tanto, esto es real en toda la aplicación. Lo mismo que la jerarquía de las especies, de los animales más fuertes, de los dignos, de los que tienen más posibilidades de reproducción, y de limitación, de capacidades inferiores. Pues también están los seres humanos, y los seres humanos, todos cuantos estamos aquí, estamos siguiendo automáticamente, espontáneamente podíamos decir, esta Ley de Jerarquía. Y por Ley de Jerarquía, o por Ley de Afinidad, creamos nuestros grupos y nuestras asociaciones, nos encuadramos, nos ubicamos en grupos definidos porque hay una jerarquía, hay una sociedad armónica aplicando siempre la Ley de la Justicia.

Pregunta.— ¿Qué es la Magia, o el proceso mágico?

Vicente.— Un proceso mágico es el proceso en que el Espíritu produce efectos sobre la materia. Eso es Magia. Y, como los espíritus de los hombres están regidos por la dualidad, hay dos tipos de Magia: hay la Magia Teurgia o Teúrgica, que es la Magia Blanca, y la Magia Goecia, que es la Magia Negra, entonces, aquí está donde Osiris pesa el corazón de las Almas. Los que crearon magia blanca tendrán abierto el camino de la liberación y los que aplicaron magia negra tendrán abiertas las puertas de la muerte espiritual, no simplemente física. Desdichadamente, hay una muerte espiritual mucho más dolorosa, a veces de consecuencias irreparables, sin posibilidad alguna de renacimiento.

Pregunta.— ¿Podría hacer referencia al centro Kundalini?

Vicente.— Hemos hablado mucho de Kundalini y se escapa por completo al tema de hoy. Hemos hablado, incidentalmente, de Kundalini: es el fuego promotor de la vida de la materia, es decir, hay tres fuegos en la naturaleza, y esto lo hemos analizado muchas veces en estas conversaciones: Hay el fuego del espíritu o Agni, hay el fuego de la materia que es Kundalini, y hay el fuego del Alma que es el fuego Solar. La evolución del hombre es ascender por Kundalini hasta alcanzar las cotas del fuego Solar en el corazón para culminar en el fuego Fohat del centro Sahasrara. ¿Le convence esta explicación?, porque es de pasada, no nos referimos solamente al fuego, solamente (nos referimos a) situar el fuego de Kundalini en el lugar que le corresponde dentro del esquema del ser humano. Situado el fuego de Kundalini en la base de la columna vertebral, en el depósito mágico que llamamos el fuego de Kundalini o el chacra Muladhara: ahí está el depósito del fuego de Kundalini. Y los magos expertos, ponen en contacto el fuego del corazón con este fuego para hacerlo ascender, no hacen lo mismo que los inexpertos estudiantes que, a partir del plexo solar, sin control alguno, quieren controlar el fuego mágico de la Naturaleza, es como si a través de un punto que está encerrado en el espacio quisieran captar el movimiento constante de la voluntad de Dios. ¿Y qué existe entonces?, la destrucción del complejo físico, del complejo celular, porque si no hay un control que venga de arriba, el fuego de Kundalini mejor que esté dormido. La serpiente debe descansar hasta que el hombre sea perfeccionado hasta el punto de despertar la gran serpiente sin peligro para que vaya ascendiendo por la columna vertebral, vivificando a su paso cada uno de los chacras, a partir del Muladhara, hasta el chacra Sahasrara o el chacra Coronario. Esto es la perfección y, en cierto sentido, es la bendición de los Señores del Karma.

Pregunta.— ¿Qué papel juega el Ángel Solar en el aspecto kármico, primero en el momento del nacimiento y luego el momento de la muerte?

Vicente.— Esto lo hemos explicado muchas veces. Hemos tratado del nacimiento y hemos hablado también del proceso de la muerte. En primer lugar, cuando existe la muerte del cuerpo físico, lo cual significa que interviene el Señor de la Muerte, se verifica este sentido porque un agente del Señor de la Muerte rompe el cordón plateado que une el cuerpo físico del Alma con el cuerpo etérico. Hay un desgarrón pero al propio tiempo hay un OM sagrado que proviene del Alma y que, al incidir sobre el Alma, hace recorrer una corriente de energía suprema por todo el complejo; digamos, que constituye la red etérica y, a este conjuro, se segregan en la sangre unas hormonas, que se llaman “cadaverina”, que la ciencia reconoce, que va paralizando, hace espesa la sangre, hasta que llega al corazón y éste no puede latir, en este momento es cuando llega el Señor de la Muerte y, con la guadaña simbólica, siega el cordón plateado y se lleva el Alma a otro plano. Y cuando nace pasa algo muy parecido, porque no hay nada tan igual o parecido a la muerte que el nacimiento, sólo que es al revés: uno sale a la manifestación por la liberación y otro entra en la manifestación por el poder de la justicia. Entonces, existe lo mismo que hemos visto en el proceso del Ángel Solar, o en el proceso del Ángel Cósmico, que llamamos el Logos del Cosmos: que, en aquel momento, un Ángel que viene precisamente del Señor de la Justicia más el Señor de la Liberación se constituyen en un elemental físico, un Ángel representativo de este Señor, que lleva el átomo permanente del ser humano dentro del claustro materno. Y esto sucede en el momento mágico de la concepción, cuando el Señor de la Justicia dice: “Hágase” y el Alma responde: “Cúmplase tu voluntad”. Y en aquel momento hay realmente una efusión de energía dentro del átomo permanente, y, automáticamente, un pequeño corazón empieza a latir: la sístole y la diástole, llevando sangre, volviendo sangre. Y así, de ésta manera, se convierte el Alma en un ser que puede manifestarse en un cuerpo, es decir, el Ángel Solar está en contacto con los Señores del Karma. Es su agente principal porque el Ángel, en virtud del voto inquebrantable ante el propio Logos Planetario de estar junto a los seres humanos hasta el fin de las edades, se constituye en la fuerza máxima de la evolución, es decir, es el que cuando viene el momento de la muerte, avisa al Alma, le envía una fuerte energía que hace que, sobre el cuerpo etérico, sobre las glándulas endocrinas cristalice una forma de vida desconocida que produce la muerte, es decir, la paralización del ritmo sanguíneo. Y, cuando nace, el mismo Ángel Solar prepara el Alma, lo sume en silencio saliendo del Devachán, que es un proceso muy largo para explicarlo ahora, y hace que el individuo esté presto a introducirse en conciencia dentro del átomo permanente. Aquí hay un gran sacrificio, no es el sacrificio de la muerte que es liberación sino que es el sacrificio de introducirse en una prisión de carne. El proceso está aquí pero todo es gobernado simultáneamente por el Ángel Solar, ese gran poder, el Yo Superior del hombre, y cada uno de los Señores del Karma. Cada cual presenta al Alma su objetivo; éste le presenta, el Espíritu de Justicia, con los actos, el destino que tiene que pasar en virtud de los actos pasados que éste Señor le enseña, vamos a ir por partes, y al final cuando viene la muerte, la liberación, éste Señor con éste Señor (explica en pizarra), conjuntamente establecen: éste corta los lazos y éste se lleva el Alma. Pero todo esto se realiza sincrónicamente. Podemos nosotros descomponer el tiempo y ver las cosas como cuatro cosas que están trabajando en el mismo momento del tiempo y, sin embargo, cada cual tiene su propia actividad. Es muy difícil, ¿verdad?, pero hay que intentarlo.

Pregunta.— ¿Los Señores del Karma también evolucionan? ¿La evolución es para todos?

Vicente.— Bueno, la evolución no solamente corresponde al ser humano o a un universo determinado. La evolución es un fenómeno de conjunto, lo que pasa que unas mentes lo registran de una manera y otras mentes lo registran de otra. Los cuatro Señores del Karma están sujetos a la evolución pero es la evolución que sucede en la naturaleza. Son impersonales. Es decir, que ellos, a medida que el Señor Solar aumenta su ritmo, aumentan también su ritmo y se ponen, por decirlo de alguna manera, en contacto con cuatro Señores que están en el Cosmos. Naturalmente, porque de la misma manera que el Alma, que se manifiesta a través del universo, o SuperAlma Universal, posee el poder de aglutinar sus vehículos o de integrarlos, estos Señores tienen el poder de integrarse también dentro de un poder mayor. Si aceptamos la evolución no podemos dejar estacionados a los Señores del Karma sino que es una evolución constante y permanente pero en función de lo que desarrollen los reinos, las especies, las razas, y las civilizaciones, las culturas de los pueblos, pues hay que tener en cuenta que son la representación del Cuaternario Cósmico. Es decir, vistos dentro de una programación más concreta, de acuerdo con los estudios esotéricos, hay una relación de sintonía con todos los Cuaternarios Cósmicos, desde el Cuaternario Humano, que es el cuerpo físico, el doble etérico, el cuerpo astral y el cuerpo mental, hasta todas las correlaciones que tienen como base el número 4. La Cuarta Raza, por ejemplo, estuvo regida íntegramente por los Señores del Karma, y por los Señores del Karma se produjo el hundimiento de la Atlántida, es decir, que en todo suceso en la vida actúan de acuerdo con la evolución de los seres que están viviendo en aquellos momentos. Son impersonales. Es como querer coger el aire tratar de aprehender la vida concreta de éstos Señores. Tratamos de representar objetivamente en el tiempo algo que está más allá y por encima del tiempo, y esto ofrece muchas dificultades, ¿verdad?, pero están de acuerdo con el Cuaternario. Eso se irá aclarando poco a poco.

Pregunta.— Dos preguntas: Primera, Cristo, el encargado, por decirlo de alguna manera de nuestro Sistema, ¿estuvo también sometido a los Señores del Karma, ya que Él no necesitaba liberación? Segunda, la criatura cuando ha llegado a un nivel de elevación como al de los Dioses, ¿esta sometido a los Señores del Karma?

Vicente.— Hay que considerar la perfección no como un estado de conciencia, no como ahora tratar de poner a Cristo como ejemplo, porque por encima del Cristo hay muchos seres dentro de la escala de la Jerarquía, por lo tanto está bajo los efectos del Karma, como (lo está) el Logos Planetario. Hemos dicho que antes de que se produzca el universo hay la Cruz Kármica. Y los horóscopos se inician con la Cruz porque es la Cruz del Destino, realmente. Porque podemos decir, dentro de un cuadro de situaciones psicológicas, y Cristo representó un cuadro de situaciones supremas, sublimes, hasta más allá de nuestro pensamiento, (que) también realizó la obra de los Señores del Karma y testificó con su ejemplo la liberación de los Señores del Karma. Se liberó en la Cruz. Entonces, el símbolo de la Rosacruz es precisamente el sacrificio no de Cristo sino de todos aquellos que restablecen la Ley y el Equilibrio Cósmico, es decir, que si la persona es perfecta lo será en virtud de que no está crucificado sobre la Cruz sino que se ha convertido en la Rosa sobre la Cruz. ¿Verdad? Entonces, consecuencia, que lo hemos dicho antes: la Cruz precede siempre toda posible manifestación. Los Señores del Karma encarnan los movimientos de la Cruz. Sea cual sea la Cruz, están presentes allí los Señores del Karma.

En el ser humano se inicia con el chacra Muladhara, que es el principio de vida material, entonces significa que habrá otros Señores por encima de la vida material que también están actuando kármicamente. La liberación consiste precisamente cuando el hombre ha ajustado sus actos al juicio de la Ley y al cumplimiento de los actos, cuando no teme a la muerte, sabe leer en los registros y se hace asequible a la iniciación, que es la Liberación de una parcela de su ser, es decir, no existe jamás una liberación absoluta; existe una liberación permanente, que no es lo mismo que una percepción como meta. Es decir que la liberación es “un movimiento hacia”. ¿Hacia dónde? Hacia arriba y hacia dentro. Entonces, lo hemos discutido, hay una jerarquía, pero jerarquía dentro de este movimiento de integración que llamamos perfección. La gloria del ser humano, la gloria del discípulo, es saber que jamás será perfecto, que siempre irá ascendiendo en perfección, que no es lo mismo que pararse en un punto y decir, “he llegado”. No se puede llegar donde no existen caminos. Y la liberación no constituye un camino hacia un lugar determinado sino que es un movimiento permanente y constante que lleva al hombre desde la oscuridad de la materia hasta lo más elevado del espíritu. Y estos Señores son sus agentes. No los miremos con recelo. Son la Ley que nosotros mismos hemos establecido.

Pregunta.— ¿Podíamos decir que la memoria es en parte la intuición?

Vicente.— En parte la intuición. Pero la intuición tiene más que ver con los actos del futuro que (con) los del presente y del pasado. Para el pasado, el registro es hacia la izquierda internamente, la parte interna del centro Ajna, y la intuición es la parte derecha de éste centro. Éste va hacia el pasado y éste hacia el futuro, y en el centro del chacra existe la permanente visión del presente. Para mí es mejor no detenerse jamás hacia el pasado. Hay personas que están orgullosas de saber de su pasado, lo cual es una limitación, y hay personas que están pensando nebulosamente en el futuro, y también es una limitación. Entonces, hay un punto que es el presente inmediato que nos da una razón evidente del pasado y del futuro, porque, lógicamente, no existe presente sin un pasado, pero tampoco existe un futuro sino el presente. Entonces, si vivimos íntegramente en el presente, vivimos al propio tiempo el pasado y el futuro. Estamos en el eterno ahora y aquí en este momento no hay otra cosa. Entonces, viviendo constantemente este presente y este eterno ahora, estamos viviendo el movimiento de la liberación, estamos, en cierta manera y hasta cierto punto, evadiéndonos de la justicia de los Señores del Karma, hemos perdido densidad, hemos perdido peso, estamos liberándonos constantemente, como dice Krishnamurti. Dense cuenta del mensaje de Krishnamurti: está hablando esto precisamente, constantemente. No hablará de esto porque esto debemos decirlo nosotros, pero Krishnamurti está en este momento renovado que es la Liberación, y que es una atención constante hacia todo cuanto nos rodea. Es el sentir el corazón constantemente desahogado con una mente que jamás se paraliza sobre cualquier objeto, que está constantemente renovándose desde el principio, está constantemente destruyendo sus propias auto- limitaciones, está progresando hacia el futuro sin moverse del presente y sin abandonar el pasado, está, simplemente, viviendo. Lo que no hacemos nosotros, que estamos uncidos a la rueda constante de Samsâra, de muerte y nacimiento, de fuerza centrípeta, de fuerza centrífuga sin escaparnos jamás de estas justicias.

Bien, vamos a hacer un momento de silencio. Muchas gracias.

 

Digitalizado por el Grupo de Transcripción de Conferencias (G.T.C.)20 de Marzo de 2007

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