Canalización de Kryon por Lee Carroll ante la Hermandad
Femenina Lemuriana, Indianápolis, IN, 25 de julio de 2020
Regar las Semillas
Saludos, queridas damas, Yo Soy Kryon del Servicio
Magnético.
Si han estado aquí antes, y yo dije “mi socio se hace a un lado” ya saben que estas canalizaciones son diferentes. No son largas, pero suelen estar llenas de cosas profundas, mensajes sobre Lemuria, sobre ustedes, sobre Mele´ha. Esta es diferente, aún más diferente que otras, porque no es un mensaje necesariamente sobre cosas que hacer o que lograr, sino un mensaje de felicitaciones. Es para tomar una respiración por un momento o dos, y para decir que yo sé quién está aquí, quién está mirando, quién escuchará más tarde, y es verdaderamente profundo, realmente lo es. Se extiende aún más allá de lo que la mayoría de ustedes conoce. Y quiero explicar.
El hombre que está en la silla ahora mismo se suspende y
se priva de saber qué está sucediendo, y ya les he dicho antes que no se
engañen por la voz masculina. Es el vehículo a través del cual emana este
mensaje y el género desde el cual se da. No existe género del otro lado del
velo. Existe una tremenda felicitación para ustedes que han regresado en esta
época tan particular y han reconocido quiénes son en el cuerpo femenino que
tienen. Para entender que las cosas empiezan a cambiar, que habrá un momento en
que simplemente se comprenda que las mujeres son las que tienen la intuición
para enseñar la espiritualidad. Que las líderes serán las chamanas. Y esto es
absolutamente común. Llegará un tiempo en que se comprenderá que así es la
cosa.
Pero la cosa especial por la que quiero felicitarlas hoy
es específica. Las vidas que han tenido algunas de ustedes en lo que ustedes
llaman Lemuria, se están recordando en algún nivel, y eso las trae aquí. Eso es
notable. La pareja del hombre sentado en la silla se llama Muranyi. Ella
también viene de Lemuria y tiene un nombre lemuriano. Y una de las cosas que
pasaron con ella fue la idea de juntar las cosas y organizarlas, incluso la
energía. Eso es lo que ella hizo entonces, y eso es lo que ella hace ahora.
Y ella llamó la atención de mi socio, el hombre en la
silla, a un libro de Australia que hablaba sobre oralidad. En ese momento mi
socio no entendió exactamente cómo eso podía encajar con ustedes allí sentadas
hoy. De modo que voy a preguntarles esto. Digamos por un momento que ustedes
pueden volver a Lemuria y sentarse frente a las Madres de las Estrellas, o
algunas de ustedes que no estuvieron con las Madres de las Estrellas, sino que
tuvieron maestras enseñadas por las Madres. Pero ustedes se sentaron allí y
vieron las enseñanzas, y las aprendieron. Les quiero preguntar esto: ¿dónde
están las bibliotecas? ¿Alguna vez se encontrarán los libros? ¿Alguna vez se
encontrarán las transcripciones? Y la respuesta es no, porque no las
hubo.
La Rueda fue una fuente de enseñanza, todas Ruedas,
incluyendo la Rueda Chamánica, es una fuente de enseñanza; ni siquiera es un
libro de texto. Es un recordatorio, por medio de símbolos, de lo que es la
enseñanza. El plan de estudios no existe. No lo hay. ¿Dónde están todos los
planes de las lecciones? ¿Dónde están todas las enseñanzas y el conocimiento,
todos los capítulos y versículos? ¿Dónde están las cosas que hoy ustedes
estudian en un libro grande que llaman escrituras? Cómo son las cosas, la
historia, los miles de páginas, ¿dónde están? La respuesta es que nunca
existieron.
De modo que lo que la pareja de mi socio introdujo aquí
fue la idea de la oralidad. La practican hoy en día los indígenas, y es
esto: su mente es capaz de grabar en sí misma toda clase de cosas
que los libros nunca podrían darles. Y eso se hace entonces por medio de esta
oralidad, especialmente por medio de cantos, por medio de danzas, por medio de
poesía, por cosas que ustedes recordarían muchísimo más que cualquier cosa que
aprenderían en la escuela.
Todas ustedes, mujeres, si tienen hijos les han cantado.
Y les diré esto: sus hijos, aun cuando ustedes se hayan ido, cantarán las
canciones. No solo cantarán sus canciones, sino que verán sus rostros cuando
las canten. ¿Entienden adónde va esto?
Como mujeres lemurianas, fueron enseñadas en el más alto
nivel. Esas cosas ingresaron en sus consciencias de una manera que no se
olvidan. Así como ustedes no pueden olvidar algunas de las canciones que
aprendieron de sus madres, o las que aprendieron de niñas, o incluso como adultas
jóvenes, o incluso hoy: la letra de las mejores canciones que hayan oído
estarán con ustedes hasta su último día. ¡Eso es oralidad! Es un
asunto profundo. Ahora la cuestión es: ¿se traslada de una vida a otra
vida? Y la respuesta es sí, de maneras que ustedes no
esperan. Están siempre allí; las cosas que aprendieron de esa manera
son como semillas que están en su interior, en su akash. Y cuando llega la hora
para que crezcan y florezcan, vendrán a ustedes de una manera tal como las aprendieron,
sin alteración.
Pero se necesita que las semillas reciban agua para
crecer. Y eso es la Hermandad Femenina: riega las semillas que fueron plantadas
allí por medio de la oralidad. Está todo allí. No se sorprendan si
algunas de ustedes empiezan a cantar las mismas melodías o recuerdan las mismas
cosas y están en distintos continentes. Porque esa es la profundidad de lo
sagrado de ser lemuriana, de ser una mujer que fue enseñada desde las Madres de
las Estrellas y tuvo esa información haciendo impacto en su consciencia en tal
grado que es una biblioteca. Una biblioteca llena de cosas maravillosas, que
cambiarán a este planeta.
La Hermandad Femenina, entonces, se convierte en las
lecciones que regarán las semillas que están allí, para la recordación. Es más
que mero aprendizaje; estas lecciones que estarán recibiendo son experiencias
de “ajá”; ustedes tendrán la información floreciendo, más allá de lo que se
enseña. Mele´ha verá esto; que las alumnas se volverán maestras, y ese es el
punto. Porque es lo que ustedes estarán haciendo. Eso es, la chamanas; no
necesitan pasar por generaciones de enseñanza; ustedes ya han estado allí. Es
un despertar de la oralidad que fue implantada en ustedes en tal grado que está
completa. Está completa. De modo que todo lo que se necesita ahora es que
ustedes entiendan estas cosas y las esperen, y sepan lo que verdaderamente está
sucediendo cuando toman estas lecciones y tienen el “ajá”. “Oh, yo ya sé eso.
Oh, yo recuerdo eso.” Es hermoso. Y eso es lo que las hace diferentes de las otras,
queridas; la experiencia.
Hoy las celebramos, celebramos la femineidad y la belleza
de las chamanas que ustedes son y en que se convertirán, y lo que eso va a
significar en este planeta, desde hace tanto tiempo cuando recibieron la
información en aquel pequeño continente llamado Lemuria.
Y así es.
Kryon
Transcripción y traducción: M.
Cristina Cáffaro
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