Unidad y Síntesis
Si reunimos los pétalos de una flor y los atamos en
forma de flor, las piezas forman una unidad. Sin embargo, si observamos
una flor sin arrancarle sus pétalos, éstos ya forman una unidad. Algo
construido es ya una unidad, algo creado por la Naturaleza ha devenido en ser a
causa de la Síntesis. La Síntesis es el trasfondo de cada existencia. La
comprensión de todos los planos de conciencia que el hombre puede experimentar
recibe en Sánscrito el nombre de Yoga. En consecuencia, Yoga no significa unión
o unidad, sino Síntesis. La práctica del Yoga tiene el objetivo de alcanzar la
conciencia de la Síntesis. Aquéllos que son atraídos por esta práctica sacan
sus fuerzas de la energía de Síntesis, al margen del nombre con que se le
identifique. Teniendo en cuenta que Yoga significa Síntesis, sólo puede haber
un Yoga. Si hubiera más, los demás tendrían que ser Yogas falsos. Pero de igual
manera que la flor tiene su pluralidad de pétalos, existen ramificaciones y
subdivisiones en el camino del Yoga, en las clases clásicas de Yoga. Mientras
se las entienda como ramificaciones, no habrá pérdida en la anatomía de una
parte, sino que se guardará la conciencia del todo.
Vida de Fuego
Según la ciencia de la espiritualidad, toda la
creación es una expresión de energía, de un fuego de la Existencia que se
expresa en diversas llamas. Las llamas parecen ser muchas, pero son Una en
su esencia. Es una Síntesis ardiente cuyo conocimiento recibe en el Oriente el
nombre de Agni Yoga o Yoga de Fuego. Las escrituras describen tres formas
básicas de fuego; en enseñanzas más recientes de la sabiduría son llamadas
Fuego Cósmico o Eléctrico, Fuego Solar o del Alma, y Fuego por Fricción.
Nuestra mente es una de las llamas cuyo soplo ha bajado de una existencia más
sutil a una existencia más y más densa. En los planos densos experimentamos
resistencia y desarrollamos conciencia a través de nuestras sensaciones. A
través del contacto de la mente con el cuerpo comenzamos a sentir la existencia
de nuestros cuerpos. En los desequilibrios y los problemas de nuestras vidas
personales, experimentamos la quemadura del fuego por Fricción.
El fuego purifica. Quema todo lo que se le da y lo
convierte en cenizas. En el camino evolutivo, de regreso de la
multiplicidad al Fuego de la Existencia original, nuestro pensamiento, habla y
acción se purgan en un proceso de purificación a través de la aspiración
ardiente. El viejo camino del Yoga enseña a neutralizar las reacciones de la
mente y de los sentidos hacia la objetividad para alcanzar equilibrio y
postura. La práctica del Yoga es un proceso diario de purificación. Mantiene la
mente limpia y pura para que pueda reflejar la Verdad. Así la conciencia
individual puede retirarse al trasfondo de una conciencia superior. El Yoga, no
obstante, no es algo fuera de contexto, sino que se vive en la vida diaria. El
Yoga no es un trabajo parcial, sino una forma de vida. Leer acerca del Yoga no
ayuda en lo absoluto, debe haber un interés en su práctica. Es una decisión
consciente el emprender el camino y no detenerse hasta alcanzar la conciencia
de Síntesis.
Los Ocho Pasos del
Yoga
Según los aforismos del yoga de Patanjali, la práctica
del proceso abarca ocho pasos progresivos que deben seguirse sistemáticamente. Muchos
se especializan en algunos de los pasos de progresión, como los ejercicios del
cuerpo, por ejemplo, o ciertas meditaciones, y están satisfechos con ello.
Aunque se trata de elementos esenciales, no pueden llamarse Yoga.
El primer paso de la
progresión se llama Yama, que significa regulación: regulación de la actividad
de la mente y del cuerpo. Regula la sincronización del trabajo, del
alimento, del descanso, del sueño y luego de sus pensamientos.
El segundo paso de
progresión es Niyama, que significa rectificación, eliminación de todo lo que
no se necesita. Elimina todo lo que no sea bueno para el equilibrio de la
mente y del cuerpo. Deja a un lado los alimentos que no son nutritivos, aunque
sean agradables al gusto, y lleva a dieta selectiva. Incluso aquéllos que no
practiquen el Yoga pueden seguir los principios básicos de la dieta Yoga de la
vida rítmica.
El tercer paso de
progresión se llama Asana. No debe ser confundido con los asanas físicos,
como ocurre en muchos libros de Yoga. Todos los ejercicios físicos pertenecen a
los primeros dos pasos de progresión. Según Patanjali, ‘asana’ significa
encontrar estabilidad en nosotros mismos. La estabilidad es el ‘YO SOY’ en
nosotros. El ‘YO SOY’ en nosotros no nos pertenece, sino que nosotros
pertenecemos al ‘YO SOY’ y formamos parte de la luz. Cuando comenzamos a pensar
regularmente en el ‘YO SOY’ en nosotros, creamos un centro interno de acción.
Actuamos desde adentro y no como una reacción al ambiente.
El cuarto paso de
progresión se llama Pranayama. Prana es la pulsación del cuerpo vital.
Pranayama no es el control de la respiración, sino el proceso de regular las
varias pulsaciones del cuerpo. Mantener la respiración lenta, suave y
prolongada, mientras que, al mismo tiempo, se piensa en la respiración de una
manera pausada. Entonces la mente aprende a vivir con la respiración y
restablece el ritmo. Poco a poco, la mente aprende a vivir con la pulsación que
controla la respiración. Éstos son los cuatro pasos preliminares de la progresión.
El quinto paso de
progresión se llama Pratyahara o absorción de la mente y los sentidos. La
palabra Pratyahara significa traer de regreso o retrasar. El sonido de la
palabra sagrada OM se pronuncia vocalmente de una manera lenta, suave y
prolongada. Su esencia musical lleva fácilmente y sin concentración a la
absorción de la mente y los sentidos en la conciencia superior en camino hacia
el principio puro del sonido.
El sexto paso de
progresión se llama Dharana y significa contemplación: la mente es contenida
por la conciencia del trasfondo. Debe enfocarse la mente en calma hacia la
naturaleza superior del hombre y de la luz que brilla desde adentro. Enfóquese
entonces sobre ‘otra cosa’ hasta que cese y usted se combina con la Presencia.
El séptimo paso de
progresión es Dhyana, meditación en su sentido verdadero. La mente, que en
Dharana aún se dirigía hacia un objeto, se deja caer, y el objeto de
contemplación es entonces la única cosa que existe. A través de la
contemplación y la meditación en la luz, podemos establecer el contacto con
nuestro Yo superior, el Amo de nuestro Ser. En las oraciones diarias, seremos
capaces de escuchar su voluntad y podremos conducir nuestras vidas conforme a
ella. Cuando sabemos cómo ubicarnos bajo el Ser Superior, somos capaces de
avanzar hacia Samadhi.
El octavo paso de
progresión, Samadhi, significa el logro de la unidad, el regir con ecuanimidad
sobre cada plano de la conciencia. En este estado, desaparece la frontera
entre el mundo objetivo y el subjetivo. El observador es absorbido en la
existencia y no existe para nada más sino para ELLO. En la experiencia de
Samadhi no hay tiempo, hasta que se vuelve a la mente. Esta experiencia no
puede ser descrita ni aún con muchas palabras. Es un estado natural, sea que el
hombre esté en el mundo objetivo o en el subjetivo. Apenas una mirada o una
palabra de un ser con este estado de conciencia puede transformar a un ser
humano y liberar su alma aprisionada.
Todo el mundo puede perfeccionarse con la práctica del
Yoga, incluso mientras se vive en el mundo y se desempeñan los deberes
cotidianos. El éxito no está en la práctica científica de las reglas del
Yoga, sino en servir a la Humanidad y en practicar el Amor. Lo que se requiere
es la absorción de la mente inferior en la conciencia superior. En lugar de
tratar de concentrar la mente, el estudiante de Yoga debe pensar en el Señor.
Entonces el Señor lo eleva al estado de meditación, de preservación y de
unicidad con toda la creación.
Fuentes utilizadas: E. Krishnamacharya: El Yoga de
Patanjali / Agni Yoga – Yoga de Síntesis. - K.P. Kumar: Sankya. La Doctrina
Sagrada / notas de seminarios. The World Teacher Trust - Dhanishta,
Visakhapatnam, India.
No hay comentarios:
Publicar un comentario