MILENA LLOP
El nacimiento marca el inicio de la vida o de
cualquier acontecimiento, y la Luna marca las tendencias que afectarán nuestra
personalidad más emocional.
Nacemos un día determinado con el Sol en un signo y el Ascendente marcando el emplazamiento de las Casas Astrológicas. Pero hay un dato que también debe tenerse en cuenta y son los días en que hemos nacido respecto a la posición de la Luna.
Las 4 etapas del nacimiento
El ciclo lunar es de 28 días, con 4 fases de la Luna bien determinadas.
Cada una expresa sus influencias y nacer en una u otra fase puede establecer
ciertas diferencias en nuestra personalidad a nivel inconsciente. Para saber en
que fase hemos nacido, pueden consultarse los registros de efemérides del año
de nacimiento.
Nacer de Luna Nueva a Cuarto Creciente
Nacer en esta fase representa que el impulso de nacer
está muy claro, (no todas las almas llegan a la vida igual). Las personas que
salen a la luz durante este periodo van a querer vivir intensamente el
presente. Con la necesidad de emprender, a veces descontroladamente, sin
calcular los riesgos, pensarán más en el resultado que en cuidar los detalles
del inicio. Con tendencia a dispersar la energía y perseguir varios objetivos a
la vez. Todo es pasión, lanzarse a la conquista de “algo”, lo que sea con tal
de sentir el espíritu de lucha y de triunfo, pero los frutos están aún muy
lejanos. La fuerza de la razón y la emoción deben alinearse armoniosamente para
que lleguen las facilidades, y no siempre van a ser capaces de hacerlo. La
superación va a ser un punto de partida importante. La personalidad deberá
esforzarse en trazar, diseñar sus objetivos y centrarse en lo que proyecta para
no dejar las cosas al azar.
Descontrol, desconcierto, espontaneidad, ilusión, emisión y optimismo son las claves de esta fase. El emplazamiento de la Luna en un signo astrológico dará más pistas acerca de lo que propone la luminaria. Recordemos que la Luna-Yesod representa la parte inconsciente de la personalidad.
Nacer del Cuarto Creciente
al Plenilunio
Se trata de una naturaleza especialmente emocional. La
personalidad busca el protagonismo, sentir y apasionarse por la vida. La
manifestación de los deseos es muy intensa, cambiante, multiplica sus esfuerzos
para encontrar las circunstancias propicias para la realización de sus
proyectos. Hay mucha actividad, una gran necesidad de información. Con las
emociones a flor de piel, y tal vez cierta dificultad en saciar las ambiciones
de querer llegar a la meta. Por regla general es quien tiene sed de aventuras, aunque
veremos los diferentes matices dependiendo del signo y la Casa donde se
encuentre la Luna. Pero estas personalidades son manifestadoras natas, por lo
que hay que dar salida a estas emociones que no pueden quedar bloqueadas.
Les conviene el ejercicio físico, hay mucha energía que canalizar y asuntos que resolver para satisfacer su apetito de vivir, de conquistar. Las claves para esta fase son: conectar con la vida, aprovechar las oportunidades, aprender a organizarse.
Nacer de la Luna Llena al
Cuarto Menguante
Las fuerzas lunares reciben el apoyo del Sol y
proponen a la personalidad la máxima realización de sus objetivos. Los
nacimientos en Luna Llena son muy frecuentes porque culmina un proyecto y
posiblemente estas personas se mostrarán especialmente sensibles cada mes
en el plenilunio. Se generan muchas expectativas en la vida y todas son súper
importantes, por lo tanto, hay quien no sabrá discernir o calibrar sus
prioridades. Para esta clase de naturalezas, todo cobra una dimensión
extraordinaria, van un poco aceleradas, y tienes que prestar mucha atención,
cuidar los detalles para evitar cometer errores. Es necesario liberar la
tensión, comer, tragar, pensar un poco más despacio por la tendencia a crear
acidez en el organismo. Exageran tanto la alegría como el drama, y los excesos
en todos los sentidos pasan factura; hay que controlar y evitar extralimitarse,
sea trabajando, amando, o viviendo. Si toman conciencia de sus procesos
internos, aprenderán a poner paz, método, coherencia a las estructuras.
Son personas candidatas a vivir muchos acontecimientos, -es el momento de la cosecha y todo está maduro-. Sabemos que todo trabajo creativo empieza con la Nueva Luna y se consolida en el plenilunio. Por lo tanto quienes llegan a la vida en esta etapa tienen que hacer frente a numerosos compromisos, siempre tienen mucho por hacer y se desilusionan fácilmente, dramáticamente, cuando no consiguen alcanzar sus propósitos. Las claves para esta etapa son, exigencia, compromiso, asertividad.
Nacer del Cuarto Menguante
a la Nueva Luna
Las fuerzas de la Luna van bajando; es como llegar a
la vida para concluir ciertas experiencias, dar carpetazo a situaciones,
reflexionar, recuperar el aliento y descansar. Por lo tanto las personas
nacidas en esta fase son más solitarias, más intimistas, o retraídas,
discretas, moderadas en sus demostraciones afectivas, menos protagonistas o con
mayor necesidad de interiorizar, y menos de sociabilizarse, aunque dependiendo
de donde se sitúe la Luna variará más o menos esa influencia. Se asientan más
en la reflexión, son más pasivas y receptivas. Es una Luna ideal para el
estudio, para el análisis interior, para plantearse preguntas y buscar
respuestas. Pueden disfrutar investigando, adentrándose en el mundo de la mente
y de las emociones, de la materia. Se trata de un carácter más retraído al que
no le gustará tanto figurar o expresar lo que piensa, aunque después de todo,
sabrá disertar y convencer.
Son personas que quieren pisar con seguridad el
terreno por donde transitan. Las claves para esta fase son: quietud, reflexión,
comodidad, fuertes convicciones e ideales.
Estos son rasgos generales que ayudan a entender la
influencia lunar en la personalidad. En una próxima entrega daremos las claves
de la Luna en las estancias zodiacales.
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