Hallar el equilibrio en una relación requiere esfuerzo, práctica y receptividad. Trabaja en crear un espacio seguro para que ambos se comuniquen con sinceridad. Desafíen sus expectativas en lo que respecta a los roles y las responsabilidades, en especial a lo que se refiere crear su propia alegría, y centren su atención en compartir mutuamente más de lo que reciben.
Adaptado del pódcast de
Sed Espiritual de Monica y Michael Berg. Escúchalo y subscríbete aquí.
Las relaciones sanas necesitan equilibrio para ser prósperas.
Desafortunadamente, no siempre invertimos el tiempo y el esfuerzo necesarios
para encontrar y mantener el equilibrio con nuestra pareja. A menudo una parte
siente que tiene más responsabilidades que la otra o que se le han impuesto
expectativas poco realistas. Esto puede hacer que, con el tiempo, uno se sienta
poco apreciado o acumule
Encontrar el equilibrio
requiere trabajo duro y una comunicación abierta, pero es la clave para una
relación duradera y satisfactoria.
He aquí tres consejos
para cultivar una relación mejor y más equilibrada:
1. Dividan las
responsabilidades de forma justa y consensuada para que ambos se sientan
valorados y apreciados.
El reparto de las
tareas del hogar puede ser un gran motivo de discordia en una relación. Suele
haber nociones preconcebidas de que ciertas responsabilidades deben recaer en
el hombre o la mujer debido a los roles tradicionales de género. Desafía estas
suposiciones conversando con tu pareja para determinar qué es lo que funciona
mejor para su relación. Una persona puede estar más dispuesta o ser más capaz
de limpiar la casa mientras que la otra está más preparada para manejar las
finanzas, por ejemplo. O tal vez haya que intercambiar ciertas tareas cada
semana.
Sé sincero contigo
mismo. Si miras la totalidad de la relación, ¿asumes la misma cantidad de
responsabilidad que tu pareja? ¿Quién está haciendo realmente más por la mejora
de la relación? ¿La balanza se inclina mucho hacia una de las partes? Si es
así, considera dónde se producen estos cambios en el equilibrio y cómo puedes
corregirlos.
El acuerdo tiene que
funcionar para ambas partes. Cuando se establecen expectativas justas y claras,
se ayuda a desarrollar una conexión.
2. Confiar en que tu
pareja resuelva todos tus problemas es una expectativa poco realista. Asume la
responsabilidad de crear tu propia alegría.
Un problema común en
las relaciones es que una de las partes dependa excesivamente del otro para que
la satisfaga, la haga sentirse mejor consigo misma o llene su vacío. Nuestras
parejas están destinadas a amarnos, apoyarnos y ayudarnos, pero no pueden ser
responsables de arreglar todos nuestros problemas. Es una expectativa injusta e
inalcanzable la que se adjudica a otra persona y puede ser perjudicial para la
relación.
Todos llegamos a las
relaciones con expectativas poco realistas. Pregúntate: “¿Cuáles son las
expectativas injustas que tengo para mi pareja?”. Asume la responsabilidad de
crear tu propia alegría y ten presente que no es responsabilidad de tu pareja
resolver todos tus problemas. Esto sacará parte del peso innecesario de ella y
lo pondrá sobre tus propios hombros, donde debe estar.
3. El deseo de
compartir clave para obtener bendiciones y plenitud. Haz que tu relación se
base más en el compartir mutuo que en recibir.
Por lo general, cuando
empezamos una nueva relación nos concentramos en lo que recibimos de nuestra
pareja, ya sean buenos sentimientos, amor o consuelo. En algún momento, de ser
posible desde el principio, deberíamos empezar a pensar en cuánto estamos
aportando y no sólo en lo que estamos esperando de ellos.
El deseo de compartir
es clave para desbloquear bendiciones y plenitud. No solo cultiva una relación
más fuerte con nuestra pareja, sino también con el Creador. Intenta
concentrarte en un deseo de compartir con tu pareja y observa cómo esto
fortalece la dinámica de tu relación.
Hallar el equilibrio en
una relación requiere esfuerzo, práctica y receptividad. Trabaja en crear un
espacio seguro para que ambos se comuniquen con sinceridad. Desafíen sus
expectativas en lo que respecta a los roles y las responsabilidades, en
especial a lo que se refiere crear su propia alegría, y centren su atención en
compartir mutuamente más de lo que reciben. Esto conducirá a una relación más
sana y equilibrada.
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