Monica. Al dominar nuestro orgullo y lo templamos con humildad y empatía por los demás, podemos convertirnos en mejores amigos, cónyuges, padres y líderes. Berg
No es de extrañar que C. S. Lewis eligiera a un león como “rey sobre todos los reyes” en su famosa serie Las crónicas de Narnia. Aslan, el único personaje que aparece en todos los libros, posee lo mejor de los atributos reales (o algunos dicen que incluso divinos). Es tanto gentil como feroz, dominante y paciente. Es sabio, leal, cariñoso y a veces aterrador. Nosotros también podemos canalizar los atributos únicos del león este mes. Leo (Av en hebreo) nos transmite a todos esa poderosa energía felina, seamos leos o no.
El león tiene una
seguridad inquebrantable. La leona se mueve con gracia y agilidad. En un
momento, está retozando a la sombra con sus juguetones cachorros. Al siguiente,
se abalanza a la alta hierba para atrapar su premio. Los leones viven en la
plenitud de sí mismos en todo momento. Ya sea en modo cuidador, cazador,
protector o acompañante, él o ella se entregan por completo. Ese es
el secreto de la seguridad leonina.
Este es un excelente
momento para aumentar la seguridad en nosotros. En lugar de cuestionarnos
a nosotros mismos o huirles las oportunidades para socializar o de otro tipo,
¡podemos salir de la hierba de nuestras inseguridades y saludar al mundo
plenamente! ¿Te sientes gracioso? Deja que se te note (a no ser que estés en medio
de una reunión de trabajo; pero en ese caso, ¡a todos nos vendría bien una risa
oportuna!). ¿Hay una opinión que has tenido dudas en compartir? Es más lo que
pierdes si te reprimes que lo que pierdes si te expresas. Porque, como dice el
refrán: ¡si no se arriesga, no se gana!
¿La conclusión? Sé
tú mismo, para bien o para mal. Y lleva la totalidad de TU SER a cada momento. Puede
que te sorprenda cómo las cosas empiezan a marchar como deseas.
Asimismo, este mes
tienes la Luz de tu lado. Leo es el único signo astrológico regido por el Sol.
En la Kabbalah, el Sol nos vincula con la Luz Infinita, esa energía espiritual
y creativa que contiene todo lo positivo. El desafío de Leo consiste en
aprovechar y dirigir este flujo de Luz de forma positiva. La tendencia de Leo
al egoísmo (el Deseo de Recibir Solo para Sí Mismo) puede llevarnos por el
camino de pensar “¡Cuánta Luz! ¡Ilumíname!”. Confiar ciegamente en nuestra
seguridad o imagen, sin un fuerte equilibrio de humildad, puede agriar algo
dulce. He aquí los peligros del orgullo de Leo.
El diccionario
Merriam-Webster define el aspecto positivo del orgullo como “Un sentimiento de
respeto por uno mismo y de merecer ser respetado por los demás”. Estoy a favor
del respeto y del amor propio. Y no hay nada malo en sentirse bien por un
logro, ¡porque te has ganado ese sentimiento! No obstante, el tipo de orgullo
negativo, basado en el ego, se define como “el sentimiento de que uno es más
importante o mejor que otras personas”. Y ese es el tipo de orgullo
que se vuelve contra nosotros mismos. Nos encoge y nos limita. Debido a que
está basado en el miedo y no en el amor, se disfraza de juicio, culpa,
manipulación y altanería. Según el psicoterapeuta Dr. John Amodeo: “El orgullo
nos impide reconocer nuestras vulnerabilidades humanas”, lo que nos aleja de
una conexión auténtica. En otras palabras, dejamos de crecer.
Así que, en lugar de
permitir que nuestro orgullo personal nos frene, podemos trabajar para abrir
más nuestro corazón. Podemos mantener nuestra seguridad a la vez que recordamos
nuestra humanidad. Porque, en ese sentido, la vida es un campo
de juego igualitario. Nadie es mejor o peor que nadie. Algunos pueden tomar
giros equivocados en su camino, lo que los conduce a resultados destructivos.
Otros podrían experimentar grandes logros que les hacen ganar la adoración de
millones. Pero en su esencia, todos son igualmente dignos de respeto, afecto y
felicidad. Uno de mis leos favoritos de todos los tiempos, el gran kabbalista
Rav Berg, creía que la regla más importante de todas es “Amar al prójimo como a
uno mismo”. Y en ese acto, ¡no hay lugar para el orgullo!
El poderoso rugido del
gran Aslan fue descrito con el poder de hacer que “todos los árboles frente a
él se doblaran… como se dobla la hierba en un prado ante el viento”. Esta es la
inmensidad del poder cósmico disponible para nosotros durante este mes lleno de
Luz. Tal y como enseña la Kabbalah, la vida basada en el ego (o el orgullo)
siempre empieza y termina con nosotros mismos. En cambio, podemos compartir la
Luz y el poder de Leo para influir, inspirar y elevar el mundo de formas
duraderas.
Al dominar nuestro
orgullo y lo templamos con humildad y empatía por los demás, podemos
convertirnos en mejores amigos, cónyuges, padres y líderes. Podemos
descansar en la sombra Y TAMBIÉN salir a la luz, como suelen hacerlo los reyes
y las reinas.
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