By PHILEAS
Un rabino viajó a Rusia y en uno de sus paseos, al intentar entrar a un
edificio público, un corpulento portero lo detuvo y le preguntó: “¿Quién es
usted? “¿A dónde va?”.
El religioso mostró sus credenciales y el centinela finalmente lo dejó
pasar.
Más tarde, al salir del edificio, el rabino fotografió disimuladamente
al guardia y conservó toda su vida esta imagen para recordar siempre las dos
preguntas: “¿Quién soy?” “¿A dónde voy?”
Un breve comentario
Me han hecho estas preguntas muchas veces, cada vez que paso por Lima, y
cuando me la formulan yo mismo término preguntándome, como el rabino: “¿Quién
soy?”, “¿Hacia dónde voy?” y, además de eso, me pregunto a mí mismo si estos
jóvenes alguna vez han tomado conciencia de la profundidad de sus preguntas.
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