Centro Holística Hayden

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28 de abril de 2018

El hilo rojo


By PHILEAS 
Aunque el camino espiritual tenga que ser recorrido individualmente, siempre existe la posibilidad de hacerlo acompañado, disfrutando de cada paso junto a personas que vibren en nuestra sintonía y que hablen nuestro mismo idioma.
Hablo de nuestros compañeros de viaje, camaradas, cómplices, compinches, en otras palabras todas aquellas personas que conforman nuestra Familia espiritual, Hermanos y Hermanas que no son mejores ni diferentes a los demás sino que comparten un mismo Ideal trascendente, que marca un punto de reencuentro y que implica la reanudación de una empresa que quedó inconclusa en otras vidas, en otros tiempos.
Vínculos, samskaras y vasanas
La Familia espiritual es un núcleo de aprendizaje que trasciende esta presente encarnación. Así como existe un karma personal, existen vínculos interpersonales atemporales (karma grupal) que nos permiten conectar con otras personas más allá del tiempo y del espacio. Esto aparece expresado bellamente en la tradición chino-japonesa del hilo rojo del destino que puede resumirse en una frase: “Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper”.
Cada una de nuestras encarnaciones puede considerarse el eslabón de una cadena, el capítulo de una larga novela y una de nuestras tareas existenciales en esta vida es “recapitular”, recuperar el mismo ni­vel de conciencia alcanzado en la vida anterior. Ningún esfuerzo se pierde.
De acuerdo a los indos, las vidas anteriores influyen en nosotros a través de los “samskaras”, que son impresiones grabadas en Buddhi-Manas y que tienen su origen en las emociones y los pen­samientos del pasado. Estos samskaras se manifiestan en nuestras vidas en la forma de “vasanas”, es decir hábitos positivos o negativos, manifestados como aficiones, aptitudes, habilidades, gustos, tendencias, remi­niscencias, miedos, intereses, etc.
Estos vasanas o “huellas kármicas” (1), a través de eventos “causales” y de sincronicidades asombrosas, son justamente los que nos permiten entrar en contacto con nuestra familia espiritual y reconocer a aquellos compañeros de aventuras más allá de su edad, nacionalidad, sexo, clase social, religión, etc. Más allá de las apariencias externas, hay algo que permanece y que nos empuja a congregarnos, a orquestar un movimiento de resistencia al materialismo reinante para que el hombre y la humanidad toda cumplan con su propósito existencial.
Ideal Iniciático: punto de encuentro
Nuestra Familia espiritual nos brinda aliento, consuelo, ayuda y nos sirve como punto de referencia e inspiración, por lo cual es preciso que nos asociemos con personas nobles y entusiastas, evitando a toda costa a las personas tóxicas y los vampiros energéticos. Jim Rohndecía algo muy interesante: “Somos la media de las cinco personas con las que pasamos más tiempo”, que no es otra cosa de formular de un modo distinto un viejo dicho popular: “Dime con quien andas y te diré quien eres” (2).
Esta idea es alentadora, y soy un convencido de que el Ideal Iniciático (3) es un punto de confluencia, una oportunidad para comenzar o retomar un trabajo que viene de lejos y que nos permite entrar en contacto con otros idealistas que forman parte (la mayoría de veces sin saberlo) de una “nobleza del corazón”. Esta nobleza espiritual no tiene nada que ver con privilegios hereditarios ni con linajes de rancio abolengo sino con el reconocimiento de que somos nobles viajeros de regreso a casa y que en lo más profundo de nuestro corazón hay una chispita de luz que nos hermana y que -al mismo tiempo- nos compromete a pasar a la acción.
Quiero terminar con un cuento corto y muy inspirador que refleja todo lo expresado anteriormente: “Un explorador se encontraba totalmente perdido en la selva. Estaba sediendo, débil y a merced de las alimañas y los animales feroces. De pronto divisó a lo lejos a otro explorador que estaba en las mismas condiciones. Los dos hombres corrieron y se saludaron con alegría, exclamando al unísono: “¡Qué suerte que nos encontramos!”.
Hasta la semana que viene.
Continuará en: Familia espiritual (II) – Ágape
Características de la familia espiritual
Concordia (Con=juntos, Cordis=corazón), hacer palpitar nuestros corazones al uní­sono.
Conspiración (Con=juntos, Spirare=Respirar), trabajar unidos en pro de un mundo nuevo y mejor.
Filadelfia (Philos=amor, adelfos=hermanos), amor fraternal.

Notas del texto
(1) Los vasanas pueden ser negativos o positivos, del mismo modo que existen buenos hábitos y malos hábitos. En verdad, los vasanas negativos (bandha vasana o bandha hetuh) son aquellos que nos atan a la materia y nos llevan al olvido del Ser, mientras que los positivos (bhoga vasana o bhoga hetuh) nos llevan hacia la Paz Profunda, el recuerdo de sí y, por último, la liberación. Ramana Maharshi habla también de cuatro tipos de vasanas: puro (suddha), impuro (malina), mixto (madhya) y bueno (sat). En relación con las tres gunas, los vasanas pueden ser rajásicos, tamásicos o sátticos.
Algunos textos místicos de Oriente hablan de la necesidad de erradicar todos los vasanas e incluso los buenos. Ramana dice: “Las buenas tendencias (suvasana) son cultivadas y también deben ser destruidas finalmente por jnana”, para alcanzar finalmente la liberación o moksha y Sai Baba comenta lo siguiente: “Cuando los vasanas impuros son superados, gracias a la influencia de los vasanas puros, llega el momento en que uno tiene que superar a ambos. Esto significa que aun el más puro de los vasanas o impulsos, el deseo de moksha o liberación, ha de desaparecer con el tiempo. Sólo entonces puedes tú convertirte en eso. Un grillete es un grillete, sea de hierro, o sea de oro. Uno debe estar libre de ambos. Es decir, uno debe lograr llegar a una etapa donde ni el bien ni el mal le atraigan o le repelan”. Sin embargo, y desde una perspectiva iniciática, esta “liberación” forma parte de una etapa que sucede a la Iniciación, correspondiente a los llamados “Misterios Mayores”. Por lo tanto, nuestra preocupación actual no debería ser la eliminación de estos vasanas positivos sino la transmutación de los hábitos negativos en positivos. Dicho de otro modo y en relación con la “Escuela de la vida”, la superación de los vasanas corresponde a los estudios universitarios, mientras que la mayoría nosotros aún está cursando el Kindergarten.
(2) “El que anda con sabios, sabio será, mas el que se junta con necios se echa a perder”(Proverbios 13:20).
(3) El Ideal Iniciático está asociado a un marco conductual virtuoso conformado por ideas supremas como lo Bueno, lo Justo, lo Bello y lo Verdadero, las cuales deben ser encarnadas (hacerse carne y sangre en cada uno nosotros), en un proceso que concilia el recto pensamiento con la recta acción y que nos lleva a la armonía de los opuestos. En otras palabras, este Ideal tiene como propósito la Unidad y, por lo tanto, todo lo que conduzca a esa Unidad debe considerarse bue­no, justo, bello y verdadero, y al mismo tiempo, todo lo que nos aleje de ella será malo, injusto, feo y falaz.

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