Aunque
el camino espiritual tenga que ser recorrido individualmente, siempre existe la
posibilidad de hacerlo acompañado, disfrutando de cada paso junto a personas
que vibren en nuestra sintonía y que hablen nuestro mismo idioma.
Vínculos, samskaras y vasanas
La
Familia espiritual es un núcleo de aprendizaje que trasciende esta presente
encarnación. Así como existe un karma personal, existen vínculos
interpersonales atemporales (karma grupal) que nos permiten conectar con otras
personas más allá del tiempo y del espacio. Esto aparece expresado bellamente
en la tradición chino-japonesa del hilo rojo del destino que puede resumirse en
una frase: “Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están
destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo
se puede estirar o contraer, pero nunca romper”.
Cada
una de nuestras encarnaciones puede considerarse el eslabón de una cadena, el
capítulo de una larga novela y una de nuestras tareas existenciales en esta
vida es “recapitular”, recuperar el mismo nivel de conciencia
alcanzado en la vida anterior. Ningún esfuerzo se pierde.
De
acuerdo a los indos, las vidas anteriores influyen en nosotros a través de
los “samskaras”, que son impresiones grabadas en Buddhi-Manas y que
tienen su origen en las emociones y los pensamientos del pasado. Estos
samskaras se manifiestan en nuestras vidas en la forma de “vasanas”,
es decir hábitos positivos o negativos, manifestados como aficiones, aptitudes,
habilidades, gustos, tendencias, reminiscencias, miedos, intereses, etc.
Estos
vasanas o “huellas kármicas” (1), a través de eventos
“causales” y de sincronicidades asombrosas, son justamente los que nos permiten
entrar en contacto con nuestra familia espiritual y reconocer a aquellos
compañeros de aventuras más allá de su edad, nacionalidad, sexo, clase social,
religión, etc. Más allá de las apariencias externas, hay algo que permanece y
que nos empuja a congregarnos, a orquestar un movimiento de resistencia al
materialismo reinante para que el hombre y la humanidad toda cumplan con su
propósito existencial.
Ideal
Iniciático: punto de encuentro
Nuestra
Familia espiritual nos brinda aliento, consuelo, ayuda y nos sirve como punto
de referencia e inspiración, por lo cual es preciso que nos asociemos con
personas nobles y entusiastas, evitando a toda costa a las personas tóxicas y
los vampiros energéticos. Jim Rohndecía algo muy interesante: “Somos
la media de las cinco personas con las que pasamos más tiempo”, que no es
otra cosa de formular de un modo distinto un viejo dicho popular: “Dime
con quien andas y te diré quien eres” (2).
Esta
idea es alentadora, y soy un convencido de que el Ideal Iniciático (3)
es un punto de confluencia, una oportunidad para comenzar o retomar un trabajo
que viene de lejos y que nos permite entrar en contacto con otros idealistas
que forman parte (la mayoría de veces sin saberlo) de una “nobleza del
corazón”. Esta nobleza espiritual no tiene nada que ver con privilegios
hereditarios ni con linajes de rancio abolengo sino con el reconocimiento de
que somos nobles viajeros de regreso a casa y que en lo más profundo de nuestro
corazón hay una chispita de luz que nos hermana y que -al mismo tiempo- nos
compromete a pasar a la acción.
Quiero
terminar con un cuento corto y muy inspirador que refleja todo lo expresado
anteriormente: “Un explorador se encontraba totalmente perdido en la
selva. Estaba sediendo, débil y a merced de las alimañas y los animales
feroces. De pronto divisó a lo lejos a otro explorador que estaba en las mismas
condiciones. Los dos hombres corrieron y se saludaron con alegría, exclamando
al unísono: “¡Qué suerte que nos encontramos!”.
Hasta la semana que
viene.
Continuará
en: Familia
espiritual (II) – Ágape
Características de la familia espiritual
Concordia (Con=juntos, Cordis=corazón), hacer palpitar
nuestros corazones al unísono.
Conspiración (Con=juntos, Spirare=Respirar),
trabajar unidos en pro de un mundo nuevo y mejor.
Filadelfia (Philos=amor, adelfos=hermanos), amor
fraternal.
Notas del texto
(1)
Los vasanas pueden ser negativos o positivos, del mismo modo que existen buenos
hábitos y malos hábitos. En verdad, los vasanas negativos (bandha
vasana o bandha hetuh) son aquellos que nos atan a la materia y nos llevan al
olvido del Ser, mientras que los positivos (bhoga vasana o bhoga hetuh) nos
llevan hacia la Paz Profunda, el recuerdo de sí y, por último, la liberación.
Ramana Maharshi habla también de cuatro tipos de vasanas: puro (suddha), impuro
(malina), mixto (madhya) y bueno (sat). En relación con las tres gunas, los
vasanas pueden ser rajásicos, tamásicos o sátticos.
Algunos
textos místicos de Oriente hablan de la necesidad de erradicar todos los
vasanas e incluso los buenos. Ramana dice: “Las buenas tendencias
(suvasana) son cultivadas y también deben ser destruidas finalmente por jnana”,
para alcanzar finalmente la liberación o moksha y Sai Baba comenta lo
siguiente: “Cuando los vasanas impuros son superados, gracias a la
influencia de los vasanas puros, llega el momento en que uno tiene que superar
a ambos. Esto significa que aun el más puro de los vasanas o impulsos, el deseo
de moksha o liberación, ha de desaparecer con el tiempo. Sólo entonces puedes
tú convertirte en eso. Un grillete es un grillete, sea de hierro, o sea de oro.
Uno debe estar libre de ambos. Es decir, uno debe lograr llegar a una etapa
donde ni el bien ni el mal le atraigan o le repelan”. Sin embargo, y
desde una perspectiva iniciática, esta “liberación” forma parte de una etapa
que sucede a la Iniciación, correspondiente a los llamados “Misterios Mayores”.
Por lo tanto, nuestra preocupación actual no debería ser la eliminación de
estos vasanas positivos sino la transmutación de los hábitos negativos en
positivos. Dicho de otro modo y en relación con la “Escuela de la vida”, la
superación de los vasanas corresponde a los estudios universitarios, mientras
que la mayoría nosotros aún está cursando el Kindergarten.
(2) “El que anda con sabios, sabio será, mas el que se junta con necios se echa a perder”(Proverbios 13:20).
(3) El Ideal Iniciático está asociado a un marco conductual virtuoso conformado por ideas supremas como lo Bueno, lo Justo, lo Bello y lo Verdadero, las cuales deben ser encarnadas (hacerse carne y sangre en cada uno nosotros), en un proceso que concilia el recto pensamiento con la recta acción y que nos lleva a la armonía de los opuestos. En otras palabras, este Ideal tiene como propósito la Unidad y, por lo tanto, todo lo que conduzca a esa Unidad debe considerarse bueno, justo, bello y verdadero, y al mismo tiempo, todo lo que nos aleje de ella será malo, injusto, feo y falaz.
(2) “El que anda con sabios, sabio será, mas el que se junta con necios se echa a perder”(Proverbios 13:20).
(3) El Ideal Iniciático está asociado a un marco conductual virtuoso conformado por ideas supremas como lo Bueno, lo Justo, lo Bello y lo Verdadero, las cuales deben ser encarnadas (hacerse carne y sangre en cada uno nosotros), en un proceso que concilia el recto pensamiento con la recta acción y que nos lleva a la armonía de los opuestos. En otras palabras, este Ideal tiene como propósito la Unidad y, por lo tanto, todo lo que conduzca a esa Unidad debe considerarse bueno, justo, bello y verdadero, y al mismo tiempo, todo lo que nos aleje de ella será malo, injusto, feo y falaz.
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