La riqueza del mundo no sólo sigue en manos de una pequeñísima
minoría sino que el año pasado la brecha entre los súper ricos y los
pobres se agrandó aún más. Una organización caritativa británica de nombre
Oxfam asegura que el 82% del dinero que se generó en el mundo en el 2017 fue a
parar al 1% más rico de la población global mientras que la mitad más pobre del
planeta no vio ningún incremento en sus ganancias. Es obvio que como humanidad
no hemos sabido manejar el dinero.
Cuando se desvirtúa el propósito de cualquier forma creada, (todas las
formas creadas tienen un propósito), se produce inexorablemente un proceso
degenerativo que la lleva a actuar en contra del sistema donde está incorporada
y comienza a dañar el sistema mismo, pudiendo incluso provocar la destrucción
total. Esto es lo que estamos haciendo, cada vez con mayor intensidad, con el
manejo del dinero y el resultado es el mundo que tenemos, tan distante a todo
anhelo del corazón humano y su deseo de paz y de justicia.
El dinero fue una idea inspirada por la Jerarquía Espiritual para
acelerar la circulación, el comercio, el intercambio de cosas, bienes y
servicios entre los hombres de la tierra de manera que todos pudieran tener lo
necesario para llevar una vida digna, y desde el ángulo interno, producir una
aceleración en el intercambio energético humano. Todos los seres humanos deben
cubrir sus necesidades para que puedan expandir su conciencia que es la meta de
la evolución de la raza humana.
Cuando la humanidad pudo trabajar en el plano mental y pudo, en
consecuencia, trabajar con símbolos y representaciones se autorizó a un grupo
de Discípulos para que introdujeran el concepto del papel moneda, es decir, la
representación de un valor, para que la circulación fuera más acelerada.
Hay que recordar que el dinero en sí no es un producto sino un elemento
de intercambio. Nadie resuelve una verdadera necesidad con dinero sino con lo
que el dinero puede comprar. Nadie come dinero, ni se viste colocando dinero
sobre su cuerpo desnudo, ni ingiere dinero para curarse; el dinero en sí no
sirve para cubrir ninguna necesidad esencial. Si alguien se quedara aislado en
un lugar donde estuviera con sólo una inmensa fortuna en dinero, se moriría por
falta de agua, comida y abrigo, sin remedio.
El dinero tenía un propósito, un objetivo y un fin iluminado que fue
violado el día que alguien aceptó que el dinero podía producir dinero. Nunca
debió ser así. Cuando el dinero produjo intereses se rompió su propósito y
empezó a dañar el sistema en donde, para felicidad de todos, había sido
introducido. Cuando el dinero, más su interés, volvió a producir dinero,
comenzó el disparate. Ya no era el cultivo de la tierra, el trabajo digno del
hombre lo que le permitía acceder al dinero sino el dinero mismo. Esta
condición no está avalada por nada en el Universo, es una ilusión, una
especulación humana que en lugar de ser corregida, es aumentada por la
aparición de todas las nuevas modalidades del uso de dinero.
Cada vez que lo que está destinado a circular, como en el caso del
dinero, o de la sangre en el cuerpo, o del agua en el planeta, se detiene y se
acumula, genera consecuencias de daño impredecibles para el todo mayor del cual
forma parte. ¿Será que nos estamos acercando al colapso de la economía mundial
y sus deudas impagables? La humanidad se está dividiendo peligrosamente en los
que tienen y en los que no tienen por la desviación del propósito original del
dinero. ¿Cuánto faltará para que los que no tienen le reclamen lo suyo a los
que tienen?
Estos pensamientos que comparto contigo hoy tienen larga data. Los he
tomado de una Carta a los Grupos del 1995 escrita en conjunto por Marta Paillet
y esta servidora. La encontré y quise volver a compartir sus ideas porque
lo que señala es vital hoy en día. La situación económica mundial, las deudas
públicas impagables, las guerras por los recursos naturales, la tiranía de las
grandes corporaciones ocasionan tanto caos que es bueno repasar estos conceptos
básicos del dinero y su propósito para despejar un poco el espejismo en el que
nos hayamos y comprender las causas ocultas del desastre económico mundial. No
en balde el Maestro DK, en uno de sus libros, dijo que la economía era una de
las ciencias más atrasadas de la humanidad.
Una parte del sendero espiritual requiere el buen manejo de los recursos
materiales porque la expansión de la conciencia tiene que abarcar todos los
ámbitos de la vida. No es cerrar los ojos y escapar; es cerrar los ojos para
contactar lo interno y abrirlos para vivir la vida en la materia de acuerdo a
los principios contactados en el interior, que están grabados en el alma.
Que algún día, como humanidad, podamos vivir de acuerdo al “Propósito
que los Maestros conocen y sirven” que es el mismo propósito del alma dela
humanidad. Que administres tu dinero con sabiduría y amor. Es mi deseo sincero
para todos.
Con el amor de siempre, Carmen Santiago
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