En la porción Sheminí, después de dar las leyes de
comida kósher que explican que algunos alimentos tienen la capacidad espiritual
de hundirnos o de elevarnos, el Creador luego pregunta por qué es importante
esta indicación que Él, “la Luz del Creador que los elevó de Egipto”, les da.
Hay muchas palabras diferentes en la Torá para referirse a la salida de Egipto;
sin embargo, la palabra usada aquí significa específicamente “elevó”. Entonces,
¿Por qué la Torá en la porción Sheminí usa específicamente la palabra que
significa “Yo los elevé” y qué debemos recibir de ese secreto en este Shabat?
"Cada uno de nosotros tiene al menos cinco
niveles del alma."
Para entender esto, los kabbalistas comienzan citando
un versículo de Eclesiastés, del Rey Shlomó. Dice: “¿Quién sabe que el alma del
hombre asciende hacia arriba y el alma del animal desciende hacia abajo…?”
precisa que hay dos conjuntos de existencia en este mundo. No se refiere
literalmente a los humanos y a los animales, sino más bien al alma de cada
individuo; hay momentos en los que el individuo se eleva y el alma puede
ascender, y hay momentos en los que el animal, o alma básica, hunden al
individuo.
Esto se basa en un concepto del que habla ampliamente
el Arí, Rav Yitsjak Luria, un concepto que dice que cada uno de nosotros tiene
al menos cinco niveles del alma. El nivel más bajo se llama Néfesh
HaBehemit, el alma animal. Y las decisiones que tomamos a
diario con respecto a ser egoístas o generosos, perseguir nuestros deseos más
básicos o los deseos de nuestra alma, determinan si seremos hundidos o
elevados. El Rey Shlomó dice que son decisiones a las que no les prestamos
atención suficiente porque estas muy a menudo permiten que descendamos a Néfesh,
la parte básica de nuestro ser.
"Tenemos la opción de permitir que nuestra alma
ascienda."
Los kabbalistas dicen que hay un constante debate
entre la parte de nuestra alma que quiere elevarse y la parte que intenta hundirnos.
Ya sea que estemos conscientes de ello o no, esta batalla ocurre dentro de
nosotros todo el tiempo, y el ganador de la batalla es determinado por nuestras
decisiones. Y Shabat Sheminí consiste en la batalla entre esas dos partes. En
Shabat Sheminí podemos pedir la fuerza para ganar esa batalla; no obstante,
para ganarla tenemos que comenzar a entender que esta batalla existe. Una vez
que estemos conscientes de ello, sabemos que cualquier acción que realizamos o
decisión que tomamos motivados por el Deseo de Recibir para Sí Mismo, desde
nuestro lugar más básico, fortalece la parte de nosotros llamada Néfesh
HaBehemit y nos hunde.
Por lo tanto, la próxima vez que tengamos la
oportunidad de tomar una decisión, podemos detenernos y preguntarnos qué ocurrirá
si elegimos el lado egoísta, porque ahora sabemos que no es simplemente que
quizá no estemos haciendo el trabajo espiritual o lo correcto. Si elegimos
actuar motivados por nuestra alma animal, en realidad estamos poniendo un peso
sobre nosotros que nos hunde aún más, evita que ascienda nuestro aspecto
angelical, la parte elevada de nosotros. Así pues, ahora, cuando nos sintamos
hundidos sabemos cuál es la razón: nuestra alma, a través de nuestras propias
decisiones, le puso peso a Néfesh HaBehemit. Pero tenemos la
opción de permitir que nuestra alma ascienda. Y en Shabat Sheminí podemos pedir
la ayuda para tener la fuerza de siempre tomar decisiones basadas en nuestra
alma elevada, en la parte de nosotros que nos permite ascender.
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