En el estudio de la Kabbalah aprendemos sobre las Diez
Sefirot, los filtros únicos mediante los cuales pasa la Luz del Creador antes
de llegar a nuestro mundo físico. En el Libro de la Formación, uno
de los primeros libros de Kabbalah que se escribieron, Avraham enfatiza que hay
Diez Sefirot y no nueve. ¿Por qué asumiríamos que hay nueve Sefirot en primer
lugar? ¿Por qué Avraham siente la necesidad de especificar que en realidad hay
diez?
"EL TÉRMINO SEFIRÁ SE
REFIERE ESPECÍFICA- MENTE A LA LUZ Y A LA VASIJA JUNTAS".
Rav Áshlag explora esto en Las Diez
Emanaciones Luminosas. Él explica que, después de la Creación, nuestras
inclinaciones egoístas o el Deseo de Recibir para Sí Mismo ya no puede ser el
medio para recibir la Luz del Creador. Solo el Deseo de Recibir para Compartir
puede permitirnos recibir esta Luz. Esta es la razón por la que solemos hablar
de la importancia de transformar nuestro deseo. El Deseo de Recibir para Sí
Mismo es la esencia de la Sefirá final, Maljut, así que Maljut no recibe la Luz
del Creador. Sin embargo, Avraham señala que Maljut en efecto es la décima
Sefirá.
El término sefirá (singular de
sefirot) se refiere específicamente a la Luz y a la Vasija juntas. Hay otros
términos para las vasijas sin Luz, pero nunca se mencionan como sefirá.
Dado que la Vasija de Maljut no puede recibir Luz alguna y está completamente
oscura, pensaríamos que Maljut no debería ser llamada sefirá. Entonces, ¿por
qué es considerada como una de las Sefirot?
Si bien el Deseo de Recibir para Sí Mismo no recibe
ninguna Luz de forma directa, es la causa de la revelación de una enorme
cantidad de Luz. De no ser por el Deseo de Recibir para Sí Mismo, la Luz no
podría revelarse en ninguna de las Sefirot. Por ejemplo, digamos que visitas a
un amigo y tienes mucha hambre. Tu amigo ofrece prepararte algo de comer, pero
rehúsas porque no quieres incomodarlo. Él te ruega que comas y tú insistes en
que no quieres comer. La discusión llega al punto en el que aceptas comer, pero
no debido a tu hambre sino por la alegría que le causarás a tu amigo. Está
claro que tu amigo tiene muchas ganas de cocinarte y que piensas solamente en
él y no en ti mismo. El deseo de saciar tu hambre fue eliminado por completo,
aunque comer igual te satisfará. En esta situación, tu hambre inicial dirigió
todo el proceso. Si no hubieses tenido esa hambre, ese Deseo de Recibir, no
habría avanzado hasta el punto en el que solo comerías por dar placer a tu
amigo.
Lo mismo sucede con la Luz del Creador. Tenemos un
Deseo de Recibir del Creador. Queremos bendiciones, dicha y todo tipo de
consuelo. Aunque ese deseo egoísta nunca puede ser satisfecho, nos sitúa en un
camino de transformación a fin de que posteriormente podamos alcanzar el nivel
en el que no seamos más egoístas, donde nuestro deseo es Deseo de Recibir para
Compartir.
"PODREMOS BRILLAR POR
MEDIO DE AYUDAR A OTROS A REVELAR LUZ".
Maljut (el Deseo de Recibir para Sí Mismo) no recibe
Luz, pero, aún así, brilla. La llamamos Sefirá porque es la causa de mucha Luz
que se revela. De hecho, no se revelaría nada de Luz sin el proceso que
involucra a este Deseo de Recibir para Sí Mismo. Por lo tanto, no solo es
considerada como una de las Sefirot, sino la Sefirá más importante. Rav Áshlag
dice que es la más elevada y excelsa de todas las Diez Sefirot. Es la más
importante de todas las Diez Sefirot porque, de no ser por Maljut, ninguna de
las otras nueve podría recibir su Luz; así que se considera como si estuviese
completamente llena de Luz.
Otro ejemplo de esto se encuentra en el Zóhar. Hay una
historia acerca de un rey que quiere ver si su hijo está listo para el liderazgo.
Él le dice a su hijo que tenga cuidado con las mujeres con las que se rodea.
Como prueba, el rey contrata a una prostituta para que intente seducir a su
hijo de muchas maneras. El hijo no cede ante la prostituta, y el rey ve que
está listo para el siguiente nivel de liderazgo. El Zóhar pregunta: ¿quién
permitió que el rey le diera su amor a su hijo y revelara tanta Luz? La
respuesta es: la prostituta. Entonces, ¿la prostituta es buena o es mala? De
hecho es buena, porque ella es la causa de toda la Luz que se va a revelar.
A esto se refiere Rav Áshlag aquí. Si bien Maljut no
recibe ninguna Luz por sí misma, brilla incluso más que las demás Sefirot dado
que es la causa de la revelación de Luz. Esta es una lección importante para
nuestro propio crecimiento espiritual. Cada vez que ayudamos a alguien a
revelar Luz de alguna manera, recibimos esa Luz. Hasta la persona más terrible
puede recibir Luz al permitir que otros revelen Luz. Al igual que Maljut,
podemos estar en oscuridad absoluta pero ayudar en la revelación de la Luz, y
por lo tanto, brillar mucho más gracias a ello.
Rav Brandwein solía decirle a mi padre, Rav Berg, que
hay algunas personas que son capaces de hacer el trabajo espiritual que
vinieron a hacer, y otras que desafortunadamente todavía no están abiertas ni
capacitadas en este momento para hacer su propia corrección. Entonces hay otra
ruta, llamada Tamjéi Deoritá: las personas que apoyan la
revelación de la Luz pero que todavía no la revelan ellas mismas. La idea es
que incluso si todavía no estamos listos para hacer el trabajo espiritual por
cuenta propia, al asistir a otros en revelar Luz podemos recibir Luz a cambio.
Esto podría activar nuestra habilidad para hacer nuestra propia transformación.
Hay una capacidad mucho mayor de recibir Luz al permitir que otros la revelen
en su propia vida que la que podríamos revelar nosotros en la nuestra.
Mi padre solía decir que hay personas que solo quieren
estudiar Kabbalah y otras que quieren transmitir la sabiduría a los demás.
¡Ojalá que aquellos que están estudiando solo para sí mismos y trabajando en sí
mismos puedan hacerlo todo por cuenta propia! De lo contrario, una gran parte
de nuestro trabajo espiritual debe ser dedicado a difundir la sabiduría, porque
entonces, aun si no podemos recibir Luz por alguna razón, podremos brillar por
medio de ayudar a otros a revelar Luz.
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