Atrapado en Conceptos
Conforme a nuestro entendimiento, el Atlántico y el Pacífico son dos grandes mares, pero solo existe una gran corriente de agua. Dividimos para nuestra comprensión. Vemos algo y, para comprenderlo, desarrollamos un concepto. Le ponemos nombres a muchas cosas y construimos pensamientos en torno, y creemos que lo que hemos construido es la verdad. Apuntamos a la cima de una montaña y decimos, ésta es la Jungfrau. Para sí misma, sin embargo, no lo es. Recordamos más el nombre que a la montaña. No tenemos conciencia de que la montaña puede distribuir energías, o lo olvidamos.
Vivimos en los conceptos que hemos construido y nos
volvemos prisioneros de estas formas de pensamiento. Y de
igual forma que la montaña no es una montaña para sí misma, como la sal no es
salada para sí misma o un animal no sabe que es un animal, los individuos para
sí mismos no son realmente seres humanos sino conciencia pura. Nos llamamos
“seres humanos” porque nosotros mismos nos hemos denotado seres humanos.
Entonces existe el hombre y la mujer, pero para ellos mismos, los seres humanos
no son ni masculinos ni femeninos, sino simplemente conciencia pura.
Como conciencia pura existe la conciencia de la
existencia que existe como el pensamiento original. Somos
porque nos llamamos SERES o seres vivientes. Nos llamamos SERES porque
existimos. Sobre esta base hay millones de conceptos. Los conceptos son un
instrumento para enmarcar al infinito en una forma y para poder trabajar en el
mundo externo. Buda dice, “no se limiten por un concepto.”
Normalmente estamos siempre atados a conceptos. Tenemos
que encontrar el camino para no seguir trabados en conceptos ni romper los
conceptos de otros. La meta del Yoga es permanecer en una energía de flujo
libre, sin ninguna congestión o bloqueo. Cuando estamos conectados con el alma
universal no sufrimos por las restricciones de los conceptos. La corriente no
está rota y las energías de sanación y de iluminación fluyen a través de
nosotros. Normalmente estamos limitados por nuestras inclinaciones e ideas.
Aquél que no está atado por ningún concepto, hábito o rasgo recibe el nombre de
Yogui o Maestro de la Sabiduría. Es un representante de la energía absoluta y
de la luz, el amor y la voluntad relacionados con ella; él no conoce ninguna
conciencia separativa.
Limitaciones Auto-Impuestas
Los conceptos se construyen alrededor de él porque la
gente necesita a que asirse. Construyen prisiones de sus
ideas, mientras que al mismo tiempo aspiran a la libertad. Los conocedores
viven la vida; interactúan con conceptos conforme al lugar, el tiempo y la
gente que los rodea, sin ninguna rigidez. Salen de los conceptos una vez que su
trabajo está hecho. Sólo son dirigidos por la Verdad y la Ley, pero no por
conceptos. La Verdad existe dentro y más allá de la creación. Cuando no nos
limitamos por ningún concepto, vemos cada concepto en su idoneidad, tal como
existe en el mundo. De igual manera, el concepto es un estado de conciencia, y
la conciencia es una energía luminosa constantemente cambiante.
Los sabios no entran en discusiones porque saben que
la otra gente vive en el capullo de sus conceptos. Krishna
dijo, “no perturben al ingenuo.” En espiritualismo no existe tal cosa como el
hacer proselitismo por conceptos o expandir ciertas opiniones. No estamos aquí
para expandir un cierto concepto de Dios, puesto que él mismo lo expande todo.
El aprisionarnos en conceptos nos hace sentir que Dios no existe en algunas
gentes. La gente religiosa ignorante en el mundo entero intenta imponer su
concepto de Dios sobre otros o incluso matarles sin darse cuenta que Dios está
más allá de todos los conceptos.
Percibimos el mundo a través de nuestros conceptos y
tenemos dificultades para abrirnos a otras formas de ver las cosas. Nuestras
opiniones nos parecen correctas y quisiéramos que los demás las aceptaran
también. Éstas son limitaciones del plano mental que surgen del principio de
Saturno y que incluso distorsionan conceptos sublimes. Cuando vivimos en la
conciencia del trasfondo, la multiplicidad de conceptos deja de limitarnos.
Para romper los conceptos de sus seguidores, Shirdi Sai Baba vivió en una
mezquita, pero no era musulmán. Cuidaba de un fuego sagrado, pero no era hindú.
Habló de Alá a los Hindús y de Rama a los Musulmanes. Él dijo, “Sus conceptos
son sus limitaciones autoimpuestas. No me los impongan. Si los imponen, ustedes
me ven a su manera. Si me ven como el Maestro, ustedes encuentran al Maestro en
mí. Pero yo estoy más allá de sus conceptos. SOY LO QUE SOY. No me definan, yo
soy infinito.”
La energía de la Era de Acuario nos enseña a no ser
definidos por pensamientos y conceptos pero, no obstante, a trabajar por medio
de pensamientos. Incluso un concepto espiritual es una prisión.
No hay diferencia entre estar en una jaula de oro o una de hierro. Los
conceptos son para fomentar y apoyar el proceso del pensamiento. Son como una
escalera para que ascendamos para alcanzar el piso siguiente. En el último
peldaño de la escalera ya no nos aferramos más a ella sino que la soltamos.
Viviendo en la Luz
Vistos desde arriba, los muchos conceptos parecen
agujeros excavados en la tierra. Si nos trabamos en un
concepto, somos como una rana en un pozo que ve su propio cielo desde el
agujero y lo define de esa manera. El cielo, no obstante, continúa siendo
ilimitado. Miramos hacia arriba y decimos, ésta es Sirio, Orión, la Osa Mayor.
Sin embargo, esto es solamente una verdad fragmentaria. El conocimiento puede
también llevar así a la ilusión. En la verdad de la existencia, todos los
conceptos de conocimiento y de sabiduría desaparecen. Cuando vemos a la Luz
detrás de la mente, detrás de las ideas y de los conceptos, las agitaciones de
la mente se detienen.
Consecuentemente, no debemos trabarnos en nuestros
conceptos sobre la sabiduría, como lo que hemos aprendido sobre astrología y
los siete rayos, sobre colores y sonidos. Muchos
que se ven como espirituales han llenado sus cabezas con conceptos de la
sabiduría y viven en polarizaciones mentales o visiones emocionales. La Yoga
propone la libertad de todos los conceptos para vivir en la originalidad y la
simplicidad que son humanas.
Los conceptos espirituales son un medio de
experimentar la Luz. Vivir en Luz, sin embargo, es más importante que
vivir en conceptos de luz. Cuando nuestros pensamientos y emociones llegan a
ser transparentes y vivimos en la Luz con profundidad suficiente, los conceptos
que se expresan a través de nosotros llegan a ser también magnéticos. Y entonces
aquéllos que nos escuchan y asimilan los conceptos vivirán igualmente en la
Luz, más allá de los conceptos.
Proyecciones y Trasfondo
Todos nuestros conceptos existen para nosotros
mientras existamos como individuos, como unidades bien definidas. Cuando
nos abrimos al infinito dejan de existir. La más grande de todas las ilusiones
es nuestra sensación de “Yo existo”. Krishna le susurró a Arjuna en el oído el
secreto de todos los secretos: “Ustedes no existen en absoluto.” No hay nada
más que ÉSE. No hay algo como mi alma y tu alma; sólo aparentemente somos
muchos. Hay un alma, una conciencia, una fuerza vital que trabaja a través de
muchas formas. Esto es un secreto, porque incluso si lo escuchamos cada día
continuamos olvidándolo. La meditación y la oración son los medios para
permanecer en esta conexión. Y continuamos reuniéndonos en grupos para recordar
la unidad de este enlace. Cuando esta conexión se fortalece, nos percatamos del
trabajo de lo Divino en su diversidad y magnificencia.
Ésta es la vida en síntesis. La alcanzamos cuando
entendemos que somos el trasfondo. Tan pronto como despertamos y
pensamos que existimos, esta conciencia es una proyección de la existencia
misma. Todo es apenas una proyección en este trasfondo a partir del cual salen nuestra
conciencia, nuestros pensamientos, deseos y acciones. Cuando vivimos en
proyecciones, al margen de lo sublime que puedan ser, perdemos la visión del
conjunto y caemos en la multiplicidad de conceptos. Pero si podemos permanecer
con la conciencia del trasfondo, tenemos una conexión consciente con la fuente,
incluso mientras trabajamos en la vida diaria. Entonces siempre sabemos lo que
tenemos que hacer en un momento dado, y todo lo que sucede se vuelve aceptable
para nosotros. Vivimos en la conciencia de que somos una creación del origen,
como cualquier otro ser, también. Somos siempre sólo ÉSE.
Fuentes: K.P. Kumar: Urano – El Alquimista de la Era /
Saturno / Notas de seminarios. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta
España.
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