Este artículo en la porción de la semana ha sido previamente publicado en el 2017.
Atascarnos en temerle al futuro o arrepentirnos del
pasado forma parte de la naturaleza humana, pero nunca olvides que tu verdadero
poder está en el presente.
Esto es particularmente útil recordarlo cada vez que nos acercamos a una gran abertura cósmica como Rosh Hashaná, el día en el que se expone nuestra vida ante nuestro Creador. En nuestra preparación espiritual para tal evento, podríamos terminar enfocando nuestra vista “más allá del mar”, por decirlo de algún modo.
A menudo he usado el ejemplo del hombre que trabajó
por cincuenta años en una profesión que ni siquiera le gustaba sólo para “algún
día” poder retirarse y finalmente disfrutar su vida. Pero ¿quién puede decir
que ese “algún día” llegará? Considero que la vida es mucho más satisfactoria
cuando reconocemos los milagros que están frente a nosotros en cada instante.
Claro, todos tenemos aspectos de nuestra existencia
con los que preferiríamos no lidiar y podríamos tener obligaciones por cumplir
que quizá nos gustaría evitar, pero, aun así, hay mucha belleza y maravillas a
nuestro alrededor y, con mucha frecuencia, ignoramos todo eso. ¿Cuán a menudo
nos despertamos en la mañana y reconocemos las bendiciones que están aquí y
ahora? ¿Acaso no es fabuloso poder ver el amanecer? ¿No es maravilloso
tener cosas por vivir en un día que me hagan feliz sin importar lo pequeñas y
simples que sean?
En la porción de Nitsavim está escrito: “...no es muy
difícil para ti, ni está fuera de tu alcance. No está en el cielo, ni está más
allá del mar. Sino que está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón”.
Por eso, aunque anticipemos el evento de Rosh Hashaná
y todas las oportunidades espirituales del mes de Tishrei (Libra), cosa que
ciertamente es algo positivo y proactivo que podemos hacer, mi consejo es que
al mismo tiempo nunca pierdas conciencia de las oportunidades que están ante ti
en este momento… ¿Acaso no es eso todo lo que tenemos de todas formas? Eso me
recuerda una magnífica frase del Baal Shem Tov:
No hay comentarios:
Publicar un comentario