El mes de agosto y básicamente hasta los meses de otoño hay una configuración de planetas que, en diversas combinaciones e influencias, potencia la agresión, el conflicto, los eventos explosivos e inesperados. Estos planetas son Marte, Plutón, Urano y Saturno y son similares en configuración al período de finales de la década 1910, cuando tanto la Primera Guerra Mundial como la gripe española estaban causando estragos y al 1300, cuando la peste bubónica se estaba extendiendo sin control a través de Europa en su camino hacia una pandemia mundial.
Como la agresión es un aspecto común de la vida en la tierra y se intensifica periódicamente tal como está sucediendo ahora, este es un buen momento para prestarle atención y comprender de qué se trata.
Existe una diferencia entre cómo los psicólogos
sociales ven la agresión y cómo la agresión se manifiesta como parte del mundo
natural. Desafortunadamente, la comprensión de la mayoría de la gente de la
palabra "agresión" se ajusta más a la disfunción en la forma en que
la definen los psicólogos que estudian el comportamiento de los niños y el
comportamiento delictivo. Estos estudios hacen que parezca que la agresión es
algo dañino que debe evitarse pero, por supuesto, hay formas de agresión que
son normales y necesarias para la supervivencia humana. En la sociedad educada,
este tipo de agresión a menudo se llama asertividad. Primero cubriré a la
agresión definida como disfunción y luego veremos la agresión como un aspecto
natural de la vida en la tierra.
Hay varias definiciones de la agresión humana con las
que podemos comenzar:
Una definición formal de agresión es "una acción
o comportamiento con la intención de causar daño a otra persona en el caso
específico en el cual la otra persona no acoge el daño".
Otra definición de agresión es que es un acto de ira
no planificado en el que el agresor tiene la intención de herir a alguien o
algo. Otra definición más común de agresión es un comportamiento caracterizado
por una fuerte autoafirmación hostil. Obviamente, puede haber algunas
circunstancias en las que la agresión podría ser una reacción normal a una
amenaza externa como, por ejemplo, un ataque de un animal o incluso de otra
persona. Alternativamente, la agresión puede ser un comportamiento anormal, no
provocado o reactivo (trastorno explosivo intermitente) que las personas
interpretarían como inaceptables o muy disfuncionales. Estudios recientes de
psicólogos infantiles que estudian la agresión en los jóvenes han encontrado
que, contrariamente a la creencia popular sobre las expresiones catárticas de
la ira (es decir, terapia recreativa), el participar en la agresión no reduce
la agresión posterior. De hecho, sólo la incentiva.
Hay muchas circunstancias que pueden conducir a un
comportamiento agresivo disfuncional. Uno de los principales es el miedo que
conduce a la ira, ya que toda la ira se basa en algún miedo en su origen. Otras
causas pueden ser confusión, frustración, malestar, sobreestimulación, dolor y
agotamiento. El comportamiento agresivo puede manifestarse de muchas formas
diferentes, algunas de las cuales están dirigidas hacia adentro. Por ejemplo,
podríamos ver la agresión dirigida a uno mismo como una automutilación o corte,
a otras personas (asalto), a los animales (crueldad animal) o a la propiedad (vandalismo).
La agresión puede ser verbal, o física, o ambas. Puede ser impulsiva,
espontánea o premeditada y orientada a ciertos objetivos.
El comportamiento agresivo puede ser directo o
indirecto, manifiesto o encubierto y la respuesta de los demás puede ser
igualmente abierta o encubierta, directa o indirecta también.
Hay tres tipos principales de agresión en humanos
identificados por los psicólogos sociales: reactivo-expresivo (agresión verbal
y física directa como en los insultos y golpes), reactivo-inexpresivo
(hostilidad caracterizada por la no-acción, pero con posturas, actitudes y
miradas resistentes), y agresión proactiva-relacional (la persona parece
agradable pero se comporta de manera pasivo-agresiva y se involucra en
comportamientos que pueden destruir las relaciones, por ejemplo, calumniando y
chismoseando, circulando rumores maliciosos y similares).
La agresión también es un síntoma potencial de
trastornos, enfermedades o afecciones que interfieren con los procesos
racionales del pensamiento, tales como la demencia, los tumores cerebrales, el
trastorno de estrés postraumático y los trastornos de la personalidad. Las
alteraciones de la química cerebral también están implicadas, como en la
esquizofrenia, y especialmente cuando se asocian con la paranoia.
El daño causado por un accidente automovilístico o una
actividad deportiva puede incapacitar gravemente los lóbulos frontales u otras
estructuras del cerebro, lo que afecta el razonamiento y el juicio, lo que
aumenta considerablemente los actos de agresión incluso hacia los seres
queridos. Esto ha sido identificado, pero se lo ha negado durante mucho tiempo
en los ex jugadores de la NFL (Liga Nacional de Fútbol Americano) que han
sufrido conmociones cerebrales recurrentes en sus carreras futbolísticas. Se ha
demostrado que la química cerebral anormal o los cambios estructurales
desempeñan un papel importante en las manifestaciones disfuncionales del
comportamiento agresivo. Los estudios muestran que la genética también parece
estar involucrada.
Causas Sociales de la Agresión:
La agresión puede verse reforzada por el
condicionamiento o la impronta social. En realidad, muchos comportamientos
agresivos se aprenden de los adultos y de pares que despliegan formas de
agresión socialmente aprobadas en su sociedad. Por ejemplo, los italianos
pueden comportarse de forma bastante agresiva en el tráfico en comparación con
los británicos, que tienden a ser más bien correctos.
En algunas culturas se espera que los hombres sean
agresivos, fuertes y valientes, y se les recompensa en gran medida por tomar el
liderazgo de los grupos, tomando lo que quieren y siendo mandones, mientras que
las mujeres son castigadas por el mismo comportamiento. En la mayoría de las
culturas, los niños que evitan la agresión no son tan aceptados y, a menudo,
son acosados o ridiculizados en comparación con sus pares. Algunas culturas
incluso exigen agresión al requerir del servicio militar en donde los reclutas
son entrenados para matar y mutilar al enemigo. Algunas culturas promueven la ejecución
de ciertos tabúes sociales como los asesinatos por honor, los ataques raciales
y los ataques a los miembros LGBTQ de la sociedad.
Ahora cambiemos de rumbo y consideremos la agresión
como un aspecto natural de la vida.
La agresión es producto del centro del movimiento.
Todos los animales tienen un centro del movimiento, incluidos los humanos, por
supuesto, que también tienen un centro intelectual y un centro emocional.
Caminar, correr, saltar, golpear, tirar, empujar, etc., son todos actos agresivos
del centro del movimiento, ya sean respuestas instintivas premeditadas o
espontáneas.
Vemos agresión en los animales y hasta cierto punto
vemos agresión en las actividades de los fenómenos naturales, aunque los dos
son diferentes porque en los animales la agresión es volitiva y en los
elementos la agresión es más una interpretación a los ojos del espectador. Un
león puede ser agresivo cuando caza por comida, pero ¿es agresivo un volcán
cuando entra en erupción? Quizás lo sea, pero no es tan volitivo. Las erupciones
volcánicas, las avalanchas, las hogueras, las inundaciones, los tornados, los
huracanes y los rayos pueden verse como actos de agresión de la naturaleza,
pero no están dirigidos a nadie ni a nada en particular, al menos desde el
punto de vista humano. La naturaleza tiene su propia inteligencia y hay una
razón para todo. Un incendio forestal puede allanar el camino para la apertura
de prados y hábitats para las aves rapaces y puede ser necesario para que
ciertas semillas germinen, por lo que podemos ver claramente que la naturaleza
tiene sus razones y que todos los actos de agresión natural pueden no ser
hostiles o negativos en absoluto.
Durante la mayoría de sus actividades - dormir,
relajarse, rodar y cuidar a sus crías-, es posible que un león no muestre
ninguna agresión, pero, cuando se trata de cazar y comer, un león muestra una
gran cantidad de necesaria agresión. Con su ataque busca vencer a su presa de
la manera más eficiente y rápida que pueda. Asimismo, los tiburones no atacan
para torturar a sus víctimas, sino para consumirlas rápidamente. Cuando vemos
que la naturaleza actúa de manera agresiva, generalmente estamos viendo algo
que no es sádico o que está destinado a torturar, aunque los gatos domésticos y
algunos animales pueden jugar con su presa antes de comérsela.
La siguiente definición de agresión es la que yo
prefiero y no se encuentra en la literatura psicológica:
"La agresión es un acto que traspasa las
fronteras, ya sea con éxito, de una manera aceptable que genera dinamismo, ó de
una manera inaceptable, generando beligerancia". Obviamente, en los
deportes la agresión por parte del oponente es esperada y anticipada y, a
menudo, no se la toma personalmente, a menos que exceda lo permitido por el
libro de reglas. Esperamos que nuestros líderes actúen de manera agresiva para
defendernos del daño infligido por fuentes extranjeras, que aprueben leyes de
manera efectiva y agresiva para ayudar a la sociedad, etc. Echemos un vistazo a
algunos ejemplos. Se espera que los jugadores de rugby y los jugadores
interncionales de fútbol (soccer) sean agresivos y luchen por tomar posesión de
la pelota y marcar goles. En la medida en que tengan éxito, se destacarán en
sus deportes. Un vendedor que es persistente y exitoso en romper la resistencia
del cliente es considerado un vendedor superior. Una persona que persiste en
conseguir una cita con un sujeto reacio y tiene éxito es considerada dinámica y
ganadora. Si todos o alguno de estos ejemplos utilizan medios inaceptables para
tener éxito, se los considera delincuentes, malos deportistas, beligerantes o
tramposos.
Por lo tanto, no podemos considerar la agresión en sí
misma como negativa o mala, sólo la versión inaceptable. Una persona agresiva
consigue que el trabajo se realice, consigue el objetivo, elimina el papeleo,
la resistencia, la tradición y la burocracia. A menudo se los considera motores
y agitadores, los mejores en sus campos y de gran éxito. Por otro lado, si
cruzan la línea de la beligerancia y crean daño, no son más que delincuentes
comunes. Algunos políticos tienen fama de ser ambos.
Organizadores sindicales, agentes de cambio social,
activistas por el medio ambiente, personas que luchan por la derogación de
leyes, prácticas sociales o comerciales injustas, grandes atletas, agentes de
cambio poderosos, etc., son todos ejemplos de personas agresivas que marcan la
diferencia. Violadores, asesinos en serie, políticos corruptos, matones,
supremacistas blancos, racistas, etc. pueden ser ejemplos de los últimos.
Los más jóvenes de edad álmica tienden a inclinarse
hacia la beligerancia. Aquellos que son almas más viejas y tienen la agresión
como modalidad se inclinan hacia el dinamismo. El modo de agresión es muy
desafiante y la mayoría del 5% de la población que lo tiene como una parte
importante de su personalidad no lo maneja bien en absoluto. Unos pocos lo
hacen. Algunos signos del modo de agresión son una mandíbula inferior hacia
afuera con los dientes inferiores claramente visibles o simplemente pueden
tener un aspecto dentudo como Elizabeth Warren. La tendencia a estar muy cerca
de la persona con la que está hablando; una tendencia a señalar con el dedo
índice. Aquí hay algunos ejemplos de personas que tienen o han tenido modo de
agresión: Adolf Hitler, Roseanne Barr, Don Rickles, Chris Rock, Chelsea
Handler, Donald Trump, Elizabeth Warren y Bernie Sanders. Todos ellos son
personalidades rudas difíciles de ignorar.
Durante estos tiempos agresivos, es mejor evitar
situaciones en las que personas agresivas se involucren en actos antisociales
como quemar, saquear o atacar a personas sin importar cuál sea su persuasión
política. Es una idea popular que la violencia produce resultados y cambios
sociales positivos, pero eso nunca es cierto. ¿Cómo puede el odio producir
amor? ¡El amor produce amor!
También es una buena idea en este momento no
entrometerse en los conflictos o asuntos de otras personas, a menos que tengas
mucho cuidado al analizarlo detenidamente. No tienes que evitar a las personas
agresivas si las entiendes bien y ves que son poderosamente dinámicas y
producen resultados positivos. Observa tus propias tendencias a ser
beligerante, explosivo o impulsivo. Utiliza tu vigor y energía con fines
constructivos. Observa tu propia reactividad e intenta identificar cualquier
miedo que te haga enojar. Debes saber que estos son tiempos de transición y la
conciencia humana sobrevivirá a todas las condiciones y eventos. Usa tu propio
templo ambulante para bendecir todo con lo que te encuentres e identificar a
todo como de origen divino.
© 2020 Todos los derechos reservados. www.thepowerpath.com
Puede hacer copias de este escrito y distribuirlo en
cualquier medio que desee, siempre y cuando no lo cobre ni lo altere de ninguna
manera. Debe acreditar al autor e incluir todo este aviso de copyright. Si bien
el texto puede compartirse, no se pueden publicar archivos de audio, incluidas
conferencias, música y / o meditaciones sonoras en ningún sitio por ningún
motivo sin el permiso por escrito de Power Path.
Por José L. Stevens
Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario