Viajando con Vehículos Buenos
Nuestro planeta puede compararse con una estación a la
que llegan muchos viajeros, permanecen por un rato y se van dejan otra vez. Somos
viajeros que, a través de largos ciclos de tiempo avanzamos en la trayectoria
de la evolución. El viajero es el hombre interno, o el alma; el hombre externo,
o el cuerpo, es el vehículo. Todos estamos en un gran viaje para el que
utilizamos vehículos diversos. Con el tiempo, estos vehículos se rompen y
necesitamos otros nuevos. No debemos intentar cuidar demasiado un viejo
vehículo y aferrarnos a él. Con un vehículo nuevo y mejor, el viaje es más
rápido y más cómodo.
Un vehículo malo no nos permite un viaje largo. Si tenemos problemas en nuestro cuerpo físico, éste retrasa nuestros esfuerzos superiores. Con asanas de yoga podemos hacer nuestros cuerpos físicos más ligeros y flexibles, como una hoja, que no se rompe cuando se dobla. Los ejercicios regulares ayudan a establecer la armonía entre lo denso y lo sutil.
Los cuerpos humanos que han surgido desde 1945 se
consideran modelos mejores que los anteriores, porque hoy se dispone de nuevas
energías. Los cuerpos concebidos después de 1962 son aún mejores, y ha
habido otras mejoras posteriormente. Hay un trabajo constante en la producción
de una tecnología y un diseño mejores. Es por ello que los niños de hoy son más
eléctricos; su comprensión es muy superior a la de sus antepasados.
Cada vez que un alma entra en un cuerpo para continuar
su viaje, es acompañada por la personalidad. La personalidad utiliza el
cuerpo más para sus propósitos que para los propósitos del alma, y logra más
sus intenciones. Buscamos satisfacción, facilidades para el cuerpo, comodidades
en la casa, y un soporte financiero. Confinamos el alma con nuestros deseos y
con la acumulación de lastres materiales o mentales, y nos restringimos. La
actividad de los sentidos también nos mantiene en el mundo objetivo: nuestra
atención continúa viajando al exterior. Incluso cuando cerramos los ojos y
deseamos girar hacia dentro, la mente tiene impulso para salir, y los
pensamientos nos llevan. No hay contemplación interna realmente, incluso cuando
parezca que estamos meditando vistos desde afuera.
La Puerta al Templo Interior
Cuando deseamos embarcarnos en el viaje interno, el
primer requisito es moderar la personalidad y ajustar nuestra propia situación
económica, familiar y social de tal manera que encontremos tiempo suficiente
para girar hacia dentro. La única manera de cruzar la puerta hacia el
interior es servir a nuestros semejantes, sin orgullo, sin lamentos, sin
quejas. De esta manera podemos pagar nuestras deudas con la vida. Cuando
servimos a nuestros compañeros vivientes: plantas, animales y hombres, podemos
ser admitidos en las cámaras del templo interior. Si sentimos a nuestros
compañeros vivientes como manifestaciones de lo Divino, nos acercamos más a lo
Divino. De lo contrario, todo lo que queda es sólo conocimiento teórico, no
importa cuánto conocimiento tengamos. Hasta resulta bueno si servimos al menos
para nosotros mismos.
Sólo podemos viajar a la subjetividad, si creamos el
hábito de girar hacia el interior y calmar la actividad de los sentidos. De
esta manera desarrollamos el observador, y podemos observar los pensamientos
que emergen en nosotros. Poco por poco nos sumergimos un poco más profundamente
y desarrollamos la mente subjetiva que explora el lado interno de las cosas, la
visión interior. Con el tiempo comenzamos a ver lo que ocurre en el templo
interno. Al hacerlo, el sonido del OM nos conduce a las cámaras interiores.
En el centro del corazón se encuentra la puerta a la
realidad interna, a las fronteras del templo interno, donde está el Santo de
los Santos, como le llaman las enseñanzas de la sabiduría. En el corazón
encontramos la pulsación sutil que está en la base de la respiración. Podemos
acercarnos a ella observando la respiración. Cuando estamos junto a la
pulsación, podemos entrar al sistema de la columna vertebral. Ésta nos lleva
dentro de la columna etérea de la conciencia, donde encontramos los vórtices de
energía de los chacras desde la cabeza hasta la base de la espina dorsal.
Cuando subimos por esta columna al centro ajna, encontramos al hombre interno,
que realiza la pulsación y la actividad inteligente así como todo el mecanismo
del cuerpo. Nos descubrimos en nuestro interior. El hombre externo o el ser
inferior es sólo una copia del hombre interno o del alma. La conexión entre los
dos se hace a través de la trayectoria del yoga.
Peregrinajes y Compañeros de Viaje
El viaje desde la base de la espina dorsal hasta el
centro de la cabeza se representa simbólicamente como un peregrinaje y se
describe como un camino sobre 7 colinas. En el sur de la India, esto se
hace hoy todavía como un peregrinaje al templo de Tirupati, que se encuentra
detrás de siete colinas que representan los siete chacras. Muchos van en
peregrinajes a los lugares santos, a las fuentes o a las montañas, para alinear
la mente y experimentar lo Divino. No obstante, si no hacemos la preparación
necesaria para el “viaje a Jerusalén” por medio de la orientación interna, la
mente nos lleva lejos de nuestra intención real de centrarnos en lo Divino,
incluso con un viaje exterior.
En el viaje conocemos muchos compañeros de
viaje. Incluso si algunas relaciones son difíciles, no debemos molestarnos
por ellas, ni perder el equilibrio. Cada cual es como es, y cada cual tiene que
comportarse según su naturaleza. El viaje espiritual exige que prestemos una
atención muy profunda a nuestro propio comportamiento, y no nos incomodemos por
el comportamiento de otros. Como almas, somos hermanos, no obstante, como
personalidades, somos diferentes. Los sabios nunca miran a nadie como si fueran
malos, sino como quienes apenas han comenzado su viaje; piensan que ellos
mismos fueron como éstos porque no conocían toda la ruta. Algunos están más
adelantados en el camino, otros están más atrás. Quienes viajan delante de
nosotros son nuestra inspiración. Los que viajan detrás, nos desafían. Y los
que están alrededor de nosotros durante el viaje están allí para darnos el
entrenamiento requerido. Particularmente aquéllos con quienes compartimos más
de cerca, nos fuerzan a asumir puntos de vista, incluso si no los compartimos.
En consecuencia, la familia es el mejor campo de entrenamiento para la práctica
espiritual.
Comprendiendo el Viaje
Sin señales de guía, podemos perdernos fácilmente en
el camino; sin un mapa resulta difícil orientarse en una ciudad grande. Las
escrituras nos dan el plan del viaje. Y si perseverantemente nos esforzamos por
servir y por lograr conocimiento, los seres de Luz que nos guían se nos
acercan. Lo Divino se acerca más a nosotros, llega a ser activo en nosotros e
incluso se convierte en el conductor de la jornada.
Si alguien tiene pensamientos confundidos, está como
en la niebla. “Un hombre en la niebla es un viajero ciego”, dice el
Maestro DK. En algunos de sus libros parece como si en el mañana todo fuera
luz, y esto para toda la humanidad. Nos sentimos inspirados leyéndolo y tenemos
ya la sensación de ser un discípulo. Elegimos nuestro propio maestro y decidimos
que mañana o pasado mañana tomaremos la tercera iniciación. Así continúan los
juegos de los niños, hasta que comenzamos realmente a vivir con los pasos
prácticos de la verdad.
El viaje es muy largo y se extiende a través de muchas
encarnaciones. No debemos pensar que lo terminamos en apenas una vida.
Pero si percibimos la dimensión del tiempo correctamente, progresaremos
lentamente pero seguramente. Debemos conocer el diseño del viaje y comprender
su meta, pero luego trabajar con el paso siguiente que queda delante de
nosotros. “El hombre puede superar todos los obstáculos si el objetivo de su
viaje está claro para él. Cuando ve la Luz en la distancia, no prestará ninguna
atención a las dificultades del viaje. No contará los pasos hacia esa luz, porque
brilla también en su corazón.“ (Supermundano III, 634)
Fuentes utilizadas: K. P. Kumar:Venus. El Sendero
hacia la Inmortalidad / notas de seminarios / E. Krishnamacharya: El Libro de
Rituales. The World Teacher Trust - Dhanishta, Barcelona, España. - Supermundano
III. Agni-Yoga Society, New York, (www.agniyoga.org ).
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