En muchas
tradiciones, las plumas de Colibrí son atesoradas por sus cualidades casi
mágicas. Se dice que el Colibrí trae amor como ninguna otra medicina puede
hacerlo, y su presencia trae alegría al observador.
Los mayas más
viejos y sabios, cuentan que los Dioses crearon todas las cosas en la Tierra y
al hacerlo, a cada animal, a cada árbol y a cada piedra le encargaron un
trabajo. Pero cuando ya habían terminado, notaron que no había nadie encargado
de llevar sus deseos y pensamientos de un lugar a otro.
Como ya no
tenían barro ni maíz para hacer otro animal, tomaron una piedra de jade y con
ella tallaron una flecha muy pequeña. Cuando estuvo lista, soplaron sobre ella
y la pequeña flecha salió volando. Ya no era más una simple flecha, ahora tenía vida, los
dioses habían creado al x ts’unu’um(colibrí).
Los
nombres mayas en las aves, generalmente se relacionan con los sonidos que
producen, sean sus cantos o sonidos producidos por las plumas, por ejemplo x
ts’unu’um para los colibríes.
Era
tan frágil y tan ligera que el colibrí podía acercarse a las flores más
delicadas sin mover un solo pétalo, sus plumas brillaban bajo el sol como gotas
de lluvia y reflejaban todos los colores.
Entonces
los hombres trataron de atrapar a esa hermosa ave para adornarse con sus
plumas. Los Dioses al verlo, se enojaron y dijeron: “si alguien osa atrapar
algún colibrí, éste morirá”. Por eso es que nadie ha visto alguna vez a un
colibrí en una jaula, ni tampoco en la mano de un hombre.
De
ésta forma es que esta misteriosa y delicada ave ha podido llevar a cabo el
encargo de los Dioses:
“El
colibrí lleva de aquí para allá los pensamientos de los hombres”
Si
alguien te desea un bien, el colibrí tomará ese deseo y lo llevará hacia ti.
Si
un colibrí vuela alrededor de tu cabeza, no lo toques. El tomará tu deseo y lo
llevará a los demás; piensa bien y desea cosas positivas para todos. Piensa que
por algo pasó el colibrí por tu camino; piensa que algo realmente
extraordinario puede ocurrir.
De
ahora en adelante, el colibrí llevará todos tus deseos y pensamientos de un
lugar a otro…
El
colibrí recibe distintos nombres en México y según la región puede conocérseles
como quindes, tucusitos, picaflores, chupamirtos, chuparrosas, huichichiquis, o
por su nombre en lenguas indígenas: huitzilli en náhuatl, x ts’unu’um en maya,
tzunún en huasteco o Jun en totonaco, entre otras.
Los
Aztecas o mexicas, reconocían a los colibríes como aguerridos y valientes
luchadores. Era admirado porque, a pesar de su tamaño, mostraba gran
fuerza y poderío al volar. Su belleza, colorido y precisión eran además
cualidades muy apreciadas. Cabe destacar que los mexicas pensaban que esta ave
nunca moría, y era el símbolo de Huitzilopochtli*, el dios de la guerra. En la
cultura zapoteca, era el encargado de beber la sangre de los sacrificios.
*Huitzilopochtli
ha sido traducido habitualmente como ‘colibrí zurdo’ o ‘colibrí del sur’,
aunque existe desacuerdo entorno al significado ya que el ōpōchtli ‘parte
izquierda’ es el modificado y no el modificador por estar a la derecha, por lo
que la traducción literal sería ‘parte izquierda de colibrí’
En
el libro del Chilam Balam de Chumayel “se denomina al colibrí como una
derivación de un nombre náhuatl, Pizlimtec, que proviene de Piltzintecuhtli, el
Sol jóven (nombre también de Xochipilli, diosa mexica de la música, el
canto, las flores y plantas alucinógenas), y se presenta como el padre del
propio sol de la época actual del universo, que lo engendra cuando se
acababa de reestructurar la tierra después de un cataclismo cósmico. Esto
coincide con el Popol Vuh, donde el sol de la época actual aparece después de
la creación de los hombres de maíz (De la Garza, 1995)”
“Y
bajó Pzimlitec, el de los huesos verdes, al pie de la flor, y el que es Eterno
(el dios creador celeste) lo transformó en colibrí, y entonces chupó la miel de
la flor, de la flor de los nueve pétalos, hasta lo más adentro de ella. Y
entonces tomó por esposa a la flor vacía, y salió el espíritu de la flor a
vagar. Cuando se abrió el cáliz de esta flor, el Sol estaba dentro, y en medio
de ella se leía su nombre. Y sucedió que suspiraron llenos de deseo los Trece
dioses”
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