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28 de diciembre de 2017

Ceres, la Madre Tierra Universal en astrología


Ceres es el más grande de los asteroides pertenecientes al cinturón principal y fue el primero en ser descubierto el 1 de Enero de 1801 por Giuseppe Piazzi, quien se dedicaba a componer un catálogo estelar para el Observatorio de Palermo, fundado por él mismo.

Ceres forma parte del cinturón de asteroides principal entre Marte y Júpiter, orbitando al Sol cada 4,6 años. Su diámetro es de 955 kilómetros y apenas es visible a simple vista, pero fácilmente con unos prismáticos.

Ceres: Trasfondo Mitológico

Ceres era la diosa Romana conocida originalmente por Deméter en la antigua Grecia. Hija de Saturno y Rea, engullida por su padre junto a sus hermanas Vesta y Juno, al igual que sus hermanos, Júpiter, Neptuno y Plutón.


Tras ser liberados por Júpiter, estos dioses se convirtieron en la familia regente de la antigua Grecia. Su regalo a la humanidad fue el grano, y por ello era conocida como la diosa de la agricultura y la cosecha.

Ceres era quien proveía los nutrientes para la humanidad y era adorada por ello. También era madre de Perséfone, una bella doncella, con la cual tenía una relación muy cercana. Juntas, la pareja madre-hija vigilaba sobre la Tierra y le permitía proveer su abundancia a lo largo del año. Madre e hija estaban tan unidas que todos los pretendientes eran rechazados, ya que no querían ser separadas.

Esta actitud no era bien recibida por algunos de los dioses que consideraban a Perséfone una belleza sin par, prestando particular atención a sus magníficos tobillos.

Un día Perséfone deambulaba por los Campos Elíseos y quedó fascinada al contemplar cien narcisos en flor.

Campos Elíseos
El lugar sagrado donde las “sombras” -almas inmortales- de los hombres y mujeres virtuosos y los guerreros heroicos han de pasar la eternidad en una existencia dichosa y feliz, en medio de paisajes verdes y siempre floridos, bajo el sol, por contraposición al Tártaro, donde los condenados sufrían eternos tormentos.
Mientras recogía una de estas encantadores flores y se rodeaba de su seductora fragancia, la tierra a su alrededor cedió, haciéndola caer irremediablemente hacia el abismo.

Perséfone fue inmediatamente capturada por Plutón, dios del Inframundo, quien la llevaba codiciando durante mucho tiempo para que lo acompañara en su trono como esposa.

Tras el retorno de Plutón a su reino y con su recompensa, la tierra quedó como al principio, eliminando con ello todo rastro del delito.

Ceres no tardó mucho en darse cuenta de que su hija había desaparecido. Durante muchos días se negó a comer, dormir o bañarse, deambulando con antorchas por todas partes con el fin de encontrar a su hija perdida.

Deambulando encontró a la diosa bruja, Hécate, la cual le recomendó discutir el problema con el dios Sol que todo lo ve, Helios, testigo del delito. Helios le confirmó el secuestro, el cual fue ejecutado con el permiso de Zeus, con el cual Plutón había conspirado para conseguir a Perséfone como esposa.

Ceres se encontró no solo devastada por la situación, si no enfurecida por la traición, y posando como una simple humana procedió a deambular por la tierra durante un tiempo para evitar asociarse con ninguno de los dioses del Monte Olimpo. Actuó como cuidadora del hijo del rey Celeus hasta que reveló su identidad y ordenó que se le construyeran un templo y un altar.

Ceres se retiró en su templo, lugar donde continuaron sus lamentaciones por su separación con Perséfone. A medida que su dolor se convertía en rabia, empezó a maldecir la tierra de modo que nada pudiera crecer en ella. Ya fueran granos o frutos de cualquier tipo, su rabia hizo que nada diera vida en la ahora baldía tierra, imponiendo una gran hambruna a la humanidad.

La gente rezaba a Zeus en busca de ayuda, quien se dio cuenta de que si toda la humanidad moría no quedaría nadie para alabar a los dioses. Los dioses trataron de razonar con Ceres, pero ella se negó a escuchar y mostrar clemencia a menos que su hija fuera liberada.

Debido a que la situación no mejoraba, Zeus cedió y mando a Hermes camino al Inframundo a que demandara la liberación de Perséfone. Al igual que su madre, Perséfone también pasó tiempo afligida y ayunando.

Plutón accedió a su liberación, pero antes de partir le ofreció unas cuantas semillas de granada para que saciara su sed antes de partir. Inconsciente de que la granada era símbolo de la consumación sexual, Perséfone accedió, acto que confirmó su matrimonio con Plutón.

Moraleja que debemos aprender: a veces aquello que se desconoce es aquello que golpea con más fuerza.

Ceres: El mito de las Estaciones
Cuando Perséfone volvió a la superficie mantuvo un jubiloso encuentro con su madre. Sin embargo, cuando Ceres notó que su hija había consumido semillas de granada, se dio cuenta de que había sido engañada, ya que Perséfone todavía se encontraba unida en matrimonio con Plutón. Por este motivo reinstauró su maldición sobre la tierra, devolviendo los esfuerzos del resto de dioses al punto de partida.

Para remediar la situación, Zeus propuso un compromiso, por cada semilla de granada que Perséfone tomó, esta pasaría un mes como esposa de Plutón en el Inframundo, dejando el resto de meses del año libres para acompañar a su madre.

Y así es cómo a partir de ese momento cada Primavera Perséfone emerge del Inframundo para disfrutar de la compañía de su madre, época del año en que la tierra recupera su energía y vegetación, permitiendo así el inicio de la cosecha.

En el Otoño, no obstante, cuando Perséfone se ve obligada a volver al Inframundo, Ceres ordena de nuevo a la tierra que se vuelva baldía, en espera de su reunión durante la próxima Primavera. Como muchas otras diosas, Ceres era una mujer vengativa, y por ello no es una buena idea meterse con ella.

Implicaciones astrológicas de Ceres

Astrológicamente el emplazamiento de Ceres en el Horóscopo señala el área más importante en relación a los cuidados parentales y el tipo de lecciones que se aprenden de la relación madre-hijo.

Por ejemplo
Ceres en Aries, permitir e impulsar que seamos independientes será muy importante al igual que ser elogiado por la iniciativa y energía.
En Tauro, estar cómodo y provisto de forma material prevalecerá.
Géminis implicaría la necesidad de estimulación mental.
Cáncer la necesidad de una importante atención y cariño.
Leo ser el centro de atención.
Virgo la perfección y ser de utilidad.
Libra fuertes relaciones y equidad.
Escorpio expresión sexual.
Sagitario una fuerte creencia en el sistema y el conocimiento mundano.
Capricornio ambición y estado social.
Acuario los amigos y la integración en el grupo.
Piscis lo trascendental y la fantasía.
También puede indicar la forma en que una persona cuidará de los demás durante la etapa adulta.

La falta de cuidado o apoyo de una madre en estas áreas los hará buscar estos rasgos en otras partes, y si existe una carencia visible o directamente una contrariedad, puede llegar a causar algún trauma emocional y crisis emocionales en potencia, ya que la persona sentirá que faltan elementos en su vida, pero probablemente sea incapaz de identificar exactamente dichos elementos.

Los principios básicos de la autoestima están relacionados con los primeros años de la crianza, los cuales, si ausentes, pueden tener repercusiones que puede llevar toda una vida superar, si es que se logran superar.

También tendremos la tendencia a replicar aquello con lo que crecimos; los patrones establecidos en nuestra infancia tienden a reaparecer en nuestra propia descendencia de una forma u otra. Los padres también pueden proyectar sus propios miedos y aspiraciones a sus hijos, causando diversas frustraciones para todas las partes implicadas.

Ceres cuenta mucho sobre la experiencia y relación de una persona con su madre, particularmente si las cartas se comparan entre la madre y el hijo.
Los tránsitos de Ceres introducirán eventos representados por los temas en el mito de las Estaciones, o traerán problemas del pasado a la superficie para su resolución. Casi todo el mundo tiene “problemas maternales” de algún tipo en el pasado, y estos tránsitos estimulan situaciones que nos fuerzan a hacerles frente y resolverlos.

Como diosa de la agricultura, Ceres también puede indicar el “visto bueno verde”, el amor por la jardinería, o un gran interés en la comida y su preparación. Igualmente, si el aspecto es negativo puede ser indicativo de desórdenes alimenticios, particularmente si la comida se retiraba como castigo o entregaba como recompensa durante la infancia.

Ceres puede ofrecer pistas astrológicas para una gran variedad de problemas de sobrepeso e imagen corporal.
Desde un punto de vista más positivo, el interés de una persona por la comida, desde su origen hasta su preparación, puede encontrarse en el emplazamiento de Ceres. Por ejemplo, alguien con Ceres en Tauro puede verse inclinado a cuidar de la “Madre Tierra”, o ser propenso a preparar cocina creativa.

Ceres también se vincula con las separaciones y el subsecuente sentimiento de pérdida. Define la forma en que una persona se enfrenta al luto y el dolor.
También puede relacionarse a secretos entre una madre y su hijo; ninguna persona conoce por completo a la otra, sin importar cómo de cerca piensen que están. No importa cuánto quiera un hijo a su madre, en algún momento tendrá la necesidad de crecer y buscar pareja. Esto no significa que el amor por su madre disminuya, simplemente que necesitan progresar más allá del rol de un niño.

Las separaciones y distanciamientos de una madre, sin importar la causa, también pueden reflejarse en la carta natal, al igual que los tránsitos de Ceres a través de los signos, casas, y aspectos con el resto de planetas.

Cuanto más apegados estemos a algo o alguien, más probable será que tengamos que enfrentarnos con alguna separación en algún momento del futuro ya que la energía invertida también energizará su polaridad.

Compartir con un ser querido es otro de los principios del mito de Ceres. En esencia, el estereotipo de la “suegra infernal” podría fácilmente ser una mujer incapaz de compartir a su hijo.

Los aspectos Ceres-Plutón suelen indicar aquellos que tendrán que compartir a sus hijos con ex-mujeres, y usualmente sufrir feas batallas por su custodia o malas experiencias de secuestro familiar. Si estos individuos no aprenden a compartir, inevitablemente tendrán que enfrentarse o bien a las cargas de la crianza como un solo padre, o quizá ver el acceso a sus hijos completamente denegado.

Por otra parte, Ceres puede conceder una gran capacidad para criar y nutrir que permite a un individual asumir el rol de ambos padres con facilidad.

En su parte más sombría, los tránsitos y emplazamientos de Ceres pueden reflejar situaciones como el abuso infantil o un secuestro.

Por supuesto, la separación definitiva es la muerte, representada por el Inframundo. Esto es algo con lo que todo el mundo tiene que lidiar, ya sea antes o después. La pena y el luto ilimitados en cierto momento llegan a convertirse en contraproducentes trabas para nuestro crecimiento. Esta es otra de las lecciones que Ceres quiere compartir.

La riqueza ofrecida por Ceres a nuestra Carta Natal es digna de consideración, particularmente si la persona está sufriendo dificultades con cualquier problema reflejado en el mito de Ceres.

Un astrólogo capacitado es capaz de interpretar el emplazamiento de Ceres en la Carta Natal y sus subsecuentes tránsitos, obteniendo pistas ante los problemas que estén sucediendo. En algunos casos, para los problemas bien arraigados, el cliente puede necesitar ser referido a un psicólogo que le ayude a superar las situaciones que escapan a la capacidad individual de resolución del astrólogo, para que sean trabajadas de forma más específica por el psicólogo.


Si Ceres se encuentra retrógrado en la Carta Natal, como es típico en los planetas retrógrados, la energía se internalizará y difícilmente expresará con facilidad, lo cual podrá complicar cualquier otro problema asociado con los aspectos o tránsitos natales.

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