La porción comienza con las palabras Atem nitsavim hayom, el Creador habla con los israelitas que se reúnen frente a Él y les dice: “Están aquí hoy”. Y los kabbalistas nos dicen que la reunión de los israelitas sobre la que se habla en esta porción tiene un propósito: que ellos acepten el llamado arvut, lo que se traduce como “responsabilidad común”. Eso es lo que ocurrió en este Shabat hace miles de años y es la Luz que está disponible cada Shabat Nitsavim. El Creador se dirige a cada uno de nosotros y nos pregunta: ¿Deseas vivir tu vida con responsabilidad por el mundo?
Este Shabat, Shabat Nitsavim, es muy importante;
es el último del año, el últimos antes de Rosh Hashaná.
La porción comienza con las palabras Atem
nitsavim hayom, el Creador habla con los israelitas que se reúnen frente a
Él y les dice: “Están aquí hoy”. Y los kabbalistas nos dicen que la reunión de
los israelitas sobre la que se habla en esta porción tiene un propósito: que
ellos acepten el llamado arvut, lo que se traduce como
“responsabilidad común”. Eso es lo que ocurrió en este Shabat hace miles de
años y es la Luz que está disponible cada Shabat Nitsavim. El Creador se dirige
a cada uno de nosotros y nos pregunta: ¿Deseas vivir tu vida con
responsabilidad por el mundo?
"Cada uno de nosotros forma parte del
esfuerzo colectivo de la humanidad por cambiar el mundo."
Pero ¿qué significa eso? Rav Áshlag lo explica
en una sección de La Sabiduría de la Verdad. Él abre con una cita
de Rav Elazar, hijo de Rav Shimón bar Yojái, y llega a decir que esta enseñanza
es una de las más difíciles —es decir, una de las más poderosas— de todo el
Talmud.
Rav Elazar dijo: “El mundo siempre es juzgado
por la mayoría, y cada individuo también es juzgado. Por lo tanto, si realiza
una acción espiritual, es merecedor, se llevó a sí mismo y al mundo como un
todo a la balanza del merecimiento, a la balanza de las bendiciones, a la
balanza de Luz. Pero si se comporta con aspectos del Deseo de Recibir para Sí
Mismo, si se comporta en modo negativo… Con esa acción cambia de posición y
cambia el equilibrio de todo el mundo hacia la balanza de la carencia y el
juicio”. “Es juzgado” significa que lo que se manifiesta en nuestra vida
depende de la mayoría de nuestras acciones.
Rav Áshlag nos pregunta cómo le podemos dar
sentido a esta cita. Según Rav Elazar, cada acción de conexión y revelación de
Luz que realizamos mueve a todo el mundo hacia lo positivo y cada acción de
negatividad lo mueve hacia lo negativo. Pero pensemos en esto de modo práctico.
Al pensar en nuestro día de hoy, quizá algunos de nosotros hicimos algo
negativo o positivo… pero ¿en realidad sentimos que el mundo entero cambió de
repente debido a ello?
Rav Áshlag nos dice que esto se trata, por
supuesto, de un esfuerzo colectivo. Para explicar esto, él usa el ejemplo de
alguien que agrega semillas de ajonjolí a una balanza. Si tiene un millardo de
semillas en un lado y nueve millardos en el otro, la balanza se inclinará hacia
un lado; aunque una semilla de ajonjolí sea pequeñita, la acumulación hace la
diferencia. Mashíaj, lo que llamamos el Final de la
Corrección, momento en el que el dolor, el sufrimiento y la muerte es eliminado
de este mundo, depende de la acumulación de semillas de ajonjolí. Cada una de
nuestras acciones, positivas o negativas, contribuye con la inclinación hacia
la Luz, el merecimiento y las bendiciones, o con la inclinación hacia el Lado
Negativo.
Así que no recibiremos algo de Luz y de repente
hacer cambiar al mundo simplemente porque realizamos una conexión o una acción
de compartir. Lo que de verdad ocurre es que cuando realizamos esa conexión o
acción, agregamos una semilla a, por ejemplo, los diez billones que ya existen.
Y cada semilla que agregamos a través de cualquier cantidad de acciones
positivas ayuda a equilibrar el mundo, y juntos, de modo colectivo, lo llevamos
al Final de la Corrección.
Ese es el entendimiento básico de lo que dice
Rav Elazar, hijo de Rav Shimón bar Yojái. Cada uno de nosotros forma parte del
esfuerzo colectivo de la humanidad por cambiar el mundo, desde el inicio de los
tiempos hasta el Guemar HaTikún, el Final de la Corrección. Y cada
acción que hacemos, si es positiva, agrega una semilla de ajonjolí al lado de
positividad de la Luz, mientras que cada acción negativa que hacemos quita una.
Pero, siendo sinceros con nosotros mismos, ¿es
así como realmente pensamos? Por ejemplo, quizá realizamos una acción muy
hermosa hoy. Vimos a alguien que necesitaba ayuda y se la dimos aunque fuese
incómodo para nosotros porque queremos crecer y cambiar. Al hacerlo, en efecto
trajimos Luz para nosotros y para el mundo. No obstante, si cuando realizamos
esa acción hubiésemos deseado que también contribuyera con el equilibrio del
mundo, se habría multiplicado su efecto y su fuerza, de ese modo, en vez de una
semilla de ajonjolí habríamos contribuido al menos con dos. Al decidir vivir
una vida basada en la conciencia constante de la responsabilidad común por el
equilibrio del mundo, cada acción que hacemos se multiplica.
El Creador se dirigió a los israelitas hace
miles de años en este Shabat y se dirige a nosotros también; Él pregunta si
solo queremos Luz para nosotros mismos o si estamos dispuestos a vivir por el
mundo. ¿Viviremos una vida en la que tenemos conciencia constantemente de que
la Luz que creamos con nuestras acciones no sólo es para nosotros, nuestra
familia y aquellos por los que meditamos, sino también para equilibrar el
mundo? Porque esa es la única conciencia que multiplica el poder de nuestra Luz
e inclina la balanza hacia lo positivo. Y esa es la conciencia que puede ser
activada por el Creador en cada uno de nosotros durante Shabat Nitsavim.
¿Qué
hay en un nombre? Aparentemente, mucho más de lo que podríamos imaginar.
La
historia bíblica del Génesis transmite cómo las primeras personas "daron
nombres a todo el ganado y a las aves del aire" (2:20). Sin embargo, el
Zohar Cabbalístico lleva esta historia un paso más allá. ¡Enseña que, a través
de su nombre, las criaturas se animaron por primera vez! En otras palabras, una
vez que nombramos algo – cualquier cosa que deseamos—le damos vida. Ponemos en
marcha la creación de nuestros deseos simplemente conociendo y nombrando lo que
realmente queremos.
Y, en
este momento en el calendario cósmico, el potencial que tenemos para crear (y
recrear) nuestras propias vidas está en su apogeo. Rosh Hashanah –o "el
jefe del año nuevo" – cae en el primer día del mes de Tishrei (Libra). En
este día y durante todo el mes, naturalmente estamos alineados con las
poderosas energías de renovación y manifestación.
El
último mes de Virgo nos animó a practicar Teshuvah, que se traduce en volver.
Tanto si has participado o no en mi Auditoría de Vida de Virgo, esta es la
época del año para sentarte y echar un vistazo de cerca a dónde has estado...
lo que ha estado funcionando o no en tu vida. ¡Sólo entendiendo nuestros
errores del pasado (o giros equivocados) podemos realizar las
"afinaciones" necesarias e identificar con precisión –y nombrar–
dónde más nos gustaría ir y crecer!
Pero
nombrar nuestros deseos no es suficiente para darlos frutos. Tenemos que asumir
un papel activo en convertirnos en co-creadores de nuestro destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario