¿Te has preguntado alguna vez si realmente estás pensando o simplemente estás repitiendo pensamientos ajenos? Los Maestros definen el pensar como aquella actividad de la mente que alejada de los hábitos o patrones mentales con los cuales hemos sido educados, puede moverse libremente y captar el momento presente. La mayoría de nosotros al pensar lo que hacemos es activar las memorias acumuladas que, al ser estimuladas por la circunstancia presente, se convierten en opiniones y palabras.
La mente es un principio reflector, es la “luna” en nosotros. Cuando a la mente le falta transparencia porque está llena de memorias,
pensamientos formas, hábitos de conducta, vemos mal y percibimos erróneamente.El Maestro Saint Germain nos ayuda a comprender cómo los
Maestros definen el pensar. “La humanidad ha establecido dentro de su
mente concreta inferior muchas avenidas para la expresión, caminos que la
conciencia sigue sin esfuerzo y a eso le llaman pensar…. Cuando me
refiero al término “pensar” me refiero al desarrollo del poder de selección que
tiene la facultad mental. Pero ustedes piensan de acuerdo con el patrón de
pensamiento con el que han sido educados.
Nosotros nos estamos refiriendo al
movimiento constante de la sustancia mental que permite dentro de ella la
concepción de una nueva idea, el crecimiento de esa idea que se transforma en
un concepto específico, y la relación de ese concepto con el mundo como una
forma de pensamiento particular. Este es el tipo de pensamiento que se requiere
de los discípulos y aspirantes.” (Lucille Cedercrans, Ashramics
Projections)
Para poder pensar como lo definen los Maestros es necesario
buscar un estado mental en donde la energía pueda moverse libremente, lograr
una lucidez en la que la sustancia mental, en vez de estar coloreada y
establecida en patrones, sea simplemente luz y refleje luz.
Para lograr esta mente que los Maestros requieren de sus
discípulos de manera que puedan recibir la inspiración para el servicio y ser
realmente de utilidad para el Plan, es obvio que tenemos que independizarnos de
las memorias acumuladas en la mente subconsciente porque éstas influyen
directamente en el contenido de la mente concreta y sus patrones de
pensamientos. Estos patrones de pensamientos, formados por viejos hábitos nos
mantienen recorriendo los mismos senderos y repitiendo los mismos errores. En
estas memorias está asentado nuestro karma. Si logramos una mente libre de esta
influencia estamos prácticamente trascendiendo el karma.
Es todo un trabajo, es el más importante que tiene ante sí un
discípulo. Que la mente no deambule a su antojo y sea sensible a la
impregnación de las esferas superiores.
¿Cómo lograrlo?
Hemos escuchado muchas veces eso de “pensar con el corazón”.
Ahora que sabemos que el corazón tiene neuronas y funciona como un pequeño
cerebro entendemos mejor eso de pensar con el corazón. Cuando la persona
alimenta pensamientos generosos y altruistas y emociones elevadas, la variación
de su frecuencia cardiaca es armoniosa y las ondas cerebrales se van
sincronizando poco a poco con las variaciones del ritmo cardíaco y acaban
también siendo amplias y regulares. Se consigue un estado de coherencia que
establece un funcionamiento óptimo en todos los niveles
Cuando la persona vive emociones y pensamientos negativos, no
solo no hay armonía en la variación de la frecuencia cardiaca, que es
incoherente, sino que las ondas cerebrales no tienen ninguna relación con el
ritmo cardíaco. Se establece el caos biológico que limita el funcionamiento del
sistema humano en todos sus aspectos, incluyendo el pensar.
Todos los pensamientos negativos son separadores – todo lo
negativo separa. Piensa en el odio, la rabia, la desconfianza, etc. La vida
está toda enlazada como un tejido y nosotros somos hebras de ese tejido. Todo
lo que separa pertenece a la Gran Mentira.
Resulta que la clave está en amar, pero amar impersonalmente,
como el sol, como el Alma. Ese amor impersonal que busca siempre el bienestar
de los demás, que libera la mente, la limpia y nos hace más lúcidos.
El Maestro Saint Germain nos ofrece una visualización para
ayudarnos en la limpieza del contenido la mente. Imagina que la luz penetra la
mente concreta y la va impregnando con su esencia. Visualiza como esta luz
circula libremente y la vuelve receptiva a la impresión, con la capacidad de
ensamblarse a sí misma de la forma que mejor transmita la Verdad con la cual
entra en contacto.
El Maestro Kumar nos recomienda que limpiemos la mente con el
azul. Al meditar invoquemos y contemplemos en el azul, de manera que cuando
concluyamos la meditación habremos llenado completamente la mente, los sentidos
y los tejidos del cuerpo con el azul. Esto permite una limpieza de la mente.
Con tus nudillos tócate la cabeza como si tocaras a la puerta
y pregúntate: ¿Quién está ahí, ¿el abuelo, la abuela?, ¿el bisabuelo, la
bisabuela? ¿las opiniones del periodista?, ¿el instinto disfrazado de
pensamiento? ¿la opinión del maestro? ¿o será tu mamá o tu papá? ¿Quién está
ahí?
Por favor, asegúrate que seas TÚ. Y recuerda, el primer
requisito del Discipulado es PENSAR.
Que los pensamientos que mi alma crea llenen de luz la vida de
todos ustedes. Con el amor de siempre,
Carmen Santiago
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