Es tiempo de detener la agresiva búsqueda de respuestas. Vacíate totalmente, vuélvete receptivo a toda la existencia. Simplemente relájate, espera y disfruta.
Un profesor de filosofía fue al Maestro Zen Nan-In y le preguntó acerca de Dios, la meditación y muchas cosas por el estilo. El Maestro lo escuchó silenciosamente y luego le dijo: “Te ves cansado. Has escalado esta alta montaña, has llegado de un remoto lugar. Déjame que primero te sirva té”.
El profesor esperó. Hervía con
preguntas, pero mientras cantaba el samovar y el aroma del té se difundía, el
Maestro dijo: “Espera, no estés tan apurado. Quizás, hasta tomando el té pueden
contestarse tus preguntas”. El profesor empezó a preguntarse si su viaje no
habría sido en vano. “Este hombre parece loco, ¿cómo puede contestarse mi
pregunta sobre Dios tomando té?. Pero también estaba cansado y sería bueno
tomar una taza de té antes de descender de la montaña”.
El Maestro trajo la pava,
vertió té en la taza y el té comenzó a inundar el plato, pero él continuó
vertiéndolo. Luego el plato también se llenó. Sólo una gota más y el té habría
comenzado a caer al piso. El profesor dijo: “Deténgase, ¡qué está haciendo! ¿no
ve que la taza está llena, que el pato está lleno?”.
Y Nan-In dijo: “Esa es la
precisa situación en la que te hallas. Tu mente está tan llena de preguntas que
aún si respondo, no tienes lugar para alojar las respuestas. Y te digo, desde
que entraste en esta casa, tus preguntas inundan todo el lugar. Esta pequeña
choza está llena de tus preguntas. Regresa, vacía tu taza y luego ven. Primero
haz un poco de espacio dentro de ti”.
Has venido a una persona aún
más peligrosa que Nan-In, porque para mí una taza vacía no será suficiente. La
taza debe romperse íntegramente. Aún vacía, si estás allí, entonces estás
lleno. Sólo cuando dejes de ser, el té podrá fluir dentro de tu ser. Sólo si no
eres, realmente no habrá necesidad de volcar té dentro de ti. Cuando no eres,
toda la existencia comienza a volcarse, desde todas las dimensiones, desde
todas las direcciones.
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