Las personas despiertas son indomables, intuitivas y poseen la serenidad y confianza de quienes han aprendido a ver la vida con los ojos del alma. Son personas que pasaron por situaciones difíciles, vieron sueños que no se hicieron realidad, tuvieron que despedirse de quienes amaban y vieron la vida poner a prueba toda confianza en sí mismos y su creencia en el bien. Sin embargo, sanaron cada herida con la sabiduría de aquellos que recibieron el dolor como un sabio consejero, y eligieron poner por sus enseñanzas en lugar de un dolor acumulado y desilusión.
Por eso
llevan cierto brillo en los ojos, una presencia llena de luz y carisma y un
aura de calor que no pasa desapercibido.
Son
personas que no siguen al gran colectivo, no tienen miedo de verse en ridículo
por creer en lo invisible y cuidar su energía, su mente, su alma y su corazón
como un templo siendo cuidado.
Una persona despierta ha aprendido a honrarse a sí misma, ama lo que es, se enorgullece de su trayectoria, ya no da poder a la crítica o al juicio, ni pierde su tiempo juzgando a los demás. Sabes que todos estamos entre inconsciencia y despertar y que este proceso es sagrado e individual. Todo el mundo tiene su propio tiempo y su propio "reloj despertador".
Es por eso que la persona despierta agradece por todo y por todos los que pasaron por su viaje: los que los amaron y los que los despertaron. Porque es inevitable.
Nadie
puede vivir para siempre en dependencia, inseguridad o latente de sí mismo. A
veces la vida realmente nos sacude, para que despertemos, a nuestra fuerza, a
nuestro poder, hasta el infinito que habita en nosotros. Esto es lo que trae la
seguridad de la persona despierta. No la seguridad que menosprecia la cautela,
sino la seguridad de quien está bien con ser quien es y que se ha convertido en
un lugar de paz para vivir. ¡Una persona despierta, ayuda a despertar al mundo!
CONNSCIENCIA
CRISTAL ARCOIRIS EN ACCION
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