Esta lunación se dará en España mañana día 14 de diciembre de 2016 en el
grado 22º de Géminis
La próxima Luna llena nos
impregnará de su luz desde un signo que nos remite, entre otras cosas, a la
dualidad, a lo racional, a las ideas y la comunicación, así como al dinamismo.
Se trata del versátil y polifacético signo de Géminis.
La Luna llena en este signo
nos llevará a revelar la naturaleza ambivalente del alma, proponiéndonos como
trabajo interior a realizar el abrazar tanto nuestra luz como nuestra
sombra.
Sería tan lindo como ingenuo
pensar que en ella sólo habita luz, sólo hay bondad y amor pero, ciertamente,
nuestra naturaleza humana, tan contaminada como está de programaciones, tan
herida de traumas, acechada de miedos e incluso, a veces, anquilosada de
resentimientos, se encuentra supeditada a ese Lila o juego ilusorio que el Ser
generó para conocerse a sí mismo, sumergida en la idea de la dualidad, que
percibiendo la propia existencia como algo separado, en la ignorancia de su
naturaleza plena y trascendente.
En este sentido, el
objetivo fundamental de la Luna llena en Géminis es permitirnos ver con mayor
claridad esa dualidad, con el fin de que podamos aceptarla, comprenderla e
integrarla.
Géminis es también un signo
sumamente racional, por lo que la Luna en este signo implica un acercamiento
bastante más desenfadado que otras lunas más intensas o profundas, como lo
pueden ser las lunas en signos de fuego o de agua. Con la Luna geminiana
las emociones pasarán automáticamente por el tamiz de la razón y, por lo tanto,
la tendencia será ser más objetivos ante las mismas.
Aunado a ello, la presencia de
Mercurio, dispositor de esta Luna por su regencia sobre el signo de Géminis, en
el signo de Capricornio, nos llevará a adoptar una actitud crítica ante las
mismas y también a digerirlas con mayor lentitud quizá para darnos tiempo de
integrarlas adecuadamente a nuestra estructura.
No obstante, las
emociones que vivamos durante esta Luna llena pueden llegar a impactarnos de
tal manera que promuevan una profunda transformación estructural en nuestras
vidas. Esto debido a la actual conjunción entre Mercurio y
Plutón en Capricornio.
En este sentido, es
fundamental hacer consciencia de que esa transformación ha de comenzar por los
patrones mentales limitantes y las programaciones de miedos e ideas negativas
que resuenen con frustración, incapacitación y/o rechazo que de alguna manera
se han anquilosado en nosotros generando bloqueos que no hacen más que retrasar
nuestra evolución.
Es momento de permitir a la
mente transformar el plomo en oro, advirtiendo que esa pesada carga mental que
se ha convertido en un lastre es la misma materia prima de la cual podremos
extraer madurez y una renovada estructura mental más congruente con nuestro
momento evolutivo.
Capricornio también nos habla
de austeridad, así que con el dispositor de la Luna en este signo, seremos
más bien comedidos en lo referente a nuestra experimentación emocional y,
aunque a la Luna en Géminis le gusta comunicar sus emociones al punto de que
podría escribir una novela para contárnoslas, con Mercurio en Capricornio,
siendo el dispositor de esta Luna, la cosa cambia, quizá las comuniquemos de
forma más austera, más prudente y circunspecta.
Incluso, al estar este en
conjunción a Plutón, puede que optemos por reservárnoslas para nuestro fuero
interno y/o hacer que el silencio sea el que hable por nosotros, sobre todo si
precisamos marcar límites ante alguna situación que se nos presente.
También puede que surjan
palabras ásperas e hirientes que expresen, por ejemplo, algún tipo de
inconformidad y/o resentimiento o que la comunicación este impregnada de tal
intensidad, profundidad y/o sabiduría que sea propiciada, a través de esta,
alguna transformación en nosotros mismos o en los demás.
Sea como sea, lo que digamos o
nos digan puede llegar muy profundo, a los cimientos mismos de nuestra
estructura.
La actual cuadratura que
mantiene Plutón con Urano, ese gran despertador de la conciencia, y con Ceres,
la Gran Madre de vida, muerte y resurrección, ambos en el signo de Aries,
estimulará estos procesos de alquimia que pueden suscitarse.
Un nuevo despertar se avecina
pero precisa que la voluntad de trasformación de esos patrones mentales
obsoletos sea activada, y viceversa, este proceso se activará como
consecuencia de un nuevo despertar, todo esto sucederá por medio de ese
mecanismo cósmico en el que los planetas a través de esas tensiones que generan
entre sí actúan de forma sinérgica y se activan los unos a los otros para
desencadenar procesos internos y externos, los segundos manifestación de los
primeros, y estos últimos a su vez estimulantes de lo que sucede en nuestro
interior porque aquello que manifestamos de alguna forma retroalimenta nuestro
proceso evolutivo.
La danza cósmica está servida
y en ella se combinan, junto al resto de energías planetarias, la lentitud de
los procesos plutonianos y la inmediatez de los saltos cuánticos uranianos,
confluyendo en el desenvolvimiento de nuestra evolución.
Por si fuera poco, a esta
cuadratura entre la conjunción Urano/Ceres en Aries y Plutón en Capricornio, se
suma el planeta Júpiter desde el signo de Libra, quien también se encuentra
cuadrando a Plutón y, a su vez, oponiéndose a Urano, configurando entre todos
una T cuadrada.
Júpiter estará añadiendo a
esta configuración su espíritu de aventura y su búsqueda de sentido y expansión
a través de la belleza, de la armonía y de la interacción social, propias del
signo de Libra.
Las relaciones que
establezcamos en este período o aquellas que ya estuviesen establecidas tendrán
una influencia preponderante en nuestro proceso evolutivo. Quizá
se trate de un compañero de viaje, ya sea en un sentido literal y/o simbólico
que nos sirva de espejo y al que sirvamos de espejo para, mutuamente,
expandirnos, transformarnos, despertarnos.
Ello, en todo caso,
requiere la madurez suficiente, no sólo para ahondar en nosotros mismos sino
para también ser capaces de ver en el otro lo que no soy capaz de reconocer en
mí.
Y como Venus, dispositor de
Júpiter, se encuentra actualmente en el signo de Acuario, lo anteriormente
expresado tenderá a manifestarse a través de la multiplicidad de personas con
las que contactemos y, en especial, de nuestros amigos, que serán, junto a la pareja,
los detonantes de ese despertar que se avecina.
No olvidemos que Urano,
dispositor de Venus, por su regencia sobre el signo de Acuario, está en Aries
formando parte de esa intensa T cuadrada, así que de nuevo la dinámica
energética nos lleva al mismo lugar.
Por ello podría decirse que no
hay escapatoria, la transformación ha de darse, sí o sí. Ser
capaces de soltar, estar abiertos y fluir en el aquí y el ahora nos facilitará
el proceso de transmutación interior. Cualquier aferramiento o resistencia
no produciría más que dolor, angustia y ansiedad.
Es momento de asumir que
estamos preparados, el cosmos así nos lo muestra, basta ya de estancamiento, de
miedo y de desaprobación.
Marte en Acuario, que se
encuentra en trígono con la Luna en Géminis y en sextil con el Sol quien
actualmente se encuentra en conjunción a Saturno en Sagitario, nos dará el
valor suficiente para asumir los cambios pertinentes e, incluso, promoverlos.
Nos veremos impulsados a hacer
cambios radicales en nuestra vida, sin embargo, es importante tener la madurez
suficiente para asumir las consecuencias, así como la prudencia necesaria para
determinar si realmente estos encaminarán el proceso hacia una transformación
positiva que nos conduzca a establecer una estructura que pueda expandirnos y
permitirnos ser más creativos.
De ser así, este Marte
puede impulsarnos a dar un salto cuántico que nos permitirá ciertamente avanzar
en nuestro proceso evolutivo.
No menos importante es la
configuración de la que propiamente participa esta Luna, se trata de un
rectángulo místico de aire y fuego, del cual participan la Luna llena en
Géminis, el Sol y Saturno , quienes se encuentran formando conjunción en el signo
de Sagitario, Júpiter en Libra y la conjunción Urano/Ceres en el signo de
Aries.
Esta configuración consiste
en un rectángulo, en el cual los lados más largos están conformados por dos
trígonos y sus lados más cortos por dos sextiles, a lo que se suman dos oposiciones
que se cruzan en su centro.
Primeramente, es preciso decir
que, al tratarse de un rectángulo místico de fuego y aire, el reto que se
plantea es el de conciliar e integrar de forma bastante dinámica lo personal y
lo social por medio del impulso creativo, emprendedor y apasionado que
nos brindan los signos de fuego y las capacidades de sociabilización, diálogo y
don de gentes que nos ofrecen los signos de aire.
En este caso en particular,
este rectángulo puede estarnos invitando, entre otras cosas, a celebrar la maduración
o concreción de algún sueño, o bien, a trazar la ruta de un proyecto que nos
proporcione mayor relevancia y/o reconocimiento y que de alguna forma podamos
compartir con otros, ya sea porque nos acompañen en el mismo o porque tenga
como finalidad una mutua expansión o un aprendizaje/enseñanza compartidos.
Ello responderá a la necesidad
de comunicar nuestras ideas y/o de intercambiar conocimiento y estará
incentivada por un reencuentro o reconciliación con esa parte de nosotros que desea
salir de la zona de confort e introducir cambios radicales en nuestras vidas.
Se está activando un despertar
que busca responder a esa búsqueda de sentido que de alguna manera estamos
experimentando en este período a través del espejo que nos ofrecen los demás
como forma de propiciar un reencuentro con otras facetas de nosotros mismos que
desconocíamos o que retomamos desde un nuevo estado de conciencia.
Reinventarse es, en realidad,
redescubrirse y, al hacerlo, de manera natural emergen metas y sueños a través
de los cuales se podrá expresar nuestra creatividad, ofreciéndonos la
oportunidad de dar nuestro aporte a este mundo en el que hemos venido a hacer
florecer el conocimiento que ha emergido iluminado por la sabiduría ancestral
almacenada en nuestra estructura y que desencadenará una toná de consciencia
acerca de nuestro propósito evolutivo aunada a la responsabilidad que comporta
el asumirlo y permitir que este se revele y exprese de forma gradual y
armoniosa.
En otro orden de ideas, esta
configuración también puede hacer referencia a la planificación de los viajes y
reencuentros con amistades, así como a las comunicaciones y/o visitas
familiares, típicas de estas fechas decembrinas.
Sea como sea, es una Luna para
trabajar la comunicación, el florecimiento de las ideas, y dinamizarnos, a
pesar de esas inercias que quizá podamos experimentar y que parecieran amenazar
con estancarnos.
Recordemos que en nuestro
interior está la habilidad y la voluntad para avanzar en nuestro proceso,
convirtamos pues esas resistencias en la fuerza potencial que nos movilice, así
sea a paso lento pero seguro, y podremos emerger como un ave fénix, renovados,
fortalecidos y vivificados.
Nuestra mente es una
herramienta poderosa, usémosla en favor de sí misma para sacarla de ese foso de
negatividad en el que pareciera estar cayendo en ocasiones, permitiendo así que
desarrolle las alas que harán que vuele alto, más segura, más constructiva,
menos temerosa y más capaz de transformar los desafíos en oportunidades.
Que sea una Luna llena fecunda
de ideas renovadoras para todos.
Nathacha Oura
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