por Lee Harris
http://www.leeharrisenergy.com
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Si últimamente
te sientes confuso y descentrado, si miras al mundo y te preguntas qué está
ocurriendo, no te preocupes: es algo bastante común. Como dije en meses
anteriores, nos encontramos en un momento de intensidad y de energía altamente
emocional debido a que están emergiendo muchos asuntos relacionados con el
miedo. El motivo es que, cuando vemos lo que ocurre a nuestro alrededor, muchos
de nosotros ya no nos sentimos tan seguros en el mundo como nos sentíamos
antes. Hay infinidad de razones para ello, y necesitaríamos otro artículo para
poder explicarlo. Hoy me gustaría únicamente considerar qué podemos hacer para
lograr mantener nuestro equilibrio.
El fin de semana pasado tuvimos
en Los Ángeles otro retiro de “Maestría de la Energía”. Cada uno de estos
encuentros es único; los grupos son pequeños y aparecen temas relacionados con
cada grupo. Los temas que surgieron esta vez fueron, entre otros, “Dar la
bienvenida a la alegría” y “Aumentar tu luz y tu magia”. Resultó interesante
comprobar que, cuando hablamos acerca de cómo sentir más alegría, el bloqueo
más frecuente que apareció fue el de las relaciones kármicas. De hecho, las
relaciones kármicas y cómo lograr disolverlas llegó a convertirse en el tema
principal del pasado retiro.
El concepto de relaciones
kármicas puede encerrar diferentes significados para cada uno de nosotros. En
mi opinión, guarda relación los apegos emocionales que sentimos por otras
personas. Por ejemplo, un padre siente un vínculo evidente y lógico hacia su
hijo, y hará todo lo que esté en su mano por su bien (a menos que su modelo
parental que aprendido fuera el de no expresar amor, entonces repetirá esa
misma herida en su relación con él). Sin embargo, las relaciones kármicas
aparecen en todos los ámbitos de nuestra vida: en nuestras amistades, las
relaciones de trabajo, con nuestros amantes y nuestras relaciones afectivas,
nuestras familias…
En estos momentos está
ocurriendo un cambio importante porque estamos siendo “empujados” hasta el
límite de lo que podemos tolerar. Cuando nos sentimos bajos de energía y de
autoestima, cuando se ha agotado nuestra paciencia (debido al exceso de
estímulos que nos rodean), tenemos una oportunidad única en las relaciones
kármicas de nuestra vida. Porque dejamos de hacer cosas que nos perjudican en
el ámbito de la relaciones y, en cambio, comenzamos a buscar relaciones que nos
apoyan.
La parte difícil para todos es
que las relaciones se basan en reacciones químicas entre dos personas. Por
ejemplo, si tengo un problema con un amigo y estoy muy enfadado con él, puedo
decir: “¡No puedo creer que me haga sentir así!”. Todos sabemos que no es mi
amigo quien me hace sentir así. Lo más seguro es que una reacción química con
esa persona y con esa dinámica haya provocado en mí una reacción que, a menudo,
viene del pasado. Por consiguiente, ese amigo sólo habrá activado la herida de
víctima que llevo arrastrando durante toda mi vida.
Con mi reacción, tengo la
oportunidad de hacerme más consciente de esa relación kármica para poder seguir
adelante y dejarla ir (lo que significa que tengo que sentirla y sanarla) o
puedo, por el contrario, exacerbarla y permitir que se quede estancada en mi
mente, dando vueltas.
Hay dos razones para que nos
quedemos en la esfera de la mente. En nuestra sociedad solemos procesar la
información a través de ella y nos comunicamos desde de un nivel más mental. Y,
la segunda razón, es que nos ofrece una manera de salirnos y de desconectarnos
de nuestro cuerpo. Cuando sentimos emociones intensas, nos asusta la idea de
quedar atrapados en ellas o que lleguen a sobrepasarnos. Entonces desconectamos
de la emoción y comenzamos a contarnos historias.
Incido en todo esto porque,
ahora mismo, hay muchas emociones en el aire y, por lo tanto, también estamos
contándonos muchas historias. Es posible que estemos viendo que muchas personas
están viviendo lo que nos parecen “dramas” (lo cual para significa ellas
“dolor”). Quizá se trate de personas que cuentan lo mismo una y otra vez: “¡No
puedo creer que X me dijera eso, o que Y me hiciera eso”, o “No puedo creer que
el Universo la tenga tomada conmigo…!”.
Algunas cosas pueden parecernos
reales en un momento dado pero, en realidad, es fácil que nos encontremos en un
estado de reacción emocional. Estamos viendo una cantidad ingente de reacciones
emocionales con muy poca responsabilidad personal, tanto en nuestro entorno,
como quizá pueda pasarnos en ocasiones a nosotros mismos. Es posible que últimamente
hayas sentido más deseos de lo normal de evadirte o de distraerte, de evitar
cosas; que no sintieras deseos de cumplir tus compromisos con los demás, con la
sensación de “hoy no estoy para esto”.
Si no es tu caso, si, por el
contrario, estas aprovechando la ocasión que te brinda este momento para estar
plenamente presente y consciente (lo cual puede parecer más incómodo, pero
resulta mucho más beneficioso a la larga si seguimos poniéndolo en práctica),
tal vez estés notando esa tendencia en las personas que te rodean.
Como decía, este mes estaremos
examinando muy de cerca las relaciones kármicas. Lo que podría suscitar en
nosotros las siguientes preguntas: ¿Cómo me estoy sintiendo en esta relación?
¿Qué necesito decirle a esta persona? Si observo mi reacción ante ella, ¿qué
necesito decirme a mí mismo, de qué debería ser consciente? ¿Cómo debería
comportarme y actuar la próxima vez para no quedarme atascado en esta situación
o estancado en esta relación?
Está dándose un verdadero cambio
de guardia en nuestras relaciones, lo cual no significa que todas las personas
de nuestra vida tengan que desaparecer. Sé que hace 10 ó 15 años muchos
experimentamos épocas en que todas nuestras relaciones cambiaron de golpe. Sin
embargo, ahora se nos presenta la oportunidad de experimentar cambios más
sutiles.
Ahora sabemos qué palabras
exactas debemos decir en esa conversación difícil que tenemos pendiente con
alguien: “¿Sabes? No me sentí muy cómodo después de nuestra última
conversación. ¿Podríamos hablar, decirte como me sentí yo y tú podrías decirme
qué te pareció? Si conseguimos entendernos mejor, quizá podamos llegar a un
punto común de entendimiento.”
La otra persona no va a sentirse
amenazada por estas palabras, que tendrán un efecto muy diferente a si
dijéramos: “¡Me has arruinado la vida!”. Ese tono toca directamente la herida
del juicio en los demás y enseguida piensan: “¡Me están atacando, me están
juzgando! ¡Está haciendo lo mismo que mi padre, lo mismo que mi pareja!”. Y,
automáticamente, se ponen a la defensiva.
Todos nos sentimos muy
vulnerables ahora mismo, por lo que debemos ser muy hábiles a la hora de:
1) honrar nuestra vulnerabilidad
2) hablar y relacionarnos con otros, sabiendo reconocer que, cuando están enfadados o a la defensiva, quiere decir que se sienten vulnerables.
2) hablar y relacionarnos con otros, sabiendo reconocer que, cuando están enfadados o a la defensiva, quiere decir que se sienten vulnerables.
No podremos tener esa
conversación pendiente con todo el mundo. Algunos levantarán sus barreras y sus
defensas y se marcharán. Pero muchos “Trabajadores de Luz”, sensitivos y
personas que están despiertas te considerarán alguien que ayuda a sentirse
seguros a los demás, y esa es una habilidad extraordinaria. No es el tipo de
habilidad por la que otorgan medallas, no vamos a publicarla en nuestro perfil
de Facebook ni recibiremos ningún reconocimiento social por ella. Sin embargo,
ayudará a crear una energía abierta y positiva allá donde estemos y nos resulte
posible aplicarla.
Respecto al resto de ustedes, a
quienes quizá les encantaría hacer esto pero no se sienten capaces ahora porque
se sienten mal, voy a repetir algo que ya dije otras veces. Si llevan tiempo
sintiéndose mal, conviertan en una prioridad salir de ese espacio y pongan su
atención en sanarse.
Durante la canalización del
pasado fin de semana se dijo que, si no podemos estabilizar nuestra energía
ahora porque estas fluctuaciones energéticas nos sobrepasan, si lo que está
ocurriendo en el mundo nos está impactando demasiado, debemos prestar atención
a la depresión psicológica y a la depresión física. La depresión física tiene
lugar cuando no movemos el cuerpo, cuando no le proporcionamos el ejercicio,
los paseos, el aire fresco, es decir, el alimento multidimensional que
necesita. Si pasamos demasiado tiempo delante del ordenador o sentados en casa,
si no cuidamos nuestra alimentación y tomamos demasiado azúcar o grasas, no podremos
equilibrar lo que nuestro cuerpo está recibiendo. Si deseas o necesitas hacerlo
durante dos o tres días, no supondrá un problema, pero si se trata de un hábito
que persiste durante varias semanas, nuestro sistema se desequilibrará.
Respecto a la depresión espiritual, ocurre cuando nos sentimos desafiados por las cuestiones más cotidianas y carecemos de una práctica que nos ayude a conectar con los aspectos más elevados de la vida. No es necesario que acudamos a un curso de yoga en Bali. Es gracioso, un buen amigo me envió un mensaje el otro día diciendo: “Dios mío, estoy en un retiro de yoga en Bali y me estoy encontrando con tanto drama y tanta confusión… ¿es que el mundo se ha vuelto loco?”. De manera que un retiro no siempre será la solución; no todo el mundo tiene el tiempo, el dinero ni los recursos para un viaje así.
En cambio, sí podemos prestar
atención a las pequeñas cosas. ¿Estás escribiendo a diario todo aquello por lo
que estás agradecido? ¿Estás escribiendo tus intenciones? ¿Estás utilizando
afirmaciones como “Dejo ir toda energía y toda emoción que no me pertenece”
cuando sientes que la situación del mundo te sobrepasa?
Si después de leer los titulares
de las noticias en Facebook o de hablar con un amigo te sientes fuera de tu
centro, afirma una y otra vez: “Dejo ir toda energía y toda emoción que no me
pertenece”, y verás cómo surte efecto.
Por consiguiente, deberemos ser
disciplinados con nuestras prácticas espirituales para poder mantener nuestro
equilibrio. Si lo hacemos, este período “loco” nos ofrecerá la oportunidad de
encontrar una mayor sensación de propósito en nuestra vida cotidiana. Para
algunos estará relacionada con el trabajo que desempeñan en el mundo, para
otros, serán pequeños descubrimientos, como: “Vaya, estoy realmente presente
con esta persona” o “Vaya, nunca había percibido tan claramente la presencia de
un árbol” o “¡Hoy me siento vivo!”. Presencia espiritual y sensación de
propósito: cuando las dos van de la mano, se convierten en oro puro.
Sólo algunas reflexiones más a
tener en cuenta durante el mes de Junio. Está siendo interesante, sin duda
¡ja,ja! En ocasiones nos resultará fascinante, y en otras, puede resultarnos
doloroso o hacernos procesar algunas cosas.
De todas formas, hay tanta
belleza, tanta conexión, tanto por lo que estar agradecidos… Y es especialmente
importante que lo hagamos, hasta el punto de formar parte de nuestra práctica
espiritual diaria.
Si te sientes sobrepasado por
algo: pasa tiempo a solas, desengánchate de la energía colectiva para volver a
tu propia energía o rodéate de personas queridas que te ayuden a expandir tu
energía positiva.
Bien, esto es todo por este mes.
Mucho amor para todos y cuídense.
Lee
(c) copyright 2017 - all rights reserved by Lee Harris Energy
Traducción:
Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
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