By PHILEAS
En un
día tormentoso, con mucho viento y frío, un discípulo avanzado fue a visitar a
su maestro.
Al
entrar al pequeño recinto donde vivía el sabio, colgó su abrigo en una percha,
dejó su paraguas a un lado y avanzó a paso firme hacia el recinto donde vivía
el sabio.
– ¡Oh,
Maestro! Es una alegría visitarte en tu morada. He venido a decirte que creo
que, después de 15 años de duro entrenamiento, ya estoy preparado para
convertirme en Maestro. – dijo el discípulo.
El
discípulo pensó un momento pero no supo responder. En ese momento se dio cuenta
que aún no estaba listo para ser Maestro.
La
Maestría reside en estar plenamente consciente, aquí y ahora. Por eso se habla
de cuatro estados de conciencia: sueño fisiológico (mientras
dormimos), vigilia relativa (despiertos pero presos de lo que
nos comunican los órganos de los sentidos), vigilia absoluta (despiertos
y con atención plena) y por último la conciencia constante, el
estado de los Maestros, un estado de plena conciencia las 24 horas al día.
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