por elarcadeastrotrina
Desde el 6 de junio
hasta el 4 de julio, Venus pasará una temporada en una de sus casas, Tauro. Se
abre un ciclo que, en sincronicidad con la entrada de Marte
en Cáncer y Mercurio
en Géminis, nos permitirá hallar la plenitud en la
apreciación del presente. Y una de las vías que nos llevan a ello es dándonos
permiso de explorar nuestras sensaciones físicas. Sintiéndonos vivos y plenos,
habitando el cuerpo que el universo nos ha dado como vasija para el alma.
Esto podría ser
cierto hasta determinado punto y lo explicaré en este post con los preceptos
del epicureísmo, a continuación. Antes de llegar a ello, hablemos de la energía
esencial de Venus en Tauro. Venus es la pequeña fortuna de este universo y el
Yin de todo el sistema solar. Encarna el goce, el deseo y la atracción, la
belleza y la armonía. Mientras que Tauro, una de sus residencias, es la
conexión al placer de vivir.
Por ello, Venus en
Tauro se encuentra en su máxima exaltación, se trata del goce pleno del aquí y
el ahora. De apreciarnos por completo y eso incluye valorar el tempo que
contiene nuestra consciencia y que también es sagrado, el cuerpo. Ya que en
Libra Venus es sofisticada y entregada a la estética mental, en Tauro se da la
oportunidad de ser terrenal y abrirse sin reservas a la conciencia del aquí y
ahora a través de la percepción del placer. Ser primitivo ante lo sensorial
también es parte de esa consciencia.
Venus en Tauro es el
canto a la vida, a esta vida, porque aunque tengamos muchas sólo conocemos
esta. Es “ser” humanos, no “hacernos” humanos, desde la plenitud. Es disfrutar
de nuestras curvas y ángulos, pues vivir con los pies en la Tierra es la forma
perfecta de soñar despierto. Sólo así el aquí y el ahora nos dará todos los
frutos que nosotros mismos nos habíamos negado antes.
No es casual que con
Venus en Tauro celebremos el Sabbat de Litha, una apertura energética a la
fertilidad y la belleza. Venus en Tauro es pagano y sensual, no rechaza su cuerpo
y sus placeres en busca de la iluminación, sino que los emplea como
vehículo para llegar a la misma.
¿Qué hacer durante la
temporada de Venus en Tauro?
Con Venus en Tauro
reconectamos con nuestra sensualidad desde los placeres más sencillos. Danzar al
ritmo de la música que más nos eleva, descansar lo suficiente para regenerarnos
y recordar nuestro cuerpo a través de tratamientos de belleza y relajación. En
fin, cuidando cada centímetro de nuestra vasija es la mejor manera de conectar
con esta energía. Acariciarnos y dejar que nuestros seres amados nos acaricien.
Y acariciarles, también.
Podemos canalizar
esta energía sintiendo el placer físico, pues éste es una de las grandes
bendiciones de nuestra existencia. Todo ello de manera saludable, el placer en
su justa medida y sin excesos, así se ama al cuerpo.
Venus en Tauro y la
Escuela de Epicuro
En el año 306 a.C.
el filósofo Epicuro fundó el epicureísmo en una finca en las afueras de Atenas.
Esta escuela, en la que participaban tanto mujeres como hombres, practicó la
vida estética como parte de la consciencia, de forma aislada a la sociedad
griega de la época.
Al ser parte del
movimiento de la revolución helenística de aquel entonces, el epicureísmo
estudiaba el arte de la buena vida a través de la realización. Para lograrlo,
Epicuro instauró como bases de su enseñanza otros dos objetivos específicos:
eliminar las falsas ideas que incitan al hombre a caer en sus miedos y la
práctica de un estado de ánimo favorable sin importar la circunstancia.
Los alumnos de la
escuela de Epicuro creían en la existencia de los dioses, considerándolos
incluso seres formados por una materia más evolucionada que la del
hombre. Para ellos, los dioses eran inmortales por cuánto vivían en inerte paz,
ante el curso de la existencia en el Universo. Para Epicuro, placer y
dolor eran las caras de una misma moneda y ellas son consecuencia de la
realización o el impedimento de los apetitos. Designó tres tipos de apetitos:
·
Naturales: comer y beber.
·
Naturales pero no necesarios: como los eróticos;
los cuales experimentados con una consciencia plena dejan de ser impedimento
para la felicidad.
·
Los que no son naturales ni necesarios: hay que
rechazarlos completamente.
La escuela del
epicureísmo también destacó dos tipos de placeres: los del cuerpo, que buscan
evitar el dolor corporal pero no los elimina, y los del alma, que son
superiores porque además de mitigar el dolor del alma hacen lo propio con los
dolores del cuerpo.
De esta manera,
Epicuro enseñó a sus alumnos que no todo placer es bueno y no todo dolor es
malo. Según este pensamiento, lo ideal es rechazar los placeres a los que
siguen grandes sufrimientos y aceptar dolores que nos lleven a placeres
mayores. No tenemos que renunciar a los placeres corporales, pero debemos
ejercerlos de manera administrada, pues de lo contrario nos volvemos esclavos
de éstos, conduciéndonos al dolor del deseo.
Así pues, la
invitación es a disfrutar del cuerpo con Venus en Tauro teniendo en cuenta que
es la vasija de tu alma, pero que tú estás por encima de él. Siendo dueños y
señores de nuestra realidad, disfrutaremos el placer del aquí y el ahora.
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personales astrológicos o consultas de Tarot, comunícate conmigo enviando un
correo a astrotrina@hotmail.es y coordinaremos tu cita.
Foto: Tattoos:
150 years of body art, BBC.
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